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Etiqueta: Estado benefactor

En memoria de Rodrigo Gámez, amigo y maestro

Luko Hilje

Ante la reciente muerte del Dr. Rodrigo Gámez, reproduzco aquí el siguiente texto, escrito en 2020, y que corresponde al prólogo de su libro “Biodiversidad, ciencia y cultura”, que este año publicará la Editorial de la Universidad Estatal a Distancia (EUNED).

Aunque no muy numerosa, la descendencia del educador sevillano Antonio Gámez González, llegado a Costa Rica a inicios de 1871 y cuyo nombre porta hoy la escuela del cantón central de Puntarenas, con sus obras ha sabido dejar firmemente estampada su rúbrica en la historia de Costa Rica, en ámbitos como la educación, la ciencia y el deporte.

Mi primera noción al respecto data de la infancia y la adolescencia. Nacido yo en Naranjo, Alajuela, y seguidor de la ya centenaria Liga Deportiva Alajuelense, desde muchacho admiré y seguí muy de cerca la trayectoria de Juan José Gámez Rivera, uno de los mejores mediocampistas que ha tenido Costa Rica, por lo cual era figura infaltable en la Selección Nacional. Y tanto, que cuando murió, escribí un artículo en la prensa, para resaltar no solo las proezas futbolísticas que hacía en la cancha, sino que también su labor como formador de jóvenes futbolistas, cuando le correspondió actuar como director técnico.

Pero, en realidad, ese apellido ya era parte de nuestra historia educacional. Y esto es así porque, tras el desgarre sufrido durante la fratricida Guerra Civil que entre marzo y abril de 1948 azotó y enlutó al país, con la llamada Segunda República emergió un Estado benefactor, cuyos ejes fueron la democratización de nuestra enseñanza y la seguridad social, para beneficio de las grandes mayorías. Sí, la educación como oportunidad de enaltecimiento de la condición humana, así como de realización del potencial que todo ciudadano tiene, pero también como vehículo de movilidad social y de oportunidades profesionales y laborales, lo cual permitiría el desarrollo de una vigorosa clase media. Todo ese proceso tuvo la indeleble impronta de don Uladislao (Lalo) Gámez Solano, a quien el líder de la revolución, don José Figueres Ferrer, le encomendó tan ingente y delicada labor.

Fue ya en mis tiempos de estudiante en la Universidad de Costa Rica (UCR), que me tocaría toparme con este apellido por tercera vez. En efecto, aunque estudié Biología, por interés propio tomé varios cursos en la Facultad de Agronomía, donde laboraba el Dr. Rodrigo Gámez Lobo, reputado especialista en virología vegetal y sobresaliente profesor, de quien mi hermano Ivo fue su alumno. Lo conocía de vista, y nunca tuve la oportunidad de conversar con él, pero estaba enterado de su trayectoria y lo admiraba muchísimo.

Recuerdo que entre 1973 y 1974 —en esos tiempos yo era representante estudiantil y estaba muy al tanto del acontecer político-académico universitario— se realizó el memorable Tercer Congreso Universitario, que socolloneó los cimientos y revitalizó el quehacer institucional. Eso implicó reformar la estructura jerárquica superior, por lo que se crearon las vicerrectorías de docencia, investigación y acción social. Y, con mucho tino, el rector Eugenio Rodríguez Vega escogió al Dr. Gámez como el primer vicerrector de investigación. Recuerdo cuánta alegría sentí cuando me enteré de esa noticia, aunque se esfumó pocos meses después, debido a varias circunstancias universitarias y porque él tenía otras aspiraciones y metas profesionales.

En efecto, consecuente con su espíritu de innovador y su vocación de pionero, se había propuesto adquirir un microscopio electrónico y fundar la Unidad de Microscopía Electrónica, hoy convertida en el Centro de Investigaciones en Estructuras Microscópicas. Pero, como ello resultaba incosteable por la UCR, recurrió a su prestigio de reputado virólogo vegetal, y con el apoyo de varios científicos y administradores, entre ellos el Dr. Rodrigo Gutiérrez Sáenz, decano de la Facultad de Medicina, logró que en 1974 éste le fuera donado por el gobierno japonés a través de la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA). Sin embargo, como su visión no se restringía al ámbito nacional, desde su nacimiento mismo, ese ente estuvo al servicio de los investigadores de toda América Latina y el Caribe.

No obstante, sus expectativas eran más altas y amplias. El individualismo, el egoísmo y la egolatría, bastante comunes entre investigadores del primer mundo, eran ajenas a su carácter y a su actitud hacia la ciencia. Por eso, desde que en 1967 retornó de la Universidad de Illinois con su doctorado en mano, siempre trató de trabajar en equipo, procurando la complementariedad de conocimientos y de experiencias, para obtener productos científicos y técnicos de mayor calibre.

Por eso, generoso, así como insatisfecho con sus logros, se propuso algo más ambicioso, que sobrepasara su propio campo de especialización, y fue así como en 1976 concretó la creación del Centro de Investigación en Biología Celular y Molecular (CIBCM).

