Skip to main content

Etiqueta: indignación

La rebelión de los cabreados y el neofascismo

Álvaro Vega Sánchez
Sociólogo

El globalismo neoliberal y libertario (liberticida, Rogelio Cedeño) han enriquecido a un puñado de personas, el 1%, mientras han precarizado a los sectores medios y empobrecido a las mayorías, quienes pagan los platos rotos de sus extravagancias. Ninguna novedad, para quienes consideran que el mundo es de los audaces, y salados los que carecen de esa cualidad; sobrevivan o muéranse.

                Son estos sectores mayoritarios, los cabreados (molestos, enojados, indignados…), quienes en su desesperación se han convertido en la clientela electoral de una “nueva” clase política que les ofrece salir de su condición de marginalidad y precariedad a cambio de su adhesión incondicional. De esta manera, ha sabido aprovechar y capitalizar su enojo, desesperación y resentimiento, utilizando un discurso grandilocuente cimentado en una promesa de futuro próspero en lo económico, socialmente beneficioso y hasta pacífico. Está creando, así, las condiciones para legitimar su autoritarismo antidemocrático -revestido de una falsa democracia-, mostrándose como defensor y garante de derechos económicos y sociales de las mayorías.

                Al respecto, cabe destacar, el señalamiento de Benjamín Tijerina sobre la correlación entre los porcentajes de los electores protestantes, tanto en zonas rurales como urbanas, y a través de todas las capas sociales y generacionales, y los triunfos de Hitler. De ahí, se concluye que el Partido Nacional Socialista no era simplemente un partido de las clases medias radicalizadas, sino un partido popular de la protesta (Tijerina, B. 1998). Efectivamente, en la Alemania de posguerra, primera Mundial, el discurso racista y supremacista de Hitler, así como sus acciones genocidas se vieron favorecidos por las condiciones leoninas y precarias a que fue sometida (Tratado de Versalles). En ese contexto, se supo capitalizar el resentimiento social de las mayorías populares, incluidos por supuesto los protestantes que eran la mayoría religiosa. Un sector de la jerarquía católica y uno minoritario protestante: la Iglesia Confesante, mantuvieron oposición al régimen fascista de Hitler; incluso, uno de sus miembros, el destacado teólogo Dietrich Bonhoeffer, fue víctima y mártir de la causa antifascista.

                Hay un sustrato religioso popular en el apoyo que recibió Hitler de protestantes y católicos, así como por los rasgos propiamente religiosos que asumió el fascismo. Este fenómeno, con nuevos matices, tiende a replicarse en el neofascismo contemporáneo. Gravita con fuerza el factor religioso en su versión tanto secular como confesional. La economía se convierte en religión neoliberal (de mercado, Franz Hinkelammert) y la religión en economía neoliberal (pseudoteología de la prosperidad). Es el revestimiento religioso de la economía y económico de la religión. Por lo tanto, ahora, religión y política no requieren legitimarse recíprocamente, a la manera del régimen de cristiandad, vía lo ideológico, simbólico y ritual -aunque esta legitimación se continúe dando- sino que, manteniendo su “autonomía”, se ven integradas, haciendo causa común alrededor de un proyecto económico y cultural: el neoliberalismo, que se comporta religiosamente, favoreciendo un neoecumenismo de corte fundamentalista. Este fenómeno explica, en alguna medida, la emergencia de los partidos confesionales evangélicos en alianza, siempre, con aquellos sectores y partidos que impulsan el proyecto neoliberal, pero disputándose un espacio propio para acceder al poder.

