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Etiqueta: Perú

Bienes Comunes en riesgo: Minería en Perú impactos y consecuencias para la vida digna (video)

En esta nueva entrega de Sentires y Saberes compartimos con Wilmar Cosme y Jaime Silva, compañeros del Centro de Cultura Popular Labor, para reflexionar sobre las implicaciones de la actividad minera a través de la experiencia en el Cerro de Pasco, tanto en sus dimensiones ambientales, pero también políticas, sociales y culturales, es un recorrido para problematizar la minería desde una perspectiva de defensa de la vida digna.

Sentires y Saberes es un espacio del Observatorio de Bienes Comunes del Programa Kioscos Socioambientales y del Centro de Investigación y Estudios Políticos de la Universidad de Costa Rica con el fin de profundizar la reflexión en torno a los Bienes Comunes, sobre su origen, propiedad y gestión.

Elecciones en Perú: Apatía, Corrupción y Empresarios de Derecha

Lic. José A. Amesty R.

Este próximo 11 de abril 2021, se llevarán a cabo elecciones presidenciales en Perú, y la contienda electoral la desarrollaran nada menos que 18 candidatos/as a la presidencia; ahora, el juicio popular establece que estos candidatos/as se baten entre la corrupción y el ataque del empresariado peruano, con sus ansias de poder, pero además, hay una apatía y/o desinterés de la ciudadanía del Perú. Casi todos/as de Derecha y Ultraderecha.

Como dice un refrán popular: “para muestra un botón”.

Apatía y desinterés: las encuestas revelan que la aceptación de los candidatos/as es mínima. El candidato que tiene más apoyo, tiene un 16% de aceptación, aunque otras encuestadoras los porcentajes oscilan entre el 11%. Y los indecisos o desinteresados rondan el 40%. Aunque el voto es obligatorio en Perú.

Algunos alegan, que esto se debe a la gran cantidad de candidatos/as (18). Otros dicen, que no hay confianza en la representación política. Otros plantean la ausencia de liderazgos políticos definidos, que surjan de organizaciones políticas con base social. Otros afirman que Perú en América Latina, es el país que menos confía en sus instituciones, siete de cada 10, no confían en el Parlamento. Otros, mencionan que el país, está ocupado en atender la crisis sanitaria y socioeconómica, causada por la pandemia del coronavirus.

Los temas que priorizan los encuestados, según las encuestas, fueron educación, salud y empleo o reactivación económica. Sin embargo, se indica que los candidatos/as no necesariamente están hablando de estos temas que preocupan a la gente. De ese modo, no involucran al ciudadano, en un diálogo de cara a los comicios.

Veremos qué efecto tiene el debate presidencial, a llevarse a cabo a final de este mes de marzo, por parte de todos/as los candidatos/as; aunque es costumbre que alrededor del 25% de los peruanos decide su voto en la fila, el mismo día de la votación.

El Tema de la Corrupción: en general, la ciudadanía peruana percibe que los problemas más fuertes de la actualidad son la delincuencia y la corrupción, además que las instituciones consideradas más corruptas por la población son: el Congreso y los partidos políticos, precisamente quienes tienen las riendas del poder.

Candidatos/as Corruptos, empresarios y Ávidos de Poder: Keiko Fujimori (Fuerza Popular), empresaria, es procesada por delitos de corrupción. Acusada del delito de lavado de activos por presuntamente recibir dinero ilegal de la constructora brasileña Odebrecht para financiar sus campañas de 2011 y 2016; delitos de crimen organizado, obstrucción a la justicia, falsa declaración en procedimiento administrativo, entre otros.

Rafael López Aliaga (Renovación Popular), empresario, aparece en un Expediente Penal, referido a los “Panama Papers”, el caso de “Lavado de Activos”, silenciado por la Prensa. Miembro de la oligarquía tradicional y del Opus Dei, que ha amasado su fortuna en base a negocios turbios, y pretende entregar la soberanía estatal a tribunales extranjeros.

Hernando de Soto (Avanza País), economista, asesor de conocidos dictadores (y también de Alberto y de Keiko en el pasado) asoma con ínfulas. Propugna que se les reconozca propiedades a los pobres y se regularice a los informales para que estos paguen más impuestos.

César Acuña (Alianza para el Progreso), empresario, el hombre de las mentiras y las Universidades con fines de lucro.

