La Academia Nacional de Medicina de Costa Rica organiza una conferencia virtual titulada “A 40 años de la Clínica de Adolescentes del Hospital Nacional de Niños y la situación actual de adolescentes y jóvenes”. Esta actividad cuenta con el aval del Colegio de Médicos y Cirujanos de Costa Rica como académicas que busca promover la actualización médica y el intercambio de conocimientos sobre temas de relevancia en el ámbito de la salud.
La charla será impartida por el Dr. Alberto Morales Bejarano, reconocido pediatra y experto en adolescentes, quien también es miembro correspondiente de la Academia Nacional de Medicina. Durante la exposición, el Dr. Morales Bejarano abordará tanto la trayectoria histórica de la Clínica de Adolescentes del Hospital Nacional de Niños como el panorama actual de salud y bienestar de los adolescentes y jóvenes en Costa Rica.
El evento se llevará a cabo el jueves 5 de junio de 2025, a las 7:00 p.m. (hora Costa Rica) y será transmitido de manera virtual a través de la plataforma Zoom. Además, la conferencia será retransmitida en vivo mediante la cuenta oficial de Facebook de la Academia Nacional de Medicina (@ACANAMED), lo que facilitará el acceso a un público más amplio.
Esta actividad está avalada con 1 crédito de recertificación médica por el Departamento de Desarrollo de Competencias Docentes (DCD), lo cual representa un incentivo académico adicional para los médicos incorporados que participen. La participación requiere confirmación previa al correo electrónico info@acanamed.com o mediante contacto telefónico al número 2296-7615, debido a que el cupo es limitado.
La conferencia representa una oportunidad para reflexionar sobre cuatro décadas de atención especializada en adolescentes desde una perspectiva médica, social y educativa, así como para analizar los retos contemporáneos que enfrentan los jóvenes en el país. Se espera que esta actividad motive un diálogo constructivo entre profesionales de la salud y otros actores interesados en el bienestar juvenil.
Hace unos días dos jóvenes colegas me preguntaron si yo creía que el esfuerzo que hice para leer tanto por tantos años sobre cultura general me había beneficiado en mi carrera como médico.
A través de los siglos especialmente en los dos últimos se han producido extraordinarios cambios en la medicina gracias a las vacunas, nuevos medicamentos, nuevos procedimientos operatorios y tecnológicos para el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades. Pero los fines de la medicina no han cambiado desde los tiempos de Hipócrates donde se sentaron las bases de la medicina científica, hace 2400 años, consistentes en tratar de evitar que las personas se enfermen o tratar de curarlos si eso sucede. Lo que han cambiado son los “medios” para obtener esos fines, y los recursos para tener acceso a esos medios.
Los cambios han sido tan espectaculares al extremo de que parece estamos jugando a ser dioses. Decía el teólogo filósofo Tehilard de Chardin, y no se equivocaba, que;
“En ciencias y en nuestro caso en medicina, sólo lo fantástico parece ser cierto”.
Eso ha sucedido porque nosotros hemos obedecido lo señalado por el famoso internista norteamericano el Dr. William Osler quién decía:
” Estudiar, sin libros, el fenómeno de la enfermedad es como navegar sin mapa en un mar desconocido. Estudiar en los libros, sin ver pacientes es como creer que se sabe navegar sin hacerse a la mar.”
Bueno, la cultura es un mapa más para ayudarse en medicina.
Antes que mal interpreten por recomendar mejorar intelectualmente, reconozco que, en la medicina, es una profesión que en su mayor parte se aprende “haciendo”. Los médicos internistas y generales viendo y tratando pacientes y los cirujanos operando; no hay otro camino mejor para lograr destrezas en nuestra profesión, pero, para que el médico logre un buen cometido y tratar así los enfermos, se requiere de la existencia de recursos diagnóstico y terapéuticos adecuados y que los enfermos sean atendidos bien y oportunamente.
Yo soy un cirujano que pasó gran parte del tiempo en una sala de operaciones tratando de reparar la salud perdida de otras personas o de salvar la vida de sus enfermos; por esta razón, diariamente tuve contacto con los sufrimientos y esperanzas que aquejan al ser humano. Esto se puede generalizar a todos los médicos que tratan enfermos.
Cómo consecuencia de eso y con el paso del tiempo, aprendí que, para entender y tratar adecuadamente a mis pacientes, era necesario no sólo valorarlos como individuos portadores de una enfermedad. sino también, comprenderlos como seres humanos, con sus problemas y sus realizaciones, porque de esa forma aceptaba como decía Emanuel Kant, que: “las personas nunca deben ser tratadas como un medio, sino siempre como un fin, en eso reside la dignidad humana”. Eso me enseñó que a los enfermos había que tratarlos siempre como pacientes y nunca como clientes.
