Este jueves 31 de octubre a las 7:00 p.m. se estará llevando a cabo vía Zoom la conferencia virtual “Premio Nobel en Fisiología o Medicina 2024”, impartida por el Dr. Oscar Porras Madrigal.
Esta conferencia es convocada por la Academia Nacional de Medicina de Costa Rica, y se puede confirmar la asistencia al correo info@acanamed.com, o al 2296-7615, para el envío del enlace, ya que el cupo es limitado.
Les informamos de este interesante espacio para aquellas personas que deseen enterarse de lo último en medicina y fisiología.
El jueves 26 de septiembre del 2024 se estará llevando a cabo el Foro Anual Virtual de la Academia Nacional de Medicina de Costa Rica, con el tema “Atención adecuada de adolescentes en la CCSS y el rol del Hospital Nacional de Niños”.
El programa empieza a las 7:00 pm, con la bienvenida por el Dr. Aristides Baltodano, presidente del ACANAMED, y seguidamente por la presentación del foro por el pediatra Dr. Alberto Morales, experto en adolescencia, y coordinador del Foro Anual ACANAMED.
El primer tema se expondrá a las 7:20 pm, por el ponente Dr Carlos Jimenez, director general del Hospital Nacional de Niños, y tendrá que ver con la situación actual y visión de los adolescentes en el HNN.
Seguidamente, a las 7:35, se tocará el tema de la experiencia de la Clinica de Adolescentes en el HNN, por la jefa de esta clínica, la Dra. Daniela Carvajal.
Luego,a las 7:50 se presentará el ex-director del PAIA, sobre los principales problemas de salud de las personas adolescentes en Costa Rica.
A las 8:05 el ponente será el Lic. Minor Sequeira, director del PAIA, hablando sobre la política institucional en salud adolescente en la CCSS.
Finalmente, a las 8:20 habrá una ronda de preguntas, con el Dr. Alberto Morales, y un cierre con el Dr. Aristides Baltodano.
La Academia Nacional de Medicina de Costa Rica (ACANAMED) ha lanzado su Boletín N° 9, una publicación que ofrece contenido variado y relevante para la comunidad médica y el público en general. En esta edición, se abordan temas importantes como el carcinoma hepatocelular y el papel del ritmo circadiano en las enfermedades cardiovasculares, además de opiniones sobre la investigación clínica y la escasez de especialistas.
El boletín también incluye reseñas destacadas y un calendario de fechas relevantes de salud, como el Día Mundial del Cáncer de Piel y el Día Mundial del Cerebro, entre otras.
Fueron tantos y tan valiosos sus descubrimientos, que cambió la sobrevivencia de la humanidad
Juan Jaramillo Antillón
Louis Pasteur nació el 27 de diciembre de 1822, en el pequeño pueblo de Arbois, en Francia. La familia, con su padre como curtidor de cueros, era de escasos recursos. Estudió la primaria y la secundaria en dicho pueblo, y tenía fama de joven de ser un hábil dibujante y retratista. Durante sus primeros quince años de vida, pasaba el tiempo pescando y no mostró ningún espíritu de investigación o alguna genialidad, aparte de hacer retratos. La familia se trasladó a Bensaçon y ahí, en el Real Colegio, se graduó de bachiller en 1840. Lo único que sus profesores vieron positivo en su persona era que ayudaba a sus compañeros en sus estudios. Luego estudió un doctorado en física y química en la Escuela Normal Superior de París, donde se graduó en 1845, y en 1847 obtuvo un doctorado en ciencias, pero no se graduó de médico, pues no estudio esta carrera.
La primera investigación que lo dio a conocer sucedió cuando trabajaba como asistente de química en la Universidad de Estrasburgo. Ahí postuló el efecto óptico a que daban lugar los rayos polarizados. Aunque se creía que los cristales del ácido tartárico desviaban hacia la derecha el plano de la luz polarizada, y por eso se le calificaba de dextrógira, existía otro tipo de ácido idéntico pero levógira, es decir, que desviaba la luz a la izquierda. Ese fue su primer descubrimiento.
