«La muerte de Nicolás Maquiavelo», Cesare Dell’Acqua, óleo sobre lienzo, 1848
Breve biografía del autor de «El príncipe»
Juan Jaramillo Antillón
Era el paradigma de un filósofo político y, como tal, él estudió de forma objetiva (y se puede decir que hasta científica) el arte de hacer política y cómo gobernar un Estado. Para esto, lo que hace es poner por escrito su experiencia de la cruda realidad que le tocó conocer y vivir en ese tiempo.
La teoría política de Maquiavelo es un saber pragmático de la época. No se trata de saber cómo debe ser el poder, sino cómo es y cómo funciona en la sociedad. No es un pensador inmoral, sino realista.
En su época, Italia estaba dividida políticamente en múltiples Estados, pero la realidad es que eran cuatro (Roma, Florencia, Venecia y Milán) los que dominaban el panorama.
Tal vez se comete una injusticia cuando a una acción o acto que es considerado oscuro, tramposo o amoral (o una persona que se comporta así) se le llama “maquiavélico”.
Eso era debido a que Maquiavelo, según la experiencia que tenía, describía lo que sucedía en la Roma Pontificial, en ese tiempo bajo el papado de Alejandro VI, uno de los Borgia, y en el tiempo de una gran crisis moral de la Iglesia Católica.
Esta fue la época en que Maquiavelo se desenvolvió como Secretario de una cancillería de Florencia. Describió los sucesos políticos del tiempo que le tocó vivir, y en el cual el Estado absoluto era el fin y, para ello, el medio era el poder.
Para Nicolás, el único objetivo del príncipe era hacer que el país fuera fuerte y se mantuviera unido, lograr establecer la paz y el orden y expulsar al invasor extranjero.
Para alcanzar este fin, cualquier medio sería satisfactorio. De ahí que se diga que fue invención de él que “el fin justifica los medios”, pues eso es lo que Maquiavelo argumenta cuando dice que un gobernante, al querer alcanzar sus más altos propósitos, no siempre debe considerar racional el ser moral.
El príncipe, asegura Nicolás, no debe preocuparse por ser calificado de cruel si utiliza la crueldad para mantener unidos y fieles a los súbditos.
Toda nueva dominación implica peligros y, para conjurarlos, no deben evitarse los actos de crueldad. Un príncipe debe ser a la vez amado y temido, pero más vale lo último. 1
La realidad es que él era un pragmático, y describió lo que vio en el gobierno de parte de los príncipes o jefes de Estado en sus escritos, en especial en su libro El príncipe, concebido como un manual para la educación de los gobernantes.
En él se aconseja cómo llegar al poder y conservarlo, y se basó en el desalmado y cruel César Borgia (hijo del papa Alejandro VI) y su manera de hacer política y gobernar, basado en la realidad de los problemas que existían en ese tiempo. Allí describe Maquiavelo los hechos tal como se presentan en la misma realidad y no como meras especulaciones de la política.
Era un estudioso no solo de los problemas políticos de su tiempo, sino también de la psicología y conducta de figuras como Alejandro VI, su hijo César Borgia, Catalina Sforza, Carlos y Luis (reyes de Francia), Maximiliano de Austria y Fernando de Aragón.
Es interesante que él señalara que “la naturaleza debe ser considerada como una totalidad viviente regida por principios propios o intrínsecos, es un mundo por sí misma, independiente de la imaginación humana y debe admitirse tal y como es, reconociendo su objetividad”.
Para Maquiavelo la superioridad de la ciencia era un hecho, pues se relacionaba más con la experiencia que las creencias.
En realidad, él era una persona correcta y culta, un hombre del Renacimiento, y por eso, a fin de cuentas, afirmaba que la política sin la guía de ciencia y sin las normas de la moral, era sólo egoísmo, codicia, crueldad y hasta podía llegar al terror.
En alguna parte se puede ver que él pensaba que el ideal es un príncipe sabio más que bondadoso o virtuoso, y cuya sabiduría política es una especie de conocimiento que debe ser técnica, positiva y, sobre todo, pragmática, para ser obedecido por el pueblo, porque el fin del poder político es lograr el orden y esto no es realizable si no existe un efectivo poder de mando.
Maquiavelo creía que el mejor régimen político es el que se logra con una República bien estructurada (con instituciones que gestionen y canalicen los conflictos), y que consiga integrar las dos fuerzas contrapuestas, el pueblo y los grandes (nobleza y clero), siendo estos dos últimos los que buscan dominar al pueblo. Espera que se consiga integrar a ambos sectores de la sociedad, permitiendo que el conflicto se mantenga dentro de la esfera pública.
En su libro Discursos señala que ninguna de las formas de gobierno, ya sean las buenas, como la monarquía, la aristocracia y la democracia, o las malas, como la tiranía, la oligarquía y el gobierno licencioso, logra equilibrar adecuadamente los intereses de los diferentes grupos en el régimen, los que los convierte en inherentemente inestables.
La monarquía con facilidad se convierte en tiranía, el régimen aristocrático, en oligarquía, y el democrático, en licencia.
Nicolás o Nicolai Maquiavelo nació en Florencia, Italia, en 1469 y murió en 1527.
Escritor, filosofo, político y diplomático, fue un de las grandes figuras del renacimiento. Era hijo de un abogado pobre, pero de una familia antigua de la aristocracia de Florencia. Como emisario de esa República, viajó y estuvo en las cortes de Francia, Alemania y otras ciudades italianas, y pudo apreciar la conducta y realizaciones de los gobernantes de los diferentes países o repúblicas en esa época.
Aconsejaba a los príncipes, que
no hay nada más difícil de emprender, ni de resultados más dudosos, ni de más arriesgado manejo en el campo de la política para un gobernante, que ser el primero en introducir cambios o disposiciones importantes, aunque vayan en beneficio de la mayoría, porque el introductor tiene por enemigos a todos los que se benefician de todas las instituciones viejas, y por tibios defensores a todos aquellos que sí beneficia el cambio; la razón de esto es el temor a lo nuevo debido a la incredulidad de los hombres, quienes no creen de verdad en cosa alguna nueva, hasta que la ratifica una experiencia firme, ya que han sido antes engañados muchas veces por los políticos.
La mejor descripción que se ha hecho sobre la tuberculosis y su evolución, la dio Maquiavelo.
Él afirmaba: “Los médicos dicen de la tisis que, en los principios, es fácil de curar, pero difícil de reconocer. Pero, en lo sucesivo, si no la conocieran en sus principios, ni le aplicaran remedio alguno, se hace, en verdad, fácil de conocer, pero difícil de curar”.
Sucede lo mismo con los problemas del Estado: si se conocen anticipadamente, los males que pueden manifestarse pueden resolverse, pero no habiéndolos conocido, se agravan y remediarlos es muy difícil. 2
Maquiavelo tuvo sus tiempos de sufrimiento.
Cuando la familia de los Medici regresó triunfante a Florencia, derrotando a la Republica, no le perdonaron a Maquiavelo el ser miembro de la misma y, por orden de ellos, fue cesado de todos sus cargos, acusado de traición y encarcelado.
Fue, además, condenado a muerte, pero milagrosamente, por el prestigio que tenía, fue indultado y se retiró un tiempo de la política. Ya no tuvo un papel importante en el gobierno, falleciendo tiempo después.
Referencias
1 Maquiavelo señalaba, cuando lo criticaban por aconsejar “la crueldad”, que él no presentaba la crueldad como un “valor humano”, sino como una realidad existente y que forma parte de la vida política a la que, por lo tanto, hay que tener en cuenta.
2 Yo creo que esto también se aplica para muchos problemas que tenemos que resolver en nuestras vidas.
Bibliografía
Chabod, Federico. (1994). Escritos sobre Maquiavelo. México. Ed. Fondo de Cultura Económica. Echandi, Gurdián Marcela. (2011). Panorama histórico-filosófico del Renacimiento en Italia. San José. Editorial UCR. Geymonat, Ludovico. (1975). Storia del Pensiero Filosófico e Scientífico. Volume II. Milano. Garzanti Editore. Magee, Bryan. (1999). Maquiavelo- Historia de la Filosofía. Barcelona. Art: Blume. R.L. Navarro, Luis. (1952). Maquiavelo. Obras Políticas. Buenos Aires. Librería El Ateneo. Wikipedia. (2025). Nicolas Maquiavelo. Vía Google. Wikipedia la enciclopedia libre. 1/2/2025.
Hace unos días dos jóvenes colegas me preguntaron si yo creía que el esfuerzo que hice para leer tanto por tantos años sobre cultura general me había beneficiado en mi carrera como médico.
A través de los siglos especialmente en los dos últimos se han producido extraordinarios cambios en la medicina gracias a las vacunas, nuevos medicamentos, nuevos procedimientos operatorios y tecnológicos para el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades. Pero los fines de la medicina no han cambiado desde los tiempos de Hipócrates donde se sentaron las bases de la medicina científica, hace 2400 años, consistentes en tratar de evitar que las personas se enfermen o tratar de curarlos si eso sucede. Lo que han cambiado son los “medios” para obtener esos fines, y los recursos para tener acceso a esos medios.
Los cambios han sido tan espectaculares al extremo de que parece estamos jugando a ser dioses. Decía el teólogo filósofo Tehilard de Chardin, y no se equivocaba, que;
“En ciencias y en nuestro caso en medicina, sólo lo fantástico parece ser cierto”.
Eso ha sucedido porque nosotros hemos obedecido lo señalado por el famoso internista norteamericano el Dr. William Osler quién decía:
” Estudiar, sin libros, el fenómeno de la enfermedad es como navegar sin mapa en un mar desconocido. Estudiar en los libros, sin ver pacientes es como creer que se sabe navegar sin hacerse a la mar.”
Bueno, la cultura es un mapa más para ayudarse en medicina.
Antes que mal interpreten por recomendar mejorar intelectualmente, reconozco que, en la medicina, es una profesión que en su mayor parte se aprende “haciendo”. Los médicos internistas y generales viendo y tratando pacientes y los cirujanos operando; no hay otro camino mejor para lograr destrezas en nuestra profesión, pero, para que el médico logre un buen cometido y tratar así los enfermos, se requiere de la existencia de recursos diagnóstico y terapéuticos adecuados y que los enfermos sean atendidos bien y oportunamente.
Yo soy un cirujano que pasó gran parte del tiempo en una sala de operaciones tratando de reparar la salud perdida de otras personas o de salvar la vida de sus enfermos; por esta razón, diariamente tuve contacto con los sufrimientos y esperanzas que aquejan al ser humano. Esto se puede generalizar a todos los médicos que tratan enfermos.
Cómo consecuencia de eso y con el paso del tiempo, aprendí que, para entender y tratar adecuadamente a mis pacientes, era necesario no sólo valorarlos como individuos portadores de una enfermedad. sino también, comprenderlos como seres humanos, con sus problemas y sus realizaciones, porque de esa forma aceptaba como decía Emanuel Kant, que: “las personas nunca deben ser tratadas como un medio, sino siempre como un fin, en eso reside la dignidad humana”. Eso me enseñó que a los enfermos había que tratarlos siempre como pacientes y nunca como clientes.
Por eso fue indispensable estudiar y adquirir conocimientos fuera de las ciencias médicas, donde cada día sabemos más y más de enfermedades y menos de lo demás, Lo anterior con el fin de lograr una imagen del ser humano y del mundo mucho más amplia que la proporcionada por nuestra profesión. Fue así como decidí estudiar la evolución de la vida de los seres humanos, su historia, la biología, la cosmología, su religión, sus ideas, su filosofía y algo más. En especial estudiar sobre el desarrollo de las ideas que dieron lugar a la civilización, que hoy poseemos, y todos los principios sobre los que se basa; en fin, investigar todo lo relativo al progreso del ser humano figura estelar de la historia, sin pretender convertirnos en especialistas sino simplemente en meros estudiosos.
Fue así como entendí que el desarrollo social y la conducta humana actual, no son logros del presente, sino que se apoyan en el conocimiento de hechos pasados y que ese conocimiento se debe a una progresión de ideas y acciones que se juntan para avanzar y han sido trasmitidas a través de todos los tiempos. Recordé, así, como la evolución biológica modifico la estructura física de los prehumanos hasta lograrse en el Homo sapiens con su cerebro y su mente tan prodigiosa. A partir de ahí se inició la evolución cultural y cuyo contenido primordial es la elaboración de un nuevo comportamiento, que nos haga menos animales y más humanos, aunque a veces tengo dudas de esto.
La historia del hombre en el planeta Tierra (no la de los restantes seres vivos), se puede entonces dividir en dos partes. El tiempo de su evolución biológica, que comprende unos 5 millones de años, y el tiempo de su evolución que podríamos llamar cultural y que corresponde más o menos a los últimos 10 a 15 mil años y, que comprende el ascenso” del ser humano y sus cambios y experiencias desde las cavernas y planicies hasta la llamada civilización.
De esos tiempos lo que debemos analizar en especial, es la historia en cuanto a sus grandes figuras humanas y sus hechos, con eso, intentamos conocer el presente a través de sus realizaciones pasadas y nos daremos cuenta de dos cosas; Todos eran excepcionales en algo, pero también todos tenían defectos y, además, en algunos casos para decepción, una cosa era lo que predicaban y otra lo que hacían. Sin embargo, para juzgarlos como personas con sus éxitos e imperfecciones, hay que tener en cuenta la época en la que vivieron y las dificultades o facilidades que tuvieron para desarrollar sus ideas y hacerlas realidad. Comprobamos así que, los seres humanos somos imperfectos pero perfectibles.
La otra pregunta que me hicieron fue; sabemos que a usted le encanta la historia y las biografías, ¿pero porque estudiar filosofía? Mi respuesta fue. Desde la antigüedad la filosofía es considerada la búsqueda del saber o del conocer, y por ella nos preguntamos ¿por qué suceden las cosas? y si tratamos de analizarlas y conocer, con ello damos lugar a la ciencia. El educador y filosofo norteamericano Jame Dewey decía: la filosofía es una reflexión cuyo contenido verdadero y último es educar a las personas.
Al reflexionar o pensar sobre nuestras experiencias y problemas o sobre las de otros y sus implicaciones, ya estamos haciendo filosofía. Incluso, tener una idea y su valor es ya hacer filosofía, lo mismo sucede al buscar respuesta para orientarnos en la vida.