Yonhy Lescano, del ultra reaccionario partido (Acción Popular), abogado, tiene denuncias por acoso sexual y que se apropió de propiedades de su hermana, aprovechándose que esta se hallaba en la cárcel.

George Forsyth (Victoria Nacional), empresario del deporte, quien cuando le preguntan por su plan de gobierno responde que la “próxima semana sale”.

Daniel Urresti (Podemos Perú), exmilitar, acusado de asesinato y violación, crímenes cometidos cuando era militar en el marco de la guerra interna.

Con esta pléyade de corruptos y de facinerosos de derecha, Perú no tiene de dónde escoger y esta remediablemente, por ahora, condenado al abandono, especialmente las clases más desfavorecidas.

Es más, según varios analistas, esta dirigencia política está en su ocaso, y lamentablemente, en el Perú no hay visos de cambios a corto plazo.

Reiteramos que esta clase política en Perú, muchos son conocidos tránsfugas, varios procesados por delitos, y otros por recibir sobornos de empresas y de banqueros, también hay expertos oportunistas: sin pudor alguno son candidatos, confiados en que mientras haya un pueblo desideologizado, despolitizado o de buena fe, cualquiera de ellos será elegido.

Y como hemos señalado en otros artículos, con relación al tema de la descomposición socio-política en Perú, para acabar con la corrupción, los cambios jurídicos no bastan, como lo propuso, en algún momento, el candidato a la presidencia Ollanta Humala, especialmente la no prescriptibilidad de los delitos de hurto en agravio del Estado, y la no aplicación de los privilegios penitenciarios a estos delincuentes de cuello y corbata.

Estas propuestas son importantes, pero insuficientes para terminar con el flagelo que corroe al viejo Estado peruano, que requiere una remoción total de su actual estructura económica y social.

Finalmente señalamos que este tipo de clase política en Perú, en donde la oligarquía criolla mantiene el control absoluto de los recursos naturales, gracias a un marco constitucional y legal que le garantiza la propiedad sobre los recursos naturales, cuando estos son extraídos o beneficiados, toda su política estratégica y coyuntural se dirige a mantener esta situación, aún a costa de limitados y temporales retrocesos o sacrificio de prescindibles lacayos.

Ojalá, a mediano y largo plazo, surja en Perú una clase política que de verdad ame su país y a sus congéneres más necesitados/as. Pero, por ahora, lamentablemente la cruda realidad de hoy en el Perú es que ninguno de los partidos o movimientos de la izquierda tiene arraigo en las masas, de tal suerte que si van a las elecciones divididos, no van a ganar, salvo algunos congresistas pero eso no cambia nada. El reto es la toma del poder político, para desplazar a la clase dominante, y eso no hace con un grupito de congresistas.

La noticia de última hora es que, la Confederación General de Trabajadores de Perú CGTP, la más grande multisindical del país, apoya públicamente y llama a votar por la candidata progresista Verónika Mendoza.

Los representantes de la central llamaron a la izquierda y el progresismo que compiten en las elecciones a construir la unidad, respaldando la propuesta y candidatura electoral con más posibilidades y mayor aceptación popular, la de Mendoza, con el fin de avanzar en los objetivos estratégicos de la CGTP.

Veremos qué sucede…

Entre Cáceres, Hígados y Risas

Testamentum In Tempore

Macv Chávez

Al salir del seminario me encontré envuelto en una encrucijada bastante complicada: la vida diaria, no de cualquiera, sino de la mayoría, porque por cosas de la vida uno no he terminado naciendo en Suiza, Finlandia u otro país de ensueño, sino en Perú, donde el bolsillo familiar -en mayoría poblacional- es demasiado grande en las necesidades básicas, casi como un agujero negro que te incita a desaparecer con unas ganas de volver a nacer en otros tiempos u otros sitios, en un mundo distinto al que te alberga todos los días, pero como eso es difícil de suceder, todo lo que queda es afrontar la realidad con entrega.