Concibió una entidad dedicada al estudio de aspectos básicos, fundamentales, del mundo submicroscópico, pero también de sus aplicaciones prácticas en los campos de la salud y la agricultura. Tan es así, que en 1983 el Dr. Gámez fue galardonado con el célebre Premio Interamericano en Ciencias Dr. Bernardo Houssay, de la Organización de Estados Americanos (OEA), por sus estudios sobre virus del frijol y del maíz, cultivos originarios de Mesoamérica y esenciales en la dieta de nuestros pueblos; de hecho, él fue el descubridor del virus del rayado fino del maíz. Desde entonces y hasta hoy, 40 años después, el CIBCM ha cumplido con creces su misión, así como logrado gran renombre y proyección, tanto en el continente americano como en el mundo.

Sin embargo, aparte de sus proverbiales habilidades de docente e investigador, como líder y gestor científico nato, a él no le bastaba con eso. Por ello, dedicó muchas de sus mejores horas y días, junto con otros connotados científicos y educadores, a la creación del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICIT) y la Universidad Estatal a Distancia (UNED). Asimismo, se involucró con gran interés y entrega en las actividades conservacionistas de la Fundación de Parques Nacionales (FPN), así como las científico-académicas de la Organización para Estudios Tropicales (OET), consorcio de universidades estadounidenses y costarricenses. Y esto último sería lo que propiciaría nuestro punto de encuentro.

En efecto, un venturoso día de febrero de 1985 fui convocado por el Dr. Gámez a una reunión auspiciada por la OET, para darle forma a un nuevo curso, denominado Tropical Agricultural Ecology; para entonces yo trabajaba en la Escuela de Ciencias Ambientales, en la Universidad Nacional (UNA). Me sentí realmente honrado de poder departir con científicos de la talla de él, así como de Robert Hart, Steve Gliessman y Steve Risch, entre otros. El curso, en el que después sería invitado a dar una conferencia en mi campo de especialización, fue coordinado por el connotado matemático y ecólogo John Vandermeer, y se inició en 1985. Aparte de conocer a John y su esposa Ivette Perfecto, amigos míos y colaboradores hasta hoy, ese episodio me deparó una nueva amistad. Y esa fue la del Dr. Gámez, quien desde entonces me pidió que no le llamara así, sino Rodrigo.

Pero, inquieto como siempre, en la mente de Rodrigo bullían otros proyectos. Tendedor de puentes y nunca promotor de muros, aspiraba a crear un centro de investigación en ecología tropical, en el que confluyeran los científicos de las diferentes universidades, del Museo Nacional y de otras entidades afines, para desarrollar grandes proyectos colaborativos, de relevancia nacional, con el apoyo de universidades y otras organizaciones internacionales. Recuerdo haber participado en una de las reuniones preliminares para la gestación de esa iniciativa, realizada a inicios de junio de 1985 en la Escuela de Biología de la UCR, la cual abortó pronto, lamentablemente, por diversas razones. Sin embargo, la grata sorpresa emergería en febrero de 1989, cuando numerosos investigadores fuimos convocados a una especie de reunión consultiva por parte del Dr. Álvaro Umaña Quesada, ministro de Recursos Naturales, Energía y Minas (MIRENEM).

Acostumbrado uno en el mundo universitario a reuniones casi cotidianas, una buena parte de ellas infructíferas, esa reunión, efectuada en el auditorio del Instituto Nacional de Seguros, fue realmente seminal y germinal. Es decir, la semilla ya estaba ahí, pero faltaba el compromiso interinstitucional para que germinara, y ese día empezó dicho proceso.

A partir de entonces, Rodrigo empezó a sugerir y seleccionar a los representantes de cada institución, y me propuso para que representara a la UNA. Él mismo hizo la gestión inicial con la rectora, Rose Marie Ruiz Bravo, y recuerdo que varias veces me visitó en mi casa para firmar documentos. Y, por fin, el 26 de octubre de ese año, nacía el Instituto Nacional de Biodiversidad (INBio), con sede en Santo Domingo, Heredia.

Desde entonces, a través de varias sesiones de reflexión y análisis, en ese proceso genesíaco de construcción institucional, mi relación profesional con Rodrigo se acrecentó, aparejada a la consolidación de nuestra amistad. Además, a pesar de mi alejamiento físico, pues a partir de enero de 1991 y por 13 años laboré en el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE), siempre mantuve un contacto más o menos cercano con la institución, que seguía innovando, creciendo y floreciendo.

Al respecto, en el décimo aniversario de su fundación, publiqué en la prensa un artículo intitulado El INBio, audacia y dedicación, en uno de cuyos pasajes expresé lo siguiente: “En síntesis, así se entrelazan y encarnan los tres conceptos medulares que rigen la labor del INBio: salvar, conocer y usar nuestra pródiga biodiversidad. Pero, además, todo este conocimiento se pone a disposición de nuestra sociedad y del mundo, a través de medios como internet, guías de campo bellamente ilustradas, textos y juegos educativos para niños, y de esa joya que es el INBioparque, recién inaugurado. Por ello, el INBio es reconocido como un modelo de institución científica, mundialmente, debido a varias razones, pero sobre todo porque su génesis y funcionamiento son ejemplos inequívocos de imaginación, audacia e innovación. Y en esto debe reconocerse que ha sido clave el Dr. Rodrigo Gámez, pues su liderazgo, capacidad de convocatoria, bonhomía y calidad científica le han permitido elegir bien a sus colaboradores, convencer a los decisores políticos y persuadir a los donantes extranjeros para, en apenas un decenio, convertir aquella idea embrionaria suya en un instituto tan robusto, que hoy es orgullo de Costa Rica y de América Latina”.