Por eso fue indispensable estudiar y adquirir conocimientos fuera de las ciencias médicas, donde cada día sabemos más y más de enfermedades y menos de lo demás, Lo anterior con el fin de lograr una imagen del ser humano y del mundo mucho más amplia que la proporcionada por nuestra profesión. Fue así como decidí estudiar la evolución de la vida de los seres humanos, su historia, la biología, la cosmología, su religión, sus ideas, su filosofía y algo más. En especial estudiar sobre el desarrollo de las ideas que dieron lugar a la civilización, que hoy poseemos, y todos los principios sobre los que se basa; en fin, investigar todo lo relativo al progreso del ser humano figura estelar de la historia, sin pretender convertirnos en especialistas sino simplemente en meros estudiosos.
Fue así como entendí que el desarrollo social y la conducta humana actual, no son logros del presente, sino que se apoyan en el conocimiento de hechos pasados y que ese conocimiento se debe a una progresión de ideas y acciones que se juntan para avanzar y han sido trasmitidas a través de todos los tiempos. Recordé, así, como la evolución biológica modifico la estructura física de los prehumanos hasta lograrse en el Homo sapiens con su cerebro y su mente tan prodigiosa. A partir de ahí se inició la evolución cultural y cuyo contenido primordial es la elaboración de un nuevo comportamiento, que nos haga menos animales y más humanos, aunque a veces tengo dudas de esto.
La historia del hombre en el planeta Tierra (no la de los restantes seres vivos), se puede entonces dividir en dos partes. El tiempo de su evolución biológica, que comprende unos 5 millones de años, y el tiempo de su evolución que podríamos llamar cultural y que corresponde más o menos a los últimos 10 a 15 mil años y, que comprende el ascenso” del ser humano y sus cambios y experiencias desde las cavernas y planicies hasta la llamada civilización.
De esos tiempos lo que debemos analizar en especial, es la historia en cuanto a sus grandes figuras humanas y sus hechos, con eso, intentamos conocer el presente a través de sus realizaciones pasadas y nos daremos cuenta de dos cosas; Todos eran excepcionales en algo, pero también todos tenían defectos y, además, en algunos casos para decepción, una cosa era lo que predicaban y otra lo que hacían. Sin embargo, para juzgarlos como personas con sus éxitos e imperfecciones, hay que tener en cuenta la época en la que vivieron y las dificultades o facilidades que tuvieron para desarrollar sus ideas y hacerlas realidad. Comprobamos así que, los seres humanos somos imperfectos pero perfectibles.
La otra pregunta que me hicieron fue; sabemos que a usted le encanta la historia y las biografías, ¿pero porque estudiar filosofía? Mi respuesta fue. Desde la antigüedad la filosofía es considerada la búsqueda del saber o del conocer, y por ella nos preguntamos ¿por qué suceden las cosas? y si tratamos de analizarlas y conocer, con ello damos lugar a la ciencia. El educador y filosofo norteamericano Jame Dewey decía: la filosofía es una reflexión cuyo contenido verdadero y último es educar a las personas.
Al reflexionar o pensar sobre nuestras experiencias y problemas o sobre las de otros y sus implicaciones, ya estamos haciendo filosofía. Incluso, tener una idea y su valor es ya hacer filosofía, lo mismo sucede al buscar respuesta para orientarnos en la vida.
Les expliqué que, una cosa muy importante que encontré estudiando Historia antigua griega y la vida y enseñanzas del padre de la medicina Hipócrates, fue, que nuestra profesión se basa en un hecho cierto cómo es la llamada “prueba y el error”, éste enseña y es probablemente una de las principales fuentes de la experiencia. Hipócrates les decía a sus alumnos: “aprended de los errores y de esta manera no los repetirás”.
De ahí debe sacado la famosa frase el filósofo español, George Santayana en relación con el campo de la historia y política.
Quienes no recuerdan el pasado, están obligados a repetirlos.
Por esa razón debemos aceptar que, la medicina no es una ciencia exacta. A pesar de los grandes avances, las falla en los diagnósticos y los tratamientos se dan por diversas causas en especial porque el azar nadie puede preverlo. Con el problema de que los médicos son los profesionales a los que le gente no les permite ni siquiera dudar. Por ello debemos aceptar la máxima de Hipócrates de que:
“No existen enfermedades sino enfermos”.
Cuando uno vuelve a mirar el pasado de la historia de la medicina, se da cuenta que la enorme cantidad de fallas, Y si no, acordarse con horror de las sangrías o flebotomías cómo tratamiento médico para una enorme cantidad de dolencias comenzando con simples fiebre, y que tantas muertes provocaron, incluso de reyes de Inglaterra y hasta el presidente de Estados Unidos George Washington.
Asombra que esta grosera técnica haya persistido sin ponerla en duda por siglos. O, que, los médicos más brillantes de su época hayan puesto en duda y desprestigiado el consejo para evitar la fiebre puerperal que mataba a miles de mujeres en el parto en 1850, mediante una simple medida higiénica preventiva, cómo era el cuidado de lavarse las manos, recomendados por el médico. Ignacio Felipe Semmelweis, quien, trabajando en ginecoobstetricia en el Hospital General de Viena, había comprobado claramente en un doble estudio, y, sin embargo, fue tal el desprestigio y el rechazo de sus colegas, que tuvo que abandonar el hospital, y amargarse de por vida.