Por una complicada situación familiar me tocó convertirme en el nuevo cabeza de familia a los 17 años, razón por la cual todo lo que quedaba era buscar trabajo, una cosa que nunca fue de mi agrado y peor después de esa desastrosa experiencia de búsqueda, donde terminé en una especie de oficina de una casona en Breña, donde la entrevista laboral era postcapacitación, cosa que consistía en hacer unas dinámicas un tanto cojudas: saltar, gritar y no sé qué más, tonterías y medias o bien completas que nunca me agradaron después de la pubertad, porque me parecen tontos, absurdos, un tanto para idiotas, porque finalmente el trabajo consiste en desarrollar las capacidades personales, pienso yo, y no en la implantación de moldes que no te ayudan a ser tú mismo. Bueno, lo cierto es que ese es un gusto que definitivamente no es para mí. Luego formaron parejas de trabajo, cosa que consistía en que un vendedor sea acompañado por un postulante al empleo que tenía un nombre un tanto de no serás un peón o huevón, cosa que a mi sentido burgués del ser le llamó la atención siempre, nunca quise ser peón de nadie, de nadie inferior a mis neuronas, bueno, al menos soñaba con algún cargo intermedio, y con esto no quiere decir que menosprecie el trabajo de los otros, porque es todo lo contrario, admiro a las personas que tienen y desarrollan su capacidad para un fin determinado, es admirable ver el talento de una persona en ese algo; pero aun así, esa forma de trabajo no era para mí, porque siempre consideré que tenía las suficientes neuronas como para andar en esos rubros, tal y como lo estuve haciendo aquella mañana hasta las trece horas, mientras iba acompañando al vendedor de diversos productos para el hogar para “capacitarme”, eso me dijeron antes de salir al campo, mientras que yo solo quería saber en qué demonios consistía ese puto trabajo de bonito nombre comercial, y digo puto porque siento que dedicarse a algo que no es de tu agrado ni acorde a tu ser es como prostituirte: vender tu cuerpo o ser para recibir unas monedas; y por esa razón agradezco infinitamente a la fotosensibilidad que tengo por las más de dos horas de migraña que sufrí aquel día, esa que intenté aguantar como un campeón, por más que la sabia migraña me iba revelando indiscutiblemente que ese caminar de puerta en puerta no era digno de mi paciencia ni de mi cabeza, razón por la cual debía renunciar a la firme idea de salir de casa a buscar trabajo para trabajar en lo que sea necesario, con tal de asumir mi responsabilidad como nuevo cabeza de familia.

A las 13 horas juré nunca más volver a vender de esa forma en mi puta vida, porque de lo contrario me terminaría convirtiendo en un asesino en serie, porque, por más que existían personas que al menos te renuevan los ánimos ante el constante fracaso de no vender ni un puto individual durante toda una mañana, también existían los que te trataban como delincuente a primera mirada, algo que me causaba repugnancia, porque todavía, en aquel entonces, yo era lo suficientemente inocente como para pensar en que existían los delincuentes más allá de los tirapiedras del colegio, esos que volaban más que los actuales congresistas del país. Así que una vez que juré no volver nunca más a esa vida, miré al cielo y con toda mi fe religiosa dije: “maldito sol de mierda”, y me marché más enojado que Hitler cuando pudo haber sido ofendido por Wittgenstein, y me marché a casa con una migraña que pudo haberme convertido en un asesino en serie si alguien me hubiera hecho una pendejada en el camino, pero felizmente el destino no quiso que asesinara a nadie de esa manera, porque quería que matara de una forma más inteligente y de la cual no dudo en gozar, porque es hermoso eliminar a todas esas neuronas muertas a través de las letras, porque solo muriendo a uno es como se trasciende, perro trascender no es matar, sino vivir, saber vivir, y saber vivir implica tener a La Vida por encima de nuestra vida.

Luego de darme un prolongado y refrescante baño tomé un panadol forte, logrando conocer por primera vez la insolación en su máxima expresión, gritando a todo pulmón cada vez que mi madre se acercaba a decirme: “ay, hijito, mira cómo te has quemado”, con el dolor en su corazón y la cacha del caso, por mi dejadez para las enfermedades y demás cosas cercanas a ella; y porque -según ella- me veía “obligado” a tomar las riendas del hogar, cuando en sí yo había decidido por voluntad propia asumir ese rol, porque sentía y creía que tenía la capacidad para hacerlo sin miedo, simplemente porque comprendía que a veces “la vida es -como más adelante me lo diría Ortega- insegura”, cosa que me llevaría a asumir otra frase orteguiana, desde mucho antes de conocerla: “Yo soy yo y mi circunstancia y si no la salvo a ella, no me salvo yo”, y por esa razón es que Ortega impregnó tanto en mí cuando lo leí o escuché por primera vez gracias a mi buen y admirable amigo Antonio López Vega, a quien conocería años más tarde, exactamente cinco años después de esa impresionante búsqueda de trabajo.

