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Etiqueta: COVID-19

Crónica: Fronteras, movilidades, subjetividades: Pensar Centroamérica en medio de una crisis sanitaria global

Por Guillermo Acuña González
Sociólogo y escritor
16 de marzo 2020

Doña Mercedes es una mujer pequeña, que trenza su pelo blanco hasta convertirlo en una especie de ritual milenario. Viajamos juntos en un bus internacional. Me cuenta tantas cosas, como si se hubiera enterado de mi interés siempre presente por las biografías relacionadas con las movilidades humanas, sus impactos, sus consecuencias.

Hablamos de políticas de población, por ejemplo. “tuve doce hijos y usted no sabe cómo cuesta sacarlos adelante”. De esos doce hijos, dos viven en Costa Rica. El varón, al que visitó en estos días, vive en Jacó. “construye casas”, me dice. De su hija mujer solo me cuenta que tuvo cuatro hijos y que no se acuerda donde vive. Es originaria de Palacagüina, la de la canción. “Ahí nació Cristo, el de los pobres”, me dije. Unos kilómetros antes de llegar, al pasar por Sébaco, me comparte su recuerdo acerca de uno de sus hijos que fue enviado por un Banco a salvar al pequeño productor, ahogado en deudas.

Me pregunto sobre si es ahora, en un contexto de precariedad económica y social, pero no, me confirma que fue hace muchos años. En realidad la región tiene ya muchos años de experimentar estos desequilibrios sociales e institucionales y ahora, le toca enfrentar, desde sus especificidades, los efectos de una realidad sanitaria global que en el reloj de la muerte ya lleva avanzadas horas de contar víctimas. Retomamos la conversación poblacional: “ahora la mujer no quiere tener hijos”, me resume así su pensamiento sobre esas políticas de población no escritas, pero que la fuerza del empuje de las reivindicaciones y los derechos de la mujer, ha transformado en realidades latentes que se esparcen por toda la región, como reconocimientos conquistados y en proceso de consolidación.

Prontos a llegar al lugar donde el Autobús se detendrá para que doña Mercedes baje, 50 kilómetros antes del puesto fronterizo Las Manos, entre Honduras y Nicaragua, me pregunta y le contesto: “a Honduras, a un encuentro regional de poesía y a hablar sobre la gente como su hijo, el que vive en Costa Rica”. Nos decimos adiós desde lo habitual, como si siempre hubiéramos compartido viaje, como si siempre nos hubiéramos visto. Ahora, con el pasar de los días, pienso en su menudencia, preparada para todas las inclemencias posibles, incluso las que dictan los designios de una calamidad global que empieza a expandir sus tentáculos haciéndose más fuerte, mostrando la debilidad humana, pero sobre todo la debilidad de un sistema económico que, basado en la extracción y la competencia desigual, pareciera haber iniciado un largo periodo de reseteo.

Los regímenes de movilidad son espacios en los que las fronteras internacionales adquieren un carácter especial. Pienso en esa noción mientras camino con mi pasaporte en las inmediaciones de una polvorienta estación migratoria de paso entre Nicaragua y Honduras llamada Las Manos. Como en otras zonas de paso, a ambos países los divide una aguja que es levantada insistentemente por funcionarios migratorios en medio de una dinámica compleja, desordenada, que interviene en eso que Stefanie Kron (2011) denomina la tensión entre los movimientos migratorios y los intentos para “sujetarlos, conducirlos, gobernarlos. Son regímenes migratorios en los que las fronteras adquieren un carácter especial: son a la vez regímenes fronterizos.

Cruzar en estos días los regímenes fronterizos como Las Manos, o Peñas Blancas entre Costa Rica y Nicaragua, es tensionar constantemente las narrativas entre el control global, la restricción de la movilidad impuesta por las circunstancias y lo que realmente ocurre en esos territorios de interrupción y continuidad que se producen en las divisiones sociopolíticas centroamericanas.

