Día Internacional de la No Violencia

José Luis Pacheco Murillo

El 2 de octubre se celebra el Día Internacional de la No Violencia, decretado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Se escogió esta fecha en honor a uno de los principales líderes que ha existido de movimientos no violentos: Mahatma Gandhi, líder de la independencia de la India y quién definió la no violencia como: «la mayor fuerza a disposición de la humanidad. Es más poderosa que el arma de destrucción más poderosa concebida por el ingenio del hombre».

No hay duda de que hoy vivimos en una sociedad altamente violenta, nuestro país es un claro ejemplo de ello y otros muchos países en los que la violencia es cada día mayor.

Se estima que cada año 1,6 millones de personas pierden la vida en algún acto de violencia, donde los tipos más comunes son violencia contra la mujer o violencia de género, violencia racial, violencia religiosa, violencia homofóbica y en menor grado violencia criminal. En la mayoría de los casos, las razones por las que las personas recurren a la violencia es por falta de tolerancia y poca comprensión hacia el prójimo. Nuevamente tenemos que caer en la cuenta de que la única forma de disminuir primero y desterrar después la violencia es con educación, educación y más educación.

También es muy importante que se dejen de atomizar a los niños y jóvenes con tanta violencia en los medios de comunicación. Por ejemplo, lo sucedido con el último asesinato ocurrido en nuestro país, fue transmitido miles de veces en la mañana en la tarde y en la noche, sin restricciones y fue un hecho sumamente violento y el transmitirlo tantísimas veces logra que la insensibilidad se vaya apoderando de todos nosotros.

Violencia en los hogares, violencia en carreteras, violencia en centros educativos, violencia en medios de comunicación, violencia entre las parejas. YA BASTA DE VIOLENCIA, debemos de asumir el compromiso de no ser violentos y decir no a la violencia.

Dios quiera que volvamos a tener mayor diálogo, mucha más tolerancia y que hagamos realidad y como una cuestión de todos los días el amarnos los unos a los otros como Él nos amó.