Esa noche decidí confiarme a mi fe y dedicarle una súplica a Dios: “Fiat voluntas tua, no mea”, una súplica que siempre representaba ese acepto esto y no me doy por vencido, porque sé que todo irá bien, porque definitivamente confiaba en que Dios aprieta y no ahorca, además, tenía la formación espiritual del seminario y confiaba más en Dios como un ser espiritual, un agente del bien, del bien por encima del bien, pensaba en aquel entonces, cuando todavía la inocencia del mundo estaba frente a mis ojos y no conocía a Sartre que decía que el hombre elige entre el bien y el bien, y no entre el bien y el mal, cosa que creo firmemente, aunque no tanto entre el bien y el bien sino entre el bien y lo mejor, por lo mismo que somos seres trascendentales, y porque el mal en sí solo es una acción desesperada e irracional del ser, por más inteligente acto que sea, porque sencilla y simplemente es una acción con falta de amor propio, ya que el ser está ausente de sí mismo, y ¿por qué digo que está ausente? Porque se desconoce a sí mismo frente a los otros, no se ve igual en dignidad, por ende, no sabe quién es realmente.

Al día siguiente, le dije a mi madre que nunca más iba a buscar trabajo de esa manera y que lo haría por medio de algunos “amigos”, en ese entonces no creía ni tenía la menor idea de lo que era la vara, ni los favoritismos ni los neputismos, sí, es putismo, porque finalmente uno se termina vendiendo por una necesidad, en mayoría de casos, porque penosamente la mayoría es corrupta, nunca hace un bien sin dejar de cobrar una factura, tarde o temprano, cómo lo hace la mayoría de los hombres cuando invitan a una mujer o cuando una mujer les pide que la inviten a comer y beber: siempre quieren comérsela al final, tanto que muchas veces suelen dibujar o pintar las cosas o el momento con cierto romanticismo para que no se vea o sienta directo y libre, como realmente deberían ser las relaciones amicales, amorosas y sexuales, y todo porque estamos acostumbrados a la vida de estética: cargado de maquillaje y sin la más mínima noción de belleza; y por eso la política nacional anda como anda: de mal en peor, cargada de vacíos existenciales, esos vacíos que se traduce en corrupción o malformación humana. Pero bueno, así, mientras los meses iban pasando, aunque no sin la ayuda de Dios para sostener el hogar, gracias a la invaluable ayuda de la tía de mi hermano mayor, Sonia, quien fiel y religiosamente me depositaba lo suficiente para poder cubrir los gastos de casa, así como para los de mi madre y mi hermano menor, aunque -debo confesar que- esa ayuda venía un tanto o bien condicionada, a pesar de ser una noble ayuda, porque la condición de ello era aprender sobre los Testigos de Jehová, cosa que no me causaba problemas, porque siempre me gustó saber más, siempre fui curioso de los grupos sociales y en todas sus dimensiones, aunque ahora los deteste en mayoría casi absoluta, pero en aquel entonces todavía quería explorar el mundo y por ende me metía a explorar diversos grupos sociales, culturales y religiosos, para comprender más el ser y la vida, y esa experiencia -junto a otras- me sirvieron más que demasiado, lo suficiente como para comprender y aprender -años más tarde- que la religión finalmente es como los partidos políticos: un grupo sectario en beneficio de los suyos, mirando a los otros como un acto de caridad para limpiar la culpa de la miseria que el subconsciente puede hacernos sentir en su intento de volvernos conscientes del ser y la vida, sin darnos cuenta de la propia ceguera y miseria, cosa que penosamente le sucede a la gran mayoría de religiosos y por eso la religión es como la política: en vez de trascender, decrece, va de mal en peor, simplemente porque son incapaces de ver al otro como igual en naturaleza y por ende en dignidad.