                De esta manera, el neofascismo ha encontrado asidero político-electoral en esta nutrida clientela de cabreados sociales, que asumen como ideario las nuevas promesas mesiánicas de los “vendedores de prosperidad” (Paul Krugman) de la nueva religión neoliberal. Por lo tanto, no es casual el apoyo, por ejemplo, recibido por Donald Trump en la reciente contienda electoral, tanto por los sectores medios precarizados, también “radicalizados”, y los empobrecidos (contando ahora con un alto porcentaje del voto de afroamericanos y latinos), donde el factor que incidió e inclinó la balanza electoral fue, en buena medida, la promesa de salvación económica. Con un apoyo, desde arriba y desde abajo, avanza peligrosamente, por los derroteros del autoritarismo que induce a nuevos genocidios (hoy, particularmente, de rostro palestino) y ecocidios. El neofascismo neoliberal es intrínsecamente violento; se comporta como un cerco o gueto que está conduciendo al “suicidio colectivo”. A los cabreados se les ofrecerá “pan y circo” (también represión si se portan mal) y, mientras se entretienen, la riqueza seguirá fluyendo hacia arriba.

La prosperidad para todos, al igual que la “paz” que anunciaban los falsos profetas en tiempos de Jeremías, es la gran mentira del neofascismo, que resulta más digerible cuando asume los rasgos de la ficción literaria (la novela como la “mentira bien contada”, con la gran diferencia de que en la literatura esta “mentira” está al servicio de la bondad, la justicia, la belleza…) o se reviste de religiosidad, bajo el carisma de sus agentes (legitimidad carismática, Max Weber) y la fe de unos seguidores, cuyo fanatismo induce al odio y la violencia. El neofascismo se articula, así, desde un discurso de distracción, por lo consolador y lúdico, y socialmente polarizador, por lo confrontativo, apologético y violento.

Un análisis del régimen posfascista de Jair Bolsonaro en Brasil, señala, siguiendo los planteamientos de Antonio Negri, por un lado, que el posfascismo corresponde a una “fase dura” del neoliberalismo, propia de un período donde este se muestra incompetente para generar modelos de equilibrio político, atender las demandas sociales y enfrentar la fuerte resistencia social. Por otro lado, se trata de una transformación autoritaria del Estado para el salvataje del programa neoliberal; un período en el cual se da una “fuerte recuperación de soberanismo”, donde la multitud ocupa el centro de la lucha de clases como protagonista de los procesos históricos; una implosión de esta multitud “en términos de inseguridad económica o ambiental y de miedo al futuro” y de un repliegue sobre la “defensa de la identidad” (Diego Sztulwark https://www.revistaanfibia.com/lula-bolsonaro-neofascismo/)

Sí, estamos ante el avance político de un neofascismo o posfascismo de rasgos decididamente autoritarios y violentos, cimentado, en buena medida, en una religiosidad secular y confesional, que hace causa común alrededor de una promesa de salvación económica (el reino de Dios en este mundo) y de la seguridad que ofrece el retorno de los valores tradicionales para encarar las incertidumbres; desde ahí, utiliza y manipula la desesperación y el desencanto de las mayorías. La rebelión de los cabreados al servicio de sus victimarios.

Sin embargo, ahí donde está su fortaleza también está su talón de Aquiles. Como bien señala Paul Krugman en un reciente artículo, donde el resentimiento está conduciendo al poder a gente mala, este poder no se sostiene a largo plazo, pues cuando despotrican contra las élites la gente comprende que ellos también son elites; asimismo les cobrarán sus promesas incumplidas, y buscarán a quienes procuren decir la verdad. (https://www.nytimes.com/es/2024/12/10/espanol/opinion/elites-multimillonarios-tecnologia-gobierno.html).

                El gran desafío para enfrentar la creciente ola neofascista es continuar develando sus contradicciones, la inconsistencia de su discurso grandilocuente, cínico, demagógico y propiciador del odio y la violencia. “La verdad nos hace libres”.

Alas de indignación

Juan Arguedas Chaverri

En la cafetería el Chifrijo, ubicada en Zapote, un grupo de amigos se reunió para discutir lo que pasa en su país. El aire estaba cargado de indignación, pero también de una extraña magia que parecía flotar entre ellos.

—¿Han visto lo que hace el que votaste? —dijo Amelia, moviendo la cabeza como si pudiera deshacerse de un hechizo—. Usa nuestros impuestos para protegerse a sí mismo y a sus cómplices. ¡Es una locura!

