José Luis Pacheco Murillo
Ayer me compartieron una noticia que me llamó la atención inicialmente y luego me llenó de esperanza respecto al futuro educativo de niños y jóvenes. Esa noticia fue que en “Las escuelas suecas dan marcha atrás en el uso de pantallas y vuelven a los libros de texto”. Hace tan solo unos pocos días atrás el gobierno sueco tomó esa decisión y ha causado revuelo en muchos ámbitos del país.
El tema está en qué hay posiciones muy definidas respecto a lo que sucede con las pantallas en los niños especialmente.
La UNICEF advierte de los riesgos del uso de las pantallas en los bebés y niños pequeños, concluyendo que puede afectar las capacidades de concentración, aprendizaje, empatía, manejo de la frustración y control de los impulsos que resultan habilidades vitales para la interacción social.
También hay criterios profesionales en el sentido de que “Una mayor exposición a las pantallas en los niños está asociada a problemas de autocontrol, déficit de atención, problemas de ansiedad, mayores niveles de depresión infantil, insatisfacción con la imagen corporal y mayor fracaso escolar”.
Me parece muy importante que se abra el debate sobre lo que es más conveniente para los niños, especialmente en edad de guarderías y escuelas.
Hay mucha preocupación sobre lo que la digitalización puede producir en niños y jóvenes. Precisamente en Suecia y ante esta disposición manifestó un padre de familia respecto a su hijo que está preocupado por su hijo mayor, de 13 años: “no sabe escribir a mano, garabatea. Aprendió mirando una pantalla y pulsando un teclado. Tampoco sabe leer muy bien los textos escritos a mano”. Eso está sucediendo cada vez más y por ello lo importante de la lectura constante y para ello no hay como los libros físicos.
Hay que prestar atención a este nuevo reto que se viene manifestando: actividad escolar digitalizada o actividad escolar física con libros de texto.
Coló en todo, habrá quienes estén a favor y quienes estén en contra, pero lo importante es que los padres tomen decisiones que favorezcan siempre a sus hijos pequeños y pensando en enfrentar un mundo muy difícil en el futuro, por lo que requieren muchas habilidades. Habrá que ver si los libros físicos o las pantallas se las brindan de mejor manera.
Dios quiera que entendamos que somos nosotros los que debemos tomar decisiones para bien de los pequeños que nos siguen los pasos.