Es indudable que le ayudó mucho en su carrera —algo que él mismo reconocería— el hecho de que, en 1849, contrajera matrimonio con Marie Laurent, hija del rector de la Universidad de Lille. Pasteur reconoció que en su esposa tuvo una gran compañera, que además de darle cinco hijos, durante toda su larga carrera le ayudó escribiendo los trabajos científicos que él le dictaba para enviar a las academias y a publicaciones, ya que ella tenía una excelente caligrafía. Desde el punto de vista académico, ese matrimonio lo impulsó como profesional, ya que gracias a esa relación se dio a conocer y trabajó en dicha universidad hasta llegar a decano de la Facultad de Ciencias.
Ahí inició sus trabajos sobre el alcohol amílico, lo que lo llevaría más tarde a estudiar la fermentación en especial del ácido láctico, la de la leche, y la fermentación alcohólica de vinos, cervezas e incluso del vinagre. Por esa razón los industriales de la región le dieron mucha ayuda económica y le ayudaron a crear un laboratorio de investigación, pues querían elevar el rendimiento en azúcar de la remolacha para poder producir más alcohol, algo que Pasteur logró.
Fue así como se inició su contribución al progreso de la industria, que posteriormente derivaría en ayuda a la medicina, para beneficio de la humanidad, pues sentó las bases sobre las que se fundó la microbiología, junto con Robert Koch, y en medicina dio lugar a la teoría sobre las enfermedades provocadas por gérmenes. Gracias a él, se reconoció la capacidad del aire para transportar gérmenes y bacterias vivas capaces de contaminar el mosto, la cerveza o a otras personas. Además, describió que existían gérmenes anaerobios, que vivían sin necesidad del aire, y, además, otros aerobios.
Fue el creador de la pasteurización, que consiste en el calentamiento de vinos o de leche durante 30 minutos a 68 grados centígrados, con lo cual se destruyen esporas y gérmenes capaces de producir enfermedades, sin que se destruyan las proteínas de la leche y el sabor de esta y el vino. Con ello se evitaron enfermedades en millones de niños lactantes.
Las pequeñeces de un grande
Como en todas las grandes figuras de la historia, no puede haber perfección total, por lo que todos han tenido fallas, como humanos que son. De Pasteur, se rumoreaba que era muy egoísta. Por ejemplo, si bien llegó a demostrar que las levaduras eran un microorganismo unicelular de la familia de los hongos Saccharomyces cerevisiae, el cual convertía el azúcar en alcohol, él aceptó el éxito de ese reconocimiento sin citar que esta idea ya había sido afirmada anteriormente por el Dr. Teodoro Schwan.
Además, decía haber descubierto el bacilo del carbunco, que afecta al ganado vacuno e incluso al hombre. Pero ya Robert Koch, en Alemania, también lo había descubierto y estudiado al mismo tiempo. En ambos casos se disculpó diciendo que desconocía que ellos al mismo tiempo habían hecho esos descubrimientos. La realidad es que fueron tantos y tan valiosos sus descubrimientos, que se debe aceptar su disculpa.
Pero, además, descubrió el estafilococo de los abscesos de la piel e inventó la vacuna contra la rabia. En ese tiempo, él pensó que esta era producida por un bacilo tan pequeño que no era posible verlo al microscopio y tenía razón, ya que posteriormente se comprobó que era un virus y estos no son visibles con los microscopios corrientes.
Fue el primero en establecer una conexión definitiva entre los microorganismos y la aparición de enfermedades. Señaló que muchas bacterias pululan en el aire y contaminan el medio, y que esas mismas bacterias no podrían producirse por generación espontánea. Además, se dio cuenta de que al someterlas a la acción del calor, pierden su capacidad, posiblemente por perecer. Hoy sabemos que en el aire que nos rodea, hay bacilos TB, y diversos tipos de bacterias y virus y si no nos contaminan es por nuestro sistema inmunitario defensivo.
El famoso cirujano inglés lord Joseph Lister comprendió el extraordinario valor de sus descubrimientos y creó la antisepsia, sumergiendo todo el instrumental quirúrgico antes de una operación en ácido fenólico y exigiendo el lavado de las manos con un detergente. Con ello, las infecciones de las operaciones descendieron notablemente.
