La educación financiera como mecanismo de precaución

  • Artículo de opinión por Moisés Viales Molina, estudiante de la Maestría en Economía del Desarrollo de la Escuela de Economía UNA.

Es común que los cambios en las tasas de interés generen dudas en las personas, si es que el Gobierno quiere ahogar a la clase trabajadora mediante el incremento de estas tasas provocando un aumento en los pagos de los préstamos adquiridos tanto por las personas como por las empresas y otros actores, pero ¿es esto una realidad o es sólo la percepción de quienes se ven afectados?

Primero, debemos entender que, en su término más simple, las tasas de interés son el precio del dinero, por lo cual se podría decir que el dinero es como cualquier otro bien que define su precio dependiendo de los movimientos del mercado, y cuánto dinero se demande y oferte en la economía; cuando hay mayor demanda de dinero las tasas tienden al alza, pero cuando hay menor demanda de dinero, las tasas tienden a la baja. Con esta aclaración, vemos entonces que las entidades financieras sólo son un participante más en el mercado que ofrece su producto a quienes estén dispuesto a adquirirlo bajo las condiciones que se establezcan, las cuales tienen una combinación de un mínimo, definido usualmente por una tasa de referencia del Banco Central, y el precio que cada entidad quiera cobrar por prestar el dinero.

Basados en estos términos de mercado del dinero, se tiene a los oferentes y los demandantes. Cuando hablamos de estos participantes tenemos que considerar que no todas las personas pueden formar parte del mercado financiero legal, ya que las entidades financieras deben reducir el riesgo y prestar el dinero, en su mayoría, a quienes demuestren que tienen capacidad de pagar de vuelta el monto principal más el cobro de los intereses pactados. Por lo que para poder entrar al mercado financiero se debe demostrar la capacidad de pago, la cual generalmente recae sobre las personas que pertenecen a la clase media, media alta y alta, excluyendo normalmente a las clases media baja y baja.

Aclarado este punto, volvemos al mercado financiero con ambos participantes delimitados. En su intercambio simplificado, los demandantes necesitan del financiamiento para poder adquirir bienes y servicios de su preferencia, tales como vehículos y hogares, estos vistos como inversiones personales, u otro tipo de financiamientos que sean tanto de consumo como de inversión, como viajes o negocios. Para esto los oferentes (usualmente bancos u otras entidades financieras) salen a capturar la mayor cantidad de demandantes mediante facilidades de crédito y diversas tasas de interés, y teniendo en cuenta que los oferentes son empresas, estas buscan la maximización de su beneficio, lo que conlleva a colocaciones sin que el demandante entienda al 100% las condiciones y que pasa ante cambios en las tasas.

Entonces, cuando las personas adquieren préstamos estos van a incluir condiciones variables ante los cambios en las tasas de referencia que se establezcan por el Banco Central de Costa Rica (BCCR) mediante la tasa de política monetaria, lo que va a causar fluctuación en los pagos de dichas cuotas. Tomando en cuenta un momento de política monetaria expansiva, en la que el BCCR mantenga las tasas bajas, muchas personas se pueden motivar a adquirir préstamos dado que pueden considerar que son capaces de afrontar los pagos, pero no se toma en cuenta escenarios de estrés donde el BCCR pueda aplicar medidas de política monetaria contractiva, con un aumento de tasas de interés de referencia que llegan a afectar los pagos de los préstamos, cuando las tasas pactadas previamente entre demandantes y entidades financieras son variables.

Es en este punto donde las personas usualmente desconocen los ajustes de política monetaria que realiza el BCCR o inclusive no se toma en cuenta el escenario financiero internacional que podría modificar variables monetarias como el tipo de cambio. Al subir las tasas de interés podría causar incumplimiento de pagos o sacrificar otro tipo de gastos para poder cumplir con las obligaciones y no llegar a perder el bien adquirido, pero muy pocas veces como consumidores nos tomamos el tiempo de asesorarnos y realizar escenarios de estrés, que incluyan un máximo de disposición a pagar en caso de este tipo de aumentos.

Si bien el BCCR maneja la tasa de política monetaria con un objetivo específico ligado al control de la inflación, también la tasa de política monetaria tiene una afectación directa en la manera en la que se pueden afrontar las deudas. Es importante también que como consumidores responsables podamos informarnos un poco antes de tomar este tipo de decisiones que nos pueden llevar tanto a cumplir un sueño, como a vivir una pesadilla si no tomamos en cuenta diversos escenarios y comprendemos los principios básicos al pertenecer al mercado financiero. Si como consumidor nos informamos mejor antes de tomar decisiones financieras, esto incluso nos puede llevar a ver un mejoramiento en el sistema financiero y a poder aprovechar las intervenciones del mercado para nuestro favor, llevando a un mercado financiero más fuerte, estable y sano.

Oficina de Comunicación
Universidad Nacional, Costa Rica

 

Imagen ilustrativa.