Deconstruyendo al tico – El silencio y, la indiferencia, también matan

Freddy Vargas Aguilar
Teléfono 8620 0780

El tico no mata, deja morir.

Cuando alguien presenta una idea, un proyecto, un estilo que amenaza romper con el status quo, el tico no lo ataca, no lo confronta, procura dejarlo morir.  Crea un vacío alrededor, se distancia, abandona a “su suerte” al “rebelde”.  Evita el esfuerzo de pensar, de transformarse para mantenerse en la comodidad de lo que es.

Si tiene que convivir con aquél, la acción es más intensa.  A familiares, amigos, compañeros de aquél les dice medias mentiras, medias verdades, socavando la confianza, haciendo creer que es una amenaza. Todo, claro está, bajo el acuerdo de “no digas que te lo dije porque me metes en problemas.”

De este modo, la “muerte” del otro, de sus ideales, de su proyecto mueren como resultado del aislamiento colectivo que, por ser colectivo y, silencioso, no deja ver a ningún responsable.  Así entonces, las personas y la sociedad se condenan a la mediocridad.  Otra forma de decir que se condenan a no realizarse-ser felices.

El silencio y, la indiferencia, también matan.