En efecto, durante 14 años, entre 1989 y 2003, Rodrigo fungió con Director General, hasta que algunos quebrantos de salud le impidieron continuar. Sin embargo, ha continuado apoyando las labores del INBio de otras maneras, a pesar de sus casi 84 años de edad.

Ahora bien, hace poco más de un año, me llevé la grata sorpresa de topármelo en el gimnasio y piscinas que frecuento, además de que se mudó del cantón central de Heredia a San Pablo, mi terruño adoptivo. En una de nuestras conversaciones, al manifestarme cuánto le costaba ahora escribir documentos extensos, me contó que por 13 años había publicado una columna mensual en el periódico semanal El Financiero. Yo lo sabía y había leído algunas, que a veces nos enviaba a los asambleístas del INBio, pero ignoraba que fueran tantas. Fue entonces cuando le sugerí que las compilara en un libro, y le ofrecí mi ayuda en leerlas, ordenarlas con cierta visión de conjunto y conseguir una editorial que pudiera publicarlo. En efecto, pocas semanas después me hizo llegar todo el material, y de inmediato empecé a trabajar en él.

Lo hice con entusiasmo y, al leerlas, me percaté con mayor claridad aún de lo que este acervo de conocimientos representa para popularizar la ciencia. ¡Cuánto he aprendido, de veras! Porque están escritas con la sabiduría de un auténtico maestro —que eso ha sido Rodrigo toda su vida—, así como en un tono muy ameno y pedagógico, propio de la estirpe de genuinos educadores conformada por su abuelo don Antonio y su padre don Lalo. Pero, aún más, son reflexiones nacidas no en un vacío ni en el aislamiento, sino alimentadas por la praxis de lo que ha significado la construcción cotidiana de una institución tan innovadora, pertinente y necesaria, como el INBio.

Hoy que esta querida entidad enfrenta serias dificultades financieras, confío en que los escritos de Rodrigo, tan ricos y persuasivos, además de deleitarnos contribuyan a crear conciencia y apoyo, para que en algún momento el INBio resurja, despliegue sus alas y alce vuelo nuevamente. Eso beneficiará no solo a Costa Rica, sino que al planeta como un todo, pues se necesitan instituciones de esta jerarquía, es decir, de muy alta calidad científica, pero al servicio inmediato de la sociedad, para enfrentar los grandes desafíos que amenazan al mundo natural y a la humanidad.

Escribo estas palabras en momentos sumamente difíciles, cuando todos los países del orbe están estremecidos por una pandemia causada por un letal coronavirus, la cual ha provocado pánico, muerte y dolor. Pero, como toda epidemia —y Rodrigo bien lo sabe, como virólogo que es—, ya pasará, aunque a un alto precio en vidas y sufrimiento. Sin embargo, cuando esta epidemia desaparezca, ahí estarán amenazas planetarias mucho más graves que esa, asociadas con las consecuencias del calentamiento global, a lo cual Rodrigo dedica varias columnas, profundamente conmovido y preocupado.

Ojalá que, ahora que están reunidas en un solo volumen, las sabias y aleccionadoras palabras de este fecundo científico y ejemplar ser humano circulen ampliamente. Pero, sobre todo, que calen profundo en la conciencia del ciudadano común, así como en las de quienes toman decisiones en todos los planos de la vida política del país y del mundo, para contribuir a salvar el planeta de la destrucción que —al menos por ahora, y por más optimista que uno trata de ser—, pareciera inminente.

Congreso Nacional de la ANDE/Sindicato, 2024

ANDE:  construye la Justicia Social

Mons. José Rafael Quirós Quirós
Arzobispo Metropolitano de San José
San Antonio, Belén, 23 de octubre de 2024

Agradezco la atenta invitación para participar en el acto inaugural del septuagésimo noveno Congreso Nacional de la ANDE/Sindicato, en el marco celebrativo del octogésimo segundo aniversario de fundación de la Asociación.

El presente Congreso Nacional reviste suma importancia para estudiar, dialogar, discernir y actuar a favor de la justicia social en nuestro país. Se dice que no sabemos para dónde vamos, si olvidamos de dónde venimos. De ahí, la importancia que adquiere recordar los motivos e ilusiones que impulsaron a costarricenses amantes de la patria, por construir una sociedad más justa, equitativa y fraterna con los empobrecidos y vulnerables de nuestros campos y ciudades.

Muchas de las mentes y los corazones de aquellos costarricenses vibraron y se comprometieron con las palabras del Maestro por excelencia, vengan a mí benditos de mi Padre a heredar el Reino prometido, porque tuve hambre y me dieron de comer; fui forastero (migrante) y me hospedaron; estuve en la cárcel y enfermo y me visitaron; desnudo y me vistieron; con sed y me dieron de beber, porque siempre que lo hicieron con uno de éstos mis hermanos más pequeños conmigo lo hicieron (cfr. San Mateo 25,34-36).