Todo eso dio lugar a que los médicos se dieran cuenta que, en medicina hay un “sine cua non” consistente en que no existen dogmas en ella, ni verdades absolutas, y que, avanzamos en base a verdades relativas, y lo que hoy es cierto y el mejor tratamiento para un enfermo, dentro de un tiempo puede ser abandonado por algo mejor y más nuevo. Y, sin embargo, curamos.
A pesar de lo anterior, la medicina como arte y como ciencia es la profesión más bella e importante del mundo, porque trata de evitar o curar las enfermedades que afectan a los seres humanos desde antes de nacer y hasta después de morir inclusive. Siendo por lo anterior, la profesión más exigente del mundo pues estamos obligados a tratar durante las 24 horas del día, sin fuera necesario a: mujeres y hombres, niños, adultos y ancianos, pobres y ricos, príncipes y mendigos, buenas y malas personas, inocentes y asesinos y hasta capitalistas y comunistas.
La obligatoriedad de lo señalado anteriormente se debe a que, el compromiso del médico es con el arte de curar y no de juzgar. Y si se quiere conocer de errores, nada mejor que el cometido con el el juramento Hipocrático que por siglos las Escuelas de Medicina y los Colegios de Médicos nos hicieron jurar, Este juramento NO era de Hipócrates, error como lo señale en mi libro sobra la vida del Padre de la Medicina, disponible sin costo alguno para todos en Internet.
Dado el inmenso valor del papel del médico ante la sociedad al cuidar de la salud y la vida de las personas, y teniendo en cuenta que los médicos no solo deben aprender a curar, sino también a evitar que las personas se enfermen. Eso a su vez nos puso un enorme peso sobre nuestros hombros y la tremenda responsabilidad de brindar los servicios de la manera más eficiente y honesta; con la consideración de que nosotros, además, debemos aceptar estar bien preparados, incluso espiritualmente pues como decía Platón:
Los médicos deben ser de cuerpos y almas.
Sin embargo, aunque la Medicina puede considerarse “un apostolado social” el médico no hace un juramento religioso, sino ético-científico. Por ello, debe dejarse claramente establecido, que el compromiso de los médicos no es con una iglesia o religión, sino con el enfermo. Teniendo además el derecho de recibir una remuneración adecuada a su preparación y que le permita vivir dignamente.
Finalmente vale la pena que recordemos y apliquemos lo que el filósofo Francis Bacon decía:
El estudio y la sabiduría no son fine en sí mismos, ya que un conocimiento sin aplicación concreta es una triste vanidad académica.
Yo he ampliado el concepto agregándole que:
El conocimiento sin responsabilidad social podría ser tan estéril como el servicio a la comunidad sin una buena preparación académica.
Todo lo anterior, teniendo siempre presente el carácter no absoluto del saber, fundamento de la verdadera ciencia incluyendo la medicina.
Carta abierta a la ministra de Salud de quienes nos graduamos de Medicina con usted (miembros de la generación ucr 2006)
Dra. Mery Munive Angermüller Ministra de Salud.
Gobierno de Costa Rica
Quienes suscribimos esta carta formamos parte de la generación que compartió los años universitarios con su persona, y queremos evidenciar nuestra preocupación con las medidas que propone la declaración de emergencia nacional por la salida de especialistas de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), entre otros temas relevantes. Creemos plenamente que como Ministra de Salud y a su vez Vicepresidenta de la República, condición que no se ha presentado históricamente en nuestro país, tome las mejores decisiones para la población en general, alejadas de posturas políticas y bajo la óptica del bien común de todos los costarricenses.
Los abajo firmantes llevamos más de 18 años de práctica profesional y somos una combinación de médicos especialistas y generales que hemos visto la evolución de la CCSS en estas últimas dos décadas, tanto en su apartado asistencial como en cuanto a la formación de grado y posgrado de las áreas de la Medicina.
Ante la coyuntura actual, coincidimos con todos los grupos gremiales y distintas voces institucionales y personales que llevan mucho tiempo siendo claros en describir la solución real al problema como una necesidad de abordaje claro, programado y organizado de formación, distribución y políticas de retención de especialistas. En este último apartado, unas políticas de retención que disten de los mecanismos actuales de medidas coercitivas y que simplemente mejoren dicha permanencia con políticas llamativas, para que los especialistas deseen seguir perteneciendo a la Institución.
La solución que se presenta por parte del Ministerio de Salud, ante un problema que se genera y perpetúa en la CCSS, siendo organismos completamente diferentes, con autonomías y competencias tan distintas, nos genera una gran preocupación por las razones que expondremos a continuación.
