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Etiqueta: migrantes

El espejo empañado

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

Durante algunos segundos su mano luce extendida hacia el público. El silencio es profundo, tal vez ocasionado por esas interrogaciones que cada uno, cada una nos hacemos sobre nuestras interacciones con los otros, las otras: ¿cuándo he emitido un comentario racista? ¿me he reído de un chiste que denigra al extranjero? ¿me he burlado por su acento, su forma de vestir, sus costumbres?

Es una escena culmen. Durante minutos, María ha interpelado a las caras de los que la ven, pidiendo perdón por su pobreza, por la comida originaria, por la cultura letrada y adelantada de Rubén Dario o por la voz disidente, fuerte y clara de Gioconda Belli. Ha pedido perdón por ser mujer, por las mujeres de su linaje, por su hija ahogada intentando cruzar el Río San Juan, por venir a este país cada vez que siente hambre.

Luego de esa interpelación, extiende la mano, en un acto de fe (y amor) con ese otro al que ha reflejado duramente en su xenofobia, su racismo, su clasismo. En su lugar, una jauría de perros rabiosos se le lanza hasta dejarla inhabilitada. Su error: ser migrante y desafiar la hegemonía cultural vallecentralina.

Si. Son los discursos de odio, los chistes, la burla, los intentos de agresión proferidos a una temerosa comunidad nicaragüense atrincherada una mañana de agosto de 2018 en su emblemático parque de La Merced. ¿He dicho alguna vez las dos palabras mágicas con las que un núcleo duro de costarricenses-promedio acostumbra a llamar a los vecinos del norte?

Entonces la reflexión, entonces el silencio. Porque a lo mejor si lo he dicho alguna vez. Y me recrimino en silencio. ¿Usted no?

Durante casi un cuarto de siglo el independiente grupo Teatro La Polea se ha encargado de colocar un espejo grande en el centro del cuarto del ego vallecentralino, blanco, xenofóbico de ese costarricense promedio. Lo hizo primero de la mano, el cuerpo y la voz del recordado actor César Meléndez.

Con César hace muchos años tuve la oportunidad de coincidir en un foro organizado por la Escuela de Estudios Generales de la Universidad de Costa Rica, luego de una de sus presentaciones. Allí con toda su carga emotiva y sensible a cuestas, nos contaría de la enorme cantidad de cartas y documentos que la comunidad nicaragüense le había hecho llegar entonces contándole sus peripecias y lo experimentado en un país moralmente igualitario, pero socialmente esquizoide y grosero con ciertos extranjeros. No con todos. Con algunos: los pobres y de piel oscura. Nos contaría los cientos de historias que había escuchado en comunidades donde se le acercaban de forma silenciosa personas migrantes para darle las gracias. Y darle su vida para que la contara en el escenario. Cientos. Miles.

Acompañando a César en sus presentaciones por casi 15 años, se desplazaba detrás de escena la figura de una mujer investida en un traje de trabajo para tramoya.

Era Cristina Bruno. O, mejor dicho: María. María Espinoza.

Luego de la trascendencia de su compañero de vida a otros planos, Cristina asumió para si el viaje que él había iniciado al finalizar la tormentosa década de los años noventa para la comunidad migrante nicaragüense en Costa Rica. Retrabajó el texto y le incorporó una mirada interseccional: mujer, pobre, trabajadora, migrante, madre, hija.

Entre ambos se han encargado de darle brillo a ese espejo que han colocado en el centro del cuarto del ego blanco, vallecentralino y clasista que era la Costa Rica de entonces y la de ahora. Ese ego que hizo que un conpiscuo demógrafo de este país me dijera luego de haber visto la obra interpretada por César: “es para la gradería de sol”. Desde entonces supe a quien no quería parecerme en mi vida académica, pero sobre todo personal.

La tarde del 2 de noviembre en una función organizada por el Proyecto Representaciones sociales, migración nicaragüense, discursos y prácticas de igualdad en Costa Rica, del Instituto de Estudios de la Mujer (IEM) de la Universidad Nacional, Cristina, María, volvieron a poner el espejo de cara al público. Lo que vimos ese día a juzgar por el silencio profundo, era una imagen empañada de lo que seguimos siendo como colectivo. De allí la pertinencia de que esta pieza teatral y de incidencia social se sostenga por otros 25 años, dada la sociedad tan violenta y discriminatoria en la que nos hemos convertido. Hace unas cuantas columnas recordábamos los incidentes en los estadios del país. Los ejemplos cotidianos sobran.