Cuando estudió la fermentación butírica, descubrió el carácter anaeróbico de algunos gérmenes de esta fermentación, ya que no necesitaban oxígeno para vivir. Por esa razón introdujo entonces el concepto en bacteriología, de gérmenes aerobios y anaerobios. Aunque ya anteriormente Leeuwenhoek, inventor del microscopio, y, cien años antes, Spallanzani habían señalado la existencia de animalitos microscópicos que no necesitaban del aire para vivir. Su justificación era la de siempre: “Yo desconocía esos hechos”. Pero lo cierto es que en este caso como en otros, él no les dio reconocimiento a antecesores suyos que se adelantaron en sus conceptos. Queda la duda de si desconocía o no dichos trabajos. Un gesto muy mezquino de un investigador tan grande.
“La casualidad favorece a una mente adiestrada”
En el campo educativo, al combinar la teoría con la práctica llevando a sus alumnos a trabajar en el laboratorio, revolucionó la educación en bacteriología, ya que consideraba que teoría sin práctica es inútil. Los alumnos no solo escuchaban sus conferencias magistrales, sino que colaboraban en el laboratorio experimental donde trabajaban con él, permitiéndoles participar en algunas de las investigaciones e incluso hacer demostraciones de los resultados obtenidos, lo cual motivaba a sus pupilos.
Debido a su prestigio, en 1857 fue nombrado director de estudios científicos de la Escuela Normal Superior de París, donde permaneció hasta 1863. Esa escuela, pese a su fama, tenía laboratorios muy deficientes. Pero él logró que la empresa privada y el gobierno contribuyeran para mejorar los laboratorios de investigación. Ahí realizó estudios que demostraron que los microbios no nacen espontáneamente en el interior de las uvas, los gusanos de seda, la orina o la sangre, ya que siempre vienen del exterior y contaminan a las plantas, animales o personas. Además, se vio las ventajas de trabajar juntos el gobierno y la empresa privada en proyectos de medicina.
A Pasteur se le considera precursor de la inmunología, junto con el inglés Edward Jenner, creador de la vacuna contra la viruela, la cual con otras de sus vacunas dieron principio a esta rama de la ciencia. Se dice que no aceptaba críticas, fueran estas correctas o no, y usualmente era agresivo en sus respuestas, lo que ocasionaba polémica a su alrededor, algo que él reconocía. A propósito de egoísta, a sus fieles ayudantes Duxlaus y Gernez, quienes colaboraron con él en el proceso de pasteurización y por años en el estudio de los gusanos de la seda, no les participó del éxito y ni siquiera los citó como colaboradores. Por lo menos, esta falla la corrigió después, ya que entre sus alumnos tuvo figuras a las que ayudó a obtener fama mundial: Metchnikoff, Roux, Yersin, Calmette, todos ellos descubridores de bacterias o vacunas.
Él tenía una “máxima” que enseñaba a sus alumnos: “La casualidad favorece a una mente adiestrada”, hoy de aceptación mundial. Fue elegido miembro de la Academia de Medicina de Francia, un honor que usualmente solo se concedía a médicos de altos méritos, y él no era médico, pero sus investigaciones ayudaron a la medicina a superar muchos problemas.
Él inicio el estudio de la rabia en los humanos debido a que un niño de su pueblo pereció por tal causa en medio de terribles sufrimientos. Él inició sus trabajos en este campo de la rabia, extrayendo de la médula espinal de perros rabiosos un fragmento de esta y preparando extractos que eran inoculados al cuerpo de un perro sano, los cuales a los días contraían la enfermedad. Al principio creyó que era una bacteria la causante, ya que la había encontrado en la boca de un niño con rabia, sin embargo, sus ayudantes Roux y Chamberland descubrieron que el microbio estaba en la boca de muchas personas sanas. Entonces Pasteur puso saliva de un perro rabioso en el cerebro de un conejo y obtuvo un virus (en esa época no se conocían con este nombre) muy virulento, al que poco a poco lo fue haciendo menos agresivo, ya que al cultivarlo varias veces lo atenuó. Con ello inyectó perros sin que a estos les diera la rabia, o sea, se volvían inmunes a la mordedura de perros rabiosos.
