Las condiciones subjetivas

Edgar Chacón.

Edgar Chacón

Condiciones objetivas y condiciones subjetivas:

Las condiciones objetivas son aquellas que están dadas por la naturaleza o la acción humana, como el frío o el calor en dos países distintos, por su cercanía a los polos o al ecuador, o el tamaño mismo de un país, en lo cual intervino la acción humana, o la pobreza o riqueza (no sus causas o explicaciones), por poner ejemplos muy básicos.

Las condiciones subjetivas, son aquellas que hacen parte del escenario para la marcha de procesos culturales, sociales, políticos, para lograr un propósito, sea este alcanzar un resultado en favor de una causa propia o desmantelar los propósitos de los que están o pueden estar en contra de la causa propia, o simplemente no son parte de ella.

En fin, será en función de los intereses de unos o, ir en contra de los intereses de otros.

En ese sentido, uno de los caminos es deslegitimar en sí mismos, a los actores contrarios como tales, o lo que promueven o sostienen, o sus condiciones de existencia.

Hacer ver los derechos, las conquistas logradas por medio de las luchas sociales, como privilegios, situaciones inmerecidas que van en contra de un conglomerado y que deben quitarse, es una táctica para generar condiciones de opinión, en ese conglomerado, en contra de esos derechos y conquistas.

Eso es lo que han venido haciendo, con maña y labor de zapa, los sectores conocidos como neoliberales y aunque sepa a amargura, hay que reconocer que lo han ido logrando, a tal punto, que muchos de aquellos a quienes les fueron heredados esos derechos y conquistas, están en contra de sus propias conveniencias (claro, no lucharon por ellos ni vivieron las condiciones de no tenerlos).

El desprestigio de la Caja Costarricense del Seguro Social se provoca para pasar a manos privadas, lo que ahí se convierte en beneficio de minorías y no en bienestar de mayorías.

¿Cómo lo han ido logrando? Difundiendo desinformación, discursos interesados por medio de los mal llamados medios de comunicación, que tienen presencia cotidiana en cantidades significativas de población. De manera que se hace creer que, si alguien viste con ropa limpia, “está mal” porque otros visten con ropa sucia, haciendo que se ignore las causas de ambas situaciones.

A menudo se oyen expresiones como “en las noticias dicen”.

En esta conformación de opinión pública, están coludidos personajes políticos, organizadores de espacios de confusión y de enturbiamiento del entendimiento, en canales televisivos, radio emisoras, así como púlpitos, micrófonos de pastores y hasta se crean “comisiones de notables”, para darles “la bendición” a decisiones tomadas o por tomar, en función de intereses de grupos o sectores.

Así, los y las trabajadoras del sector público, sus organizaciones, mensajes, acciones, medios de lucha, condiciones de vida, son desprestigiadas de manera sistemática, por medio de estos “medios”.

El propósito es su deslegitimación, “demonización”, para causar la desmovilización, paralización y desunión de los sectores populares y la generación en éstos, de opinión en contra de sus propios intereses.

La organización y su calidad movilizadora, es la condición principal y fundamental entre las condiciones subjetivas, entonces, mientras un actor político se organiza, debe velar, promover y provocar la desorganización del otro, de su contrario.

Otra condición subjetiva es el descontento, la desaprobación y hasta el enojo y la molestia con algo. El descontento se da por la vivencia, el contacto, la percepción original; o, debe provocarse, crear la idea de alguien, persona, grupo o institución, como el enemigo, como el que está en contra de la conveniencia de otro, por lo tanto, debe acabarse con alguna condición, laboral por ejemplo (ahora están proponiendo la jornada 4 x 3). Cuando esto se logra se tiene la disposición, por parte del “convencido”, de estar en contra o a favor de aquello que le interesa al actor específico que lo provocó.

Por eso es que se provoca que mucha gente piense que las condiciones de vida digna de unos, que han alcanzado con sus luchas y no por la divina providencia, van en detrimento de otros.

Una cosa es que en un país haya pobreza, esa es una condición objetiva; el descontento por esta situación es una condición subjetiva pasiva, la organización con miras a hacer algo, es una condición subjetiva activa. Se requiere trabajo para que la primera se transforme en la segunda.

En Ciencia Política, la visión y gestión conocida como “Suma Cero”, promueve que nada es neutro ni está “en el aire”, lo que no aprovecha un actor en contra de su enemigo, lo aprovechará el enemigo, todo, en su contra; lo que no toma un actor, lo tomará todo el contrario. Así, las riquezas del país, se las apropia determinado actor, porque si no, van a dar al pueblo.

Recuerdo el pensamiento del taxista: “Es que, si robaran, pero le dejaran algo a la gente.”

En cuanto al ejemplo de la ropa sucia, parece que la tendencia es a la baja: Todos con ropa sucia. Menos yo y los míos, por supuesto.

Una de las “armas” para crear condiciones subjetivas es la mentira goebeliana: “Miente, miente, miente hasta que te crean.”

Además, la demagogia no falta, por ejemplo, la directriz del Banco Mundial: “El combate a la pobreza”.

Una de las reflexiones del líder Mao Tse-Tung dice, “El pueblo es como el agua para el pez”. Lo que pasa es que las pirañas también son peces y lo devoran todo. Y en eso los sectores neoliberales van ganando, en el convencimiento de la opinión pública.

Menuda tarea queda por delante. Manos a la obra.