Como primer punto, es importante recalcar que se está buscando una solución de emergencia a una problemática que ha sido manifestada con mucha antelación, por lo que la declaración de emergencia nacional sólo responde a una respuesta reactiva, que, en lugar de atacar el problema, pone en riesgo a la población, agrava e incrementa los problemas de dentro de la Institución y asume al país en un escenario de incertidumbre e inestabilidad aún mayor.
Como compañeros que hicimos internado en el año 2006, nos preocupa enormemente que se plantee como solución el hecho de que se establezca un centro de atención telefónica para la población general, atendido por Internos Universitarios, futuros colegas que aún no se han graduado, que no cuentan con los avales respectivos para la práctica profesional y cuyo marco legal tanto para la protección de pacientes como para su misma protección médico-legal es imprevisible, ¿sería el Ministerio de Salud, en su representación, quien asumiría toda la responsabilidad de los casos cuyo manejo sea cuestionable? Y sinceramente, reiteramos, como colegas que hicimos el internado junto a usted, luego de 18 años de carrera profesional, si hubiéramos sido nosotros quienes en esa época nos hubiéramos tenido que enfrentar ante esta coyuntura, en ese momento nos hubiéramos negado, es evidente que no teníamos la capacidad para llevar el peso sobre la primera atención del país de forma telemática, es mucha responsabilidad para un grupo de estudiantes.
En el mismo pensamiento del punto anterior, el distribuir médicos residentes para labores de especialistas, los cuales aún no han sido debidamente aprobados o incorporados como tales, sin supervisión, genera una situación de riesgo para los pacientes y a los mismos profesionales, riesgos que son evidentes y no hace falta enumerar. Se nos genera la misma inquietud, ¿sería el MS quien respondería cuando estos riesgos lamentablemente se materialicen?
Nuevamente, bajo la misma línea de pensamiento, si cada posgrado requiere de tantos años para considerar a un especialista como debidamente formado, estándares que se siguen a nivel internacional, entonces, bajo cuál óptica considera adecuada que médicos generales, de los cuales no ponemos en duda su dedicación y deseo de superación o aprendizaje, sean los responsables de decisiones propias de especialistas. Esto generaría serias dudas sobre la seguridad y calidad de los servicios brindados, poniendo en riesgo innecesario a la población y nuevamente exponiéndolos a ellos mismos a procesos legales de mal praxis, dado por una práctica clínica cuya pericia aún no ha sido desarrollada. Lo mismo aplica el sugerir que procedimientos o tratamientos médicos sean realizados por personal de enfermería sin formación específica en tales menesteres.
Sobre la contratación de médicos especialistas extranjeros. El hecho de crear un mecanismo acelerado de incorporación, mediante el cual la calidad o idoneidad de los profesionales no haya sido evaluada, pone nuevamente en riesgo la atención de la población. El Colegio de Médicos ha sido claro en agilizar la incorporación, pero siempre y cuando aprueben los mecanismos establecidos para tal fin, por lo que abrir un portillo en donde profesionales, sin una formación debidamente acreditada sean incorporados, podría ser arriesgado e iría en detrimento de la atención de los pacientes.
Además, estos nuevos médicos extranjeros, por efecto de la ley, entrarían con salario global, por lo que no entendemos las excusas presupuestarias de mejorar las condiciones de los trabajadores actuales de la Institución.
En cuanto a la práctica de médicos especialistas nacionales que trabajen en el extranjero mediante modalidad de tele consulta. ¿Cuál sería el mecanismo para fiscalizar su labor y a la vez garantizar la atención que recae sobre un profesional que se encuentra fuera del país?, ¿bajo cuál legislación debe ser tratado? ¿Como regularían la seguridad y privacidad de los datos de manera transfronteriza?, ¿Cuenta el país con la capacidad de resguardar los datos de los pacientes si estos se exportan a otro territorio?
Por otra parte, y ajeno a la declaración de emergencia, hay otros elementos que consideramos que sus declaraciones son ajenas a la verdad y falta al respeto a muchos de los colegas médicos y especialistas. El primero aducir que la salida de los especialistas va en contra del juramento hipocrático, el cual todos hicimos en nuestra incorporación, específicamente al decidir algunos abandonar temporal o definitivamente la CCSS, ya que el juramento no hace alusión alguna a que un médico quiera mejorar sus condiciones de vida si así le parece. Consideramos que estas decisiones son personales e individualizadas, basadas en el entorno social y temporal que rodee esa decisión en particular, decisiones que son inherentes a todos los seres humanos y somos conscientes que usted en algún momento tuvo que tomar. Por lo cual no entendemos la razón por lo que ahora lo considera punitivo si la situación es de otros colegas y lo señala así ante la opinión pública, provocando un deterioro de la opinión hacia el gremio de forma innecesaria.
