Las Olimpiadas Especiales, sus atletas y sus familias merecen equidad en los medios

José Luis Pacheco Murillo

Considero una injusticia el observar cómo los medios de comunicación radial, televisivos y escritos dedican cientos de minutos y páginas para referirse a acontecimientos poco edificantes y cargados de chismografía o a actuaciones deportivas tan tristes como los papelones que ha dado nuestra selección nacional de fútbol durante los últimos cinco años, y omitan o dediquen muy poco espacio y tiempo para referirse a un acontecimiento mundial lleno de entusiasmo, de entrega, de dedicación, de inclusividad y amor. Me refiero al torneo mundial de Olimpiadas Especiales.

Costa Rica posee una delegación de atletas especiales que nos están representando con gran suceso y que están haciendo sus mejores esfuerzos por lograr una representación digna y decorosa para nuestro país, y muy pocos medios de comunicación apenas si mencionan algo de eso. Eso es muy triste y decepcionante.

En estas olimpiadas, atletas con discapacidad de todas las edades, géneros y nacionalidades, compiten, conviven y comparten la alegría del deporte, encarnando el espíritu deportivo, y rompiendo los estereotipos y expectativas de la sociedad. Es la más grande celebración deportiva de inclusión en el planeta.

Después de haber participado en un Juego Mundial de Olimpiadas Especiales, muchos regresan a casa con el espíritu fortalecido, redoblando esfuerzos por crear cambios en sus comunidades y entornos, para crear ese mundo inclusivo que nos beneficia a todos.

Los familiares de estos representantes de Costa Rica y de todos los países hacen enormes esfuerzos para lograr estar hoy en Alemania, y en otras ocasiones en otros países, y también la organización de “Olimpiadas Especiales” del país hace lo suyo.

A lo largo del año, Olimpiadas Especiales organiza y desarrollo entrenamientos y torneos en 32 deportes de tipo olímpico, para que las personas con discapacidad intelectual puedan disfrutar de la alegría de los deportes, mientras fortalecen no sólo su salud y condiciones físicas, sino su autoestima, comunicación, liderazgo y otras habilidades sociales que les ayudarán dentro y fuera del campo de juego.

Por eso me parece injusto que los medios de comunicación omitan referirse a esta representación nuestra y tan importante y se gasten tantos minutos y páginas en cosas banales y sin importancia como temas faranduleros y de chismes.

Dios quiera que haya más sensibilidad y más reconocimiento por parte de los medios de comunicación para estos atletas especiales, y que en el futuro, le den la importancia que estos Juegos Olímpicos poseen, o al menos, que le den el mismo trato que a los demás juegos deportivos.

Estos jóvenes y sus familias se lo merecen.