De regreso a Costa Rica, luego de comprobar que la palabra puede abrirle orificios enormes al dolor y la desigualdad a un país como Honduras, nos detenemos en Las Manos. Paradójicamente recuerdo a Kilapayún y su solicitud de unir todas las manos negras y blancas para construir una muralla. Es una mañana fría y con más polvo que de costumbre. Nos dirigen hacia una estación sanitaria improvisada (un gran toldo y varios funcionarios protegidos de nuestros cuerpos) adonde seremos testeados, revisados en nuestra biografía de los últimos 14 días y orientados a dirigirnos a un centro médico si presentamos los síntomas ya referidos en los medios de comunicación y en redes sociales.

Es una especie de sitio centinela, que la epidemiología contemporánea define como lugares de vigilancia al paso de grupos humanos para analizar su comportamiento. Ahí estoy yo y varias personas centroamericanas más. Luego mi observación sobre los espacios de porosidad, la movilidad latente, las narrativas de construcción de muros que son derribados por estas lógicas mediante las cuales las personas esquivan, responden, cruzan. Los personajes de frontera, la transacción formal e informal permanente, la urgencia por cruzar. Observo tres mujeres con sentido Nicaragua-Honduras dirigirse a hacer sus diligencias migratorias. Pienso en las desigualdades, las violencias, el acceso. Las veo marcharse entre la espesura de vehículos de gran tracción estacionados como grandes dinosaurios en medio de la nada. La vida sigue, pero ayer mismo esa frontera fue cerrada. Las manos se convirtieron en puño, hasta nuevo aviso.

En el camino de regreso, termino de leer el trabajo de Óscar Martínez sobre las movilidades humanas centroamericanas de hace diez años. Busco en redes sociales avances, novedades sobre la pandemia mientras vamos dejando atrás una apacible y rápida frontera entre Nicaragua y Costa Rica. Contrario a hace unos días, cuando fuimos encuestados por funcionarios del Gobierno de Nicaragua, el paso de regreso solo nos trajo preguntas sobre el cambio de córdobas a pesos, las ventas de comida y artesanías, en medio de un calor sofocante de las tres de la tarde.

La relación entre pandemias y movilidades humanas no es nueva. La historia está llena de imágenes y metáforas sobre las malas noticias de las que son portadoras las corporalidades humanas a los ojos de los otros. Pienso en eso mientras reflexiono haberme movilizado en estos contextos. Lo volvería a hacer sin duda, como lo hice, extremando los cuidados, los míos y los de los otros. Así transcurrieron algunos días en Tegucigalpa, de la que regresé lleno de poesía, pero también de imágenes sobre su realidad, su contexto de desigualdad, sus rasgos de un estado entregado a los vicios de los poderes fácticos, la porosidad de la frontera y esos contextos de discriminación y racialización, al ver un inmigrante, posiblemente haitiano, ayudar a acomodar los equipajes en el autobús luego de la inspección de rigor por parte de las autoridades migratorias costarricenses. Sus facciones y su requerimiento en francés para pedir campo y cumplir con su trabajo informal, me recuerdan todas las metáforas posibles en las que los costarricenses hemos construido al otro en los últimos años. Busco información actualizada. Y da la casualidad que Oscar Martínez, el de las crónicas sobre los migrantes de hace diez años, también colabora para el diario Español “El país”, en el que escribió el viernes 13 de marzo, estas líneas:

“en esta pandemia se recomienda no viajar, mucho menos desde países que tengan casos de coronavirus, como México o Estados Unidos. Eso sí, si usted es migrante centroamericano olvide lo que hemos dicho.Se recomienda también lavarse las manos varias veces, con detenimiento y detalle. Pero en estos países un gran porcentaje de la población no recibe agua potable. Miles de esas personas pagan el servicio, pero la falta de planificación urbana que permitió la construcción de colonias obreras encaramadas en cerros, los sistemas de tuberías viejos y dañados y el acaparamiento han llevado a que esa gente no tenga más que un pequeño hilo de agua una hora o dos por las madrugadas. Otros, nada. Si en estos países uno vive en las zonas pudientes y tiene una cisterna que chupe agua para acumular en las horas que el servicio llega, puede lavarse las manos tal como indican los manuales. Si uno vive en las comunidades y cantones centroamericanos y el agua que acarrea del pozo es a base de sudor y músculo, quizá no vaya a cumplir a rajatabla las instrucciones de la Organización Mundial de la Salud. Saludarse con el codo, dicen. Mejor aún, de lejitos, si es posible. En Honduras, por ejemplo, una de cada cinco personas vive en pobreza extrema en zonas rurales. O sea, con menos de $1.90 al día. Esa gente, muchos de ellos vendedores informales de lo que cosechan, viajará en autobús al pueblito más cercano, tomado de la barandilla más a la mano, sin alcohol-gel por ninguna parte, que cuesta unos centavos el botecito, se refundirá en algún mercado e intentará vender de puesto en puesto lo que cultivó. Esa gente dará la mano a quien deba darla para cerrar un trato y extenderá la palma para recibir monedas cuando se las ofrezcan a cambio, porque si no lo hace no será el coronavirus el que lo matará, sino el hambre. Esa misma gente, no se preocupen, no acaparará nada en ningún supermercado. El coronavirus ya llegó a esta región, plagada de calamidades. Ahora, hará lo suyo. Porque lo otro, lo de construir sociedades con un abismo profundo entre unas clases y los de abajo, ya está hecho desde hace décadas” (Oscar Martinez. “Ser pobre en una región que espera el coronavirus”. Recuperado el 16 de marzo de https://elpais.com/internacional/2020-03-14/ser-pobre-en-la-region-que-espera-el-coronavirus.html)

Cada país de la región ha enfrentado a su manera el desafío. Ha acudido a las narrativas del poder, de la imposición, de la construcción de comunidad bajo el lema “juntos saldremos adelante”. Pienso en Doña Mercedes, en ese migrante haitiano en la frontera, en las movilidades humanas que continúan despachando esos países. Pienso en las décadas de discurso orientado a la individualidad y la competitividad, la exclusión, la desigualdad y luego vuelvo a pensar en las fronteras, en las movilidades humanas como recurso para la sobrevivencia. Pienso en todo eso mientras abro la puerta de mi casa, a asistir como ritual, a varios días de cuido y reflexión sobre la región que somos. En cómo haremos para pensarnos como comunidad, en como abrirle a las manos, los puños y volver a estrecharlas en un régimen ya no de separación, sino de alegría y construcción colectiva.


UNA modifica actividades durante emergencia por COVID-19

Ante el Decreto Ejecutivo 42227-MP.S emitido el día de hoy, 16 de marzo, por la Presidencia de la República y el Ministro de Salud, la Vicerrectoría de Docencia instruye al personal docente y a estudiantes a acatar las siguientes indicaciones de modificación de las actividades académicas presenciales, a partir de la publicación de esta circular, durante todo el periodo en que se requiera y cuando la vicerrectoría así lo indique.

A partir del martes 17 de marzo y hasta el domingo 12 de abril se suspenden todas las actividades académicas presenciales (cursos teóricos, cursos teóricos/prácticos, laboratorios, prácticas y giras de docencia, educación permanente, actividades de vinculación), bajo los siguientes términos:

Desde las fechas indicadas los estudiantes no asistirán a ningún recinto de la Universidad Nacional, con el entendido de que lo planteado es una modificación de procesos académicos con apoyo tecnológico. Durante dos semanas (martes 17 al viernes 27 de marzo) los académicos realizarán los ajustes necesarios en el planteamiento de los cursos, y a partir del lunes 30 de marzo se desarrollarán las actividades académicas con apoyo tecnológico.

Si bien es cierto la Universidad puso a disposición herramientas básicas de apoyo, otras tecnologías podrán ser utilizadas para lograr los objetivos de aprendizaje (correo electrónico, mensajes de texto, whatsapp, entre otros), y es necesario comprender la flexibilidad académica que debemos tener en estos momentos en los tiempos de respuesta de los estudiantes a las actividades planteadas por los docentes.

Quienes ya hayan adaptado sus cursos con este tipo de apoyo tecnológico deben llenar el formulario de teletrabajo por contingencia, disponible en la página www.teletrabajo.una.ac.cr. Una vez completada esta acción pueden, a partir del martes 17, no presentarse a los recintos universitarios; aquellos docentes que no hayan podido hacer la adaptación de sus cursos tendrán el apoyo de la Vicerrectoría de Docencia.