También consideramos desafortunado el comentario haciendo alusión a que salir de la CCSS y volver a entrar luego de un mes fuera, es un acto de ilegalidad y que puede conllevar a implicaciones penales (Fraude de Ley). Nuevamente, no entendemos la necesidad de generar en la población general la sensación de que el gremio médico es un grupo con dudosa ética profesional, situación que, salvo casos esporádicos, está muy lejos de la globalidad de los profesionales. La misma CCSS está estableciendo mecanismos para recontratación ante la ausencia de respuestas tacitas y concretas a la problemática, respuestas que evitarían que este cese o renuncia más recontratación se realice.
Como compañeros de Generación, muchos de los cuales llegamos a considerarla como una amiga, preocupada por los problemas trascendentales del país y quienes vimos en su nombramiento como una oportunidad de mejora nacional, nos vemos en la obligación moral de hacerle llegar esta carta, para expresar nuestro descontento con la dirección que están tomando sus decisiones como Ministra de Salud y consideramos que es la percepción global del gremio, no sólo nuestra, muy particularmente de quienes estamos preocupados por la estabilidad de una Institución como la CCSS, de la cual dependen todos los costarricenses en alguna medida.
Tal y como muchos grupos del país han manifestado, el problema de la fuga de especialistas no es un tema salarial ni presupuestario, es un tema de justicia social, desigualdad e inequidad, por lo que las medidas explicadas en la declaración de emergencia solamente vienen a agravar una situación complicada, pero que tiene en su origen en esa disparidad creada por la implementación de la ley de empleo público.
Abogamos más bien, para que desde su formación profesional e investidura, con las calidades anteriormente mencionadas y alejadas de posturas políticas, se valoren las soluciones reales y efectivas a esta problemática, no soluciones que generan una situación de mayor riesgo para los pacientes, quienes son y deberían ser siempre el eje central de todas las discusiones y decisiones que se generan en torno a la salud del país, son ellos nuestro verdadero motor por lo que instamos a soluciones reales en pro de su beneficio, no medidas en las que se expongan a más contingencias innecesarias.
Atentamente.
Dr. Pablo Pujol Valverde. Código profesional 9372. Especialista en Medicina Crítica y Terapia Intensiva.
Dra. Mayleen Cerdas Ureña. Código profesional 9331. Especialista en Anestesiología y Recuperación.
Este jueves 31 de octubre a las 7:00 p.m. se estará llevando a cabo vía Zoom la conferencia virtual “Premio Nobel en Fisiología o Medicina 2024”, impartida por el Dr. Oscar Porras Madrigal.
Esta conferencia es convocada por la Academia Nacional de Medicina de Costa Rica, y se puede confirmar la asistencia al correo info@acanamed.com, o al 2296-7615, para el envío del enlace, ya que el cupo es limitado.
Les informamos de este interesante espacio para aquellas personas que deseen enterarse de lo último en medicina y fisiología.
El jueves 26 de septiembre del 2024 se estará llevando a cabo el Foro Anual Virtual de la Academia Nacional de Medicina de Costa Rica, con el tema “Atención adecuada de adolescentes en la CCSS y el rol del Hospital Nacional de Niños”.
El programa empieza a las 7:00 pm, con la bienvenida por el Dr. Aristides Baltodano, presidente del ACANAMED, y seguidamente por la presentación del foro por el pediatra Dr. Alberto Morales, experto en adolescencia, y coordinador del Foro Anual ACANAMED.
El primer tema se expondrá a las 7:20 pm, por el ponente Dr Carlos Jimenez, director general del Hospital Nacional de Niños, y tendrá que ver con la situación actual y visión de los adolescentes en el HNN.
Seguidamente, a las 7:35, se tocará el tema de la experiencia de la Clinica de Adolescentes en el HNN, por la jefa de esta clínica, la Dra. Daniela Carvajal.
Luego,a las 7:50 se presentará el ex-director del PAIA, sobre los principales problemas de salud de las personas adolescentes en Costa Rica.
A las 8:05 el ponente será el Lic. Minor Sequeira, director del PAIA, hablando sobre la política institucional en salud adolescente en la CCSS.
Finalmente, a las 8:20 habrá una ronda de preguntas, con el Dr. Alberto Morales, y un cierre con el Dr. Aristides Baltodano.
La Academia Nacional de Medicina de Costa Rica (ACANAMED) ha lanzado su Boletín N° 9, una publicación que ofrece contenido variado y relevante para la comunidad médica y el público en general. En esta edición, se abordan temas importantes como el carcinoma hepatocelular y el papel del ritmo circadiano en las enfermedades cardiovasculares, además de opiniones sobre la investigación clínica y la escasez de especialistas.
El boletín también incluye reseñas destacadas y un calendario de fechas relevantes de salud, como el Día Mundial del Cáncer de Piel y el Día Mundial del Cerebro, entre otras.
Con Pasteur se vieron las ventajas de trabajar juntos el gobierno y la empresa privada en proyectos de medicina.