Es verdad que la razón solidaria existe. Que no son todos ni todas los que forman ese ejército enardecido de perros xenofóbicos. Debemos rescatar su ADN y amplificar sus acciones de acompañamiento, entonces. Quedarnos con su trabajo y objetivos. Su esencia y humanidad.

Mientras eso sucede, agradezcamos la independencia de pensamiento, palabra, obra y puesta en escena del Teatro La Polea, en un país cuyas políticas culturales naufragan desde hace bastante tiempo.

Acerquémonos a ese espejo empañado. Limpiemos su humedad. Tal vez en el fondo de la imagen, haya una actitud digna de rescatar para seguir construyéndonos en una mejor sociedad.

La integración suspendida

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

Intercambiaba con mi buen amigo hondureño, el escritor Fabricio Estrada, sobre las irracionalidades de las élites de nuestros países. En un sin sentido palaciego, casi que, de apostilla, las diplomacias migratorias de Costa Rica y Honduras decidieron poner obstáculos a la movilidad entre ambos países.

En una medida desesperada para, supuestamente detener la escalada de violencia en Costa Rica atribuida en forma mayoritaria al funcionamiento de grupos criminales organizados, el gobierno costarricense adujo que buena parte de estos grupos contaban con ciudadanos hondureños en sus filas y por tal razón había que limitar su entrada.

Bajo esa premisa, y argumentando razones de seguridad nacional, impuso restricciones y condiciones para el ingreso y permanencia de personas provenientes de aquel país. Entre las solicitudes, se encuentran la visa consular y aportar un comprobante de medios económicos, que garanticen la subsistencia en el país.

En correspondencia recíproca, el gobierno hondureño también prefijó varios criterios que deberán cumplir los costarricenses para entrar en aquel país. Entre estos una certificación médica y una constancia de Interpol.

La relación entre seguridad y movilidad humana explica una tensión a escala global no resuelta aún, desde que se instaló como premisa de gestión migratoria luego de setiembre 11 de 2001 y se intensificó en la época de la pandemia.

En la región resulta recurrente la aplicación de ese esquema, que a todas luces suspende la premisa de la integración regional y la supedita a los entuertos y reacciones temperamentales de los actores y sectores que toman decisiones a los más altos niveles.

Al tiempo que esta reacción visceral ocurre y varias formas de movilidad quedan supeditadas entre ambos países, el corredor del tránsito para las migraciones venezolanas sigue produciéndose en Costa Rica, aún con sospechas de muchas acciones irregulares en el ámbito gubernamental que deberán ser aclaradas en el corto plazo.

La época de los chivos expiatorios está lejos de desaparecer. Hoy son los hondureños. Ayer los nicaragüenses, hace un siglo los armenios y gitanos. Convendría entonces repensar las categorías con las que nos imaginamos en el concierto global de los derechos humanos. Tenemos mucho que aprender todavía, como enunciar las causas estructurales del fenómeno de la violencia e identificar a sus reales actores causantes responsables, por ejemplo.

Imagen ilustrativa.

TOSHKUA

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

En lengua Pesh, hablada por las comunidades indígenas de Honduras, el sentido de esta palabra es devastador y absoluto para una región cuyas rupturas a todo nivel son continuas.

Significa “desaparecer” y en la realidad centroamericana actual adquiere una connotación aún más pertinente. Con ese nombre, ese significado, el Director Ludovik Bonleux realizó un documental de 80 minutos (2022) en el que cruza dos historias: la búsqueda incesante de Marco Antonio, el hijo de Doña Mary. Ella es una de las madres de la Caravana de familiares de migrantes centroamericanos desparecidos, que con más de 15 años de accionar, buscan a sus hijos e hijas en su tránsito por México, un territorio que al decir de Oscar Martínez, lo caminan y resisten los “migrantes que no importan” y el viaje de Francisco hacia el centro de la Mosquitia hondureña, motivado por la ida de sus hijos hacia Estados Unidos y también por la amenaza del extractivismo neoliberal que ha dispuesto arrasarlo todo, desde los lugares naturales sagrados para las comunidades originarias, hasta los cuerpos de los desahuciados.