Pasteur supuso que eso provocaba la rabia y describió que la rabia era causada por un agente infeccioso tan pequeño que no era posible verlo al microscopio, como se veían bacterias o bacilos. Lo extraordinario es que, a pesar de eso, pudo desarrollar una vacuna contra un agente infeccioso que no podía ver.
No fue sino hasta 1897 que se confirmó bien la existencia de los virus como causantes de enfermedades, cuando el bacteriólogo holandés Martinus W. Beijerinck señaló que el agente transmisor de la enfermedad del tabaco era un “virus filtrable” que no se podía ver ni cultivar. En una oportunidad se le preguntó si era religioso, a lo que contestó:
Sí, soy profundamente religioso. Yo considero feliz al hombre que lleva dentro de sí a Dios y le obedece. Feliz si tiene en sí un ideal de la belleza, del arte, de la ciencia y de las virtudes del evangelio.
Sin embargo, a pesar de ser tan religioso, no soportaba bien la crítica, incluso la bien razonada. “Cierto —confesó una vez—, yo era muy serio y sufría mucho con las críticas que se me hacían fueran estas correctas o no”. Pero la verdad es que él se las buscaba, ya que era muy agresivo en las discusiones científicas y su carácter tenía tendencia a la polémica. Él creo el término vacuna señalando que viene del latín vacca, y que lo hizo en honor a Jenner, el creador científico de la vacuna contra la viruela.
Pasteur descubrió el bacilo del cólera de las gallinas y desarrolló técnicas de cultivo in vitro de microorganismos, para con ello obtener material para sus vacunas. Eso lo hizo porque había observado que cultivos viejos (atenuados) de gérmenes de cólera de gallinas, inoculados a gallinas sanas, no producían la enfermedad, se hacían inmunes o resistentes al cólera. Con ello contribuyó a evitar las epidemias de este tipo en las aves. De hecho, este fue un primer paso para que, en la actualidad, se empleen cultivos vivos atenuados o muertos por el calor para obtener vacunas contra diferentes enfermedades. A esto se le llamó “inmunización activa”.
En honor de este gran hombre se creó el Instituto Pasteur, en París, de fama mundial y del cual fue director hasta su muerte, en 1895. Pasteur, en su discurso final en la Universidad de la Sorbona, al serle entregada una medalla por el presidente de Francia, pronunció estas palabras que posteriormente los políticos, incluso el presidente Kennedy, de Estados Unidos, usó mucho:
A medida que progreséis, preguntaos ¿qué habéis hecho por vuestra patria? Entonces, si habéis contribuido de alguna manera al progreso, tendréis una íntima satisfacción.
En medicina, Pasteur dio lugar a la teoría sobre las enfermedades provocadas por gérmenes
Junto con Roberto Koch, Pasteur sentó las bases sobre las que se fundó la microbiología
Louis Pasteur fue el primero en establecer una conexión definitiva entre los microorganismos y la aparición de enfermedades
Gracias a Pasteur, se reconoció la capacidad del aire para transportar gérmenes y bacterias vivas
Louis Pastuer creó la pasteurización, con la cual se destruyen esporas y gérmenes capaces de producir enfermedades
Pastuer describió gérmenes anaerobios, que viven sin necesidad del aire y, además, otros aerobios
Bibliografía
Bird, Randy and Allen, Garland (1998). Luis Pasteur. Enciclopedia Encarta 98, EE. UU. Microsoft. Dubos, Rene J. (1950). Luis Pasteur: Freelance of Science. Oxford, England: Oxford University Press. Garrison, H. Fielding (1966). “Luis Pasteur”. En Historia de la Medicina, pp. 386-390. D. F. México, México: Editorial Interamericana. Jaramillo, A. Juan (2003). “Luis Pasteur. El más humano de los genios”, pp. 205-220. En Lo humano de los genios. San José, Costa Rica: Editorial Universidad de Costa Rica. Singer, Charles y Ashwort, Underwood (1966). “La obra de Pasteur”, Cap. VII, pp. 325-334. En Breve Historia de la Medicina. Madrid, España: Ediciones Guadarrama. Valery-Radot, R. (1902). Life of Pasteur, Vol 2. Londres, Inglaterra: Devonshire Publication.