—Totalmente —respondió Javier, con una sonrisa irónica—. El mismo tipo que prometió justicia y prosperidad y combate a la corrupción, como si pensara que estamos ciegos. O quizás, simplemente le vale un pepino.

En ese instante, una mariposa Morfo de un azul intenso y brillante entró volando, haciendo que todos la miraran con asombro. Sus alas reflejaban la luz del sol, llenando el lugar de un brillo casi mágico.

—Mientras él vive en el olimpo, nosotros luchamos por llegar a fin de mes. —Wendy cruzó los brazos, furiosa—. La gente no se da cuenta de que nos están estafando.

—Es un juego de sombras —dijo Rigo, observando la mariposa que danzaba en el aire—. Él se rodea de privilegios mientras nosotros enfrentamos la dura realidad. ¡Qué irónico!

La Morfo se posó en la mesa, revoloteando con gracia mientras Amelia se inclinaba hacia adelante.

—Y lo peor es que tiene decenas de denuncias penales, y aun así sigue ahí. ¿Quién necesita justicia cuando puedes simplemente comprarla?

El grupo sonrió, sintiendo que la mariposa les daba un toque de esperanza. Era como si el mundo natural se uniera a su causa.

—Exacto. Pero, ¿qué podemos hacer? —Rigo suspiró—. La verdad es que el pueblo está desorganizado. La mayoría parece resignada.

—Eso es lo frustrante. —Elena miró por la ventana, donde las nubes formaban figuras de protestas—. Necesitamos unirnos, pero la gente está tan desilusionada que no sabe por dónde empezar.

—Quizás deberíamos hablar con otros, armar un grupo. —Pablo se animó, mientras el viento suave hacía que la mariposa revoloteara—. Si al menos juntamos a algunos amigos, tal vez eso motive a más gente.

—Es un buen punto. —Amelia asintió—. Pero necesitamos más que solo hablar. Hay que hacer que la gente sienta que no estamos solos en esto.

—Sí, no podemos quedarnos de brazos cruzados. —Rigo levantó el puño, y en ese instante, la luz del sol iluminó sus rostros como si el universo les diera la señal—. Si no actuamos ahora, seguiremos pagando por sus caprichos.

El grupo se miró, sintiendo que la lucha por un cambio no sería fácil, pero comprendiendo que la unidad era su única esperanza. Así, entre risas y la magia de la mariposa Morfo, decidieron que era hora de empezar a organizarse y luchar por el futuro que deseaban, dejando que la belleza de la naturaleza fuera un símbolo de su determinación.

SEC: «Presidente Chaves sea más transparente no engañe al pueblo soberano»

El Sindicato de Trabajadoras y Trabajadores de la Educación Costarricense (SEC) expresa su indignación y desacuerdo por las afirmaciones realizadas por el Presidente Rodrigo Chaves en su discurso de medio periodo, en el cual le dice a los costarricenses los muchos «logros» y «aciertos» que ha tenido su mandato en el sector educativo.

Menciona un aumento del presupuesto para infraestructura educativa que no se refleja en la realidad ya que desde el 2022 se han aplicado drásticos recortes, lo que ha dificultado el mantenimiento de los centros educativos y la realización de nuevas construcciones.

«Hasta la fecha desconocemos una ruta de la educación o propuesta de política pública del Ejecutivo, que atienda la crisis educativa más drástica de los últimos 40 años», señala Gilberth Díaz, presidente del SEC.

Son muchos los centros educativos donde hay necesidades de distintos tipos y las Juntas de Educación tampoco tienen presupuesto para atenderlas.

En cuanto a las pruebas estandarizadas, se señala que estas carecen de criterios técnicos y científicos para evaluar con precisión el rendimiento estudiantil, pero los resultados aún no se han dado a conocer a pesar del tiempo transcurrido desde su realización, pese a que el movimiento estudiantil de secundaria presentó un recurso, firmas y pruebas de que dichas evaluaciones carecían del criterio científico necesario para ser aplicadas.