Durante el período indicado, las Facultades, Centros, Sedes, Sección Regional y la Vicerrectoría de Docencia desarrollarán estrategias conjuntas para la preparación de los cursos, desarrollo de capacidades en el cuerpo docente y atención a estudiantes, con el fin de poner en marcha los cambios. Esta estrategia debe considerar al menos la reorganización de funciones de los equipos de personal de informática de las Unidades Académicas de Facultad, Centros, Sedes, Sección Regional y la conformación de grupos de apoyo entre docentes con experiencia previa en apoyo de otros.

Tal como se ha venido informando, toda persona (académico, administrativo y estudiante) con sintomatología respiratoria debe abstenerse de asistir a cualquier actividad académica programada, como medida preventiva y principalmente de respeto hacia los demás.

La Vicerrectoría modificará las medidas aquí contempladas de acuerdo con las actualizaciones emanadas de los entes rectores en salud y en el momento que se considere pertinente.

Cordialmente,

Dra. Laura Bouza Mora
Vicerrectora de Docencia

Doctora Ana María Hernández Segura
Rectora Adjunta

Doctor Alberto Salom Echeverría
Rector

Enviado a SURCOS por Efraín Cavallini

SEC Por una suspensión del curso lectivo que abarque las necesidades del Magisterio Nacional y las del país

El SEC reitera la solicitud realizada el pasado 10 de marzo, al señor Presidente de la República Carlos Alvarado, de suspender el Curso Lectivo, más aún después de las declaraciones emitidas el pasado domingo 15 de marzo, por el Ministro de Salud, al mencionar que esta pandemia en nuestro país podría experimentar un contagio mayor e incluso provocar hasta muertes.

Señor Presidente, con todo respeto y vehemencia, esta pandemia NO se trata de la “sobrevivencia del más fuerte”, se trata de la protección del más débil; y en este caso el Magisterio Nacional está indefenso.

Muchos menores que aún están en clases son trasladados a los centros educativos por sus familiares, inclusive abuelas y abuelos, por lo que salir a la calle los pone en la mira de un contagio.

Nuestros estudiantes también son una población vulnerable y por lo tanto, aislándolos es como los podemos proteger.

Cerrar todos los centros educativos no es una decisión política, es un acto de salud pública y responsabilidad, para la contención y mitigación de la pandemia.

No podemos ser tan irresponsables con nuestras trabajadoras y trabajadores de la educación y el pueblo en general, debemos garantizar su salud y que no haya más contagios, lo que se logra tomando las decisiones correctas. También hacemos un llamado al pueblo para mantenerse en sus casas.

 

Sindicato de Trabajadoras y Trabajadores de la Educación Costarricense, SEC

Sea parte de SURCOS:

https://surcosdigital.com/suscribirse/

La UCR pone a disposición del Gobierno su Laboratorio Clínico para el procesamiento de pruebas de COVID-19

Ante la situación de pandemia decretada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en relación con el virus SARS-COV-2, que provoca la enfermedad COVID-19, la Universidad de Costa Rica (UCR) ofrece colaboración a las autoridades de Gobierno para el procesamiento de muestras confirmatorias de COVID-19.

La propuesta, firmada por el Rector de la Universidad de Costa Rica (UCR), Dr. Henning Jensen Pennington, fue enviada el viernes 13 de marzo del 2020 al Ministro de Salud, Dr. Daniel Salas Peraza, para su valoración. Actualmente, todas las muestras de casos sospechosos de COVID-19 son procesadas por el Instituto Costarricense de Investigación y Enseñanza en Nutrición y Salud (Inciensa).

Según Jensen “los especialistas nos han informado que es probable que la cantidad de muestras, que se deben ser procesadas con prontitud, aumente significativamente. Por eso, ofrecemos un apoyo solidario, no solo al Ministerio de Salud, sino a la salud pública de nuestro país, a través de nuestro Laboratorio Clínico que es uno de los pocos laboratorios de Costa Rica que han sido acreditados bajo distintas normas de calidad a nivel internacional”.