La Academia Nacional de Medicina de Costa Rica tiene el agrado de invitarle a la conferencia virtual: «Viaje: Panamá, Turquía, Irán, Kazajistán, Kirguistán», impartido por el Dr. Teodoro Evans Benavides, miembro de la Academia Nacional de Medicina de Costa Rica.
Fecha: jueves, 29 de agosto del 2024 Hora: 7:00 p.m. (Hora de Costa Rica)
Transmisión en vivo por: Facebook Live: @academed (La Academia Nacional de Medicina de Costa Rica)
Vía Zoom: Reservar al correo: info@acanamed.com Teléfono: 2296-7615 El envío del enlace es por cupo limitado.
El día 12 de abril se llevará a cabo un panel en vivo a las 6 p.m. por las cuentas oficiales de Alternativas en Facebook, YouTube y Spotify, con las siguientes personas invitadas: Rebeca Murillo, Natalia Solís, Mónica Zavala y Andrés Carranza
La Academia Nacional de Medicina de Costa Rica extiende la invitación a la conferencia gratuita “El Origen de la Vida” dirigida por el Dr. Orlando Quesada Vargas, miembro fundador y honorario de ACANAMED, que se estará realizando en formato virtual por medio de la plataforma Zoom y por transmisión en vivo a través de Facebook Live.
La actividad se estará realizando el jueves 4 de abril del 2024 a las 7:00 p.m hora de Costa Rica. La transmisión en vivo será desde la página oficial de Facebook de Academia Nacional de Medicina de Costa Rica @ACANAMED, y si se desea asistir por medio de Zoom se debe confirmar al correo electrónico info@acanamed.com o al 2296-7615 para el envío del enlace, el cupo es limitado. Para médicos incorporados al CMC que se inscriban a través de los medios de contacto, se informa que la actividad será avalada con 1 crédito de recertificación médica.
Para más información puede llamar al (+506) 2296-7615/(+506) 2210-2292, escribir al info@acanamed.com o visitar la página webwww.acanamed.com
El doctor Juan Jaramillo Antillón, exministro de Salud, compartió con SURCOS su criterio sobre los problemas en la enseñanza de la medicina.
El doctor Jaramillo Antillón, quien es profesor pensionado y no activo, catedrático de la Escuela de Medicina de la Universidad de Costa Rica, profesor emérito de la Universidad de Costa Rica, ex ministro de Salud, expresidente de la Academia de Medicina, ex jefe de Cirugía del Hospital Calderón Guardia y IMEC de la International Health Medical Consortium de las Escuelas de Medicina de USA y Canadá.
Expone en el documento adjunto sobre el reciente examen para la incorporación al Colegio de Médicos de las personas graduadas en la carrera de Medicina, de universidades públicas y privadas del país. La prueba, dice el doctor Jaramillo, ha puesto en evidencia serias fallas en la enseñanza de las Facultades de Medicina de las universidades privadas, donde solo quedaría exenta la UCIMED. En el escrito expresa su preocupación por la gravedad del problema, debido a que los graduados son profesionales del área de salud, quienes velan por el bienestar y vida de las personas.
Además, realiza un estudio de los tres diferentes ranking sobre las 150 de las mejores Escuelas de Medicina, en las cuales no se encuentra ninguna de Costa Rica, con la finalidad de comprobar el buen hacer de estas Escuelas de Medicina, donde se realiza la adecuada inversión en plantas físicas, equipos y sistemas educativos acompañados de un cuerpo de médicos que son profesores seleccionados por concurso. Se destaca a La Escuela de Medicina de la Universidad de Costa Rica ocupa el 1- lugar en Costa Rica y Centroamérica, pero no se encuentra en el Ranking de mejores Escuelas de Medicina.