En un momento del documental se observa una de las madres sostener un cartel con la pregunta ¿ Dónde están?. Las cifras no valen de mucho si de lo que hablamos es de personas con historias truncadas, biografías que un día desaparecieron sin dejar rastro y fueron disueltas (literalmente) por el poder de los Estados involucrados y la acción de actores de la industria migratoria, que ven en sus cuerpos una forma de obtener ganancias, como el narcotráfico y la venta de armas.

Algunas estimaciones, creo bastante conservadoras, hablan de 7.000 personas migrantes centroamericanas desparecidas al año. El número es conservador porque en la clandestinidad de las estrategias de movilidad, son mucho más las personas que salen un día sí y otro también a buscar “la vida en otra parte” como ha dicho con tino el filósofo costarricense Alexander Jiménez.

Al mismo tiempo que son escritas estas notas, se conoce del lucrativo negocio que significa para grupos criminales, el cruce irregular por fronteras al norte de la región, que producen ganancias de más 12.000 millones de dólares al año.

Quien no paga, no existe.

Quien no paga, desaparece.

Fuimos invitados a un Foro sobre este documental, organizado en el marco del Festival de Cine Colombia Migrante, desarrollado en San José, Costa Rica, en los primeros días de octubre. Su objetivo principal es visibilizar, difundir, apoyar y construir un espacio de memoria desde producciones cinematográficas y audiovisuales, que narran la complejidad de los fenómenos de la migración de las y los colombianos(as) al interior de su territorio y al exterior.

En la actividad y a la pregunta sobre la gestión gubernamental de los recientes procesos migratorios experimentados por Costa Rica, mi respuesta fue poco alentadora. No sólo los enfoques prevalecientes siguen abordando el tema desde la seguridad y la criminalización, sino que también las actitudes de quiénes toman decisiones al más alto nivel, están llenas de prejuicios y percepciones discriminatorias.

Convendría tratar de incidir en esos niveles de toma de decisiones, para buscar su mejor comprensión sobre el tema y el cambio en el paradigma de la gestión migratoria, hacia un definitivo reconocimiento de los derechos humanos de personas en contextos de movilidad.

Declaración de IRCA CASABIERTA y Refugees International sobre el Estado de Emergencia en Costa Rica

Por IRCA CASABIERTA Septiembre 29, 2023

El Instituto sobre Migración y Refugio LGBTIQ para Centroamérica – IRCA CASABIERTA – con sede en San José-Costa Rica, manifiesta la misma preocupación del fenómeno migratorio que ha ido en aumento, pero también sostienen que Costa Rica ha sido históricamente un pueblo noble, respetuoso de los derechos humanos y sobre todo, humanista, que ha brindado techo, alimento, educación, trabajo y salud para aquellas personas que atraviesan por desafortunados acontecimientos provocados por dictaduras, violencia, corrupción y pobreza.

IRCA CASABIERTA, agrega, que Costa Rica podría hacer frente de este fenómeno migratorio con mayor planificación para la integración socioeconómica de las poblaciones migrantes, y ver esta situación como una oportunidad para integrar los conocimientos, la riqueza cultural, social y económica que traen las personas migrantes para fortalecer al país.

IRCA CASABIERTA insta al gobierno costarricense acogerse al espíritu constitucionalista de igualdad en derechos hacia las personas extranjeras, así como a los acuerdos internacionales ratificados bajo el espíritu democrático, humanista y multicultural que defiende bajo un marco de paz y respeto.

 

Publicado en Refugees International y compartido con SURCOS por Nayla Carvajal Sancho.

Imagen: https://ciencia.unam.mx/leer/1124/-buscas-informacion-sobre-la-migracion-

Encuesta destaca conocimiento de la población en trata de personas y migrantes

El Programa Migraciones, Cambio Social e Identidades del Instituto de Estudios Sociales en Población (IDESPO) de la Universidad Nacional (UNA), presentó los resultados de la encuesta nacional: “Percepción sobre la trata de personas y tráfico ilícito de migrantes”.