Esos costarricenses construyeron un proyecto de vida personal y social, inspirados en los valores cristianos, y en el pensamiento social de la Iglesia, de justicia social, fraternidad, bien común y otros. Esos compatriotas habían integrado a su escala de valores la paz como fruto de la justicia, la verdad, el amor, la fe y la esperanza. Nunca tuvieron miedo ante corrientes contrarias.

Diseñaron y edificaron un Estado benefactor con los habitantes desfavorecidos de fortuna y empobrecidos. Un Estado Social de Derecho, para que fuera la ley el árbitro de toda controversia. Fortaleció el equilibrio de poderes en lo legislativo, judicial y ejecutivo descartando todo absolutismo.

Esos costarricenses visionarios diseñaron políticas públicas y forjaron instituciones de bienestar social para la distribución de la tierra, la vivienda popular y generar empleo. Destinaron un alto porcentaje del producto interno bruto en inversión educativa, para la alimentación de los escolares, impulsar la infraestructura educativa, estimular el pago profesional de los docentes y lo necesario para un futuro mejor. Las Universidades Públicas abrieron sus puertas al desarrollo de la cultura, la investigación, la tecnología, el cultivo de las artes y letras, al conocimiento en procesos humanísticos para la superación de las personas de escasos recursos económicos, que permitiera la movilidad social, la equidad e igualdad entre nosotros.

Esos compatriotas nos dejaron un sistema de seguridad social, atento a robustecer un seguro de salud y un seguro de invalidez, vejez y muerte, con la creación de la Caja Costarricense del Seguro Social, para que fuera universal y solidaria con los más pobres. Un sistema de salud que llegara a todos los rincones de nuestro país, donde se procuró agua potable, electricidad y caminos vecinales.

El establecimiento de los Estancos del Consejo Nacional de Producción fue un signo de la posibilidad de un comercio más justo y una economía solidaria, dejando de lado la voracidad del mercado. De ahí, el apoyo al productor nacional y las políticas públicas a favor del desarrollo agropecuario de esos tiempos y del futuro.

Estimados educadores, el presente Congreso Andino es una posibilidad de juzgar porqué esa Costa Rica ha perdido su ruta original, aventurándonos en un país donde crece la pobreza, las desigualdades e iniquidades. Se mermó la inversión social y se favoreció a los centros de poder económicos, financieros e intereses extranjeros; acrecentando la injusticia social.

Sigue siendo la riqueza insolidaria, la expresión del egoísmo y de la injusticia. Riqueza amasada muchas veces de medios no del todo éticos ni lícitos.

Los Obispos de Costa Rica, hemos manifestado nuestra preocupación y observaciones al texto base del Proyecto de Ley N° 24.290, (CECOR, 035-2024, 19 de junio de 2024) para el establecimiento de las jornadas laborales excepcionales, conocidas como proyecto de las jornadas 4 x 3, que no solo priva a los creyentes cristianos de consagrar el día domingo como expresión del derecho humano a la libertad religiosa y de culto, sino a las mujeres trabajadoras que además de la presunta jornada diaria de 12 horas, deben invertir tiempo en el traslado del puesto de trabajo a sus hogares y sumar más horas a las labores domésticas, cuido y educación de sus hijos; afectando gravemente la salud física, emocional y mental, de esas madres, esposas, muchas de ellas jefas de hogar. Asimismo, se privaría a muchos jóvenes de asistir a la educación nocturna y se afectaría gravemente el derecho al descanso y al ocio en familia de los trabajadores y otros asuntos de fondo. Entonces, habrá que preguntarse: ¿a quién beneficiará dicha jornada laboral?

Apreciados Andinos, es fundamental luchar contra el individualismo, el egoísmo y la división. No permitamos que se asiente “el sálvese el que pueda”. Preguntémonos ¿Qué nos ha pasado?; ¿qué nos hizo cambiar?; ¿hacia dónde vamos ahora?

Hay quiénes se han dejado manipular e invierten los valores. Para mi generación una mentira era una mentira, en cambio ahora se constata que hay mentiras a las que se les llama verdad. También, lo bueno ahora puede ser malo y lo malo ser bueno. Es así como se nos quiere convencer, respecto al aborto, que de manera evidente es el asesinato de un niño indefenso en el vientre de su madre, y lo proclaman como un derecho humano de la mujer. ¿Qué nos ha pasado?, ¿por qué hemos endurecido el corazón olvidando la dignidad de los hijos de Dios y la fragilidad de los hermanos?

Precisamente en este Congreso de ANDE/Sindicato se abre una ventana de oportunidades para que los educadores costarricenses, juzguen y ofrezcan aportes que reviertan el sendero por donde nos han conducido, cuya estrategia es la división y confrontación entre nosotros, en favor de los intereses de grupos de poder. A esos intereses ocultos les ha funcionado la estrategia política: divide y vencerás.

Que no sea así entre nosotros, todavía podemos salvar nuestro hermoso país. Dios nos ayudará. Echemos mano a nuestras raíces cristianas, a nuestra fe en Jesucristo, nuestro compromiso social desde la tarea educativa.

Andinos, hagan lo que está en sus manos, Dios les pedirá cuentas de lo que podían hacer y dejaron de hacer.

No se dejen llevar por el pesimismo, la indiferencia, las dificultades que les toca vivir, la crítica hiriente y malsana en sus centros educativos, sino antepongan el amor a sus estudiantes.