Les expliqué que, una cosa muy importante que encontré estudiando Historia antigua griega y la vida y enseñanzas del padre de la medicina Hipócrates, fue, que nuestra profesión se basa en un hecho cierto cómo es la llamada “prueba y el error”, éste enseña y es probablemente una de las principales fuentes de la experiencia. Hipócrates les decía a sus alumnos: “aprended de los errores y de esta manera no los repetirás”.
De ahí debe sacado la famosa frase el filósofo español, George Santayana en relación con el campo de la historia y política.
Quienes no recuerdan el pasado, están obligados a repetirlos.
Por esa razón debemos aceptar que, la medicina no es una ciencia exacta. A pesar de los grandes avances, las falla en los diagnósticos y los tratamientos se dan por diversas causas en especial porque el azar nadie puede preverlo. Con el problema de que los médicos son los profesionales a los que le gente no les permite ni siquiera dudar. Por ello debemos aceptar la máxima de Hipócrates de que:
“No existen enfermedades sino enfermos”.
Cuando uno vuelve a mirar el pasado de la historia de la medicina, se da cuenta que la enorme cantidad de fallas, Y si no, acordarse con horror de las sangrías o flebotomías cómo tratamiento médico para una enorme cantidad de dolencias comenzando con simples fiebre, y que tantas muertes provocaron, incluso de reyes de Inglaterra y hasta el presidente de Estados Unidos George Washington.
Asombra que esta grosera técnica haya persistido sin ponerla en duda por siglos. O, que, los médicos más brillantes de su época hayan puesto en duda y desprestigiado el consejo para evitar la fiebre puerperal que mataba a miles de mujeres en el parto en 1850, mediante una simple medida higiénica preventiva, cómo era el cuidado de lavarse las manos, recomendados por el médico. Ignacio Felipe Semmelweis, quien, trabajando en ginecoobstetricia en el Hospital General de Viena, había comprobado claramente en un doble estudio, y, sin embargo, fue tal el desprestigio y el rechazo de sus colegas, que tuvo que abandonar el hospital, y amargarse de por vida.
Todo eso dio lugar a que los médicos se dieran cuenta que, en medicina hay un “sine cua non” consistente en que no existen dogmas en ella, ni verdades absolutas, y que, avanzamos en base a verdades relativas, y lo que hoy es cierto y el mejor tratamiento para un enfermo, dentro de un tiempo puede ser abandonado por algo mejor y más nuevo. Y, sin embargo, curamos.
A pesar de lo anterior, la medicina como arte y como ciencia es la profesión más bella e importante del mundo, porque trata de evitar o curar las enfermedades que afectan a los seres humanos desde antes de nacer y hasta después de morir inclusive. Siendo por lo anterior, la profesión más exigente del mundo pues estamos obligados a tratar durante las 24 horas del día, sin fuera necesario a: mujeres y hombres, niños, adultos y ancianos, pobres y ricos, príncipes y mendigos, buenas y malas personas, inocentes y asesinos y hasta capitalistas y comunistas.
La obligatoriedad de lo señalado anteriormente se debe a que, el compromiso del médico es con el arte de curar y no de juzgar. Y si se quiere conocer de errores, nada mejor que el cometido con el el juramento Hipocrático que por siglos las Escuelas de Medicina y los Colegios de Médicos nos hicieron jurar, Este juramento NO era de Hipócrates, error como lo señale en mi libro sobra la vida del Padre de la Medicina, disponible sin costo alguno para todos en Internet.
Dado el inmenso valor del papel del médico ante la sociedad al cuidar de la salud y la vida de las personas, y teniendo en cuenta que los médicos no solo deben aprender a curar, sino también a evitar que las personas se enfermen. Eso a su vez nos puso un enorme peso sobre nuestros hombros y la tremenda responsabilidad de brindar los servicios de la manera más eficiente y honesta; con la consideración de que nosotros, además, debemos aceptar estar bien preparados, incluso espiritualmente pues como decía Platón:
Los médicos deben ser de cuerpos y almas.
Sin embargo, aunque la Medicina puede considerarse “un apostolado social” el médico no hace un juramento religioso, sino ético-científico. Por ello, debe dejarse claramente establecido, que el compromiso de los médicos no es con una iglesia o religión, sino con el enfermo. Teniendo además el derecho de recibir una remuneración adecuada a su preparación y que le permita vivir dignamente.
Finalmente vale la pena que recordemos y apliquemos lo que el filósofo Francis Bacon decía:
El estudio y la sabiduría no son fine en sí mismos, ya que un conocimiento sin aplicación concreta es una triste vanidad académica.
Yo he ampliado el concepto agregándole que:
El conocimiento sin responsabilidad social podría ser tan estéril como el servicio a la comunidad sin una buena preparación académica.
Todo lo anterior, teniendo siempre presente el carácter no absoluto del saber, fundamento de la verdadera ciencia incluyendo la medicina.
«Aristóteles con un busto de Homero», óleo sobre lienzo, Rembrandt, 1653.
Juan Jaramillo Antillón
Conocer a los grandes filósofos, u hombres de ciencias y sus realizaciones, no es para una élite intelectual, sino también para el lector usual, como lo es quién escribe.
El filósofo Aristóteles vivió hace 2400 años en Grecia y es un sabio universal, posiblemente el más grande pensador que ha existido. Sus conocimientos abarcan no solo la filosofía, sino también la política, el gobierno, la zoología, la biología y la educación, entre otros campos del saber.
Escribió 400 volúmenes sobre diversos temas, aunque solamente se han conservado 50. Redactó varios “diálogos” similares a los del Platón, pero solo quedan fragmentos de ellos. El romano Cicerón los consideraba excepcionales y solo superados por los de su maestro.
Platón calificaba a su alumno Aristóteles como el Nous de su Academia, o sea, como la inteligencia personificada. A su vez, Aristóteles fue maestro del más grande conquistador que ha existido: Alejandro Magno.
Pese a su antigüedad, su pensamiento y sus escritos nos ayudarán a entender la insatisfactoria y perpleja situación en la que se encuentra el ser humano del siglo XXI.
Erwin Schrödinger (Premio Nobel de Física y padre de las ecuaciones matemáticas en que se basa la mecánica cuántica) dice: “Prácticamente toda nuestra educación intelectual tiene su origen en los griegos”.
Nos es imposible no conocer la aplastante influencia que los escritos de los maestros de la Antigüedad, Platón y Aristóteles, han tenido no solo en la antigüedad, sino en los tiempos modernos.
El problema de leer los escritos de Aristóteles es que no solo nos asombran por sus verdades, sino que además nos abruman y a veces desconciertan a quienes no tenemos la formación de filósofos.
La enorme cantidad de cosas útiles nos muestran su sapiencia e importancia, pero también tiene errores vistos a la luz de los conocimientos actuales y los cambios que ha tenido la sociedad del presente.
Vamos a ver aquí algunas de sus predicas y enseñanzas en respuesta a preguntas de sus alumnos en su centro de enseñanza llamado Liceo, una especie de universidad inicial. Recordemos que estamos hablando de hace más de 2000 años.
Todos sus logros los realizó antes de cumplir 62 años.
¿Se imaginan cuanta sabiduría más nos habría legado si hubiera vivido los 80 años de su maestro Platón, o los 90 de Hipócrates, el padre de la medicina?
Will Durant, en su libro sobre Historia de la Filosofía, dice: “En Aristóteles la concepción de la naturaleza humana es realmente recta; cada ideal tiene una base natural y todo lo natural tiene un desarrollo ideal”.
Comenzamos con una de las discrepancias que tenía con su maestro Platón.
La base de la filosofía de este era su teoría sobre las ideas. Este filosofo consideraba que estas eran conceptos en un mundo accesible sólo a la razón y separado de las cosas sensibles: eran inmateriales, permanentes, eternas y el principio de las cualidades de las cosas.
Para Platón, el mundo empírico no es el mundo real, sino solamente la imagen imperfecta de la idea. A ese respecto, Aristóteles señalaba:
Yo no creo en otro mundo ideal, los conceptos, las llamadas ideas están realmente en nuestro mundo, es decir, en él existen individuos, cosas, objetos, y aparte de estos tratando de encontrar sus semejantes, nuestra mente es la que busca el concepto y la que lo crea. El concepto o la idea no están en otro lugar ideal, sino en nuestra capacidad de pensar sobre la diversidad del mundo. Vemos cosas diferentes a las que agrupamos en conceptos generados por nosotros, como una proyección de nuestra capacidad intelectual.
Sus alumnos le preguntaron: “¿Que distingue al ser humano del animal?”, y él respondió que nos distinguimos por la razón, porque somos capaces de pensar y de reflexionar acerca de lo que vemos y hacemos y sobre todo por ser capaces de asombrarnos. Precisamente, el “pensar por qué suceden las cosas” es el principio de filosofar. “Gracias a pensar, el hombre sobrepasa y gobierna todas las demás formas de vida”.
También señaló que el hombre es por naturaleza un animal civil o político. ¿Qué quiso decir con ello? Que solamente en la sociedad civil puede realizarse en su plenitud la esencia humana. Lo que constituye la base de la política es la firme convicción de la naturaleza social de las personas.
Mediante la palabra, el hombre creó la sociedad. En esta desarrolló la inteligencia, en virtud de la inteligencia produjo el orden y mediante este la civilización. “En un Estado ordenado de esta forma, el individuo tiene un millar de oportunidades y caminos para desarrollarse, que jamás tendría en una vida solitaria. Por ello para vivir solo se necesita ser un animal o un Dios”.
En sus escritos insiste en la obediencia a la ley de parte de la población:
El hombre no actúa movido por ideales éticos, es preciso coaccionar su voluntad por medio de la ley para que haga lo correcto. Con la ley, el hombre es el ser más perfecto, sin ella es el más salvaje. Por eso precisa de una organización social, el Estado, el cual mediante leyes lo obliga a obrar rectamente. (…) El hombre es egoísta y egocéntrico por naturaleza, para poder alimentarse y defenderse busca sus beneficios sobre los demás.
Su maestro Platón creía en la inmortalidad del alma, decía que esta estaba encerrada en un cuerpo material y al morir la persona, el alma se liberaba. Aristóteles señalaba a sus alumnos que él no creía en la inmortalidad del alma.
“Para mí”, decía, “todas las cosas vivientes y el hombre tienen un alma y esta muere con el cuerpo al fallecer la persona. Esta forma parte de nuestra naturaleza biológica y no está separada del cuerpo, sino que forma parte de Este. Su alma es usted, eso hace lo que es usted y quién es usted”. 1
Platón proponía que debería existir una comunidad de bienes en el Estado y en contra de la propiedad privada, un inicio de comunismo en la sociedad, algo que Karla Marx puso en sus escritos siglos después.
Aristóteles a este respecto opinaba:
No es la propiedad privada en sí la culpable de la lucha entre los ciudadanos, sino la desproporcionada distribución de la riqueza. La posesión excesiva de bienes materiales inclina al hombre a despreciar la ley, así como a oprimir a otros. Por otro lado, si todo es para todos, nadie se entrega con entero interés a nada, pues lo que no es nuestro no requiere que le demos cuidado. El goce de la posesión propia no es malo dentro de los límites de un recto orden, es algo natural y moralmente valioso que cada quién protege.
Es posible que en el pasado hubiera una sociedad comunista, pero en la actualidad donde la división del trabajo es desigual, el comunismo se derrumba porque no suministra un aliciente adecuado. El estímulo de la ganancia según capacidad es necesario, y el de la propiedad privada lo es en especial para la industria y la economía. 2
En el campo político y social, fue posiblemente el primero en descubrir que era el régimen económico el que originaba todas las desigualdades sociales, fenómeno que siglos después Karl Marx convertiría en su leitmotiv.
Señalaba que si el poder se encontraba en manos de los ricos, el régimen debía ser calificado como oligarquía.
Tenía la idea de que democracia es un término general inferior a la aristocracia, que, según él era un gobierno de pocas personas pero, eso sí, bien preparadas.
La razón por la que prefería a esta última se debía a que la democracia se basa en el falso supuesto de la igualdad, parte de la idea de que quienes son iguales ante la ley, lo son en todo o por el hecho de que los hombres sean libres, pretenden que sean del todo iguales. El resultado es que la verdadera capacidad se sacrifica en aras de todos iguales y también en aras del número. En su tratado sobre Política, Aristóteles señalaba: “La dificultad de conservar un régimen democrático es muy superior al de establecerlo”.
Él pensaba que sería ideal una combinación de aristocracia y democracia y que un gobierno constitucional ofreciera ese feliz consorcio.
Aristóteles tenía la idea de que
los hombres están muy dispuestos a oír hablar de utopías y con facilidad se inclinan a creer que de alguna manera maravillosa todos se convertirán en amigos de todos, en especial cuando se oye hablar de los males existentes que se dice se originan en la propiedad privada. La realidad es que estos males brotan de una fuente completamente diversa: la maldad de la naturaleza humana. La ciencia política no hace a los hombres, sino que debe aceptarlos como son por naturaleza (…) La gran mayoría de los hombres son estúpidos y holgazanes y en cualquier sistema estos individuos se hundirán hasta el fondo. Ayudarlos con subsidios estatales es como verter agua en un barril sin fondo, esta gente necesita ser gobernada en la política y dirigida en la industria con su consentimiento o sin él si es preciso.
Siglos y siglos antes de que Darwin nos aclarara qué era la evolución, ya Aristóteles tenía unas ideas muy brillantes al respecto.
La naturaleza efectúa una transición tan suave del reino inanimado al animado, que las líneas fronterizas que los separan son esfumadas y dudosas. Es más, quizás exista un cierto grado de vida en los seres inorgánicos. 3
“La vida”, decía, “ha evolucionado sin cesar en cuanto a complejidad y a energía, la inteligencia ha progresado sin cesar (…) Ha habido una creciente especialización de las funciones y una continua centralización del control fisiológico de los seres. Poco a poco la vida fue creándose un sistema nervioso y un cerebro, y la mente avanzó en forma resuelta hacia el señorío del medio ambiente. El hombre es la forma cuya materia era el niño; esta a su vez, fue la forma y la materia del embrión. Por su parte el embrión fue la forma y el huevo la materia, y así podríamos retroceder hasta llegar en forma vaga a la concepción de la materia sin forma alguna”.