La encuesta se realizó en el Centro Tecnológico de Investigación Social (CETIS) del IDESPO, del 14 al 22 de abril 2023, abarcando una población de 910 personas, con un 3,2% de error de muestreo y un 95% de confianza. La muestra se ajusta por la no respuesta con base en la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). En esta ocasión el ajuste se realizó con la distribución por sexo, edad y educación de la ENAHO 2022.

“El objetivo de esta encuesta fue conocer las percepciones que tenía la población costarricense acerca del delito internacional de trata de personas, y de forma específica retratar las vías en que se acceso a dicho conocimiento, identificación de vulnerabilidades, características y finalmente relacionar cuáles factores estructurales inciden para que se den situaciones de trata de personas”, indicó la coordinadora del Programa Migraciones, Cambio Social e Identidades del IDESPO, Dra. Cynthia Mora Izaguirre.

Dentro de los principales hallazgos, en cuanto a la trata de personas, se observó que gran parte de la población encuestada, 77,6% tiene una acertada percepción del concepto, el cual se definió como el comercio de personas para la explotación sexual y laboral e incluso para el tráfico de órganos. De la población encuestada el 16,9% no sabe qué es y lo confunde con otro concepto el 5,5%.

Por otra parte, la gran mayoría (87,2%) estuvo de acuerdo en que las personas con mayor riesgo a ser tratadas son los menores de edad; seguidos por las personas menores de 35 años (66,2%). Otros grupos poblaciones que se identificaron que también corren riesgo son los migrantes (89%), las personas con bajo nivel educativo (81,2%) y las desempleadas (73,4%). Y con respecto al sexo, se consideró que son las mujeres a quienes les afecta más esta situación con un 67,9%.

En el tema de acceso a la información sobre este delito, un 66,5% mencionó que sí ha tenido acceso a ella, y es la televisión el principal medio por el cual la gente se informa sobre esta temática (90,9%), seguido por las redes sociales (80,7%).

Los factores determinantes de la trata de personas mostraron que la población consultada es bastante pesimista y reconoce que en el país se dan diversas formas de explotación (doméstica, agrícola, infantil con fines sexuales, sexual por medio de redes de prostitución).

Los encuestados consideraron que hay una serie de situaciones que requieren atención urgente por parte del Gobierno de la República en el siguiente orden de relevancia: tráfico y venta de drogas, delincuencia organizada, inseguridad, violencia de cualquier tipo, pobreza, desempleo, personas que piden en las calles, migración de extranjeros, ofertas de trabajo engañosas, turismo sexual y trabajo infantil. Es decir, que más allá de la trata de personas, el país es propenso para que se cometa casi cualquier delito y es urgente que el gobierno intervenga ya que se considera que todos los días en Costa Rica se dan sucesos violentos, crimen organizado, tráfico de armas, coyotaje y trata de personas.

Otro dato importante, es que casi una cuarta parte de la población encuestada no tiene claro que es tráfico ilícito de migrantes o coyotaje, de estas personas, la mayoría lo confunde con el concepto de trata.

También, respecto al tema de los derechos humanos, se asocia más con igualdad y el respeto de los derechos de las personas y que se les garantice un mínimo de recursos para la subsistencia.

Por último, como conclusiones se recomienda volver a implementar campañas estatales, especialmente a la luz de un alto tráfico de personas atravesando nuestro país rumbo a los Estados Unidos, índices de desempleo e informalidad tan altos, hace imperativo que el Gobierno de la República invierta en posicionar el tema para su prevención y denuncia.

Además, es fundamental también el papel del Estado en cuanto a políticas públicas enfocadas a la prevención, así como de proveer y garantizar a las personas el acceso a una educación de calidad y mejores condiciones laborales, pues estos condicionantes sirvan para repeler los engaños de los que son objeto las personas por parte de los tratantes. La inversión social es la más poderosa herramienta que puede contribuir a luchar contra este flagelo.