No se cansen de servir, no callen la verdad, superen el miedo y temores.

No se dejen conquistar por simples ideologías de momento.

Defiendan la vida en todas sus expresiones, desde la ternura de un niño por nacer, los bosques exuberantes de nuestro trópico hasta la grandeza y belleza del planeta tierra. Seamos custodios de la creación de Dios.

Así, bendito el docente que hace de su profesión una misión amorosa, construyendo la espiritualidad del educador cristiano y que confía que todo lo puede en Cristo que le fortalece (Cfr. Efesios, 4,13).

Que la herencia histórica de sus predecesores andinos, que fortalecieron el Estado Social de Derecho, y otras reivindicaciones para la construcción de la justicia social, marque los derroteros del porvenir.

Finalmente, deseo felicitarlos por los 82 años de fundación de ANDE, y encomendar a San José Obrero, las jornadas de trabajo que han programado, para que no falte la alegría en el desempeño profesional, y la esperanza en los años venideros en procura de una Asociación Nacional de Educadores, comprometida en continuar construyendo la paz social, como fruto de la justicia, la defensa de la vida y una educación pública a favor de los más pobres.

Que la dignidad humana presente en los educandos y educadores, ayuden a perfilar el futuro de ANDE/Sindicato de cara a los retos por venir.

Les deseo muy feliz Congreso.

¿A dónde vas Costa Rica?

José Luis Pacheco Murillo

¿Quo Vadis Costa Rica? ¿A dónde vas Costa Rica? ¿A dónde te han traído? ¿A dónde te están llevando?

Se supone que toda empresa, toda institución y debería de ser así, todo país, debería de mejorar y de avanzar hacia mayores logros, mayor desarrollo y por ende, mejor calidad de vida y mejores condiciones para todos.

Tuvimos un país cuyos índices en desarrollo humano, en salud y en calidad de vida eran los mejores de América Latina e incluso mejores que muchos países de Europa.

Teníamos una educación y una salud publicas extraordinariamente buenas. Teníamos una economía estable y un tipo de cambio que nos permitía un poder adquisitivo que pocos países tenían.

Las instituciones estaban al servicio de la ciudadanía y eran eficientes ven brindar esos servicios.

La seguridad pública nos permitía vivir en paz y caminar sin peligro y a cualquier hora del día.

¿Qué cambió? ¿En qué momento sucedió? ¿Cuándo se acabó aquel Estado benefactor? ¿Por qué dejamos de ser lo que éramos?

Todo comenzó cuando algunos dijeron que el Estado era muy grande y que muchos de los servicios que el Estado brindaba tenían que ser trasladados a empresas privadas. Cuando se le hizo caso al Fondo Monetario Internacional, al Banco Mundial y el Consenso de Washington comenzó a ejecutarse. Y aquí tanto el Partido Liberación Nacional como la Unidad Social Cristiana abrieron los brazos para que se implementaran los Planes de Ajuste Estructural (PAE). Primero Luis Alberto Monge, luego Calderón Fournier, luego Figueres Olsen y ahí se abrieron todas las compuertas para que el Estado dejara de ser lo que era y el pueblo dejara de obtener los beneficios que teníamos. La salud pública se deterioró porque la salud privada tenía que ser fortalecida y la fortaleció la misma CCSS comprándole sus servicios pagando miles de millones de dólares. La educación pública se deterioró y porque la privada tenía que ser fortalecida. Y han tratado de desmantelar la CCSS y trataron de acabar con el ICE, el pueblo lo impidió entonces decidieron debilitarlo. Precisamente en gobiernos de Liberación Nacional y la Unidad Socialcristiana sucedieron hechos muy lamentables en contra de esas instituciones. Óscar Arias Sánchez, Miguel Ángel Rodríguez y su séquito causaron daños que hasta hoy no han podido repararse en esas instituciones.

Y desde luego que vino la corrupción galopante y vino el narcotráfico y vino la mala educación y vino la pobreza y la pobreza extrema y vino la migración del campo a la ciudad y esos politiqueros fueron los que fomentaron los tugurios para luego ofrecerles “bonos” y ganar votos.

Pero lo que más desgracia nos ha causado y que vino junto con todos esos males y porque todo eso se hacía que llegara y se quedara fue La INDIFERENCIA de la gente. El que no le importara nada de lo que sucedía. Permitimos que nos robaran, nos saquearan y nos despojaran de todo lo que teníamos bueno, incluso hasta de nuestra dignidad, porque nos despojaron de nuestro amor por esta patria.

Ha habido intentos por sacudirnos de esa oprobiosa corrupción política, pero los intentos han sido acabados, con la ayuda de la prensa y la indiferencia nuestra. Rodrigo Carazo, mal entendido, mal enjuiciado y mucho peor tratado, hizo lo posible, pero Liberación Nacional no podía permitir que lograra sus deseos y por ello impidió desde la Asamblea Legislativa que se dieran las cosas como tenían que darse.

Hoy no andamos muy lejos de eso. Y ahora hasta nos quitaron la posibilidad de protestar en las calles.

Dios quiera que no olvidemos la historia y que dejemos de lado la indiferencia y asumamos actitudes y conductas más patrióticas ante tanto filibustero que tenemos hoy en día.

