Freddy Pacheco León
Primero, es un sinsentido pensar siquiera en una refinería, cuando el mercado de combustibles elaborados es más flexible, más económico y el mundo marcha hacia un futuro con cada vez menos combustibles fósiles.
Segundo, sobre el proyecto de la refinería china, se demostró que financieramente habría sido un desastre para nuestro país.
Tercero, el análisis ambiental previo de dicha refinería evidenció amenazas graves para los ecosistemas involucrados, tanto en tierra como en el mar.
Cuarto, la empresa (si es que de verdad existe) que podría interesarse en su construcción y funcionamiento, tendría que ampliar su mercado de combustibles, hacia indeterminados países.
Quinto, la empresa tendría que garantizarse, un abastecimiento seguro y estable de petróleo, que a su vez determinaría el tipo de refinería que se construiría.
Sexto, como los precios son altamente volátiles, sea por concesión o por inversión privada, el Estado costarricense no tendría garantizado un ingreso por impuestos u otras regalías, ni siquiera a largo plazo.
Sétimo, lo que sí sería un factor casi inevitable para tomar en cuenta, es el impacto ambiental y sus amenazas conexas, donde los desastres por derrames de petróleo, siempre se incluyen en la factura. Desastres que podrían traer para Costa Rica, y Limón en particular, altamente significativas pérdidas económicas, y mayor desempleo.
Es, como octavo punto, un proyecto desfasado en el tiempo, quizá atractivo para la Costa Rica de los años 60.
Si se trata de una noticia lanzada para desviar la atención, lejos de la crisis gubernamental que cada día se profundiza, esa sería la principal razón, y lo entendemos. Pero con visiones de tan corto plazo, no se puede impulsar el desarrollo. No requerimos espejismos.