Aristóteles decía: “El desarrollo de los seres no es fortuito ni accidental, si lo fuese ¿cómo podríamos explicar la casi universal aparición de los órganos útiles en ellos? Todo va guiado en determinada dirección desde el interior, por su naturaleza, estructura y entelequia (que tiene finalidad). El huevo de la gallina está destinado internamente a ser, no un pato, sino un polluelo; la bellota se convierte no en un sauce sino en un encino”.
Aristóteles, como vimos, dio hipótesis o teorías coherentes acerca de la evolución y la herencia.
Fundo la Anatomía Comparada, gracias al conocimiento adquirido al disecar numerosos animales, aunque nunca hizo una autopsia de un cadáver humano por estar prohibido en Grecia.
Dividió los animales en vertebrados e invertebrados y los subdividió en mamíferos, aves y peces, reptiles y anfibios. Ya para entonces sabía que la ballena no era un pez y que el murciélago no era un pájaro.
Dio la idea de que el hombre pertenece a un grupo de animales como los mamíferos y que los aves y reptiles forman otra familia. Afirmaba que el esperma del macho fecunda el ovulo de la hembra dando un embrión.
Funda la ciencia de la Embriología, apoyándose en lo que poco antes había señalado el médico Hipócrates, quien había iniciado el método experimental, rompiendo los huevos de una gallina en diversos estadios de la incubación, y había señalado los resultados de estos estudios en su tratado Sobre el origen del niño.
Aristóteles siguió esta orientación y efectuó experimentos que permitieron dar una descripción del desarrollo del embrión y el feto, que aún hoy despiertan admiración. Sobre la felicidad, o eudemonía, decía:
Es el fin que busca todo ser humano. Las personas le atribuyen diferentes significados que pueden ir desde acumular riqueza hasta gozar de una buena salud. En su libro Ética a Nicómaco sostiene que el ser humano necesita basar su vida en acciones virtuosas, sustentadas en el pensamiento, la justicia y la razón. Los seres humanos la buscan guiados por los deseos o impulsos, otros a través de conseguir honores en la política o riquezas y otros actuando en forma puramente racional.
Sobre la educación tenía la idea de que esta debe estar en manos del Estado, pues consideraba que el ciudadano debe ser modelado de acuerdo con la forma de gobierno del lugar en que vive.
Al ciudadano en desarrollo ha de enseñársele la obediencia de la ley, de lo contrario el Estado es imposible. Solo un sistema estatal de escuelas puede lograr la unidad social en medio de la heterogeneidad étnica. El Estado es una pluralidad que debe convertirse en unidad y comunidad mediante la educación (…) Con un escudo como la educación, la religión y el buen orden familiar, casi cualquiera de las formas tradicionales de gobierno puede dar resultado.
Por siglos, China le vendía a Occidente (especialmente a Italia) sus muy preciadas telas de seda a precio del oro. En ese país, bajo la dinastía Han, la producción de seda era un secreto de Estado y dio lugar al llamado comercio o senda de la seda.
Sin embargo, ya muchos siglos antes, Aristóteles había señalado que existían gusanos que elaboraban fibras de seda, pero nadie le puso atención.
Sus alumnos, como lo había oído hablar sobre la necesidad de pensar y actuar con base en el término medio, le preguntaron: “¿Cómo evaluar el coraje de una persona?”
Y él contestó:
Tengo la idea de que, las cualidades del carácter de una persona pueden disponerse en tres grupos, el primero y el segundo son extremos en cambio el del medio es una virtud o una excelencia (…) Así, entre la cobardía y la temeridad se sitúa el valor, entre la mezquindad y la prodigalidad la liberalidad, entre la holgazanería y la avaricia, la aspiración legítima de poseer algo, entre la humildad y el orgullo, la modestia, entre la excesiva reserva y la locuacidad, la honradez, entre la acrimonia y la bufonería ridícula, el buen humor, entre la belicosidad y la adulación la amistad, entre la indecisión y la impulsividad, el dominio de sí mismo.
Él hacía ver a sus alumnos que el término medio de una virtud o excelencia es un arte que se conquista mediante el entrenamiento y la fuerza de costumbre (un hábito). Les decía que no actuamos rectamente porque tengamos virtud o excelencia; más bien tenemos estas por haber actuado correctamente. 5
En esos tiempos, el pensamiento griego era en muchos sentidos indisciplinado, hasta que Aristóteles creo la llamada lógica que, en términos sencillos, es el arte y método de pensar correctamente o el estudio del método ideal para el pensamiento y la investigación.
La idea sobre el supremo bien del hombre consistía, según Aristóteles, en la búsqueda de la verdad y en el libre ejercicio de la voluntad como manifestación del alma racional.
Que el hombre haga el bien es sencillamente su fin natural. Precisamente, por ser humano debe orientarse hacia eso.
Aristóteles decía:
El fin de una bellota consiste en llegar a ser un corpulento roble, pero el hombre debe vivir una vida racional. Mal haría el hombre si pretende únicamente vivir como una planta, debe vivir, crecer y desarrollarse usando su inteligencia y llevando una vida conforme a los dictados de la razón, pues solo él entre todos los seres vivos posee la capacidad de razonar. El ser humano, como creatura inteligente, es capaz por ello de decisiones y elecciones buscando lo justo y adecuado. La idea de la vida sujeta a examen es una meta para este filósofo. La vida es un fin hacia donde todos y cada uno de los seres humanos se hallan orientados por naturaleza. Pero, así como nadie nace siendo médico o buen músico u orador brillante, sino que primero ha de aprender el respectivo arte o técnica, así también nadie nace siendo hombre de bien, sino que primero a partir de las experiencias de la vida, debe aprender el arte de vivir como se debe, para ello son además fundamentales no solo la propia inteligencia del individuo, sino la educación recibida y los ejemplos de sus padres, maestros y de la oportunidad del medio donde reside. 7
Uno quisiera que estas y otras muchas propuestas de Aristóteles pudieran llegar a ser una realidad.
Sin embargo, al presente, el nivel cultural general es muy diferente según pueblos y países, y por ello es difícil lograr eso que es ideal.
Aunque desearíamos que, ciertas normas de conducta, como la honestidad, la prudencia, el valor, la bondad, la sobriedad, el amor filial, el respeto a los mayores, la tolerancia, el cuidado obligado del niño pequeño, tuvieran una vigencia universal y que todos deberíamos respetar, eso no sucede.
Así como los jueces en una sociedad no aceptan la ignorancia de la Ley, así tampoco debería aceptarse la ignorancia de una conducta ética y moral aceptable de parte de todo ser humano.
El problema es que no les enseñamos a los niños desde pequeños a diferenciar el bien del mal, como aspiraba Aristóteles.
Notas
1 La palabra alma proviene del griego psyché o más tardíamente del latín ánima. Era sinónimo de “motor del cuerpo” “soplo vital” o de individuo o persona. En algunas religiones o culturas el alma es llamada “sustancia espiritual e inmortal de los seres humanos” A mí me queda la duda sobre si Aristóteles que ya conocía los trabajos del médico Hipócrates, sobre que el cerebro era el motor del cuerpo y de ahí provenía su inteligencia y razonamiento y los movimientos, al final parece que está al hablar de alma, está refiriéndose a lo que llamamos mente, que es el cerebro funcionando y a los que, él mismo Aristóteles hace referencia más adelante. 2 Se aprecia que no solo rechaza al comunismo sino también al capitalismo liberal salvaje. Y por cierto ya Aristóteles había insistido ante sus alumnos sobre que, el dinero ha sido concebido como instrumento de cambio y no para la usura, o sea, para hacer más dinero. 3 Hoy aceptamos que, incluso las plantas tienen vida. 4 Arístóteles no cree que haya una providencia externa que hace los planos de las estructuras terrenas y sus aconteceres. El designio para él es más bien interno, y brota del género y función de las cosas. Este es el fundamento de las causas naturales. Si Arístóteles hubiera vivido para ver el desarrollo del código genético y como los genes dan lugar a las células, los tejidos y los órganos, se hubiera sentido orgulloso de lo encaminado de sus ideas al respecto. 5 Este es un problema en especial para los jóvenes el poder actuar así y no caer en los extremos, la dificultad nace porque en los hogares no nos enseñan sobre esto. 6 Recordar que «la lógica» es una ciencia, porque en una medida muy considerable los procesos del correcto pensar pueden reducirse a reglas como las de la física o la geometría. Es también un arte, porque a base de práctica, comunica al fin al pensamiento precisión inconsciente e inmediata como los que guía los dedos del pianista sobre la superficie de su instrumento para producir, sin esfuerzos las armonías. Aristóteles reconocía que la lógica era muy tediosa pero muy importante. 7 Aquí Aristóteles señala la existencia de inteligencia natural en las personas (que es parte de la herencia), pero reconoce que además se necesita la experiencia, o sea, lo aprendido para ser un hombre de bien o un profesional capaz, conceptos actualmente aceptados en biología y el campo social.
Bibliografía
Aristóteles. (1968). Obras Filosóficas. 3ed Vol. III. México. Ed. W.M. Jackson Inc. Bretano, Franz. (1893). Aristóteles. Barcelona. Editorial Labor S. A. Durant, Will. (1978). The Story of Philosophy. New York. Ed. Simon and Schuster. Erwin Schrodinger. (1996). Nature and the Greeks. Cambridge University Press. Mage, Bryan. (1990). Aristóteles. Historia de la Filosofía. Barcelona. Ed. Blume. Savater, Fernando. (2008). Aristóteles. Mas allá de la física. México Cap. 2. Editorial Sudamericana S: A. Seller, John. (2024). Aristotle. Understanding the World´s Greastest Philosopher. Penguin Random House.
Monumento a Verdi ubicado en Busseto, provincia de Parma, cuna del célebre compositor.
Vida y obra de uno de los compositores más importantes de Italia
Juan Jaramillo Antillón
Giuseppe Verdi es considerado uno de los más grandes compositores de ópera del mundo.
Nació en octubre de 1813 y falleció en enero de 1901. Aunque es considerado italiano, la realidad es que nació en Francia, en una villa llamada Le Roncole, en el departamento de Taro, que formaba parte del primer Imperio Francés. Pero desde pequeño vivió en un pueblo italiano de las cercanías llamado Busseto, ya que sus padres eran pequeños terratenientes allí. En todo caso, Verdi siempre se sintió italiano y amó esa identidad.
Aprendió a tocar el gran órgano de la iglesia de la villa del Ducado de Parma y a los 12 años fue nombrado organista oficial allí. A los 28 años dio inicio a sus creaciones musicales, componiendo música para dramas de rebeliones de pueblos, conspiraciones, asesinatos y martirios en pos de la libertad de los pueblos.
Verdi apoyaba la unificación de Italia. Él, posiblemente más que cualquier otro creador de música de óperas, tenía un gran poder para inspirar ardor patriótico y revolucionario en sus oyentes, ya que en esos tiempos existía un gran fervor de ese tipo en Italia.
Sus óperas inspiraban tanto a los italianos, que cuando gritaban “¡Viva Verdi!” en realidad saludaban a la Nueva Italia, ya que estas eran las iniciales de Vitorio Emmanuele, rey de Italia. Verdi no se consideraba un político. Sin embargo, sus trabajos fueron un símbolo popular musical que estimulaba el patriotismo italiano. El Va pensiero de su ópera Nabucco era cantado por los italianos que buscaban la unificación de Italia.
Se inició en la ópera de joven, en el pueblo de Busseto. Su familia le facilitó estudiar música y luego se fue a Milán, donde tomó lecciones de contrapunto y composición de óperas. Regresé a Busseto y se convirtió en maestro de música. Allí tuvo la suerte de conocer a un comerciante rico, Antonio Berozzi, con cuya hija se casó y tuvo dos hijos. Su suegro lo ayudó, pues era el director de la Sociedad Filarmónica, de la cual, con el tiempo, Verdi se convirtió en líder, dirigiendo su orquesta.
Los libretos de sus óperas provenían en especial de Shakespeare, Dumas y Víctor Hugo, o de ideas de los libretistas. Su primera composición fue la ópera Oberto, estrenada en La Escala de Milán en noviembre de 1939, con buenas repercusiones.
Por esa época falleció su esposa a la que adoraba y se deprimió mucho. Además, su segundo estreno fue un fracaso. En realidad, Verdi, como todo los genios y grandes figuras, tuvo fracasos, pero logro sobreponerse a ellos y vencer.
Posteriormente compuso Nabucco, ópera que lo hizo famoso. Estrenada en la Scala de Milán en 1842, se presentó en Viena, Lisboa, Barcelona, Paris y Hamburgo y finalmente en Nueva York en 1850. Así comenzó la inmortalidad de Verdi.
Luego siguieron 14 óperas en un lapso de varios años, entre ellas Ernani y Macbeth. Esta última tenía la particularidad de no tener una historia de amor (él era considerado un romántico, al igual que todos los compositores italianos). Verdi se vio envuelto en Italia en un escándalo años después de muerta su esposa, ya que, tuvo un romance con la soprano Giuseppina Strepponi pués vivían juntos sin casarse, en ese país y tiempo escandalizaron, por lo que decidió casarse formalmente con ella en 1859.
Verdi consideraba entre sus mejores trabajos a Rigoletto, de 1851, un gran éxito que contaba con un coctel de comedia y tragedia. El aria La donna e mobile se convirtió en una melodía muy popular, así como el cuarteto Bella figlia dell’amore.
Luego aparecen el Trovador y La Traviata. Esta última está basada en la novela de Alejandro Dumas La dama de las camelias. A estas, las siguieron otras obras de gran valor: Un baile de máscaras, La Forza del Destino, las Vísperas sicilianas y Simón Bocanegra, en 1857. La empresa musical conocida como Casa Ricordi compró sus partituras y, a partir de ese momento, se convirtió en un hombre rico.
Verdi compuso algunas piezas no operáticas. Entre ellas está su Réquiem, que se estrenó en la catedral de Milán en mayo de 1874.
La famosa ópera Aida fue compuesta para celebrar la apertura del Canal de Suez, aunque fue estrenada posteriormente en El Cairo, en 1871.
Por cierto, no convocó a su esposa Margherita Berezzi para cantar el réquiem y la ópera Aida, sino que convocó a la soprano Teresa Stolz, al igual que en otras de sus óperas. Por esta razón se supuso que tenía un romance con ella: tal era la opinión de la crítica pública. Y, al parecer, la crítica tenía razón, ya que, tras la muerte de su segunda esposa, anduvo muy a la par (“pegadito”) de Stolz hasta su muerte.