Pueden ver la presentación completa aquí:

Compartimos el informe:

Oficina de Comunicación
Universidad Nacional, Costa Rica

El sueño de Samuel

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

A sus once años, Samuel ha visto crecer flores como poemas en su cuarto. Ha escuchado decir amor en árabe, emoción en sirio, flor en japonés. Ha visto bajar origamis por las escalinatas del viejo teatro. Les ha prendido velas. Ha cantado contra las injusticias en una vieja noche vestida de joven esperanza, con marimba y flores de muchos colores. Ha cedido Luz y le ha ganado a la oscuridad.

Su pequeño cuarto ha sido sacudido por la intermitencia de todas las voces, todos los altares, todos los mapas congregados para buscar cartografiar la palabra.

Samuel es un fiel testigo de que la palabra cuando quiere, es. Nació unos años después que el poeta dijera sus versos primeros en una Xela gélida y austral. Eran los años intermedios de la década con que iniciaba este siglo. En Guatemala, se construía la esperanza luego de tiempos de dolor y duelo.

Eran otros dolores y duelos. Se prendía la luz primera, la primera lumbre, el barro primero.

Entonces decir quince años de poesía en un país como Guatemala, en una región como la centroamericana, es un acto contundente de amor. Decir poesía en contextos de disputa con el discurso conservador más regresivo, es una estrategia, una fuerza ilimitada, un músculo que palpita. Una llamada de atención al cumplimiento de derechos todavía ausentes, parciales, inconclusos. La poesía toda, donde se diga, es una permanente llamada de atención.

Desde esa idea, disputar con palabras las narrativas de violencia y exclusión, es ya de por sí un acto insurrecto. El papel de la poesía en un contexto así es ese: el de la insurrección. Por ello los quince años del Festival Internacional de Poesía de Quetzaltenango son un acto prolongado de amor y de insurrección por partes iguales.

Pienso en los migrantes en el albergue de tecun Uman, los futbolistas chivos con sus libros del festival, la reina y su baile del Tun y la Chirimía, todos ellos atravesados por el acto luminoso de la palabra y sus ritos. Me quedo en silencio con el profundo significado emancipatorio de decir algo artísticamente bello, al tiempo que el campo de mazorcas ondula y se postula como pintura.

Desde ese lugar de repuesta, la presente edición del festival reditúa su compromiso estético y político con la sociedad guatemalteca y Centroamericana, hablando de forma clara y contundente sobre las mujeres desparecidas, las mujeres que buscan y las mujeres que, como Ana María Rodas, dicen y permanecen. Esto se hace desde uno de los Festivales más emblemáticos de la región, quizás el único.

Tomado de la mano de su padre, Samuelito anuncia una nueva versión del festival para el año que viene.

En una región hermosa pero desigual y dolorosa, tener muchos Samuelitos tomados de la mano de la poesía y su insurrección absoluta, es disputársela a la violencia y el odio, la desigualdad y el conservadurismo.

Por ello también esta edición 15 del festival coloca sus manos como bocina para amplificar la búsqueda por las mujeres que se fueron, se perdieron, las que no están.

En tanto la región se dibuje como un lento y hermoso origami desprendido de las manos de Samuel, el Festival Internacional de Poesía de Quetzaltenango habrá cumplido su objetivo. Invitados estamos pues a desplegar los sueños, la palabra, la poesía, junto a los samueles que nos dibujan como ese pedazo de dulce que somos.

Entre Bibby Stockholm y la xenofobia: la vergüenza del mundo poscovid

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

Como si no hubiese sido ya lacerante el escrutinio al que fueron sometidas cientos de miles de personas en condiciones de movilidad humana a nivel global durante la época pandémica, el mundo sigue esforzándose hasta el retorcimiento con acciones concretas y discursivas en contra de estas humanidades.

Entre julio y agosto los ejemplos han sido contundentes. Algunos lejanos, otros más cercanos a los contextos costarricenses.

El nombre Bibby Stockholm quizá no diga mucho para alguna gente por estos lares. Pero si ese enunciado se explica con una imagen extraña, llena de incertidumbre, como sacada de alguna trampa ficcional de cuento o novela, entonces adquiere otra dimensión.

Trataré de describirla.

Es una gran caja cuadrada de varios cientos de metros de extensión. Incrustada en algún lugar de los mares europeos como la noción moderna del Arca de Noé.