En relación con la Educación Técnica y Profesional, aunque se destaca la importancia de alinearla con las necesidades del mercado laboral, se subraya que los continuos recortes presupuestarios han limitado su desarrollo efectivo, «quiere decir que no estamos a la altura de las necesidades del mercado laboral ya que no tenemos cómo fortalecer la educación técnica», subrayó el dirigente magisterial.

En esta misma línea, se destaca la paralización de la formación tecnológica debido a la terminación del convenio con la Fundación Omar Dengo (FOD), lo que ha dejado recursos sin aprovechar en lugar de contribuir a la educación.

Lamentablemente y llegando casi a mitad del mes de mayo, muchas compañeras y compañeros no cuentan con el pago completo de su salario y muchos centros educativos no tienen completa su planilla con el personal reportado, «por eso Señor Presidente, enfatiza Gilberth Díaz, no se burle más de la buena fe y la esperanza del pueblo, su administración ha causado una crisis en la educación nunca antes vista, debido a los constantes experimentos en las políticas académicas y curriculares, además de los atropellos a la dignidad y condiciones del personal, la desatención a problemáticas presupuestarias, de infraestructura, tecnología y seguridad».

«Presidente Chaves, deje ya el exceso de populismo, las irrespetuosas declaraciones e irresponsabilidad para tratar al pueblo y a la prensa, incluso los lamentables episodios incitando al odio y la violencia, faltando además a la institucionalidad del país, la división de poderes y nuestra democracia».

«Le pedimos que deje de mentir al pueblo soberano y priorice el rumbo del país y las necesidades de ese pueblo que sigue esperando el cambio que les prometió hace dos años», dijo el presidente del SEC.

¡Canallas!

Por José Luis Callaci

Una vez más se ensañan con los deportistas rusos. En las recientes olimpiadas de Pekín le ha tocado el turno a una joven figura del patinaje artístico sobre hielo, del país eslavo: Kamila Valieva.

Se esperaron los resultados de su primera actuación en donde obtuvo la medalla de oro para sacar la basura.

Por sus impecables piruetas que maravillaron al mundo se la reconoce hoy como la más grande estrella en esa disciplina deportiva. Se basaron en un cuestionado dopaje de la joven patinadora, en San Petersburgo, en el mes de diciembre. Ni antes ni después de esa fecha, incluidas estas Olimpiadas de Invierno pueden decir algo sobre alguna falta en su contra.

Pero esta vez han llegado a tales extremos que se han difundido opiniones de que a los rusos no deberían permitirles participar en ciertas disciplinas deportivas porque están muy por encima del medio “normal” mundial.

Se ha escrito con cierto humor sarcástico que existen cuatro categorías en el patinaje artístico femenino sobre hielo: El de las buenas que reciben puntaje de 60, el de las muy buenas que reciben 70, el de las excepcionales que obtienen hasta 80. Las que reciben más de este último puntaje son las rusas.

Todo lo tenían planeado en caso de que Kamila se destacara en su primera presentación. Decidieron quebrarla, matarla en cierta forma asechándola con “investigaciones” y acosos que provocaron en la joven deportista un estrés de tal magnitud que no le permitió, a pesar del gran esfuerzo de concentración realizado rendir en la siguiente competencia como ella quería, y todos esperábamos.

Una vez más se repiten las agresiones contra los deportistas rusos. Esta vez lo hicieron con Kamila, con una niña rusa de apenas 15 años. Algunos opinan que esto era previsible. Esperaron resultados para otro crimen deportivo, perpetrado por quienes, enquistados en ciertos espacios mundiales del deporte, responden a intereses políticos.

Intentaron con infundios impedir el mundial de fútbol en Rusia. Sabían, como así fue, que se caerían muchas mentiras. La pregunta sigue siendo: ¿hasta cuándo los rusos seguirán soportando tantos atropellos a sus deportistas? ¿No es hora de trazar también en esta actividad una línea roja a quienes se muestran tan acuciosos con Rusia que no se le ve con otros países? ¿No es hora ya de decir basta?