¿QUO VADIS COSTA RICA?

En torno al Modelo del Estado Benefactor: análisis histórico y actualidad

Desde la Cátedra de Historia de las Instituciones de Costa Rica, se le invita a la conferencia “En torno al Modelo del Estado Benefactor: análisis histórico y actualidad”, que se realizará el próximo 14 de julio a las 5:00 p.m. en el Auditorio CIMAR de la Ciudad de la Investigación de la Universidad de Costa Rica. 

La conferencia contará con la presencia de:

  • Dr. Hugo Vargas G (Moderador): Universidad de Costa Rica. 
  • Dra. Ana María Botey S (invitada especial): Universidad de Costa Rica.
  • Dr. Luis Paulino Vargas S (invitado especial): Universidad Estatal a Distancia.
  • M. Sc. Manuel Calderón H: Universidad de Costa Rica. 

La conferencia será transmitida por el Facebook LIVE de la Escuela de Historia de la Universidad de Costa Rica y por medio del canal de YouTube de la Escuela de Historia. 

Legitimidad de anular

José Manuel Arroyo Gutiérrez

            No encuentro razones ideológicas, programáticas, legales ni éticas para votar por alguno de los candidatos en esta segunda vuelta.

            Tanto Figueres Olsen como Chaves Robles son hijos ideológicos de un fenómeno político-económico mundial gestado en la década de los años ochenta del siglo pasado. A partir de la era Reagan-Thatcher y el llamado Consenso de Washington, se abre paso al desmantelamiento del modelo de Estado Benefactor y su expresión jurídica, el Estado de Derecho. Ya no habrá tanto la necesidad de golpes de estado militares, bastará con la dictadura del mercado impuesta a través de la libérrima competencia, privatización de los servicios públicos, reducción al mínimo de instituciones y el debilitamiento máximo del Estado y su función contralora/reguladora. Al mismo tiempo, se “flexibilizan” las leyes y derechos laborales y se promete, en vano,  ingresar  a una era de prosperidad y desarrollo de la que todos se beneficiarían. Ya Figueres, dos décadas atrás, nos dio testimonio de ser alumno aplicado en materia de cerrar instituciones y servicios públicos, favorecer la concentración de riqueza y debilitar un aparato estatal con muy poca capacidad de administrar y controlar los excesos de las élites económico-políticas. Por su parte, Chaves es un funcionario internacional de carrera en el Banco Mundial, es decir, un burócrata encargado, por varias décadas, de aplicar aquellas mismas recetas, patentemente fracasadas,  en los países en vías de desarrollo.

            Cuarenta años después de emprender estos caminos, los resultados son evidentes. Sin necesidad de entrar en detalles, tanto en los Estados Unidos de América como en Inglaterra, el empobrecimiento generalizado, el ensanchamiento de la brecha económica y la reducción efectiva de los derechos fundamentales de grandes mayorías,  se consolidan en toda su brutalidad. En el caso latinoamericano, el buque insignia de estas políticas, la república de Chile, se debate hoy en la urgencia de cambiar de rumbo ante los resultados desastrosos del modelo. En el caso costarricense, esta ruta nos ha llevado de ser una de las tres naciones con mejor índice de equidad, a convertirnos en una de las diez  más inequitativas de la región.

            Por esto, gane quien gane el próximo 3 de abril, en lo esencial, el modelo económico a seguir, no tendrá grandes diferencias. Será más de lo mismo, incluidos desdichadamente las concesiones del PAC en los últimos años. Seguirá creciendo la inequidad en la sociedad costarricense, un porcentaje cada vez menor de familias concentrarán un porcentaje cada vez mayor de la riqueza y, a la inversa, las clases bajas y medias se tendrán que contentar con las migajas que queden. He aquí la razón de la sinrazón de una fobia incontrolable contra todo lo que huela a organizaciones y causas populares, a solidaridad social, a institucionalidad contralora, a pensamiento crítico universitario o a independencia judicial y de otras instituciones autónomas.

            ¿Puede caber duda al servicio de quiénes gobernarán ambos candidatos? Menciono sólo dos eventos muy recientes, en pleno curso de la segunda ronda, para ejemplificar lo que afirmamos.  Figueres recibe en donación,  de un magnate amigo,  el vuelo privado para reunirse con la élite económica de República Dominicana, embarcada como pocas naciones en la deriva neoliberal. Dejemos de lado la clandestinidad del viaje y si fue para recaudar dinero, para arreglar el mundo o para hablar sobre la guerra en Ucrania. Lo cierto es que este movimiento lo retrata de cuerpo entero. Desnuda quiénes son sus más cercanos aliados y quiénes serán su prioridad en un eventual gobierno suyo. Lejos están los tiempos en que República Dominicana envidiaba a Costa Rica, su modelo socialdemócrata de desarrollo y la calidad de sus instituciones. Ahora parece que vamos a la cola de las autocracias del libre mercado. Figueres Ferrer y Juan Bosch estarán revolcándose en sus tumbas. Del otro lado, Chaves, el hombre que regresa a su país más empujado por las circunstancias que por voluntad propia, es en realidad un perfecto desconocido. El tema de los acosos contra mujeres y las sanciones que se le impusieron en el Banco Mundial, han tenido el efecto secundario de no poder conocer otra serie de aspectos esenciales de su persona, como para depositar o no confianza en su candidatura. A estas alturas hay evidencia de la financiación irregular y oscura de su campaña, no sabemos al día de hoy cuánta financiación ha recibido ni de quiénes. Esto puede ser catastrófico cuando se hace política en tiempos del narco. Menudas sorpresas nos podremos llevar en el próximo cuatrienio.