Por esa época, en Italia y en el resto de Europa, era reconocido junto con el alemán Richard Wagner como uno de los máximos compositores musicales. Pero estos no llegaron a conocerse.
Para Verdi, su principal creación era la trágica ópera Otelo, basada en el drama de William Shakespeare y adaptada por el famoso Arrigo Boito. Esta ópera contiene la mejor música que pudo componer.
Su última ópera fue Falstaff, obra que compuso cuando tenía 80 años, y es considerada su máxima ópera cómica.
Durante su vida, Verdi escribió 28 óperas y, sin embargo, nunca escribió sus memorias.
En sus últimos años de vida se convirtió en filántropo, ayudando a los afectados por un terremoto y a músicos pobres pensionados. Su muerte fue muy lamentada y a su entierro acudieron despedirlo más de 300.000 personas.
Nota del autor
No sé si me equivoco, pero la belleza de esta música operística, al igual que la religión cristiana en occidente, ya no se escucha o practica por no enseñarla en los hogares a los niños como en el pasado.
Bibliografía
Boorstin, Daniel. (1992). The Creators. Verdi, Librettos for Liberation. Nueva York, EE.UU. «U.S. & World Report». August 31, Vol. 113: No.9; 93-94. Autor desconocido (1925). Aida-Guiseppe Verdi. En «El Libro Victrola de la Opera». Nueva York. EE.UU. Pub. Victor Talking Machine Company. 19-31. Martin , G. (1963) . Verdi: His Music, Life and Times. 1ed London, England. Dodd, Mead & Company. Pahlen, Kurt. (1958). Guiseppe Verdi. La Opera. Buenos Aires, Argentina. EMECE-Editores, 343-394. Parker, Roger. (2001). Guiseppe Verdi. Oxford, England. Oxford University Press. Phillips, Matz., and Mary Jane. (1993). Verdi: A Biographic. 1ed Oxford, England. Oxford University Press. Wikipedia. (2009) Guiseppe Verdi. Consultado en: Giuseppe Verdi.
Representación en vivo de la ópera «Falstaff» en la Ópera Metropolitana de Nueva York, en 2013
Retrato de Giuseppe Verdi
Representación en vivo de la ópera «Falstaff» en la Ópera Metropolitana de Nueva York, en 2013
Retrato de Giuseppe Verdi, tomado por Ferdinand Mulnier alrededor de 1870
Representación en vivo de la ópera «Falstaff» en la Ópera Metropolitana de Nueva York, en 2013
Retrato de Giuseppe Verdi, tomado en 1899 por Pietro Tempestini
San Agustín nació en la ciudad de Hipona, actual Argelia, en el año 354 d. C. y murió en el año 430 d. C. Su vida estuvo llena de contradicciones, pero indudablemente es una gran figura del cristianismo. Fue escritor, teólogo, y filosofo cristiano. Es venerado como santo por la Iglesia católica, la ortodoxa oriental y la anglicana.
Su padre y su madre eran bereberes, un grupo étnico del norte de África. El padre era pagano, pero la madre, muy religiosa, luego fue señalada como Santa Mónica. Ella intentó educarlo en la religión cristiana, pero él se alejó de la misma desde joven.
Inicialmente tuvo una vida disipada. No solo no era cristiano, sino que, al parecer, era maniqueísta. Lo que lo hizo cambiar fue la lectura del persa Mani, quien señalaba que el universo era el resultado de la oposición de dos fuerzas contrarias: el bien y el mal, la luz y la oscuridad. Según él, “la materia es perversa y el espíritu bueno” y las personas tienen una mezcla de ambos. Eso produjo una profunda impresión en Agustín. Después de leer a Cicerón, se interesó por la filosofía, especialmente por el neoplatonismo. Más tarde, cumplidos ya los 32 años, trató de hacer una síntesis entre el platonismo y el cristianismo.
En su autobiografía Confesiones, cuenta la promiscuidad sexual de su juventud (tenía una querida y un hijo con ella), y confiesa que que le rogaba a Dios que lo hiciera casto “pero todavía no”. Es evidente que le costó trabajo dejar de ser pecador.
En sus escritos nos habla sobre el tiempo, señalando que nuestra existencia sólo puede concebirse desde el presente, porque, aunque Dios no esté sujeto al transcurso del tiempo, el hombre, en cambio, sí lo está. En cierto sentido, puede decirse que se adelantó a Descartes en cuanto a la sentencia “pienso luego existo”. Agustín señalaba que, para rebatir el escepticismo, o sea, para dudar de algo, es preciso primero existir, y, por lo tanto, si hay algo de lo no se puede dudar es de la existencia de uno mismo.
De joven, rechazó la fe en nombre de la razón, pero con los años llegó a la conclusión de que la fe y la razón se complementan y están en equilibrio. Sin embargo, años después señaló que la fe estaba por encima de la razón, ya que se encuentra apoyada por Dios.
Agustín decía que Dios había creado el universo, el tiempo y todos los seres, incluido el hombre, hacía muchos siglos, y no en pocos días. Einstein, siglos más tarde, señalaría que el tiempo y el espacio eran uno sólo.
Para Agustín, ser cristiano consistía en creer que Dios vino más tarde al mundo como un hombre llamado Jesús, y aceptar sus enseñanzas, su muerte y su resurrección. En el año 385, se convirtió al cristianismo y fue bautizado en Milán por San Ambrosio. Al regresar a su país, vendió todos sus bienes y repartió el dinero entre los pobres, retirándose con unos compañeros a vivir monacalmente.
En su libro La Ciudad de Dios, trató de fusionar el cristianismo y la filosofía, y por eso se lo considera el primer filósofo cristiano. Sin embargo, a mi juicio, su concepción es, básicamente, teológica con tendencias apologéticas, y su filosofía de la historia es una teología de la historia, una justificación sobre la justicia de Dios para con el mundo. Y esto es así porque, desde el punto de vista filosófico, señalaba que la historia es una constante lucha entre las dos ciudades: la terrena, que es de Satanás y se inicia cuando Caín mata a Abel, y la ciudad celeste, o de Dios, representada por Abel, el bueno.
Según esta concepción, hay una verdadera dialéctica que mueve el proceso histórico entre el bien y el mal, una constante envidia que enfrenta a los malos con los buenos. Al parecer, trataba de correlacionar las enseñanzas de Platón con las católicas, pero los filósofos creían en la razón como conductora del conocimiento. En esos tiempos había dos corrientes: la filosófica, que sostenía que la verdad podía conocerse por la razón, y el dogma teológico cristiano que todo se basa en la revelación divina y el lugar de la palabra revelada de los evangelios se impone sobre la verdad razonada. Según él, la filosofía desempeñaba un papel secundario con respecto a la revelación, llegando a afirmar que toda creencia que entre en contradicción con el dogma cristiano debía considerarse una herejía.
Se aprecia entonces que contribuyó a aumentar los rasgos de intolerancia hacia quienes no eran cristianos. Después de ser ayudante de San Ambrosio. que era su mentor y obispo de la mima ciudad, llegó a ser Obispo de Hipona. Agustín escribió la primera apología completa de la historia cristiana primitiva, señalando el derecho del estado a tomar medidas contra los no cristianos. Un ejemplo de su inhumano cambio era el hecho de que insistía en perseguir los herejes cuando no se lograba persuadirlos de que se convirtieran al catolicismo, para así evitar su condenación eterna.
Vivió durante la plena decadencia del Imperio Romano, y la describió en su libro La ciudad de Dios. Sostenía que, como cada individuo vive en dos comunidades diferentes: la de Dios, por un lado, que es eterna, invariable y se asienta en los verdaderos valores, y la terrenal, basada en valores falsos y efímeros como todo lo que en ellas se encuentra. Con esto parece haber querido imitar la teoría de los dos mundos de Platón.
De hecho, estaba muy influido por el pensamiento platónico. Creía en un mundo de ideas perfectas, al que se llegaba a través de la razón, y no a través de los sentidos. Sostenía que el alma humana, que es lo bueno del hombre, se encontraba atrapada en un cuerpo (materia que es mera apariencia) y se liberaba con la muerte. Al parecer, daba por sentado que el conjunto de teorías platónicas constituía un germen del cristianismo que habría de aparecer unos siglos después. Señalaba que el proceso histórico no es la realización de los propósitos de los hombres, sino de los de Dios. Consideraba que Dios era el único agente histórico, porque sólo debido a su actividad la voluntad humana conducía a un resultado dado.
Creía que el papel del hombre en el mundo le había sido designado de antemano y, por lo tanto, ya fuera que tomara el camino del bien o del mal, todo estaba ya escrito. La historia del hombre, según él, comenzaba cuando Dios lo creó. A su vez, el tiempo y el mundo también habían sido creados por Dios.
Todo esto le creó a Agustín un problema con la Iglesia, porque, si todo estaba predestinado, y no había libre albedrío, nadie podía salvarse por sus propios méritos sin la intervención de Dios. Para él, la voluntad divina decidía quién se salvaba y quién sería condenada. Eso a pesar de que, en La Biblia, Dios le había dado a Adán libertad de escoger. Para justificarse, Agustín señalaba que el hombre era libre de tomar el camino de la verdad o del pecado, pero la elección de uno u otro contribuía siempre a la realización de la voluntad de Dios.
De él es la famosa frase: “No todos los hombres malos pueden llegar a ser buenos. Pero no hay un hombre bueno que no haya sido malo alguna vez”.
Bibliografía
Magee, Bryan. (1999). “San Agustín. La Síntesis entre el platonismo y el cristianismo”. En: Historia de la Filosofía. Barcelona, España. Ediciones Blume. 50-53. Montes de Ocas, Francisco. (1970). La ciudad de Dios de San Agustín. México, D. F. México. Editorial Porrúa S.A. Mora, Forero. J. (1992). El pensamiento histórico. Santafé de Bogota. Tercera Edición. Corporación Universitaria Antonio Nariño. 37-53. San Agustín. (1970). La Ciudad de Dios. México, D. F. México. Editorial Porrúa. Savater, Fernando, Sadaba, Javier et al. (1985). San Agustín. Barcelona, España. Editorial Noguer. 120-124.
Estatua de San Agustín en Filipinas
En su autobiografía Confesiones, cuenta la promiscuidad sexual de su juventud y confiesa que que le rogaba a Dios que lo hiciera casto
Agustín escribió la primera apología de la historia cristiana primitiva, señalando el derecho del estado a tomar medidas contra los no cristianos
Estaba muy influido por el pensamiento platónico, creía en un mundo de ideas perfectas
San Agustín nació en la ciudad de Hipona, actual Argelia, en el año 354 d. C. y murió en el año 430 d. C.
Trató de fusionar el cristianismo y la filosofía, y por eso se lo considera el primer filósofo cristiano
La conducta humana es la capacidad que tiene el ser humano para expresarse mental y físicamente en las distintas actividades que desarrolla en su vida.
¿Qué es más importante para el desarrollo del niño: la naturaleza o la crianza?
Juan Jaramillo Antillón
Las personas pueden reaccionar distintamente ante un mismo estímulo de su ambiente, según su capacidad mental y su experiencia. Se dice que la conducta humana es la capacidad que tiene el ser humano para expresarse mental y físicamente en las actividades que desarrolla en las diferentes fases de su vida. El comportamiento es algo bastante parecido: es la forma en que los humanos interaccionan con su medio en función de su capacidad individual para responder a los diferentes estímulos que recibe.
En otras palabras, la conducta humana es la manera en que las personas hacen frente a la lucha por la existencia, idealmente respetando los valores existentes y guiados por la influencia de la cultura imperante en su medio desde la niñez, época en que el niño se ve constantemente sometido al aprendizaje de reglas para comportarse ante diferentes situaciones. Esas tempranas enseñanzas habrán de acompañarlo hasta la muerte.
Los expertos han señalado que los seres humanos somos animales de costumbres. Formamos hábitos y, a lo largo de nuestra vida, nos conducimos según esos hábitos. Por eso es tan importante en la niñez enseñar valores y dar ejemplos.
Uno de los debates sobre la conducta humana tiene que ver con qué cuestiones serán más importantes para el desarrollo del niño: ¿la naturaleza o la crianza? O, como se dice en inglés: Nature vs nurture. El Dr. McEluwe indica que estos términos se refieren a las dudas que hay acerca de la preponderancia de la biología (herencia genética) en el desarrollo del niño. Sin embargo, existen investigaciones que muestran una propensión heredada a realizar ciertos actos, independientemente de la experiencia que se adquiera o la herencia social o cultural que se reciba en su hogar y en el medio externo.
El Centro para el Desarrollo infantil de la Universidad de Harvard señala que, finalmente, los expertos se han dado cuenta de que “las diferencias genéticas son de importancia crítica para el desarrollo del niño”. Además, hoy sabemos que los niños aprenden mejor cuando se les permite cometer errores y vivir las consecuencias. Tal como sucede en la investigación científica, donde se avanza por el ensayo y el error. Los chicos que enfrentan obstáculos aprenden con la práctica a no repetir sus fallas.
Por eso, a los niños debe ofrecérseles el mejor ambiente posible para cultivar sus mentes y desarrollar lo más posible sus aspectos genéticos favorables para el comportamiento. Hace 2500 años, Hipócrates, el Padre de la medicina, les decía a sus discípulos: “aprended de los errores”. Esa es la mejor forma de adquirir experiencia.
Por supuesto, está muy claro que la lesión de diversos genes puede provocar diversas enfermedades mentales o contribuir junto con otros factores a su aparición, como en los casos del síndrome de Down o de la trisomía del cromosoma 21, la enfermedad de Parkinson. En todo caso, la mayoría se inclina hacia la idea de que hay factores ambientales muy importantes que contribuyen a que se expresen cualidades genéticas del niño.
David Barash dice: “La observación de la vida y la organización ´social´ de los animales ayuda a aprender el comportamiento individual y social del hombre, tan condicionado por las características biológica y genéticas, pero sería ingenuo suponer la que la biología es en cierto modo más importante que la cultura”. Las hormigas y las abejas tienen una conducta eminentemente heredada. Los animales superiores también tienen esa conducta, sobre todo para alimentarse o defenderse, y porque heredan muchos rasgos de la inteligencia que les permite adaptarse mejor a las situaciones que se le presentan. Pero también se valen de la experiencia que le ha transmitido su familia para sobrevivir en muchos otros aspectos.