El recuerdo de las lágrimas de Yulia Efimova en Brasil cuando ordenaron abuchearla mientras recibía su medalla y las de Kamila motivan este comentario con los ojos humedecidos y un profundo dolor de indignación en el pecho.

Terminamos esta nota con algo dicho por una veterana rusa de esta maravillosa forma de deporte: “una pequeña niña perseguida por hombres grandes” ¡Canallas!

Alucinaciones fiscales en pandemia

Luis Andrés Sanabria Zaniboni

Un gobernante que se esconde detrás de verdugos pagados pronto olvida qué es la muerte
Juego de Tronos – George R.R. Martin

Tras la publicación de la propuesta de negociación del gobierno ante el Fondo Monetario Internacional (FMI), se presentaron una serie de polémicas que dejaron a primera vista un gobierno “huérfano” de todo apoyo; diputados y diputadas, sectores empresariales, sindicatos, medios de comunicación, ciudadanos y ciudadanas entre otros reaccionaron con indignación, sin embargo, la presencia de algunos esos sectores no pueden ser abonado a una señal de solidaridad con los y las desfavorecidas. Para abordar estos hechos tan convulsos y confusos, se hace necesario poner de frente la ley 9635 de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas para preguntarnos ¿Qué intereses nos llevaron a esta encrucijada?

Cuando vemos el camino hacia atrás de la implementación de la ley 9635 observamos una serie de compromisos y deudas pendientes con actores claves; algunos sectores cooperativos, los sectores financieros, los agroexportadores, los exportadores (zonas francas), además los evasores y elusores, esta lista no pretende ser exhaustiva, sino simplemente esbozar esos sectores que tuvieron al menos un trato preferencial en la conformación de esta ley y hoy se muestran al menos en silencio.

Por otro lado, la promesa del gobierno de turno fue continuar una ruta que estaba marcada por la creación o aumento de impuestos, reforma del empleo público y la consolidación de la regla fiscal. Todas estas promesas encontraron un freno ante la emergencia sanitaria, pero los números de las finanzas públicas empiezan a quedarse cortos.

Ante este escenario y la contracción económica, se ha visto como un salvavidas “oportuno” acudir al Fondo Monetario Internacional, que representa un tipo de alucinación de buenas intenciones, especialmente dado que es un organismo reconocido por su interés en la reestructuración de los Estados, en beneficio de los sectores dominantes del país, mediante la promoción de la privatización y la desregulación en aras de reducir el Estado, y privilegiar las condiciones de sectores con vínculos financieros internacionales (bancos, agroexportadores/exportadores).

Con esta idea del FMI, asistimos a una oleada de manifestaciones en las calles y una fila de “especialistas” y “técnicos” explicando los pormenores de las posibles medidas, una consigna se consolidó “no más impuestos”. Esta apuesta refleja por un lado el desencanto generalizado de la población por la administración económica-financiera del país, sin embargo, esconde otra alucinación, que todos y todas pagamos los mismos impuestos.

Alguna vez hemos sigo expuestos a ese negocio de dudosa reputación de la pirámide, donde nos prometen altos retornos por nuestra inversión, sin embargo, ese juego sólo beneficia al operador inicial, y dura hasta que “la gota derrame el vaso”. Así el gobierno de turno asemejo a un Esquema Ponzi (sistema de pirámide) empaquetó con promesas a diversos actores a cambio de su apoyo en distintas etapas, prometiéndoles que serían recompensados.

Lo que sucede es que los operadores de esta pirámide fiscal están quedando solos, dado que la capacidad de negociación les ha quedado corta, y hoy enfrentan la desnudez de sus intenciones, sectores agroindustriales, financieros y exportadores (zonas francas) son los operadores que sedujeron a través de esas alucinaciones a diversos actores que la cancha era igual y que “todos estarían pagando impuestos”.

El gobierno de turno intentó al igual que otros antes de él, vendernos esa alucinación de “equidad” tributaria con pesudo-reflexiones técnicas, y legitimar el actual estado de la coyuntura a través de esquemas tributarios que procuran según el discurso del sacrificio, expoliar a las personas de a pie, para así blindar por algunos años más a los sectores privilegiados.