De ese modo, un día X de mi vida escribí a algunos cuantos conocidos del seminario, llegando a contactar con Jean Pierre, quien era alcohólico, perdón, acólito en Las Nazarenas, y quien me invitó a visitarlo, donde logramos conversar un rato mientras esperaba que llegara el cura que iba a celebrar la misa, creo que se llamaba Fernando, a quien me presentó antes de que saliera a misa, y así mientras lo esperaba escuchaba misa, para luego volver a conversar con Jean Pierre, pero quien casi de inmediato tendría misa con el Padre Mario, a quien me lo volverían a presentar por segunda vez, la primera había sido en Santa Ana, la iglesia que me condujo al seminario; y mientras esperaba a Jean Pierre, me puse a conversar con el cura del Callao hasta recibir una invitación a su iglesia para ayudarle en la catequesis y yo ni corto ni perezoso dije “ya”, porque siempre suelo ser así para cuando me invitan a algo bueno, pues mi madre me había enseñado que no hay que despreciar ninguna buena invitación y menos dejar de hacer el bien a los otros, es decir, de compartir lo que uno tiene con los otros que lo necesitan, y como yo en el seminario había aprendido gratis, bueno, gratis gracias a algunos personajes como Mons. Carlos García Camader, el P. Carlos Rossell, y sobre todo el P. Joaquín Diez Esteben (admirable ser humano, siempre generoso y noble, de un sencillo corazón que te hacía comprender la vida más allá de la propia fe, sus palabras y pensamientos siempre venían cargadas de sencillas reflexiones que me ayudaron muchísimo, y por eso le debo mucho, tanto como se lo agradezco siempre, porque fue un grandioso director espiritual y amigo, siempre me dio sabios consejos) y, finalmente, las Monjitas junto a una feligresa de la cdra. 15 de la avenida Brasil, quienes nunca dejaron de rezar por mí ni por mi familia, por más que se pusieron tristes al enterarse de mi salida del seminario; y esa generosidad de esta gente fue la que me llevó a querer enseñar a otros lo aprendido en el seminario, porque es algo que siempre he creído, desde muy niño, mi mamá siempre nos enseñó a compartir lo que sabemos para un bien, algo que se afianzó más en mi ser cuando empecé a oír de un tal Sócrates en las clases de filosofía en la escuela, cosa que me apasionaba tanto como hoy lo hace el hecho de hacer el amor con las letras o simplemente con el cuerpo, niveles infinitos, donde el ser se desnuda a plenitud para darse al otro en totalidad, sin miedo ni vergüenza que gane, sin tonterías que nos alejen de la transparencia, el f vhonor, la verdad, la vida misma, porque es ahí donde se conoce al ser en plenitud; porque es esa -como más o menos lo manifestaría Gregorrio Marañón en el Perú en 1939- “la vía, directa y solitaria, que une entre sí a los corazones”.

De ese modo llegué a la parroquia con todas las ganas del mundo, una parroquia que no recuerdo su nombre, pero se encontraba ubicada en el Callao, cerca de Carmen de La Legua, paralela a una avenida que llaman Santa Rosa, que es el paradero que se encuentra en Elmer Faucett, un lugar que me hacía sentir fuera de Lima, aunque literalmente lo estaba, porque era el Callao, aunque para mí, en ese entonces, Lima y Callao eran lo mismo, y lo siguen siendo, porque están más conectados que la política y la corrupción en estos tiempos. Y ya una vez en la parroquia, como siempre suelo ser de perfil bajo, los primeros días me dignaba solo a analizar la palabra del cura en acción, así que me pidió que acolitara, luego de presentarme a los chicos y chicas de la parroquia, quienes me dieron una bienvenida entre sonrisas honestas e hipócritas, pues había desde los que por naturaleza sienten envidia ante los nuevos hasta los que sienten alegría por su llegada, y más que cuando les comentó que había sido seminarista de Lima, cosa que no me gustó en lo más mínimo, por más que fuera una innegable realidad, pues hubiera preferido mantener ese detalle en secreto, porque ya había tenido unos antecedentes no agradables en mi parroquia de origen con algunas chicas y no quería andar entre malas lenguas que solo se dedican a alucinar con un poco de revolución hormonal y la tonta idea de santidad que lo echan a uno solo por creer que uno quiere ser cura. Además, lastimosamente para mí y para buena suerte de ellas, en aquel momento yo todavía era un chico estéticamente simpático, todavía era flaco y tenía una figura y cara de santo, porque todavía no había conocido del todo el dulce pecado de vivir como adulto responsable.