Finaliza exponiendo su opinión personal en el cual el Dr. Jaramillo, felicita a la Escuela de Medicina de la UCR por su dirección, el cuerpo de profesores y los estudiantes. Por otro lado, realiza fuertes críticas a las universidades privadas, entre ellas el problema que su enseñanza se ha han convertido en un negocio muy redituable, debido a que la enseñanza privada es muy costosa y por ello es negocio, aparte de que cada Escuela de Medicina cuente con un profesorado suficiente en número y eficiente y capaz para enseñar la fase clínica en los hospitales y clínicas mayores.
Se ha señalado, no sin razón, que la organización de lo que se llamó civilización occidental y su cultura descienden de la obra y realizaciones de los griegos de la antigüedad. Lo extraordinario es que Grecia, una pequeña nación, relativamente pobre, montañosa y árida, situada en la Europa Mediterránea del sur, con una población relativamente escasa si se compara con los pueblos que la rodeaban, haya dejado una huella cultural tan profunda. Los grandes pensadores griegos que vivieron hace 2,500 años dieron lugar a nuestras ideas modernas de medicina, política, historia, filosofía, ciencia, matemática, arte, teatro, comercio, deportes, etc.
Todo lo anterior, a pesar de que la sociedad griega era tremendamente belicosa. Estaba dividida en ciudades-Estado, que eran cada una, una unidad política con tierras de cultivo a su alrededor y cuyos campesinos sembraban y recogían la cosecha para alimentar a la ciudad. A la cabeza de cada ciudad había un consejo o gobernador y, en algunas, hasta un rey. El problema es que estas ciudades-Estado se pasaban continuamente guerreando entre sí, hacían componendas entre ellas para atacar a la que antes había sido su compañera. La conquista era una de las características de estas guerras, así como la obtención de esclavos como mano de obra barata. Incluso eran atacadas o atacaban a países vecinos. Por esa razón, sus ciudades estaban rodeadas de grandes murallas.
Si se analizan cuidadosamente los logros de las ciudades-Estado, se verá que entre más autoritaria y militarizada era, menos aportaba a la creatividad no guerrera y a la cultura general. Ejemplo de esto Esparta, donde los niños desde los 7 años eran aparatados de sus familias y entrenados para las guerras, de hecho, todos los ciudadanos eran guerreros. En cambio, Atenas, donde se fomentaba el conocimiento general entre la población, fue el crisol del conocimiento humano de su tiempo en la Tierra.
Todo lo anterior, dio lugar a una historia llena de triunfos y fracasos y, hasta se podría decir que, a fin de cuentas, la griega era una civilización inmadura e inestable. Pero, a pesar de lo anterior se impuso a civilizaciones más antiguas y llenas de tradiciones como es el caso de la existente en Persia, Babilonia, y Egipto, todas diez veces mayores en su tamaño geográfico y población. El Dr. Erwin Schrödinger, uno de los padres de la mecánica cuántica señala:
No es posible liberarnos de la aplastante influencia de los pensadores griegos de la antigüedad, ignorar el pasado es no sólo indeseable, sino simplemente imposible. Uno no necesita conocer las doctrinas y escritos de los grandes maestros de la antigüedad, de Platón o de Aristóteles, no necesita haber nunca oído sus nombres, para estar, sin embargo, bajo el hechizo de su autoridad. Su influencia no sólo se ha dejado sentir sobre quienes aprendieron de ellos en la antigüedad y en los tiempos modernos; todo nuestro pensamiento, las categorías lógicas en las que se mueve, los esquemas lingüísticos que utiliza (ya que por consiguiente lo dominan), es en cierto grado elaboración y, en lo fundamental, el producto de los grandes pensadores de la antigüedad.
La fantasía y la realidad de ese pueblo, sus dioses, sus gobernantes y guerreros, fueron descritas inicialmente por el escritor y poeta Homero, que vivió y escribió sus poemas heroicos la Ilíada y la Odisea, hace unos 900 años a. C., La primera trataba del rey Agamenón de Grecia, del guerrero Aquiles y la conquista de Troya (situada en lo que hoy es Turquía), en un lado del Helesponto y cobrando por el paso de todas las naves que viajaban al mar Negro. Dejando de lado el cuento del rapto de Helena, la esposa del rey Agamenón por Paris hijo del rey de Troya, la realidad es que la guerra los griegos la hicieron para apoderarse del estrecho que dominaba Troya y evitar los cobros y, al final, destruyeron a Troya en el año 1200 a. C.