Es evidente el tono de indignación detrás del “no más impuestos” ante la propuesta llana y sencilla de sobrecarga a través de los impuestos regresivos, sin embargo, una vez caída la pirámide, si miráramos con cuidado, al día de hoy no todos pagamos impuestos. Existen sectores de este país que han logrado convertirse en la “excepción a la regla” y hoy procuran seguir defendiendo esa posición, cobijados de una falsa “indignación”, es decir otra alucinación.

Es válido que pregunten, ¿entonces qué?, tal vez debamos corregir el pronombre relativo, y empezar a cuestionar Quiénes. Sigue la tarea vigente por visibilizar y denunciar esas actividades económicas que hoy siguen gozando de privilegios, esas ganancias que suman en las cuentas de sus titulares al margen de cualquier obligación, esos sectores financieros que acumulan ganancias y endeudan con sobregiros a las personas, esos sectores productivos que se encuentran al margen de cumplir con su responsabilidad corporativa, pero también esas omisiones postergadas convenientemente que han permitido eludir o evadir los impuestos.

¿Por qué mencionamos esto? Estos sectores se han localizado en un país que les ha dado las condiciones para sus operaciones (exoneraciones de impuestos, programas de apoyo institucionales, marco institucional y seguridad jurídica, inversión pública en diversas dimensiones) que representan acciones de política pública que han privilegiado sus actividades y protegido sus ganancias, pero para hoy se hace insostenibles ante las brechas socioeconómicas que han propiciado y los cambios estructurales que enfrenta la economía de nuestro país.

La simple frase “no más impuestos” sigue siendo una consigna de indignación, sin embargo, es un deber estar alertas y hacer las diferencias de quienes son, porque como lo sostenemos hoy, hay sectores y personas de este país que siguen sin pagar sus impuestos, beneficiándose de esquemas opacos o privilegios “trasnochados”, y esa factura debe se cobrada.

El Amanecer de la Indignación y la Esperanza

German Masís Morales

Hemos asistido en los últimos días, a las mayores muestras de indignación que hemos observado posiblemente desde la muerte de Martin Luther King y los años de la guerra de Vietnam.

La indignación de la población mundial por la muerte de George Floyd nos ha permitido participar de la indignación no sólo de la población afrodescendiente si no de la población de todos los países y de todos los orígenes étnicos.

A pesar de la pandemia y de las recomendaciones sanitarias la gente ha salido a las calles a protestar, a manifestarse, a hacerse sentir contra la discriminación racial, contra la violencia policial y contra la represión, en Minnesota, en Nueva York, en Los Ángeles, en Chicago, en Atlanta, pero también en Londres, en París, en Berlín, en Bruselas, en Roma.  La indignación ha recorrido el mundo en 10 días y seguirá, la capacidad de indignación ha surgido, se ha puesto en evidencia, el repudio hacia la violencia institucionalizada y hacia la impunidad de las fuerzas de policía y de todos los organismos represivos.

La indignación se ha expresado de todas las formas posibles, en pancartas, en canciones, en discursos y en campos de futbol en posiciones de puños cerrados, en rodillas al piso, en camisetas negras el clamor popular se ha escuchado, “La Vida de los Negros Importa” no sólo en Estados Unidos, sino también en Inglaterra, en Sudáfrica, en Brasil, en Europa, la vida de los migrantes africanos y del Caribe importa.

Las frases y consignas de las marchas y movilizaciones de estos días han removido los cimientos de la vida en sociedad y de la solidaridad internacional.

“Sin Justicia no hay Paz”, “el Silencio es Violencia” y “El Racismo es la peor Pandemia” Mientras la brecha racial se siga ensanchando, “el Mundo no podrá Respirar” Junto a la indignación, se ha visto florecer en estos días la Esperanza. La esperanza de que la discriminación racial va a ser erradicada … para siempre.

Foto: https://www.enfoquederecho.com/2020/06/05/entrevista-a-rosa-celorio-la-discriminacion-racial-en-estados-unidos/