En dicha parroquia estuve algunos meses (dos o tres), esperando el día de enseñar catequesis, que nunca llegó, porque en sí esa no era la intención del cura, sino de que yo volviera al seminario, pero en la diócesis del Callao, cosa que nunca fue mi intención, porque si había salido del seminario era porque no era lo mío, y definitivamente no lo era, y esa reflexión se lo debo principalmente a Efrén Geldres, quien como buen amigo me anunció sobre su salida del seminario, exponiéndome su discernimiento y dejándome pensando hasta el día de hoy, porque definitivamente tuvo razón y fue bastante honesto consigo mismo, cosa que es bueno de aprender y digno de admirar. Y así, al saber las intenciones del cura, porque en una conversación se le escapó, haciéndome saber que pronto comenzarían a postular o inscribirse los chicos al seminario y que debía intentarlo o algo así creo que fue, simplemente dije no, que no iba a seguir más en la parroquia, porque si él tiene esperanza de ello, yo no podrrría estar ahí, porque estaba en un grave error, porque eso no sucedería jamás, porque a mí me invitaron a dar catequesis, cosa que no sucedía, y no a postular al seminario, porque de haber sido así, jamás hubiera aceptado su invitación, porque no estaba en mis planes volver al seminario, porque esa era una etapa que había terminado. Y fue así que esa tarde me fui de la parroquia quedándome solo con los buenos recuerdos compartido con alguno de los chicos y chicas, sobre todo una tarde donde con Gustavo, Leo (aunque no es su nombre así, pero que grabé así porque es del mismo signo y día que yo) y otros dos chicos más que no recuerdo, pero creo que ambos eran Frank, empezamos a tocar y cantar algunas canciones románticas en las afueras de la casa parroquial, donde esa tarde que no recuerdo, pero que era cerca de una o dos o tres semanas para dejar los 17, mientras tocaba una canción de Jean Paul Strauss. Esa tarde nunca olvidaré, cuando el flash sale disparado de la cámara y captura el momento en que digo: “Quiero Ser Escritor”.

Después de eso volví a Las Nazarenas a contarle a Jean Pierre lo sucedido, porque él tenía más amistad que yo con el cura, para que no hubiera problemas después; y ahí el Padre Mario me invita a salir a acolitar con él y acepto sin problemas, de lo más normal, aunque era la primera vez que acolitaba en la Iglesia Las Nazarenas, cosa que me llenaba un tanto de orgullo por hacerlo, no porque fuera tan amante de los templos, sino porque la gente decía que era casi imposible, y en ese momento descubrí que nada es imposible cuando se tiene un buen amigo que te invita a hacerlo porque tiene el poder de hacerlo; y ahí comprendí que hay logros en la vida que no se logran en sí mismos, porque no son logros personales, sino de esa mano amiga que llega directa o indirectamente; y por esa razón es inútil sentirse orgulloso o vanagloriarse por actos o logros así, cosa que me hacía inclinarme inconscientemente ante una postura un tanto sartreana, porque finalmente rechazaría los premios o halagos en absoluto, porque desde ese entonces hasta ahora he podido notar que en mayoría las premiaciones solo son una contribución al ego y a la inacción, porque todo queda en una ceremonia para malgastar el dinero, contribuyendo a más de lo mismo a lo que desprecio de la caridad: como una forma de intentar aliviar el alma de toda la miseria humana, sintiéndose importante, cuando deberían sentirse iguales.

Luego de misa el Padre Mario me invita a conversar, alegre por volver a verme, pues había pensado que había desaparecido del planeta, cosa que normalmente suele decirme cada vez que nos volvemos a ver, porque en más de una ocasión suelo desaparecer de esa forma, ya sea porque me pierdo en los pensamientos y escritos y me olvido hasta de los míos o simplemente porque -como ahora- solo quiero nutrirme de la humanidad que me regala día a día mi familia mientras estoy con ellos, sobre todo con mis sobrinos y sobrinas, con quienes vuelvo a nacer y crecer toda las veces que me hacen falta.