Fueron tantos y tan valiosos sus descubrimientos, que cambió la sobrevivencia de la humanidad
Juan Jaramillo Antillón
Louis Pasteur nació el 27 de diciembre de 1822, en el pequeño pueblo de Arbois, en Francia. La familia, con su padre como curtidor de cueros, era de escasos recursos. Estudió la primaria y la secundaria en dicho pueblo, y tenía fama de joven de ser un hábil dibujante y retratista. Durante sus primeros quince años de vida, pasaba el tiempo pescando y no mostró ningún espíritu de investigación o alguna genialidad, aparte de hacer retratos. La familia se trasladó a Bensaçon y ahí, en el Real Colegio, se graduó de bachiller en 1840. Lo único que sus profesores vieron positivo en su persona era que ayudaba a sus compañeros en sus estudios. Luego estudió un doctorado en física y química en la Escuela Normal Superior de París, donde se graduó en 1845, y en 1847 obtuvo un doctorado en ciencias, pero no se graduó de médico, pues no estudio esta carrera.
La primera investigación que lo dio a conocer sucedió cuando trabajaba como asistente de química en la Universidad de Estrasburgo. Ahí postuló el efecto óptico a que daban lugar los rayos polarizados. Aunque se creía que los cristales del ácido tartárico desviaban hacia la derecha el plano de la luz polarizada, y por eso se le calificaba de dextrógira, existía otro tipo de ácido idéntico pero levógira, es decir, que desviaba la luz a la izquierda. Ese fue su primer descubrimiento.
Es indudable que le ayudó mucho en su carrera —algo que él mismo reconocería— el hecho de que, en 1849, contrajera matrimonio con Marie Laurent, hija del rector de la Universidad de Lille. Pasteur reconoció que en su esposa tuvo una gran compañera, que además de darle cinco hijos, durante toda su larga carrera le ayudó escribiendo los trabajos científicos que él le dictaba para enviar a las academias y a publicaciones, ya que ella tenía una excelente caligrafía. Desde el punto de vista académico, ese matrimonio lo impulsó como profesional, ya que gracias a esa relación se dio a conocer y trabajó en dicha universidad hasta llegar a decano de la Facultad de Ciencias.
Ahí inició sus trabajos sobre el alcohol amílico, lo que lo llevaría más tarde a estudiar la fermentación en especial del ácido láctico, la de la leche, y la fermentación alcohólica de vinos, cervezas e incluso del vinagre. Por esa razón los industriales de la región le dieron mucha ayuda económica y le ayudaron a crear un laboratorio de investigación, pues querían elevar el rendimiento en azúcar de la remolacha para poder producir más alcohol, algo que Pasteur logró.
Fue así como se inició su contribución al progreso de la industria, que posteriormente derivaría en ayuda a la medicina, para beneficio de la humanidad, pues sentó las bases sobre las que se fundó la microbiología, junto con Robert Koch, y en medicina dio lugar a la teoría sobre las enfermedades provocadas por gérmenes. Gracias a él, se reconoció la capacidad del aire para transportar gérmenes y bacterias vivas capaces de contaminar el mosto, la cerveza o a otras personas. Además, describió que existían gérmenes anaerobios, que vivían sin necesidad del aire, y, además, otros aerobios.
Fue el creador de la pasteurización, que consiste en el calentamiento de vinos o de leche durante 30 minutos a 68 grados centígrados, con lo cual se destruyen esporas y gérmenes capaces de producir enfermedades, sin que se destruyan las proteínas de la leche y el sabor de esta y el vino. Con ello se evitaron enfermedades en millones de niños lactantes.
Las pequeñeces de un grande
Como en todas las grandes figuras de la historia, no puede haber perfección total, por lo que todos han tenido fallas, como humanos que son. De Pasteur, se rumoreaba que era muy egoísta. Por ejemplo, si bien llegó a demostrar que las levaduras eran un microorganismo unicelular de la familia de los hongos Saccharomyces cerevisiae, el cual convertía el azúcar en alcohol, él aceptó el éxito de ese reconocimiento sin citar que esta idea ya había sido afirmada anteriormente por el Dr. Teodoro Schwan.
Además, decía haber descubierto el bacilo del carbunco, que afecta al ganado vacuno e incluso al hombre. Pero ya Robert Koch, en Alemania, también lo había descubierto y estudiado al mismo tiempo. En ambos casos se disculpó diciendo que desconocía que ellos al mismo tiempo habían hecho esos descubrimientos. La realidad es que fueron tantos y tan valiosos sus descubrimientos, que se debe aceptar su disculpa.
Pero, además, descubrió el estafilococo de los abscesos de la piel e inventó la vacuna contra la rabia. En ese tiempo, él pensó que esta era producida por un bacilo tan pequeño que no era posible verlo al microscopio y tenía razón, ya que posteriormente se comprobó que era un virus y estos no son visibles con los microscopios corrientes.
Fue el primero en establecer una conexión definitiva entre los microorganismos y la aparición de enfermedades. Señaló que muchas bacterias pululan en el aire y contaminan el medio, y que esas mismas bacterias no podrían producirse por generación espontánea. Además, se dio cuenta de que al someterlas a la acción del calor, pierden su capacidad, posiblemente por perecer. Hoy sabemos que en el aire que nos rodea, hay bacilos TB, y diversos tipos de bacterias y virus y si no nos contaminan es por nuestro sistema inmunitario defensivo.