El segundo poema, cuenta las aventuras que por diez años vivió el guerrero Odiseo (Ulises) después de combatir en Troya y tratando de regresar a su país.
Por la misma época, otro poeta, escritor y agricultor llamado Hesíodo, contemporáneo de Homero, en su libro, Teogonía, nos hablaba del origen del universo y de los dioses griegos. Y en Los trabajos y los días describía la Grecia de su tiempo; las dificultades para trabajar, en especial en el campo, y el gran valor del trabajo que mantenía a la ciudad. A diferencia de Homero, que le daba gran valor al estar guerreando, Hesíodo pregonaba la importancia de la paz para poder trabajar, producir y progresar.
Por siglos se consideró que los relatos homéricos eran solo cuentos y fantasías y que nunca había existido la ciudad de Troya y sus guerras. Sin embargo, el comerciante alemán Heinrich Schliemann, sí creía que esos poemas eran parte de la historia de los griegos. Estudió arqueología, aprendió griego y viajó a Turquía en 1870 y, excavando en un sitio, encontró las ruinas de Troya.
La realidad es que, posteriormente a estas figuras, un grupo de personas, inteligentes y audaces, se negaron a continuar creyendo en esos dioses peleones y los sacerdotes que decían representarlos en la Tierra, y trataron de encontrarle una explicación más lógica y racional a los fenómenos que naturales. Ellos llegaron a la conclusión de que el ser humano no tiene más que dos medios para conocer las cosas: mediante los sentidos, viendo los objetos, o deduciéndolos mediante la inteligencia; en ambos casos adquirir el conocimiento era un acto de razonar y por ello dieron tanto valor a la mente o cerebro. Ya el médico Alcmeón de Crotona miembro de la secta de Pitágoras, había señalado que el cerebro era el centro de la inteligencia. Algo que después el «padre de la medicina», Hipócrates, había confirmado ampliamente en el tiempo de Platón y Aristóteles, de quienes fue amigo.
Estas personas fueron llamadas pensadores y dieron lugar con sus estudios y análisis a lo que se llamó «Filosofía» del griego fileîn, amar, y sofía, sabiduría. Ellos trataban de encontrar con sus estudios la verdad de por qué suceden las cosas. Así pues, la filosofía dio lugar también a la ciencia. La filosofía con carácter de ciencia tiene como fundamento que el hombre no posee el conocimiento de las cosas, sino que tiene que indagarlo, lo que significó una búsqueda permanente por un grupo genial de pensadores griegos, comenzando con Tales, Anaximandro, Alcmeón, Heráclito, Jenófanes, Parménides, Leucipo y Demócrito, Sócrates, Hipócrates, Platón, Aristóteles, Epicuro y muchos más. Por supuesto, China tuvo pensadores de igual talla como Lao Tse, Confucio y la India con Buda, en lo que respecta a Asia, pero ninguna nación tuvo tantos y tan valiosos pensadores en un lapso de solo dos siglos, aproximadamente del VI al IV a. C.
Notas
Asimov, I. (1995). The Greeks: A Great Adventure. Boston: Ed. Houghton Mifflin, C. Bochenski, J. M. (1986). Introducción al pensamiento filosófico. Barcelona: Editorial. Herder. Bowra, C. M. (1967). La Grecia Clásica. Países Bajos: Time-Life International. Bowra, C. M. (1983). La Atenas de Pericles. Madrid: Alianza Editorial, S. A. Capelle, W. (1972). Historia de la Filosofía Griega. Madrid: Editorial, Gredos. Coplestone, C. (1969). Historia de la Filosofía. Grecia y Roma. Vol. I. Barcelona: Editorial Ariel. Durant, W. (1978). The Story of Philosophy. Nueva York: Ed. Simon & Schuster. Werner, C. (1962). La philosophie grecque. París: Ed. Payot.