A simple vista parece un mal diseño de un crucero de turistas, de esos que un día sí y otro también bajan borrachos en puertos exóticos y se sacan fotografías hirientes con la pobreza y la desigualdad que el sistema neoliberal ha generado en casi todos los destinos paradisiacos del amor líquido, como llamó el sociólogo polaco-británico Zygmunt Bauman al turismo posmoderno alguna vez.

Pero esta caja no es ni por asomo ningún crucero del amor. Se trata de un proyecto más de esa Europa fortaleza, encargado por el gobierno británico para alojar allí, en el mar al sur de Inglaterra, cerca de 500 migrantes irregulares a la espera de la resolución de su estatus jurídico.

Es una cárcel flotante.

Se estima que en los próximos meses sean instalados más proyectos de este tipo, para “alivianar la carga social y económica que representan miles de migrantes en su intento de ingresar a esa Europa”, cada vez más conservadora y autoritaria.

Es una vergüenza compartir en la misma generación en la que estas ideas han sido puestas en funcionamiento. Da vergüenza y dolor.

Por otra parte, el ejemplo más cercano lo vemos en las calles costarricenses, donde de forma cotidiana se producen las actitudes de rechazo, sospecha y discriminación contra las migraciones en tránsito, sea de donde sea que vengan y éstas son traducen en discursos xenofóbicos vertidos en redes sociales y medios de comunicación.

Es esta una hora clave para la humanidad. Si nos logramos entender, habremos sido capaces de superar la pandemia del odio y la intolerancia. Habremos trascendido la vergüenza.

Pero si segregamos y rechazamos al otro, o lo desechamos fuera de nuestras fronteras como basura humana, los propios miedos y errores nos ganarán la partida. Seremos partícipes de la clausura de nuestra especie. Definitivamente.

Costa Rica atenderá a población migrante y vulnerable con apoyo de US$20 millones del BID

Comunicado. 10 de agosto de 2023. El Directorio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aprobó hoy otorgar US$20 millones no reembolsables a Costa Rica para la implementación del Programa Integral de Seguridad Ciudadana y Prevención de la Violencia para la Inclusión de Grupos Migrantes Vulnerables. El objetivo de esta donación es contribuir a reducir la vulnerabilidad de la población local y migrante a la violencia, la marginalidad y la discriminación.

Costa Rica es principalmente un país de destino para los migrantes y tiene una amplia tradición de inclusión, con políticas receptivas hacia migrantes y refugiados. Ante el creciente número de migrantes que ingresan al país, o que hacen tránsito en su camino a Estados Unidos, surgen nuevos retos de seguridad para esta población: riesgos de convertirse en víctima y/o victimarios del crimen y la violencia, limitada capacidad institucional para atender necesidades de los migrantes, o el aumento de actitudes en contra de la migración, entre otros.

En este contexto, la donación es posible gracias a que Costa Rica es uno de los países elegibles para acceder a los recursos de la Facilidad No Reembolsable para Apoyar a Países que Reciben Flujos Migratorios Intrarregionales Repentinos y de Gran Magnitud, que el BID constituyó con recursos propios en 2019 por US$100 millones.

El programa será ejecutado por el Ministerio de Justicia y Paz (MJP) y consta de dos componentes: prevención social de la violencia y fortalecimiento de las capacidades institucionales para atender los flujos migratorios.

El primero permitirá ampliar la infraestructura y los servicios orientados a la prevención de la violencia, beneficiando tanto a la población migrante como a las comunidades de acogida en diversas regiones del país. Por medio del segundo componente se fortalecerán las capacidades institucionales de la Dirección General de Migración y Extranjería para atender los flujos migratorios, con el objetivo de promover la inclusión socioeconómica de la población migrante y así reducir sus niveles de vulnerabilidad y exposición a delitos y violencia.

La iniciativa complementará el trabajo que ya se realiza en el país a través del Programa de Seguridad Ciudadana y Prevención de Violencia, financiado por el BID mediante un préstamo por US$100 millones. Dicho programa incluye la construcción de delegaciones policiales y la creación de Centros Cívicos por la Paz en comunidades vulnerables.