El famoso cirujano inglés lord Joseph Lister comprendió el extraordinario valor de sus descubrimientos y creó la antisepsia, sumergiendo todo el instrumental quirúrgico antes de una operación en ácido fenólico y exigiendo el lavado de las manos con un detergente. Con ello, las infecciones de las operaciones descendieron notablemente.
Cuando estudió la fermentación butírica, descubrió el carácter anaeróbico de algunos gérmenes de esta fermentación, ya que no necesitaban oxígeno para vivir. Por esa razón introdujo entonces el concepto en bacteriología, de gérmenes aerobios y anaerobios. Aunque ya anteriormente Leeuwenhoek, inventor del microscopio, y, cien años antes, Spallanzani habían señalado la existencia de animalitos microscópicos que no necesitaban del aire para vivir. Su justificación era la de siempre: “Yo desconocía esos hechos”. Pero lo cierto es que en este caso como en otros, él no les dio reconocimiento a antecesores suyos que se adelantaron en sus conceptos. Queda la duda de si desconocía o no dichos trabajos. Un gesto muy mezquino de un investigador tan grande.
“La casualidad favorece a una mente adiestrada”
En el campo educativo, al combinar la teoría con la práctica llevando a sus alumnos a trabajar en el laboratorio, revolucionó la educación en bacteriología, ya que consideraba que teoría sin práctica es inútil. Los alumnos no solo escuchaban sus conferencias magistrales, sino que colaboraban en el laboratorio experimental donde trabajaban con él, permitiéndoles participar en algunas de las investigaciones e incluso hacer demostraciones de los resultados obtenidos, lo cual motivaba a sus pupilos.
Debido a su prestigio, en 1857 fue nombrado director de estudios científicos de la Escuela Normal Superior de París, donde permaneció hasta 1863. Esa escuela, pese a su fama, tenía laboratorios muy deficientes. Pero él logró que la empresa privada y el gobierno contribuyeran para mejorar los laboratorios de investigación. Ahí realizó estudios que demostraron que los microbios no nacen espontáneamente en el interior de las uvas, los gusanos de seda, la orina o la sangre, ya que siempre vienen del exterior y contaminan a las plantas, animales o personas. Además, se vio las ventajas de trabajar juntos el gobierno y la empresa privada en proyectos de medicina.
A Pasteur se le considera precursor de la inmunología, junto con el inglés Edward Jenner, creador de la vacuna contra la viruela, la cual con otras de sus vacunas dieron principio a esta rama de la ciencia. Se dice que no aceptaba críticas, fueran estas correctas o no, y usualmente era agresivo en sus respuestas, lo que ocasionaba polémica a su alrededor, algo que él reconocía. A propósito de egoísta, a sus fieles ayudantes Duxlaus y Gernez, quienes colaboraron con él en el proceso de pasteurización y por años en el estudio de los gusanos de la seda, no les participó del éxito y ni siquiera los citó como colaboradores. Por lo menos, esta falla la corrigió después, ya que entre sus alumnos tuvo figuras a las que ayudó a obtener fama mundial: Metchnikoff, Roux, Yersin, Calmette, todos ellos descubridores de bacterias o vacunas.
Él tenía una “máxima” que enseñaba a sus alumnos: “La casualidad favorece a una mente adiestrada”, hoy de aceptación mundial. Fue elegido miembro de la Academia de Medicina de Francia, un honor que usualmente solo se concedía a médicos de altos méritos, y él no era médico, pero sus investigaciones ayudaron a la medicina a superar muchos problemas.
Él inicio el estudio de la rabia en los humanos debido a que un niño de su pueblo pereció por tal causa en medio de terribles sufrimientos. Él inició sus trabajos en este campo de la rabia, extrayendo de la médula espinal de perros rabiosos un fragmento de esta y preparando extractos que eran inoculados al cuerpo de un perro sano, los cuales a los días contraían la enfermedad. Al principio creyó que era una bacteria la causante, ya que la había encontrado en la boca de un niño con rabia, sin embargo, sus ayudantes Roux y Chamberland descubrieron que el microbio estaba en la boca de muchas personas sanas. Entonces Pasteur puso saliva de un perro rabioso en el cerebro de un conejo y obtuvo un virus (en esa época no se conocían con este nombre) muy virulento, al que poco a poco lo fue haciendo menos agresivo, ya que al cultivarlo varias veces lo atenuó. Con ello inyectó perros sin que a estos les diera la rabia, o sea, se volvían inmunes a la mordedura de perros rabiosos.
Pasteur supuso que eso provocaba la rabia y describió que la rabia era causada por un agente infeccioso tan pequeño que no era posible verlo al microscopio, como se veían bacterias o bacilos. Lo extraordinario es que, a pesar de eso, pudo desarrollar una vacuna contra un agente infeccioso que no podía ver.