El medio social o entorno contribuye a modificar la respuesta, y el individuo a su vez influye en el medio en que se desenvuelve, pues su conducta es observada por otras personas. Aristóteles decía: “El hombre es por naturaleza un animal civil o político. Mediante la palabra, el hombre creó la sociedad, en está desarrollo la inteligencia, en virtud de la inteligencia produjo el orden y mediante este creo la sociedad”. Sin embargo, desconfiaba de que la educación los convirtiera en seres éticos. Por ello afirmaba: “El hombre no actúa movido por ideales éticos, es preciso coaccionar su voluntad por medio de la ley para que haga lo correcto. Con la ley, el hombre es el ser más perfecto; sin ella, es el más salvaje. Por eso precisa de una organización social, el Estado, el cual mediante leyes lo obliga a obrar rectamente”.
Resumiendo, la conducta del ser humano se trata de una serie de actividades realizadas bajo la influencia de su aprendizaje cultural, valores, actitudes, emociones y conceptos éticos, incluso de la persuasión bajo una autoridad. La conducta puede, por lo tanto, ser normal, aceptable o fuera de lo corriente y no aceptable. Algunos consideran que también comprende las habilidades y destrezas que poseen las personas en diferentes áreas del saber humano, como las ciencias, las artes, el deporte, las matemáticas, etc., incluida la forma de comunicarse para darse a entender.
Hay consenso en torno a la idea de que una gran mayoría de los niños y jóvenes criados en la pobreza, sobre todo cuando esta es extrema y viene de la mano de una falta de educación, al llegar a la edad adulta no logran comportarse correctamente, ya que están resentidos por su marginación social. Eso da lugar a que contribuyan al fenómeno mundial de la violencia criminal en las ciudades.
La biología y la cultura tienden a aunar experiencias y conocimientos para explicar la conducta humana, que, a fin de cuentas, parece ser el resultado de factores genéticos (heredados) y fisiológicos del cerebro humano, que cuando funciona produce lo que se da en llamar conciencia: un proceso abstracto derivado de las células cerebrales que produce ideas, pensamientos y respuestas a los estímulos externos o internos del ser humano, o a la influencia social. La mente capta todos esos estímulos para reflexionar en base a ellos y dar respuestas adecuadas, o simplemente los almacena en la memoria.
Pero no debería caber duda alguna sobre la importancia que tienen los genes en el comportamiento humano. Si bien los genes no siempre determinan estrictamente el comportamiento, sí tienen un papel importante en la conformación del tipo de mente que habrá de poseer cada persona. Solemos decir que heredamos nuestra personalidad de nuestros padres, pero la realidad es que nuestros genes se remontan más atrás, provienen de nuestros abuelos, bisabuelos, e incluso de generaciones anteriores.
La educación es una herramienta que contribuye a crear la conducta humana y al progreso de la evolución. Para sacarle mayor provecho, es necesario que quien se está educando se esfuerce para aprender, independientemente de las condiciones genéticas que tenga para hacerlo. No se aprende a conducir una bicicleta sin caerse, ni a tocar el piano sin practicar y cometer equivocaciones. Tampoco se aprenderán reglas de conducta y moralidad si no se cuenta con buenos ejemplos que puedan ser puestos en práctica a lo largo de la vida. La calidad humana del ser humano no se reconoce por lo que dice, sino por lo que hace.
Hasta hace unos años se aceptaba que la conducta humana era adquirida, resultado de las influencias educativas y sociales. Hoy se acepta que en la conducta influyen también como vimos, aspectos genéticos o heredados que se expresarán con el tiempo. De tal forma que biología y cultura o genes y experiencia conforman al ser humano.
Bibliografía
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Doble hélice. Hoy se acepta que en la conducta influyen también aspectos genéticos o heredados
Los seres humanos somos animales de costumbres, por eso es tan importante en la niñez enseñar valores y dar ejemplos
Doble hélice. La conducta humana parece ser el resultado de factores genéticos y fisiológicos del cerebro humano
A los niños debe ofrecérseles el mejor ambiente posible para cultivar sus mentes y desarrollar lo más posible sus aspectos genéticos
Doble hélice. Solemos decir que heredamos nuestra personalidad de nuestros padres, pero la realidad es que nuestros genes se remontan más atrás
Existen factores ambientales muy importantes que contribuyen a que se expresen cualidades genéticas del niño
Si la naturaleza, o Dios para los creyentes, no hubiera inventado los sexos, no habría seres humanos como existen hoy.
Charles Darwin definió la evolución como la descendencia con modificación. Desde entonces sabemos que los genes que aparecieron en la antigüedad remota en el planeta Tierra, el ADN y el ARN creadores de todos los seres, comenzando con las primeras células como bacterias, algas, plantas y animales primigenios, “recibieron una orden”: creced y multiplicaos. Esa era una condición sine qua non, es decir, sin eso no hay evolución. Era una condición indispensable para que se dieran y aparecieran todas las especies que han poblado nuestro mundo y, millones de años después, el ser humano.
Nuestras células humanas contienen en su núcleo el ADN que da origen a los 46 cromosomas que tienen todas ellas (excepto los glóbulos rojos, que no tienen). Además recordemos que las células del ovario solamente contienen 23 cromosomas y el espermatozoide, otros 23. Por eso, cuando en la fecundación estos se juntan y entremezclan, aparece ya el óvulo fecundado con 46 cromosomas, que contienen en su interior unos 20 mil genes, dando lugar a un nuevo ser humano con gerencia de los dos. Biológicamente, los humanos se dividen en machos y hembras, según los cromosomas que posean (XX, hembra, o XY, macho).
Pero si hablamos de mujeres y hombres, estos dominan categorías sociales, no exclusivamente biológicas, y caen lo que se llama género, que es una categoría cultural. El sexo, pues, se divide en machos y hembras. Esta es una categoría biológica y las cualidades de esta división han permanecido constantes a través de cientos de siglos.
Parece comprobado el papel fundamental de la conducta innata de la sexualidad en la antigüedad remota, en cuanto a la atracción de los sexos, entre muchos animales inferiores y sobre todo en los superiores, incluyendo los prehumanos y hasta los Homo sapiens, para que se juntaran a convivir un macho y una hembra con el fin de procrear descendientes y conservar así la especie, siguiendo la ley fundamental dictada por los genes. De lo contrario, no existiría la especie humana como la conocemos hoy.
Ayudó en la conservación posterior de la unión hembra-macho, o mujer y hombre, el nacimiento de los hijos. Otro factor muy importante es que, a mayor reproducción, más posibilidad de supervivencia de la especie. Influyen en lo anterior los llamados genes egoístas, reproductivos y altruistas, para influenciar en especial a la madre en cuanto a cuidar y proteger al niño desde que nace, alimentarlo y ayudar a su desarrollo. A su vez, esta proporciona parte de su cuerpo, su matriz y placenta, como medio para que el embrión y luego el feto logre alimentarse, crecer y protegerse por 9 meses. Este papel es crucial e indispensable para el nacimiento de un ser humano. Se observa que el papel de la hembra o mujer es fundamental para la supervivencia del nuevo ser.
Tanto la madre como el niño están sometidos a influencias hormonales especiales, y de otro tipo, recíprocas durante todo el embarazo, que condicionan a la mujer embarazada a aceptar dicho evento y prepararse para proteger a su hijo desde antes de que nace hasta mucho después. Está probado que el cerebro de la mujer embarazada cambia en diversos sitios, algo que se aprecia cuando se realizan resonancias magnéticas y TAC de los cerebros durante el embarazo y hasta dos años después. Todo ello como consecuencia de las hormonas sexuales, la oxitocina y otras más.
Además, en la conservación de la unión hombre-mujer, es posible que tuviera un papel eso que llaman “atracción sexual no biológica”, que con el tiempo se llamó erotismo, o capacidad de una persona de experimentar y dar respuestas a los estímulos que ocasionan el deseo, la atracción y la excitación sexual. Quizás, con algunos otros agregados, eso califica como “amor”, para que finalmente formaran una familia.
Todo esto pasaba en tiempos cuando no había Iglesia, ni sociedad, ni preceptos religiosos o leyes que aconsejaran esta unión para formar una convivencia entre el hombre y la mujer, luego calificada como matrimonio, desde hace más de 4 mil años en los códigos de leyes, como el de Hammurabi de la sociedad sumeria. Este término, matrimonio, se siguió usando para esa unión hasta el presente, y ahora incluso se acepta para la unión de convivencia. En Costa Rica, en el año 2018, la Corte Interamericana de Derechos Humanos aceptó como matrimonio la unión de dos personas del mismo sexo. Por todo lo anterior, ahora se dice que la sexualidad humana es un proceso biológico-social, influido por el tipo de relaciones entre las personas, incluyendo el deseo y la atracción sexual.
La sexualidad humana
Preocupa mucho saber que muchas Iglesias, religiones y credos, que incluso tienen el Antiguo Testamento como fundamento de sus creencias, se opongan o rechacen la sexualidad humana, siendo que en la Biblia, en el libro Cantares, sobre el amor, se haga una apología sobre el amor y la sexualidad del hombre y la mujer.
Al escuchar hablar de sexualidad, mucha gente la interpreta como solamente el conjunto de fenómeno relativos al “instinto sexual y a su satisfacción”. La realidad es que eso es una parte clave y muy importante de algo que es más complejo, pues, además de formar parte de la sexualidad el conjunto de órganos (ovarios, vulva y vagina o testículos y pene), también están los procesos que actúan para que el instinto sexual se exprese. Para que se den pensamientos y acciones sexuales como los que tiene la mayoría de las personas, se requiere la integración del eje corteza cerebral (razonamiento) con el sistema límbico (emociones-pasiones), hipotálamo-hipófisis. También es importante para que se produzcan ahí las hormonas estimulantes, para que se activen y funcionen adecuadamente los ovarios y los testículos, y a su vez estos produzcan las hormonas feminizantes, como los estrógenos y la progesterona, en la mujer, o las masculinizantes, como la testosterona en el hombre, en oportunidad y cantidad adecuadas.
Más que solo hormonas
Visto así, el sexo constituye una característica biológica que define a las hembras y los machos. Es importante, e influye para que la función sexual se cumpla adecuadamente, que existan los órganos sexuales propios de una mujer o un hombre y que “la mente” (el cerebro funcionando), bajo diversos estímulos (internos) neurobiológicos y (externos) factores del ambiente, actúe sobre el embrión y el feto antes de nacer e incluso después. En el primer mes del desarrollo embrionario no hay genitales, ni testículos ni ovarios, solo las llamadas gónadas, que ya comienzan a producir hormonas, ya sea estrógenos o testosterona, según sea niña o niño. Entonces se comienzan a formar, a partir del segundo mes, los ovarios o los testículos y para el tercer mes, los órganos femeninos o masculinos.
Los ovarios producen estrógenos y progesterona en la hembra (mujer) y los testículos, testosterona en el macho (hombre). En la hembra dan lugar a la vulva, la vagina y la matriz y en el macho, al pene, los testículos, la próstata y las vesículas seminales. Durante toda su vida como embrión y feto, tanto el varón como la hembra están bajo el influjo de las hormonas, testosterona el primero y estrógenos y progesterona la segunda.
Durante siglos se aceptó que la sexualidad humana, al igual que en los animales, era instintiva. Como ya vimos, de hecho, este aspecto fue y continúa siendo fundamental para la conservación de la especie humana, sin embargo, ahora se señala que la sexualidad abarca múltiples dimensiones del ser humano y aparte de su sexo natural, se acepta su identidad y orientación sexual efectiva, sus pensamientos y emociones y sobre todo la capacidad de poder expresarse sexualmente en forma libre.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la sexualidad humana engloba una serie de condiciones culturales, sociales, anatómicas, fisiológicas, emocionales, afectivas y de conducta relacionadas con el sexo y que forman parte de lo que somos desde antes de nacer a través de la vida y hasta que morimos. Abarca, pues, al sexo, la reproducción, la identidad sexual, roles de género, el erotismo, la orientación sexual y la identidad que se tenga y está influida por la interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales y culturales (educación, economía, políticos, religiosos, etc.).
La sexualidad a que da lugar este sistema puede verse alterada desde el embrión, si las gónadas o sus genes XY o XX, según sea el niño hembra o macho, desde el primer mes del desarrollo en el útero, son lesionados o modificada su acción por algo, como una infección viral, radiaciones, sustancias químicas, el licor, factores epigenéticos o algún otro factor interno, o externo, etc., dando lugar a cambios en la producción hormonal, en el desarrollo de los órganos sexuales o de su función, o posteriormente, después de nacido, cuando el niño está adquiriendo conocimientos de su género correspondiente, o debido a problemas psicológicos o emocionales causados en su hogar, escuela, colegio, etc. Debemos señalar que, de acuerdo con algunos expertos de este campo, la sexualidad es aún un área de investigación y estudio, pues algunos aspectos biológicos en el campo de los genes, la bioquímica y las hormonas están siendo aún valorados.
¿Y la homosexualidad?
A propósito de género, que anteriormente se dividía entre hombres y mujeres, ahora se aceptan otras categorías, como “transgénero”, o sea, la persona que al nacer, por sus genitales, se le asignó su correspondencia a un género, pero no se identifica con eso, sino con el opuesto, o incluso con ninguno. Parte de la sociedad contemporánea está aceptando que las cualidades masculina y femenina “experimentan cambios” y que por motivos personales estas pueden modificarse. Así es como surge el reconocimiento social actual para la homosexualidad y el lesbianismo, los bisexuales, los transexuales, etc., denominados como grupo o personas LGTBI.
Recordemos que la homosexualidad se da incluso entre insectos y otros animales, incluyendo los mamíferos. Los monos bonobos son un ejemplo de esto, ya que tienen relaciones sexuales no solamente cuando la hembra es fértil, como los otros monos, sino todo el tiempo, macho-hembra, macho-macho o hembra-hembra.
Los estudios científicos de la genética sexual realizados hasta el presente no han demostrado que exista un gen que cause la homosexualidad. Se acepta que algunas variaciones o marcadores genéticos explican solo una pequeña parte del comportamiento sexual entre personas de un mismo sexo, por lo que no es posible predecir una conducta sexual atendiendo solo a esas variaciones en los genes. Sin embargo, se acepta que miles de variantes genéticas distribuidas por todo el genoma humano y sus efectos combinados pueden influenciar importantes cambios y contribuir a modificaciones en la conducta sexual ayudadas con algunas formas de actuar socialmente.