 

Imagen: https://ciencia.unam.mx/leer/1124/-buscas-informacion-sobre-la-migracion-

¿Turismo? ¿de aventura? *

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

En la gran empresa líquida que somos, que nos hemos convertido, el idilio con la naturaleza y la apariencia de una convivencia “pacífica” y armoniosa con el entorno mientras se le transgrede, asalta y violenta de muchas maneras, es una constante.

No somos para nada asertivos. Porque aún asumimos el androcentrismo como razón instrumental para relacionarnos con lo que nos rodea. Porque la naturaleza es ella y el hombre requiere aún, dominarla. Somos invasivos con la naturaleza y los cuerpos de los otros.

Senderos, caminatas, fotografías de pájaros, cataratas, arroyos, sitios vírgenes, todo ha quedado subsumido ante esa necesidad de invadirlo, de descubrir el último lugar del mundo en el que está civilización de la barbarie y las pandemias, se ha convertido, nos hemos convertido.

Mientras usted lee esta reflexión con la que he iniciado la columna semanal, una familia del sur del continente o bien de lugares distantes como China o Nepal, cruza literalmente para salvar sus vidas y las de los suyos, las impenetrables murallas naturales y violentas del Tapón del Darién, esa frontera inexpugnable entre Colombia y Panamá, que ha adquirido carácter sexy para los medios de comunicación, debido a su reciente descubrimiento como nota informativa y sucesera.

Al tiempo que esa familia china, nepalí, venezolana intenta cruzar y saldar los riesgos y peligros naturales y del crimen organizado que merodean los 100 kilómetros que componen ese “no lugar”, un grupo de turistas guiados por la empresa alemana “Wandermut”, a la que habrán desembolsado 3.600 euros más el tiquete aéreo para ser traslados “a la selva”, tienen su experiencia excitante y exótica de internarse en las fauces de ese infierno.

A pocos metros del drama. Realmente pocos.

Traducido al español como la aventura senderista, Wandermut es una muestra más de ese sinsentido naturista y posmoderno que nos caracteriza como la civilización que cerró la puerta y apagó la luz, antes de acabar para siempre con la vida en el planeta.

El artículo, del cual extraigo algunos elementos para escribir esta columna, no deja de sorprenderme: si a un turista de estos, amante de la aventura y el senderismo posmo le llegara a pasar algo, podría tranquilamente en medio de la selva sacar su teléfono satelital y llamar un helicóptero de rescate para que baje en su auxilio.

En lo que llevamos de este extraño 2023 más de 240.000 mil personas migrantes han cruzado esa frontera, exponiéndose a los peligros y las constantes vejaciones que les produce el crimen organizado y la delincuencia transnacional, que ha hecho suyos esos territorios.

Para ellos, los migrantes, no hay satélite ni helicóptero posible. Ni siquiera imaginar un rescate al estilo Hollywood.

En días pasados el dato que se conocía era demoledor: este año, según la agencia de Naciones Unidas para la infancia (UNICEF), se han roto todos los récords de tránsito de niños, niñas y adolescentes por la zona: 40.000 han cruzado y la cifra tiende a ir en aumento.

En un artículo de pronta publicación, trabajo una idea acerca de la espectacularización insidiosa de las migraciones internacionales, al ser expuestos los miles de migrantes africanos que llegan a las costas mediterráneas por el lente irrespetuoso del turista que obtura la cámara de su teléfono, para subirla rápidamente a sus redes sociales. Hay ahí una odiosa mirada colonial, racial y desigual.

Me parece que algo de humanidad debemos mostrar ante estos hechos. Recorrer los senderos que tenemos a nivel interno, donde está alojado ese espíritu que requiere sanarse.

Esos son los caminos más urgentes de explorar y aventurar. A la naturaleza y los migrantes: ¡dejémoslos de una buena vez en paz!

* Ideas en borrador sobre un artículo compartido hace pocos días en una red de académicos, académicas y activistas de la migración de toda América Latina, con quiénes en ocasiones comparto algunas reflexiones. El artículo puede ser consultado en: https://latinoamerica21.com/es/migracion-se-puede-hacer-turismo-en-el-infierno/

APDHA solicita amparo por violencia policial en Granada

Violencia policial en Granada, tras el Partido Marruecos-España en Qatar, 06/12/22. Captura de video de testigo del hecho.

Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA)

“¿De qué trabajas tú, moro de mierda?” o “Esta noche vas a dormir en el calabozo caliente” fueron algunas de las frases que los agentes dirigieron al denunciante.
En uno de los vídeos aportados al procedimiento judicial se observa cómo uno de los agentes le propina una patada en la cabeza al denunciante cuando este se encontraba inmovilizado en el suelo.

Solicitan amparo al Tribunal Constitucional por un caso de violencia policial durante el partido entre Marruecos y España

La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA) ha presentado un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional (TC) ante un nuevo caso de violencia policial que tuvo lugar en la ciudad de Granada el pasado 6 de diciembre de 2022 durante el partido del Mundial de Qatar entre Marruecos y España. Según la denuncia interpuesta, ese día el denunciante se dirigía rumbo a su trabajo cuando un dispositivo policial le impidió el paso por una calle donde un grupo de personas estaba celebrando la victoria de la selección marroquí en el Mundial de fútbol celebrado en Qatar.

En ese contexto, el denunciante, también de origen marroquí, alega que dos agentes lo tiraron al suelo, lo golpearon en distintas partes del cuerpo y, una vez inmovilizado, otro agente se aproximó y le propinó una patada en la cabeza. Los hechos fueron presenciados por numerosas personas, quienes grabaron la escena con sus teléfonos móviles. Ante tales hechos, las personas que se encontraban congregadas en la zona comenzaron a gritar “¡Racismo!, ¡racismo!, ¡racismo!”. De hecho, según la versión del denunciante, a lo largo de su detención los agentes se dirigieron a él con expresiones tales como “¿de qué trabajas tú, moro de mierda?” o “esta noche vas a dormir en el calabozo caliente”.

Tras su traslado a comisaría y puesta en libertad, se elaboró un parte de lesiones en el que se objetivaron heridas y hematomas en todo el cuerpo. Por ello, acompañado por la asesoría jurídica de la APDHA, la víctima interpuso denuncia ante el Juzgado de Instrucción de Granada solicitando la práctica de numerosas diligencias de prueba tales como el informe médico forense, la declaración de la víctima, el interrogatorio de los testigos y del personal sanitario, así como la identificación de los agentes que formaban parte del dispositivo que detuvo y agredió al denunciante. Junto a la denuncia, se aportaban además informes médicos objetivando las lesiones, fotografías de estas y grabaciones de la detención.

Sin embargo, el Juzgado de Instrucción número 6 archivó el caso sin practicar ni una sola diligencia de prueba solicitada. Tan solo solicitó el atestado policial elaborado al efecto por la Policía Nacional. Ante esta decisión, el denunciante recurrió primero ante el propio juzgado y después ante la Audiencia Provincial. El órgano de instrucción confirmó la decisión adoptada, argumentando respecto al vídeo donde se ve cómo uno de los agentes le propina una patada en la cabeza que “si en ese momento se produjo alguna lesión al denunciante” fue porque los agentes “se vieron obligados a utilizar la fuerza mínima imprescindible para poder ser trasladado a Comisaría”.

La Audiencia Provincial, sin entrar al fondo de la cuestión, confirmó la decisión del Juzgado de Instrucción el pasado mes de junio. Por tal motivo, el denunciante ha formalizado esta semana recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional en el que sostiene que se ha vulnerado su derecho a la tutela judicial efectiva en conexión con la prohibición de sufrir torturas o tratos inhumanos o degradantes.

La APDHA denuncia que no se trata de un hecho aislado. Por una parte, la organización recuerda que apenas hace un año que el Tribunal Constitucional dictó sentencia en un caso que también tuvo lugar en la ciudad de Granada y en el que se formuló una denuncia por torturas en el contexto de una actuación policial. Por otra parte, la entidad andaluza sostiene que «lejos de tratarse de un hecho puntual, estas actuaciones policiales totalmente desproporcionadas son algo más que casos aislados y, en muchas ocasiones, son reflejo de un racismo institucionalizado»

 

Fuente: https://www.pressenza.com/es/2023/07/apdha-solicita-amparo-por-violencia-policial-en-granada/