No fue sino hasta 1897 que se confirmó bien la existencia de los virus como causantes de enfermedades, cuando el bacteriólogo holandés Martinus W. Beijerinck señaló que el agente transmisor de la enfermedad del tabaco era un “virus filtrable” que no se podía ver ni cultivar. En una oportunidad se le preguntó si era religioso, a lo que contestó:
Sí, soy profundamente religioso. Yo considero feliz al hombre que lleva dentro de sí a Dios y le obedece. Feliz si tiene en sí un ideal de la belleza, del arte, de la ciencia y de las virtudes del evangelio.
Sin embargo, a pesar de ser tan religioso, no soportaba bien la crítica, incluso la bien razonada. “Cierto —confesó una vez—, yo era muy serio y sufría mucho con las críticas que se me hacían fueran estas correctas o no”. Pero la verdad es que él se las buscaba, ya que era muy agresivo en las discusiones científicas y su carácter tenía tendencia a la polémica. Él creo el término vacuna señalando que viene del latín vacca, y que lo hizo en honor a Jenner, el creador científico de la vacuna contra la viruela.
Pasteur descubrió el bacilo del cólera de las gallinas y desarrolló técnicas de cultivo in vitro de microorganismos, para con ello obtener material para sus vacunas. Eso lo hizo porque había observado que cultivos viejos (atenuados) de gérmenes de cólera de gallinas, inoculados a gallinas sanas, no producían la enfermedad, se hacían inmunes o resistentes al cólera. Con ello contribuyó a evitar las epidemias de este tipo en las aves. De hecho, este fue un primer paso para que, en la actualidad, se empleen cultivos vivos atenuados o muertos por el calor para obtener vacunas contra diferentes enfermedades. A esto se le llamó “inmunización activa”.
En honor de este gran hombre se creó el Instituto Pasteur, en París, de fama mundial y del cual fue director hasta su muerte, en 1895. Pasteur, en su discurso final en la Universidad de la Sorbona, al serle entregada una medalla por el presidente de Francia, pronunció estas palabras que posteriormente los políticos, incluso el presidente Kennedy, de Estados Unidos, usó mucho:
A medida que progreséis, preguntaos ¿qué habéis hecho por vuestra patria? Entonces, si habéis contribuido de alguna manera al progreso, tendréis una íntima satisfacción.
En medicina, Pasteur dio lugar a la teoría sobre las enfermedades provocadas por gérmenes
Junto con Roberto Koch, Pasteur sentó las bases sobre las que se fundó la microbiología
Louis Pasteur fue el primero en establecer una conexión definitiva entre los microorganismos y la aparición de enfermedades
Gracias a Pasteur, se reconoció la capacidad del aire para transportar gérmenes y bacterias vivas
Louis Pastuer creó la pasteurización, con la cual se destruyen esporas y gérmenes capaces de producir enfermedades
Pastuer describió gérmenes anaerobios, que viven sin necesidad del aire y, además, otros aerobios
Bibliografía
Bird, Randy and Allen, Garland (1998). Luis Pasteur. Enciclopedia Encarta 98, EE. UU. Microsoft. Dubos, Rene J. (1950). Luis Pasteur: Freelance of Science. Oxford, England: Oxford University Press. Garrison, H. Fielding (1966). “Luis Pasteur”. En Historia de la Medicina, pp. 386-390. D. F. México, México: Editorial Interamericana. Jaramillo, A. Juan (2003). “Luis Pasteur. El más humano de los genios”, pp. 205-220. En Lo humano de los genios. San José, Costa Rica: Editorial Universidad de Costa Rica. Singer, Charles y Ashwort, Underwood (1966). “La obra de Pasteur”, Cap. VII, pp. 325-334. En Breve Historia de la Medicina. Madrid, España: Ediciones Guadarrama. Valery-Radot, R. (1902). Life of Pasteur, Vol 2. Londres, Inglaterra: Devonshire Publication.
La Academia Nacional de Medicina de Costa Rica tiene el agrado de invitarle a la conferencia virtual: «Viaje: Panamá, Turquía, Irán, Kazajistán, Kirguistán», impartido por el Dr. Teodoro Evans Benavides, miembro de la Academia Nacional de Medicina de Costa Rica.
Fecha: jueves, 29 de agosto del 2024 Hora: 7:00 p.m. (Hora de Costa Rica)
Transmisión en vivo por: Facebook Live: @academed (La Academia Nacional de Medicina de Costa Rica)
Vía Zoom: Reservar al correo: info@acanamed.com Teléfono: 2296-7615 El envío del enlace es por cupo limitado.
El día 12 de abril se llevará a cabo un panel en vivo a las 6 p.m. por las cuentas oficiales de Alternativas en Facebook, YouTube y Spotify, con las siguientes personas invitadas: Rebeca Murillo, Natalia Solís, Mónica Zavala y Andrés Carranza