            En lo programático, es un hecho que el PLN se ha cuidado de articular una propuesta elaborada y hasta progresista. Muy diferente al libelo improvisado, mínimo y superficial del PPSD. Pero no tenemos razón alguna para creer lo que ha sido puesto sobre el papel. Ya son muchas las veces que Figueres, entre desesperado e incoherente, ha asumido posiciones contrarias a su programa y ha tenido que desdecirse una y otra vez. A Chaves Robles, peor aún, le interesa muy poco tener un programa. Lo suyo son las consignas y frases huecas canalizadoras del descontento popular. Quizá esto explique por qué no hay verdadero debate de ideas, sino acusaciones sucias acerca de quién es más sucio. Esta es una hora lamentable para la democracia más antigua del continente iberoamericano.

            Desde el punto estrictamente legal, en Costa Rica abstenerse de votar no ha tenido consecuencias. Anular el voto está taxativamente previsto como posibilidad, sobre todo en el artículo 194 de Código Electoral. También es posible dejar en blanco la papeleta. Por viejos antecedentes jurisprudenciales del TSE, los votos nulos y en blanco se agrupan y contabilizan por separado, no se suman a ninguna de las otras opciones y su efecto, sobre todo para las primeras rondas, tiene que ver con la cifra de votos válidamente emitidos y si superan o no el 40% de ley para decidir una contienda en  primera instancia.      Anular el voto es una posibilidad legalmente prevista por el ordenamiento jurídico, y tan legítima desde el punto de vista cívico, como lo es el apoyo a cualquier candidatura.

            De modo que la voluntad del elector-ciudadano en nuestro país puede ser legítimamente abstenerse de votar, votar nulo o dejar la papeleta en blanco. Y en las actuales circunstancias, quienes estimamos que ninguno de los dos candidatos en la contienda merece nuestro apoyo, con total legitimidad podemos así manifestarlo. No hay derecho de reclamar a quienes decidamos expresar de estas maneras nuestra libre voluntad, a acusarnos de estar haciéndole el juego a uno u otro de los competidores por la sencilla razón de que no hemos sido parte de las “minorías mayoritarias” que nos metieron en esta encrucijada; tampoco se nos puede señalar irresponsabilidad alguna porque muchos de nosotros no estamos dejándonos llevar por la irreflexión, la mera subjetividad o la desidia. Todo lo contrario, estamos mandando el mensaje, a cualquiera de los  dos postulantes que gane, que lo hace con el mínimo de los apoyos y para que pongan su barba en remojo. Ya los neoliberales chilenos, con Sebastián Piñera a la cabeza, acaban de ser debidamente rasurados por el pueblo en las calles y en las urnas. Es una tendencia universal que busca poner freno a la teología del libre mercado, sus falsos profetas y su inalcanzable tierra prometida.

            Es más, no votar, anular o dejar en blanco la papeleta, no sólo son decisiones que pueden expresar un profundo malestar ciudadano, sino también puede constituir un legítimo gesto de integridad moral y claridad mental. En su novela Ensayo sobre la lucidez, el Premio Novel José Saramago, teje una aleccionadora trama en torno al tema que estamos tratando. En su ficción, un 83% del electorado decide votar en blanco. El sistema entra en crisis, pero ese alto porcentaje lo hace en razón del hartazgo popular por los abusos de la clase política, por el divorcio abismal entre los representantes y los representados, por la corrupción estructural que convierte la política  en una forma más de hacer negocios particulares, y por la distancia entre una democracia meramente formal frente a una democracia real y participativa. ¿Nos suena conocido? A ver si la literatura universal nos ayuda a salir del atolladero en que estamos. Este es el tópico que abre el campo de la ética pública en el ejercicio de los derechos ciudadanos y la necesidad de exigir cambios profundos en quienes se postulan para conducir el destino de todas y todos.

            Por último, ciertamente considero de gran importancia acudir a los recintos electorales como gesto de respeto por la institucionalidad democrática y el costo humano –incluso cruento- que el sufragio universal ha tenido a lo largo de la historio. Pero acudir a esta cita, en mi caso, será para anular el voto y ayudar a construir tiempos mejores.

La agonía de un ministerio

Adriano Corrales Arias*

Cerca de su cincuenta aniversario, parece que la emergencia nacional por la pandemia pone a flote la crisis que arrastra el Ministerio de Cultura y Juventud (MCJ), acumulada en los últimos treinta años y acelerada en los últimos diez. Gracias a la contrarreforma neoliberal iniciada en los años ochenta del siglo pasado con los tristemente célebres Planes de Ajuste Estructural (PAEs), dicho ministerio ha sido despojado de algunas de las funciones estratégicas para las que originalmente fue creado. Por eso carga con serias limitaciones para responder a una realidad cambiante y también en crisis, la cual se expresa en una sociedad trastocada por el cambio global y por una creciente y profunda desigualdad estructural.