De esta forma, la Universidad pone a disposición de todo el pueblo costarricense, las capacidades del Laboratorio Clínico y Banco de Sangre de la Universidad de Costa Rica (LCBSUCR), ubicado en el Hospital de Trauma. Este laboratorio cumple con los más altos estándares de calidad para el análisis clínico de muestras y podría reforzar el trabajo que realiza Inciensa en la detección oportuna de casos de COVID-19.

El análisis de viabilidad de esta propuesta fue realizado por la Oficina de Bienestar y Salud de la UCR. Esta instancia concluyó que se trata de una opción viable y que responde a los estándares requeridos, ya que el LCBSUCR cuenta con equipos de la misma calidad que utiliza el Inciensa, así como instalaciones adecuadas y personal altamente capacitado. En caso de concretarse la colaboración, los reactivos serían enviados por el Inciensa al laboratorio de la UCR para el análisis de las muestras.

Con esta iniciativa, la Universidad de Costa Rica fortalece su compromiso con la sociedad, como agente de educación, investigación y acción social, sobretodo en momentos donde el país requiere unir esfuerzos en pro de la salud de la población. La UCR aún no ha recibido una respuesta del Ministro de Salud sobre este ofrecimiento.

 

Katzy O`neal Coto

Periodista, Oficina de Divulgación e Información

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

Imagen con fines ilustrativos. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez, UCR.

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SERPAJ: Comunicado frente a la coyuntura del COVID-19

Servicio Paz y Justicia Costa Rica
«Querernos la Paz, Trabajamos por la justicia»
SERPAJ: Comunicado frente a la coyuntura del COVID-19

Dada la coyuntura que enfrentamos internacionalmente respecto al COVID-19, el Servicio Paz y Justicia Costa Rica comunica lo siguiente:

Consideramos que resulta fundamental tomar medidas de contención y saneamiento para evitar la propagación de esta enfermedad, así como promover el bienestar de todas las personas con las que nos relacionamos y no saturar el sistema de salud pública. Por esta razón, tomamos el acuerdo de suspender nuestra participación de todas aquellas actividades que impliquen la conglomeración de personas, así como el préstamo de nuestro local a las agrupaciones y movimientos que hacen uso de este hasta el 13 de abril de 2020, con posibilidad de prorrogar este período según cómo evolucione la situación del país respecto a este tema.

Esto no significa que dejemos de brindar nuestro apoyo político a los diferentes movimientos sociales. Es más bien un llamado a asumir otras medidas de cuidado colectivo en favor de la salud de todas las personas. Por ello:

1. Nos unimos a las recomendaciones preventivas globales respecto a los cuidados de higiene personal, el protocolo de tos y estornudo, la limpieza de los sitios que ocupamos, el no acaparamiento de productos, permanecer en el hogar y no realizar actividades en el exterior si no es estrictamente necesario, procurar el cambio de ropa y zapatos que han sido utilizados en la calle, evitar el contacto de ojos, nariz, boca y genitales sin un adecuado lavado de manos, y mantener el aseo de aparatos móviles y electrónicos que estén en uso constante.

2. Invitamos a buscar formas alternas de encuentro a través de distintos medios de comunicación virtuales que tenemos a disposición, para establecer canales de información y divulgación sobre lo que acontece socialmente respecto a los Derechos Humanos, y así mantenernos vigilantes antes las situaciones de malestar y violencia que nos puedan aquejar.

3. Hacemos un llamado a no soltar las causas y luchas sociales. Ante la coyuntura actual motivamos a hacer un uso permanente y responsable de redes sociales para informarse, difundir y denunciar cualquier hecho violento que se perpetúe aprovechando la situación actual.

Externamos nuestro deseo de paz y bienestar a todas las personas con las que estamos involucrados/as, así como a sus familias. Invitamos a tomar medidas para garantizar su cuidado y su salud a fin de afrontar de la mejor manera esta enfermedad, sin perder de vista las demás situaciones sociales que pueden afectar nuestros DDHH y nuestra construcción de bienestar personal, social y comunitario.

Servicio Paz y Justicia Costa Rica San José, Costa Rica.
Domingo 15 de marzo de 2020.
SERPAJ Costa Rica

«Queremos la Paz, Trabajamos por la justicia»