Es tiempo de oxigenar la democracia con la participación ciudadana

José Luis Pacheco Murillo

Los procesos democráticos en cualquier país del mundo deberían de fortalecerse mediante una mayor participación ciudadana y además, con un reordenamiento de aquellas actividades en las que esa ciudadanía debe participar para escoger a quienes les representarán en los puestos de elección popular.

Por ejemplo, sería más democrático que los ciudadanos escojan a quienes llevarán a la Asamblea Legislativa y no como sucede actualmente, en donde se vota por una papeleta propuesta por los partidos políticos y que obliga al ciudadano a votar por quienes no les representarán, por múltiples razones. La elección debería ser escogiendo por nombre y no por papeleta. Eso fortalecería la democracia participativa. Otro avance importante sería que, para las elecciones municipales, si fuese factible, que quienes participan lo puedan hacer sin necesidad de tener que ser postulados por partidos políticos, sino que simplemente se postulen y que los munícipes decidan. Y que esas postulaciones puedan ser para un solo puesto ya sea Alcaldías, regidurías o sindicaturas. O bien, como un paso a ese fortalecimiento democrático, que en las elecciones municipales los que participen sean partidos cantonales solamente ya que, al fin y al cabo, la circunscripción en que se disputa la elección es cantonal.

El que sean partidos nacionales puede llevar a que en dichos partidos las decisiones que afectan a un cantón sean tomadas por mayorías que no pertenecen a ese cantón, y por ende, no conocen sobre las problemáticas que se viven en el cantón, incluso pueden llegar a imponer candidatos que no necesariamente sean los elegidos por las estructuras cantonales de dichos partidos, con lo que, antes de fortalecer la democracia se vivirían procesos anti democráticos.

Es tiempo de oxigenar la democracia. Es tiempo de hacer que la participación ciudadana sea real y efectiva y no una simple simulación en la que al final son unos pocos los que deciden por la mayoría y obligan a los demás a elegir a quién no desean, o bien, abstenerse de votar con el daño que eso representa para la democracia.

Dios quiera que se puedan generar los cambios para fortalecer la democracia y que haya más participación real y efectiva en los procesos electorales y con ello, que haya más responsabilidad ciudadana en esa participación y una mayor confianza en el sistema y en la toma de decisiones.