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¡¡NO NOS GRITE… GÜECHOS!!

Dr. Oscar Aguilar Bulgarelli

Hoy, al leer en la columna “Entre Líneas” un artículo del Director de La Nación Armando González Rodicio titulado “La Hoguera”, me hizo recordar un cuento que narraba un tío mío cuando íbamos a visitar al abuelo, allá en Alajuela. Según él, un pobre viejo de aquella ciudad padecía de un enorme bocio, popularmente conocido como güecho; cuando salía a caminar acompañado de su hijo en edad escolar y pasaba por el famoso Parque Central, de inmediato venía el grito… adiós güecho!, lo que mortificaba más al muchacho que a él. Pero un día, el jovencillo vió que se acercaba otra persona con el mismo mal que su padre y se apresuró a decirle…papá, papá, ¡dígale güecho antes que le digan! Hoy don Armando, nos gritó güechos a todos los costarricenses.

Resulta que según él, nos hemos convertido en una sociedad proclive a creer y pensar mal del prójimo para lo que se ha creado una “vanguardia indecente, en la prensa, en la política y hasta en la academia… La verdad no importa. Hay terreno fértil para sembrar cualquier duda y un coro dispuesto a magnificarla. Luego de mentir, el manual manda insistir en la mentira. Si la evidencia desmiente el infundio, la historia cambia y se ajusta sin mirar atrás. Con suficiente empeño, astucia y desdén por la verdad, la realidad se acomoda a sustentar la tesis. Lo importante es echar a rodar la especie y mantenerla en movimiento mientras se agota la vida útil. Luego se le descarta sin consecuencia y comienza la búsqueda de un nuevo conjunto de hechos suficientemente maleables para crear otra historia, otro escándalo…” y NOS GRITO GÜECHOS, desde la cima de la loma.

No cabe la menor duda que don Armando cogió su manual de Director de la NaziOn que tiene como libro de cabecera y nos espetó, sin más, lo que hace a diario y desde su fundación el periódico de marras, antes de él, ahora con él y posiblemente después de él, si es que no ha quebrado económicamente todavía! Si un periódico ha mentido toda su vida, ha creado dudas sobre personas e instituciones, ha denigrado sin rectificar o defendido intereses ocultando la verdad, que es una manera de mentir, es precisamente ese medio de desinformación que en nuestro tiempo, conjuntamente con Telenoticas, hacen una mancuerna de “malas compañías” para convertirse en ese “coro dispuesto a magnificar” la duda, la mentira y la calumnia.

Como coyotes de la misma loma, lanzaron las más graves acusaciones contra la Iglesia por ejemplo, las Universidades y el Poder Judicial, los empleados públicos, los pensionados del Magisterio Nacional de los que dijeron las mayores falsedades y no dieron oportunidad de aclaración o rectificación alguna y como ejemplo, una respuesta que envió don Miguel Sobrado fue rechazada alegando que lo dicho por él no era verdad y que la misma si estaba de su lado… vaya objetividad periodística del Director de marras; esto para citar solo algunos casos de las últimas semanas, porque si nos vamos a rebuscar la Historia, haríamos de este artículo algo parecido por su extensión a la Enciclopedia Británica.

No, no se vale ahora gritar “güecho” a los ciudadanos que, igualmente, por años le han reclamado la falta de objetividad, desapego de la verdad y vulgar manipulación mediática de ese periódico, demostrada en más de un artículo, libros y tesis universitarias. No se vale enojarse y decir que las dudas del viajecito de recreo presidencial, los impagos de impuestos de la FIFCO y sus empresas agrupadas o el trencito que casualmente llegará a propiedades de los dueños y socios de La Nación y La Zona Franca del Coyol, ¡incluyendo a un Ministro sin Cartera!!, qué contradicción!, Igual, ¡coyotes de la misma loma!

No se haga el bravo don Armando, no le luce. Para terminar, cierro con otro cuento de un hecho que se daba en nuestros barrios populares, aunque no tengo conocimiento si pasaba igual de donde procede el señor Director. Resulta que cuando el dueño de una tradicional cantina cerraba su negocio al ser la media noche de un domingo, muchas veces él se quedaba libando el resto del inventario que había en la estantería, por lo que era frecuente que el negocio no se abriera al día siguiente, pues el cantinero “dormía la mona” como se decía. Ante eso la gente de los barrios decía: hoy don fulanito no abre… ¡volcó el rotulo!

No le voy a dar un consejo al señor Director, pues nadie es suficientemente viejo para dar consejo decía Facundo Cabral, pero si una sugerencia: no nos grite GÜECHOS…y VUELQUE EL ROTULO!, porque como dice el Papa Francisco “La hipocresía es el lenguaje de los corruptos” y eso estoy seguro, no querrá que se lo endilguen.

desinformación, objetividad periodística