En el mayor estudio realizado, en casi medio millón de personas de ambos sexos, Andrea Ganna, de la Universidad de Harvard de los Estados Unidos, confirma que no existe un gen de la homosexualidad. Las variantes genéticas halladas en esta muestra explican solo una pequeña parte de este comportamiento sexual, poniendo de manifiesto la complejidad de la sexualidad humana. En este estudio, solamente el 4% de los hombres y el 2,8% de las mujeres afirmaron haber tenido relaciones homosexuales. Los investigadores compararon la información proporcionada por 477.522 personas sobre su inclinación sexual, comparada con millones de marcadores del ADN de sus respectivos genomas.
Es importante recordar que la diferencia sexual entre una hembra y un macho (el ser femenino y el ser masculino, entre los humanos) no fue solamente un mecanismo reproductivo de la especie humana para trasmitir la herencia genética a los hijos, sino también una forma para mejor adaptarse al ambiente, gracias a la diversidad genética a que daba lugar. Los genes diferentes aportados por cada sexo permiten soportar mejor los factores negativos del ambiente, que puede lesionar un gen del par de genes iguales, llamados alelos, que tienen todos los cromosomas, pero el heredado del otro padre funciona y evita la aparición de una falla o enfermedad.
Repito, la “diferencia sexual” fue uno de los más grandes avances biológicos en la naturaleza y en el caso del ser humano no se logró por imposición sociales o religiosas. Lo normal, pues, desde el punto de vista evolutivo y biológico, es que la sexualidad se exprese para que una hembra y un macho sean atraídos hasta llegar al acto sexual para tener descendientes y así preservar la especie humana. Sin embargo, consideramos que el derecho a la libertad sexual es un derecho humano, y por eso, la sociedad como un todo y especialmente las familias deben respetar la identidad sexual de cada persona, o sea, cómo cada individuo se identifica, independientemente de su sexo biológico: heterosexual, homosexual, bisexual, etc.
Es importante aclarar que, si bien los hombres y las mujeres difieren genéticamente, anatómicamente y en cuanto a fisiología, y aunque la mente de la mujer también difiere de la del hombre, en cuanto a inteligencia, ambos son iguales, solo con algunas diferencias. La más importante: el papel de madre que la naturaleza le dio a la hembra.
Los estudios científicos no han demostrado que exista un “gen de la homosexualidad”
El ADN y el ARN, creadores de todos los seres, “recibieron una orden”: multiplicaos
La sexualidad a que da lugar este sistema puede verse alterada desde el embrión
A mayor reproducción, más posibilidad de supervivencia de la especie
Ahora la sexualidad abarca múltiples dimensiones del ser humano, aparte de su sexo natural
Durante toda su vida tanto el varón como la hembra están bajo el influjo de las hormonas.
Biografía
Ganna, Andrea et al. (2019). “Large scale GWAS reveals insights into the genetic architectore of same-sex sexual behavior”. Science. 29/8/2019. Jaramillo Antillón, Juan (1997). ¿El sexo débil de la mujer? San José: Editorial de la Universidad de Costa Rica. Organización Mundial de la Salud (2006). Defining sexual health Report of technical consultation on sexual health. Ginebra: OMS, pp. 28-31. Valente, S., Pellegrino, J. A. y Tatti, S. (2021). “Sexualidad y salud sexual”. Revista de la Asociación Médica Argentina, 2/2021, pp. 9-14. Buenos Aires: Asociación Médica Argentina.
Con Pasteur se vieron las ventajas de trabajar juntos el gobierno y la empresa privada en proyectos de medicina.
Fueron tantos y tan valiosos sus descubrimientos, que cambió la sobrevivencia de la humanidad
Juan Jaramillo Antillón
Louis Pasteur nació el 27 de diciembre de 1822, en el pequeño pueblo de Arbois, en Francia. La familia, con su padre como curtidor de cueros, era de escasos recursos. Estudió la primaria y la secundaria en dicho pueblo, y tenía fama de joven de ser un hábil dibujante y retratista. Durante sus primeros quince años de vida, pasaba el tiempo pescando y no mostró ningún espíritu de investigación o alguna genialidad, aparte de hacer retratos. La familia se trasladó a Bensaçon y ahí, en el Real Colegio, se graduó de bachiller en 1840. Lo único que sus profesores vieron positivo en su persona era que ayudaba a sus compañeros en sus estudios. Luego estudió un doctorado en física y química en la Escuela Normal Superior de París, donde se graduó en 1845, y en 1847 obtuvo un doctorado en ciencias, pero no se graduó de médico, pues no estudio esta carrera.
La primera investigación que lo dio a conocer sucedió cuando trabajaba como asistente de química en la Universidad de Estrasburgo. Ahí postuló el efecto óptico a que daban lugar los rayos polarizados. Aunque se creía que los cristales del ácido tartárico desviaban hacia la derecha el plano de la luz polarizada, y por eso se le calificaba de dextrógira, existía otro tipo de ácido idéntico pero levógira, es decir, que desviaba la luz a la izquierda. Ese fue su primer descubrimiento.
Es indudable que le ayudó mucho en su carrera —algo que él mismo reconocería— el hecho de que, en 1849, contrajera matrimonio con Marie Laurent, hija del rector de la Universidad de Lille. Pasteur reconoció que en su esposa tuvo una gran compañera, que además de darle cinco hijos, durante toda su larga carrera le ayudó escribiendo los trabajos científicos que él le dictaba para enviar a las academias y a publicaciones, ya que ella tenía una excelente caligrafía. Desde el punto de vista académico, ese matrimonio lo impulsó como profesional, ya que gracias a esa relación se dio a conocer y trabajó en dicha universidad hasta llegar a decano de la Facultad de Ciencias.
Ahí inició sus trabajos sobre el alcohol amílico, lo que lo llevaría más tarde a estudiar la fermentación en especial del ácido láctico, la de la leche, y la fermentación alcohólica de vinos, cervezas e incluso del vinagre. Por esa razón los industriales de la región le dieron mucha ayuda económica y le ayudaron a crear un laboratorio de investigación, pues querían elevar el rendimiento en azúcar de la remolacha para poder producir más alcohol, algo que Pasteur logró.
Fue así como se inició su contribución al progreso de la industria, que posteriormente derivaría en ayuda a la medicina, para beneficio de la humanidad, pues sentó las bases sobre las que se fundó la microbiología, junto con Robert Koch, y en medicina dio lugar a la teoría sobre las enfermedades provocadas por gérmenes. Gracias a él, se reconoció la capacidad del aire para transportar gérmenes y bacterias vivas capaces de contaminar el mosto, la cerveza o a otras personas. Además, describió que existían gérmenes anaerobios, que vivían sin necesidad del aire, y, además, otros aerobios.
Fue el creador de la pasteurización, que consiste en el calentamiento de vinos o de leche durante 30 minutos a 68 grados centígrados, con lo cual se destruyen esporas y gérmenes capaces de producir enfermedades, sin que se destruyan las proteínas de la leche y el sabor de esta y el vino. Con ello se evitaron enfermedades en millones de niños lactantes.
Las pequeñeces de un grande
Como en todas las grandes figuras de la historia, no puede haber perfección total, por lo que todos han tenido fallas, como humanos que son. De Pasteur, se rumoreaba que era muy egoísta. Por ejemplo, si bien llegó a demostrar que las levaduras eran un microorganismo unicelular de la familia de los hongos Saccharomyces cerevisiae, el cual convertía el azúcar en alcohol, él aceptó el éxito de ese reconocimiento sin citar que esta idea ya había sido afirmada anteriormente por el Dr. Teodoro Schwan.
Además, decía haber descubierto el bacilo del carbunco, que afecta al ganado vacuno e incluso al hombre. Pero ya Robert Koch, en Alemania, también lo había descubierto y estudiado al mismo tiempo. En ambos casos se disculpó diciendo que desconocía que ellos al mismo tiempo habían hecho esos descubrimientos. La realidad es que fueron tantos y tan valiosos sus descubrimientos, que se debe aceptar su disculpa.
Pero, además, descubrió el estafilococo de los abscesos de la piel e inventó la vacuna contra la rabia. En ese tiempo, él pensó que esta era producida por un bacilo tan pequeño que no era posible verlo al microscopio y tenía razón, ya que posteriormente se comprobó que era un virus y estos no son visibles con los microscopios corrientes.
Fue el primero en establecer una conexión definitiva entre los microorganismos y la aparición de enfermedades. Señaló que muchas bacterias pululan en el aire y contaminan el medio, y que esas mismas bacterias no podrían producirse por generación espontánea. Además, se dio cuenta de que al someterlas a la acción del calor, pierden su capacidad, posiblemente por perecer. Hoy sabemos que en el aire que nos rodea, hay bacilos TB, y diversos tipos de bacterias y virus y si no nos contaminan es por nuestro sistema inmunitario defensivo.
El famoso cirujano inglés lord Joseph Lister comprendió el extraordinario valor de sus descubrimientos y creó la antisepsia, sumergiendo todo el instrumental quirúrgico antes de una operación en ácido fenólico y exigiendo el lavado de las manos con un detergente. Con ello, las infecciones de las operaciones descendieron notablemente.
Cuando estudió la fermentación butírica, descubrió el carácter anaeróbico de algunos gérmenes de esta fermentación, ya que no necesitaban oxígeno para vivir. Por esa razón introdujo entonces el concepto en bacteriología, de gérmenes aerobios y anaerobios. Aunque ya anteriormente Leeuwenhoek, inventor del microscopio, y, cien años antes, Spallanzani habían señalado la existencia de animalitos microscópicos que no necesitaban del aire para vivir. Su justificación era la de siempre: “Yo desconocía esos hechos”. Pero lo cierto es que en este caso como en otros, él no les dio reconocimiento a antecesores suyos que se adelantaron en sus conceptos. Queda la duda de si desconocía o no dichos trabajos. Un gesto muy mezquino de un investigador tan grande.
“La casualidad favorece a una mente adiestrada”
En el campo educativo, al combinar la teoría con la práctica llevando a sus alumnos a trabajar en el laboratorio, revolucionó la educación en bacteriología, ya que consideraba que teoría sin práctica es inútil. Los alumnos no solo escuchaban sus conferencias magistrales, sino que colaboraban en el laboratorio experimental donde trabajaban con él, permitiéndoles participar en algunas de las investigaciones e incluso hacer demostraciones de los resultados obtenidos, lo cual motivaba a sus pupilos.
Debido a su prestigio, en 1857 fue nombrado director de estudios científicos de la Escuela Normal Superior de París, donde permaneció hasta 1863. Esa escuela, pese a su fama, tenía laboratorios muy deficientes. Pero él logró que la empresa privada y el gobierno contribuyeran para mejorar los laboratorios de investigación. Ahí realizó estudios que demostraron que los microbios no nacen espontáneamente en el interior de las uvas, los gusanos de seda, la orina o la sangre, ya que siempre vienen del exterior y contaminan a las plantas, animales o personas. Además, se vio las ventajas de trabajar juntos el gobierno y la empresa privada en proyectos de medicina.
A Pasteur se le considera precursor de la inmunología, junto con el inglés Edward Jenner, creador de la vacuna contra la viruela, la cual con otras de sus vacunas dieron principio a esta rama de la ciencia. Se dice que no aceptaba críticas, fueran estas correctas o no, y usualmente era agresivo en sus respuestas, lo que ocasionaba polémica a su alrededor, algo que él reconocía. A propósito de egoísta, a sus fieles ayudantes Duxlaus y Gernez, quienes colaboraron con él en el proceso de pasteurización y por años en el estudio de los gusanos de la seda, no les participó del éxito y ni siquiera los citó como colaboradores. Por lo menos, esta falla la corrigió después, ya que entre sus alumnos tuvo figuras a las que ayudó a obtener fama mundial: Metchnikoff, Roux, Yersin, Calmette, todos ellos descubridores de bacterias o vacunas.
Él tenía una “máxima” que enseñaba a sus alumnos: “La casualidad favorece a una mente adiestrada”, hoy de aceptación mundial. Fue elegido miembro de la Academia de Medicina de Francia, un honor que usualmente solo se concedía a médicos de altos méritos, y él no era médico, pero sus investigaciones ayudaron a la medicina a superar muchos problemas.
Él inicio el estudio de la rabia en los humanos debido a que un niño de su pueblo pereció por tal causa en medio de terribles sufrimientos. Él inició sus trabajos en este campo de la rabia, extrayendo de la médula espinal de perros rabiosos un fragmento de esta y preparando extractos que eran inoculados al cuerpo de un perro sano, los cuales a los días contraían la enfermedad. Al principio creyó que era una bacteria la causante, ya que la había encontrado en la boca de un niño con rabia, sin embargo, sus ayudantes Roux y Chamberland descubrieron que el microbio estaba en la boca de muchas personas sanas. Entonces Pasteur puso saliva de un perro rabioso en el cerebro de un conejo y obtuvo un virus (en esa época no se conocían con este nombre) muy virulento, al que poco a poco lo fue haciendo menos agresivo, ya que al cultivarlo varias veces lo atenuó. Con ello inyectó perros sin que a estos les diera la rabia, o sea, se volvían inmunes a la mordedura de perros rabiosos.
Pasteur supuso que eso provocaba la rabia y describió que la rabia era causada por un agente infeccioso tan pequeño que no era posible verlo al microscopio, como se veían bacterias o bacilos. Lo extraordinario es que, a pesar de eso, pudo desarrollar una vacuna contra un agente infeccioso que no podía ver.
No fue sino hasta 1897 que se confirmó bien la existencia de los virus como causantes de enfermedades, cuando el bacteriólogo holandés Martinus W. Beijerinck señaló que el agente transmisor de la enfermedad del tabaco era un “virus filtrable” que no se podía ver ni cultivar. En una oportunidad se le preguntó si era religioso, a lo que contestó:
Sí, soy profundamente religioso. Yo considero feliz al hombre que lleva dentro de sí a Dios y le obedece. Feliz si tiene en sí un ideal de la belleza, del arte, de la ciencia y de las virtudes del evangelio.