De cara a su aniversario (y ante el opaco bicentenario de la “república”), muchas personas pensamos que bien valdría la pena realizar un balance colectivo del ministerio y de las políticas culturales en Costa Rica para repensar lo que se ha hecho y se ha dejado de hacer y, fundamentalmente, sobre el rol que debería jugar el MCJ en el futuro cercano, sin olvidar que, al menos simbólicamente, también es el ministerio de la juventud. Es una tarea pendiente y es de esperar que el mismo ministerio se aboque a ella con la presencia organizada de los sectores involucrados en el quehacer cultural y artístico del país.

En retrospectiva, es importante recordar que el 5 de julio de 1971, mediante la Ley No. 4788, se crea el Ministerio de Cultura Juventud y Deportes, de tal modo que la cartera involucraba también a la Juventud y al Deporte. (El pequeño ministerio se había incubado en la otrora Dirección de Artes y Letras del Ministerio de Educación, cuyo gran impulsor, entre otros, fue el artista y arquitecto Rafael “Felo” García). En los años setenta y parte de los ochenta, funcionó el Movimiento Nacional de Juventudes (MNJ) un vigoroso proyecto con casas de la juventud por todo el país. Por cierto, el actual Ministro de la Presidencia fue Director del MNJ por mucho tiempo. Más tarde eliminaron al “movi” (así lo llamábamos) porque estaba ayudando a crear dirigentes juveniles conscientes y críticos (¡con instructores israelíes!), muchos de ellos pasaron a la izquierda. Y, además era el ente rector del deporte; luego se creó el ICODER y le quitaron esa papa caliente al ministerio cuyo quehacer en esa rama era casi decorativo.

Es importante también recalcar que la creación del MCJ obedeció al objetivo estratégico del proyecto original promovido por los llamados “hombres de letras” del Partido Liberación Nacional, jefeados por don Alberto “Beto” Cañas Escalante, en un contexto marcado por la guerra fría y por las consecuencias de la guerra civil con sus persecuciones y su anticomunismo. Como en tantas otras acciones socialdemócratas y socialcristianas, el MCJD funcionó para institucionalizar conflictos y sectores “en pugna”. El Ministerio nace sin saldar la eterna disputa entre “Cultura” y/o “Bellas Artes”, es decir, entre la visión “bellaletrista y bellartística” y el concepto antropológico en el cual la cultura se entiende de manera más amplia e integral. Era una concepción difusionista: fortalecer las bellas artes y llevar la cultura a quienes no la “tenían”, ir a las comunidades con un proyecto de extensión patriarcal social demócrata. Para ello había que crear conjuntos artísticos (OSN, CNT, CND, TNT…) y museos entre otros entes; más tarde, cuando el concepto antropológico se fue imponiendo, se crearon direcciones regionales y Casas de la Cultura con un nuevo discurso acerca de “regionalización” ante el pudor de una conciencia vallecentrista asumida a medias. Eso hizo aguas muy pronto y el ministerio no se reactualizó sino que, al contrario, se recortó.

Ya entrado el nuevo milenio, el MCJ se fue adaptando a la contrarreforma y extendiéndose más al espectáculo (FIA, FNA, Feria del Libro, Festival de Cine, etc.) y apoyando las incipientes industrias culturales. Era claro, la actividad cultural pasaba de ser prioridad del estado (benefactor) a dejarse en manos de la iniciativa privada que, de todas maneras (rezaba el slogan) “produce libertad”. En los últimos años se le ha dado prioridad a los “pequeños productores de cultura” (artesanos y emprendimientos “artísticos”) e incluso los grandes proyectos de masas tipo FIA o FNA hicieron aguas, ya por la desidia, ya por la impericia de los tres últimos (des)gobiernos. Es claro que el ministerio transita a la deriva dependiendo de las administraciones o de las “personalidades” de sus ministros o ministras, así como de sus equipos de trabajo.

Ante la crisis algunos “artistas” pegan el grito al cielo (uno pregunta: ¿por qué no lo hicieron antes?, ¿por qué hasta los tiempos del Covid 19?) y amenazan con acusaciones y anatemas a la vez que lanzan un estentóreo SOS. Muchos de ellos comparan al ministerio con una suerte de CNP, ICT, INVU o IMAS, sin comprender la naturaleza del mismo ni la amplitud del concepto cultura. Otros, como quien esto escribe, pensamos que es demasiado tarde para pataleos, que hace muchos años le dieron el tiro de gracia. La contrarreforma neoliberal lo precarizó, los tres últimos gobiernos lo desmantelaron. Sin embargo, “del ahogado el sombrero”, algo se puede rescatar. Pero se precisa de una reforma total del estado que lo revitalice y lo coloque a la altura de los tiempos. En otras palabras, se trata de preservar y fortalecer el Estado Social de Derecho que la contrarreforma neoliberal ha venido debilitando y ahora quiere rematar. La pregunta es: ¿será posible?

Finalizo con la frase de un cantautor colocada en una de las redes sociales: “Muchos de los que reclaman ahora parece que han estado muy cómodos durante tantos años de silencio”.

*Escritor.
Cédula 2-332-689. Tel. 8373 6899.

 

Imagen: Presidencia.