Sin embargo, a pesar de ser tan religioso, no soportaba bien la crítica, incluso la bien razonada. “Cierto —confesó una vez—, yo era muy serio y sufría mucho con las críticas que se me hacían fueran estas correctas o no”. Pero la verdad es que él se las buscaba, ya que era muy agresivo en las discusiones científicas y su carácter tenía tendencia a la polémica. Él creo el término vacuna señalando que viene del latín vacca, y que lo hizo en honor a Jenner, el creador científico de la vacuna contra la viruela.
Pasteur descubrió el bacilo del cólera de las gallinas y desarrolló técnicas de cultivo in vitro de microorganismos, para con ello obtener material para sus vacunas. Eso lo hizo porque había observado que cultivos viejos (atenuados) de gérmenes de cólera de gallinas, inoculados a gallinas sanas, no producían la enfermedad, se hacían inmunes o resistentes al cólera. Con ello contribuyó a evitar las epidemias de este tipo en las aves. De hecho, este fue un primer paso para que, en la actualidad, se empleen cultivos vivos atenuados o muertos por el calor para obtener vacunas contra diferentes enfermedades. A esto se le llamó “inmunización activa”.
En honor de este gran hombre se creó el Instituto Pasteur, en París, de fama mundial y del cual fue director hasta su muerte, en 1895. Pasteur, en su discurso final en la Universidad de la Sorbona, al serle entregada una medalla por el presidente de Francia, pronunció estas palabras que posteriormente los políticos, incluso el presidente Kennedy, de Estados Unidos, usó mucho:
A medida que progreséis, preguntaos ¿qué habéis hecho por vuestra patria? Entonces, si habéis contribuido de alguna manera al progreso, tendréis una íntima satisfacción.
En medicina, Pasteur dio lugar a la teoría sobre las enfermedades provocadas por gérmenes
Junto con Roberto Koch, Pasteur sentó las bases sobre las que se fundó la microbiología
Louis Pasteur fue el primero en establecer una conexión definitiva entre los microorganismos y la aparición de enfermedades
Gracias a Pasteur, se reconoció la capacidad del aire para transportar gérmenes y bacterias vivas
Louis Pastuer creó la pasteurización, con la cual se destruyen esporas y gérmenes capaces de producir enfermedades
Pastuer describió gérmenes anaerobios, que viven sin necesidad del aire y, además, otros aerobios
Bibliografía
Bird, Randy and Allen, Garland (1998). Luis Pasteur. Enciclopedia Encarta 98, EE. UU. Microsoft. Dubos, Rene J. (1950). Luis Pasteur: Freelance of Science. Oxford, England: Oxford University Press. Garrison, H. Fielding (1966). “Luis Pasteur”. En Historia de la Medicina, pp. 386-390. D. F. México, México: Editorial Interamericana. Jaramillo, A. Juan (2003). “Luis Pasteur. El más humano de los genios”, pp. 205-220. En Lo humano de los genios. San José, Costa Rica: Editorial Universidad de Costa Rica. Singer, Charles y Ashwort, Underwood (1966). “La obra de Pasteur”, Cap. VII, pp. 325-334. En Breve Historia de la Medicina. Madrid, España: Ediciones Guadarrama. Valery-Radot, R. (1902). Life of Pasteur, Vol 2. Londres, Inglaterra: Devonshire Publication.
Hoy estamos ante una gran paradoja: hay demasiada gente en la Tierra.
El nuevo dilema demográfico
Juan Jaramillo Antillón
Desde el principio de la evolución en la antigüedad más remota, una ley biológica ha primado sobre las diferentes especies que pueblan la Tierra: “reproducirse a como dé lugar”. De hecho, inicialmente a eso, hay una orden genética desde los inicios de la vida en el planeta y cuando aparecieron los genes; estos al crear la primera cosa con vida, la célula le señalaron la necesidad de reproducirse como primera premisa para sobrevivir.
La Teoría de la Evolución de Charles Darwin dio a conocer que una de las bases de “la selección natural” para la conservación de las especies consistía en que las que más se reproducían tenían mayores posibilidades de subsistir, pues los ataques de los depredadores, aunque mataran a muchos animales de su especie, no lograban acabar con todos, y estos se volvían a reproducir. A la vez, si esos depredadores no existían y la especie –cebras o antílopes, por ejemplo– se reproducía incontablemente, entonces los pastos de las grandes sabanas se agotarían. De ahí que la naturaleza mantuviera un equilibrio entre el número de animales de las diferentes especies y sus depredadores tanto en la tierra como en el mar.
Pero en esos tiempos la naturaleza predominaba sobre las especies. En los últimos siglos apareció una especie animal, la más inteligente, la del Homo sapiens. Darwin insistía: “Los seres humanos no estamos por encima de la naturaleza, sino que, formamos parta de ella”; sin embargo, desobedeciéndolo, dicha especie comenzó por necesidad y/o por exceso, gracias a sus ideas y a la tecnología a destruirla con la deforestación o la tala masiva de árboles de bosques y selvas; con la explotación del carbón, y otros minerales, del petróleo y gas. Se contaminaron la atmosfera, los ríos y los mares. Se produjo un exceso de calor en todo el mundo, con tornados y huracanes. Todo eso contribuyó a agravar y acelerar uno de los periodos geológicos de la Tierra (que suelen aparecer cada ciento de miles de años) causando cambios climáticos severos y hasta terremotos.
En todo caso, los primeros homínidos, y posteriormente el Homo sapiens, tenían que reproducirse en gran cantidad, ya que en los tiempos primitivos la mortalidad de los niños y adultos era muy elevada y posiblemente la esperanza de vida no llegaba a los 40 años. Este problema subsistió hasta el siglo XIX, cuando en los diferentes países se requería para el campo y las ciudades suficiente mano de obra “barata” (creando pobreza en masa) para los negocios de todo tipo. Este proceso se aceleró bajo la llamada Revolución Industrial, donde millones de campesinos inmigraron a las ciudades para trabajar en la industria y el comercio.
Por esos tiempos, el número de hijos era de 5 a 7 en una familia; los niños también eran necesarios pues desde jovencitos ya eran mano de obra barata para diferentes trabajos, aportando dinero a las familias; pero sufrían de alta mortalidad como consecuencia de la pobreza, la insalubridad, la mala nutrición, las infecciones por el agua potable contaminada que ingerían, las parasitosis, la falta de vacuna para diversas enfermedades como el sarampión, la viruela, la escarlatina, la difteria, etc. Además, la falta de programas para evitarlas y para tratar sus enfermedades de parte del Estado.
Con los años y los avances económicos y sociales en diferentes países, se vio que existía una especie de relación entre el progreso social-económico y una menor pobreza: cuanto mejor estaba la educación y la salud de la población, más desarrollo económico se apreciaba. También este desarrollo económico hizo ver que conforme las familias de clase media tenían más recursos y educación, y la mujer se integraba a las fuerzas de trabajo, descendía el número de hijos. Además, que cuidar la salud de los niños o atender su enfermedad salía muy caro. Lo mismo sucedía en lograr una buena educación primaria y secundaria, y ni que decir la universitaria. Asimismo, la mujer que trabajaba requería encontrar una sustituta para cuidar a los hijos.
Se recomendó entonces mundialmente hacer descender la natalidad en los países pobres y en vías de desarrollo. Esto con el fin de disminuir el alto número de niños en las familias pobres y que estas familias con el número reducido de niños tuvieran una mejor oportunidad de subsistir.
China e India con sus enormes sobrepoblaciones y dificultades para alimentarlas, proteger su salud y educarlas, fueron las primeras en establecer programas formales nacionales de políticas de población para disminuir su rápido crecimiento demográfico. China incluso señaló un hijo por familia, política que suspendió en estos años del siglo XXI. Posteriormente muchos países con apoyo del Programa de Población de las Naciones Unidas establecieron programas de educación y control de la natalidad, incluyendo el uso de anticonceptivos de diversos tipos, todo aceptado universalmente, aunque rechazados por la Iglesia Católica y los seguidores del islam. Particularmente, los musulmanes en los últimos años del siglo XXI aumentaron el grupo religioso y el de sus seguidores (de familias numerosas), son la población de mayor crecimiento en el mundo y, a la vez, sus inmigrantes en Europa son el grupo de mayor crecimiento demográfico.
De hecho, hasta la mitad del siglo XX y después, se consideró una necesidad el control de la natalidad por diversos medios no impuestos, aceptados libremente por las familias en la mayoría de los países del mundo.
A su vez, los Estados, conforme mejoraron su economía se dieron cuenta que, para progresar, debían ofrecer a la población educación y cuidados de la salud. Como sus costos eran elevados, se aceptaba el control de la natalidad necesarios para que el Estado ofreciera esos cuidados a su población femenina.
Hoy estamos ante una gran “paradoja”. Sabemos que hay demasiada gente en la Tierra, más de 7 mil millones de seres humanos. Para muchos países, su elevada población significa una pesada carga económica y social, pues tienen porcentajes de pobres que varían entre el 20% y hasta el 60% o más. Y por otro lado aparecen problemas por la falta de un crecimiento adecuado de la población en otros, debido a su baja natalidad como veremos.
Además, en las megaciudades –como Tokio (Japón) con 32 millones de habitantes, Seúl (Corea del Sur) con 22,5 millones, Delhi (India) con 20,9 millones, Sao Paulo (Brasil) con 20.5 millones, México D.F. (México) con 20 millones y Nueva York (EE. UU.) con 19.7 millones, entre otras– las autoridades tienen serios problemas para suministrarles todo tipo de servicios a sus residentes, como: cuidado de la salud, educación, fuentes de trabajo estables, apartamentos o casa a precios razonable. Además, en zonas de esas ciudades campea la violencia, la drogadicción, la pobreza, debidas en parte a estar excesivamente pobladas. Las Naciones Unidas señalan que muchas ciudades están creciendo a un ritmo donde es imposible atender bien a sus residentes.
En muchos países del mundo (hay un total de 195 países reconocidos) se aprecia en los noticieros de la TV que campean la pobreza, las hambrunas, la falta de agua potable, la drogadicción, la violencia, la falta de educación y cuidados de salud y médicos. Entre esos países tenemos a: Nigeria (213 millones de habitantes), Bangladesh (169 millones), República Democrática del Congo (95 millones), Angola (34 millones), Somalia (17 millones), Sudan (45 millones), Chad (17 millones). Además, Pakistán (222 millones) y Haití (11 millones) en América Latina. Por supuesto hay muchos más, siendo la sobrepoblación un grave problema en ellos, incluso la India (con 1400 millones) tiene áreas de pobreza extrema, al igual que Brasil (con 220 millones), etc.
El Fondo para la Población Mundial de las Naciones Unidas indico que los 50 países más pobres del mundo triplican su población para el año 2050 sin que se vea que sus recursos económicos y sociales vayan a crecer a ese ritmo y poder así a estas nuevas poblaciones. Según algunos demógrafos, para el año 2050 el planeta Tierra tendrá más de 9.000 millones de personas.
Por otro lado, en muchos países desarrollados y en vías de desarrollo comienza a haber cada día una menor cantidad de niños. Se habla de “tasas de fertilidad” al número promedio de hijos que nacerían por mujer si estas (todas) vivieran hasta el final de sus años fértiles. Las tasas de fertilidad se han desplomado pasando de tener 5 hijos una familia a solo 1.5 hijos o menos, entre estos: Rusia, Japón, Alemania, Francia, Reino Unido, Costa Rica, con solo 1.48 nacimientos; Uruguay e Italia con 1,3 nacimientos; España y China y Corea del Sur con 1.2 nacimientos por mujer.
En los países escandinavos algunos europeos, desde hace años dan incapacidad hasta tres meses después del parto a la madre que trabaja con salario completo y guarderías públicas o privadas para los niños subsidiadas por el Estado a partir de dos años, impuestos de la renta más bajos, servicios médicos gratuitos, entre otros beneficios. Debo señalar que mi país, Costa Rica, al igual que Uruguay, Chile y algún otro, ofrecen beneficios parecidos, lo mismo Australia, Corea del Sur, Taiwán, Hong Kong, y otros con tasas de fecundidad inferiores al nivel de remplazo. Estas naciones ahora están ofreciendo muchos incentivos para que las mujeres (hogares) tengan más hijos. En América, países como Cuba, Costa Rica, Uruguay, México, etc., tienen tasas bajas de crecimiento de población.
Damos el ejemplo de Costa Rica: en 1990 tenía 3 millones de habitantes y hubo 82.000 nacimientos con una mortalidad infantil de 15,3 (número de muertes en niños menores de un año por cada mil nacidos vivos). En 2022, con una población de 5 millones de habitantes, hubo 54.800 nacimientos con una mortalidad de 8.54. La reducción en el número de nacimientos se dio pese al aumento de población y ayudaron a esto la educación sexual y el uso de anovulatorios, etc. La esperanza de vida al nacer era de 80 años en el 2023.
En cambio, tuvieron tasas muy altas de fertilidad de más de 6, pese a problema de pobreza: Nigeria, Chad, el Congo; más de 5: Somalia, Mali, Angola, Nigeria; más de 4, veinte países; más de 3, 10 países; etc. En América Latina hay problemas como: falta de fuentes de trabajo o mala remuneración. Los jóvenes que salgan de las universidades, si consiguen un trabajo, no querrán casarse ni tener hijos tempranamente, debido en primer lugar al alto costo de la vivienda y, sobre todo, el alto costo de educar y cuidar la salud del niño pequeño y a la falta de estabilidad de los trabajos de nuestro tiempo.
Es sabido que, para reproducirse bien, una población debe tener un mínimo de 2.1 hijos por mujer. Si lo anterior es correcto, en los próximos cuarenta años esos países podrían ver relativamente disminuida su población, en relación a muertes por nacimientos y habrá cada día más viejos y menos niños. Con el problema para sus sistemas de seguros sociales, de que un número menor de trabajadores sostendrá a un número mayor de ancianos en su régimen de pensiones, lo que hará que disminuyan los ingresos de ese sistema.
Los Estados Unidos, con 335 millones de habitantes, tiene ya problemas de baja tasa de fertilidad (1.6) y eso a pesar de que los latinos (que son un 15% de la población) tienen más de un hijo, lo mismo los afroamericanos y los inmigrantes de muchos países que acepta año con año. El problema: los padres temen no tener seguros médicos para ellos y sus hijos, al igual que la oportunidad de estudios y trabajos.
Como ya señalamos, los sistemas de salud o los seguros sociales universales de los países desarrollados o en vías de desarrollo van a tener el problema de una población que eufemísticamente se le llama de la “tercera edad”, que crece más rápidamente que los nacimientos necesarios para lograr posteriormente suficientes trabajadores para mantener cada vez más y más pensionados. Con los agravantes de los “ancianos” por su edad y el tipo de patología que presentan, requieren atención más especializada, como serian: hipertensión arterial, cardiopatías, ateroesclerosis en diversas partes, diabetes, senilidad con problemas mentales, problemas en las caderas, ojos, sorderas, etc.
Todo eso es la causa de una mayor cantidad de internamientos hospitalarios que otros grupos, con mayor duración de tiempo en el hospital y mayores costos, lo que tiende a desequilibrar la economía de esas instituciones de salud. Por eso, ya los sistemas de salud deben tratar de darles más años de vida a las personas, pero, eso sí, con más calidad de vida para que se enfermen menos.
En los países desarrollados se trata de aumentar en sus ciudadanos la esperanza de vivir más años, y sus mujeres tratan de disminuir los nacimientos. Mientras que en los países pobres se trata disminuir el número de nacimientos y buscan mejorar el acceso a agua potable y alimentos adecuados a su población, para lograr disminuir la mortalidad infantil, y por falta de educación sexual y medios para prevenir los embarazos (simples anovulatorios), las familias se llenan de hijos.
Hay un dilema muy difícil de resolver. A pesar de la pobreza, en decenas de países continúa creciendo su población, sin que al mismo tiempo crezcan los recursos económicos para darle una vida digna a sus gentes. Resultado: la pobreza continúa aumentando.
Los países ricos, al igual que la gente muy rica (con excepciones), no ayudan a paliar la pobreza de diversos grupos. China creció económicamente en los últimos 30 años, debido a que los países industrializados y muy ricos (el capitalismo salvaje) se llevaron para China sus grandes fábricas, que antes estaban en el propio Estados Unidos, Europa y hasta el resto de América. Esos traslados no se hicieron con el fin de ayudar a sacar de la pobreza a China, sino porque esta nación ofrecía mano de obra más barata, organizada y sin los disturbios de sindicatos o huelgas, y, por consiguiente, aumentarían sus capitales. No importo dejar en el aire, sin trabajo, a millones de trabajadores que estaban en los países mencionados. Resultado: por supuesto, China se aprovechó muy bien, sacó a cientos de millones de la pobreza y mejoró su economía. Lo mismo sucedió en Vietnam y Taiwán.
En los países ricos la población no crecerá o lo hará lentamente, pero eso sí, su riqueza seguirá en aumento y el sector de “los ricos” será cada día más rico, sin ayudar con sus recursos a paliar la pobreza del mundo.
De acuerdo con el “Fondo Monetario Internacional”, los Estados Unidos, con el 4.1% de la población mundial, es la nación más rica y posee el 25% de la riqueza del mundo. China en un salto gigantesco que representó aceptar el capitalismo en un país comunista y gracias a años de esfuerzo, pasó a ser hoy el segundo país más rico con un 18.4% de la riqueza. Le siguen Japón (4.2%), Alemania (4.1%), India (3.6%), Reino Unido (3%), Francia (2.8%), Italia (2.1%), Rusia (2%), Brasil (2%), Australia (1.6%) y México (1%). Estas 13 naciones (de los 195 países reconocidos) reúnen el 70% de la riqueza del mundo.
A su vez, la Revista Forbes recientemente nos mostró la lista de los billonarios del mundo en el 2024. A pesar de las crisis económicas, de la inflación mundial y de los recortes de trabajo que increíblemente ellos hicieron en muchas de sus empresas, las fortunas de todos ellos continuaron creciendo del 2023 al 2024. Hay 2781 billonarios, 141 más que hace un año, y entre todos tienen una fortuna inconcebible de $14,2 trillones de dólares. Los Estados Unidos tienen 813 billonarios y la sorpresa es China en segundo lugar con 472 billonarios. La India, pese a las grandes zonas de pobreza, tiene 200 billonarios.
Con la totalidad de ese dinero de los billonarios, bien empleado en crear fuentes de ingresos y trabajos estables en los países pobres, posiblemente no existiría la pobreza en el planeta Tierra. Sé que se dirá, que ellos invierten parte de sus ganancias en nuevos negocios, pero no lo suficiente.
Lo anterior nos deja ver “la relatividad” de en las acciones o actividades de los seres humanos, en el sentido de que “lo que puede ser bueno para unos” a la larga “no le sirve a otros grupos sociales o personas” pues podría ser perjudicial para la sociedad con el transcurso del tiempo. Lo que abunda en un país hace falta en el otro,; lo que sí es parejo es que hasta en los países con gran pobreza hay millonarios y los cambios políticos no logran en la mayoría de los casos, repartir mejor la riqueza o disminuir bien la pobreza.
Madre e hija charlando. En la actualidad y desde las últimas décadas, las mujeres y familias se han replanteado la decisión de tener hijos
Multitud por la ciudad. La sobrepoblación es un grave problema en diversos países del mundo
Madre e hija ordenando la comida. Uno de los motivos para la baja en la natalidad es el costo de mantener y cuidad de la salud de un niño
Joven en medio de una multitud. La sobrepoblación acarrea problemas económicos, sociales, ambientales, entre otros
Madre e hija caminando de la mano. La natalidad ha bajado considerablemente en las últimas décadas
Multitud cruzando la calle. En las megaciudades viven millones de personas y es muy difícil para los Estados cubrir todas sus necesidades
Bibliografía
Jaramillo Antillón, J. (2009). La cultura contra el mundo. San José, Editorial Universidad Estatal a Distancia. La Franco, R., Chung, G., Chase P. (2024). Worlds Billonaires. List in 2024. USA, Ed. Forbes.
Muchos pensadores están preocupados porque, al parecer, los conocimientos adquiridos mediante el gran desarrollo cultural moderno están en contraposición con la conducta humana.
Juan Jaramillo Antillón
No es raro escuchar o leer, de tanto en tanto, la opinión de algún intelectual o disidente sobre que la cultura y los inventos creados por los humanos, en muchos aspectos, los han hecho retroceder a través de la historia en lugar de hacerlo progresar; y es que, cuando uno ve tanta pobreza, injusticias, corrupción y violencia en el mundo, eso parece darles la razón. Esta preocupación ya la había expresado en su época (1762) el filósofo de origen suizo Jean Jaques Rousseau en sus libros: El contrato social y Las confesiones. Para evitar enfrentamientos decía: «se debe celebrar un contrato por toda la comunidad y que señale que: ‘Las personas viven juntas en la sociedad, siguiendo un contrato que establece regalas de comportamiento social y político’”. En el mismo se señala que lo que pierde el hombre por el contrato es su libertad natural y un derecho ilimitado a todo cuanto tienta y medio alcanzara; pero en cambio gana en libertad civil y en la propiedad de todo cuanto posea. Con ello se trata de evitar las luchas entre las personas dentro de la sociedad organizada.
La realidad es que de una rama animal y a través de millones de años, ese ser llamado Homo sapiens se ha ido elevando con paso lento e inseguro desde su condición ínfima de prehumano, hasta el nivel más alto de este mundo, y ha logrado gracias a su capacidad mental, producto de su cerebro más evolucionado que el de los restantes animales, y sus experiencias a través de miles de años, un conocimiento que ha dado lugar a infinidad de creaciones materiales, artísticas e incluso hasta espirituales. Fue así como se convirtió en el ser superior de la creación para los religiosos y de la evolución animal para los científicos.
Definitivamente el progreso ha sido mucho mayor que el retroceso y muy positivo en muchos sentidos, pues ha ayudado a mejorar la calidad de vida de millones de personas, aunque esas conquistas no han estado exentas de riesgos, ya que el ascenso del humano a través del tiempo, pasando por todas las etapas de la evolutivas culturales hasta lograr su estado actual de organización social, ha estado lleno de éxitos y fracasos, subidas y caídas, como lo muestra la Historia y lo expone desde el punto religioso la Biblia. Este cambio social es un fenómeno que, como señaló Charles Darwin, se dio debido al proceso de la evolución en la Tierra, por selección natural y por mutaciones genéticas, conocidas luego y debidas a sus estudios sobe la herencia de Gregorio Mendel.
La Biblia, en el Antiguo Testamento, señala en el libro primero Genesis 1, 26-28:
Entonces dijo Dios. Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra y en el mundo animal que se arrastre sobre tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios los creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra y sojuzgadla.
El hombre aceptando ese mandato, comenzó a aprovechar la tierra. Con el tiempo, se le olvidó que su supervivencia y sus logros habían sido posibles gracias al uso racional de los recursos naturales de ésta. Su inteligencia, producto de la evolución a través de miles de años y de un cerebro privilegiado y diferente al de los otros, lo hizo no un dios, sino únicamente el ser superior de esa evolución. Lamentablemente, su conducta, desde la antigüedad, ha sido la de un irrespeto total por la naturaleza, ya que él se cree, por tradición religiosa, como citamos, e histórica por sus conquistas, dueño de la creación y con derecho a explotar los recursos de la tierra en forma desmedida; usando como trabajadores de la misma a seres humanos esclavizados por guerras de conquista con sus vecinos, no solo con el objetivo de llenar sus necesidades básicas, sino además, con eminentes fines utilitarios. Y en la actualidad, gracias a los avances en el campo de la genética, está tratando de crear vida, buscando incluso convertirse en un dios.
Pero el hombre no ha aprendido aún que las leyes de la evolución de los seres y las demás leyes naturales están vigentes y no pueden ser subestimadas ni trastornadas impunemente. Los graves cambios climáticos que el mundo está sufriendo son una muestra de ello. La explotación masiva de los recursos naturales, junto con la deforestación y el abuso en la explotación del petróleo y sus derivados, más la contaminación masiva de ríos y mares, entre ostros problemas, hará que a un corto o largo o plazo la naturaleza nos pase la cuenta con más intensidad que actualmente.
Por ello, en el futuro, el ser humano debe valorar los descubrimientos nuevos y el uso que haga incluso de los ya existentes mediante nuevas tecnologías, con sus pros y contras, y definir si su utilidad es vital para la supervivencia, según los peligros que su creación puede provocar.
Analizar las causas de la violencia en el mundo a través de los siglos parece confirmar que la especie humana es esencialmente guerrera, insensible incluso a los sufrimientos y muertes de sus congéneres, lo que nos hace creer que el ser humano persiste en ser “el más implacable enemigo de sí mismo”. En la antigüedad la población no era tratada como sujetos, sino como simples objetos, explotados por los reyes, la nobleza y los religiosos.
Además, usualmente, cuando una cultura superior en algunos aspectos descubría a una considerada de menor desarrollo (con sus miembros considerados “bárbaros”) veía en ella la oportunidad de obtener (mediante un enfrentamiento armado) riquezas y mano de obra barata, esclavizando a los derrotados, lo que terminaba por la imposición de una cultura por la otra. Esto era lo común en la antigüedad desde que aparecieron hace 6 mil años las ciudades-Estados sumerias, peleando entre ellas, seguidas luego por las babilonias, y las griegas, los nórdicos, los ingleses en la India, los franceses en África y Asia, los norteamericanos en la conquista y colonización de esa nación, los españoles con la conquista y destrucción de dos desarrolladas culturas, la azteca en México y la Inca en el Perú.
Las luchas entre pueblos y naciones ha sido la norma a través de los siglos hasta llegar a las dos Guerras Mundiales, con pérdida de cientos de millones de personas. Y las actuales de Rusia contra Ucrania y Israel contra los palestinos de Gaza (disque para destruir a los terroristas de Hamas), y los peligros de un enfrentamiento general en Europa o en una lucha por la isla de Taiwán entre China y los Estados Unidos, o el riesgo de una Corea del Norte siempre agresiva.
Y ni qué decir de la violencia urbana que afecta a todos los países, acompañada en muchos casos por el narcotráfico, ambos graves y universales problemas.
Muchos pensadores de épocas pasadas y del presente se encuentran preocupados porque, al parecer, los conocimientos adquiridos mediante el gran desarrollo cultural moderno están en contraposición con la sabiduría humana, en cuanto a conceptos morales y a la conducta ética que debe tener cada persona. Además, el avance de los conocimientos científicos y de los procesos de información, computación y de la inteligencia artificial, está llegando a tal grado de progreso que estamos dejando en manos de ordenadores el control vital de todo tipo de máquinas y de servicios en nuestra moderna sociedad. Todo ello incluido el abuso de los descubrimientos científicos no controlados como los de la Inteligencia Artificial (IA), en cuanto a los efectos colaterales nocivos, está generando puntos débiles en la cultura y puede llevarnos al derrumbamiento de la civilización.
Por esa razón en la actualidad muchos comienzan a pedir “una justificación social de la ciencia”, pues la repercusión de sus descubrimientos (una vez creada la tecnología adecuada para aplicarla en las actividades de la vida) si resulta acertada contribuye al crecimiento y desarrollo humano, pero de lo contrario puede repercutir negativamente en el progreso y poner en peligro muchos de los logros obtenidos hasta el momento e incluso provocar un holocausto mundial como sucede con el tipo de armas que ha creado.
Les corresponde ahora a los seres civilizados de nuestro mundo (a ratos parece que no existen éstos), gracias a su formación cultural y espiritual, decidir si los beneficios que un descubrimiento depara a una persona, o a un grupo, una empresa transnacional o una nación, están por encima del bienestar de algunos o todos los seres humanos, y en realidad de todos los seres de la Tierra (hemos eliminados miles de diferentes razas y especies de animales), ya que de eso depende que la humanidad busque y logre una meta o una finalidad superior, actitud indispensable para la supervivencia humana.
Bibliografía
Jaramillo, Juan. (1991). La aventura humana. San José, Editorial Universidad de Costa Rica. Jaramillo, Juan. (1995). Las paradojas de la ciencia. San José, Editorial Universidad de Costa Rica. Jaramillo, Juan. (2009). La cultura contra el mundo. San José, Editorial Universidad Estatal a Distancia. Jaramillo, Juan. (2011). La conducta animal del ser humano. San José, Editorial Universidad de Costa Rica. Rousseau, Jean Jaques. (2008). Las Confesiones. Barcelona, Alianza Editorial.