Desde ese momento empezamos a tener una de las amistades más largas y admirables que tengo, porque su calidad humana para mí siempre es ejemplar y admirable, tanto que recuerdo que en ese momento le dije en jaque mate: “yo no pienso volver al seminario, esa no es mi intención”; y él solo reía, mientras me iba diciendo que no tenía de qué preocuparme, porque esa no era su intención, sino que lo ayudara en algunas misas y si gusto también fuéramos amigos, sin problemas ni compromiso de nada, porque finalmente esa es una decisión mía, no de él; cosa que valoré muchísimo hasta el día de hoy, porque siempre respetó mi decisión, por más que en algún momento no dudaba en bromearme, entre amigos y jodas, que yo volvería al seminario, solo porque sabía que la idea me molestaba al recordar la intención del cura del Callao, ese que no fue honesto, algo que me decepcionó siempre en una persona. Y fue así que terminé acolitando con él algunos días en Las Nazarenas, otras veces en el hospital Rebagliati, donde fue un tiempo capellán, y en una que otra iglesia, donde lo invitaban o llamaban a celebrar misa, así como también matrimonios, como el de Rubén Díaz Hartley con Patricia, donde acolité junto a Javier Cusihuamán y Pablo Contreras -si mal no recuerdo-, personas sencillas y nobles, con los que pude compartir un muy buen tiempo, y que me alegró conocer, porque fueron muy buenos tiempos, de grandes y nobles acciones sociales; pero, como siempre, siempre suelo alejarme de la gente, porque me canso de estar en grupo, pues lastimosamente desde siempre tengo una actitud bastante ermitaña, porque una vez que me canso de algo simplemente me alejo y me aíslo, me guardo en el silencio y la meditación para volver a empezar de cero o solo para retomar el camino desde donde tengo que continuar.

Un día el Padre Mario me invita a almorzar en su casa, bueno, la casa donde vivía en ese entonces, la casa del Clero. Ese día por casualidades de la vida me encuentro con Mons. Carlos García, a quien conocía y a quien el Padre Mario me lo vuelve a presentar. Conversamos un rato a solas, porque quería saber cómo me iba. No lo había vuelto a ver desde que salí del seminario, y por eso me dijo que le alegraba verme con el Padre Mario, porque era un buen hombre, cosa que me daba más confianza. Luego me preguntó si me encontraba trabajando o estudiando, cosa que le dije que no, porque ninguna de las dos hacía, y que solo estaba ayudando al Padre Mario, quien siempre me daba mi propina por ayudarle, y muchas veces buenas propinas, más allá de los pasajes. Entonces, Mons. Carlos me dijo si quería trabajar de sacristán en el Sagrario, la iglesia que estaba al costado de la Catedral de Lima, y le dije que sí, que no había problemas, porque era un trabajo que conocía y que me gustaba. Luego me dijo que empezara el fin de semana y me mencionó un nombre: David Cáceres, para mí un nombre bastante inolvidable, porque era el chico con el que mejor me llevaba desde antes de entrar al seminario, algo que me pareció bastante curioso, porque cuando ingresé al seminario esperaba verlo, porque para mí era un buen amigo, pero cuando ingresé él salía, y no lo había vuelvo a ver hasta ese fin de semana, ese fin que terminó siendo un mate de risa, porque con David nunca se puede andar serio, tanto así que jamás olvido un consejo que me dio cuando nos metieron en un problema de hurto de las limosnas, la secretaria del Sagrario, quien se fumaba las limosnas y donaciones hasta culparnos a nosotros, solo porque -según ella- éramos exseminaristas, y de los exseminaristas habría que dudar bastante, porque no eran hombres intachables, que por algo salieron o los echaron del seminario, decía alguna veces en una que otra conversación que sosteníamos con David y ella sobre algunos terceros que ambos recordábamos haber compartido momentos de amistad mientras estuvimos en el seminario.

“Ríete de la vida, hermano, porque finalmente la vida es así, hay días buenos y hay días malos, pero amargándonos no sacamos nada, por contrario, las cosas nos van peor, y a veces hasta lastimamos a los que están a nuestro lado, solo por nuestro hígaod, así que hay que reírnos de la vida, porque así nos va a ir mejor”, me decía David aquella vez que salíamos del Sagrario, asados por lo que la secretaria nos había mencionado: la supuesta desconfianza y culpabilidad de parte de Monseñor a nuestras personas, algo que en mí producía una profunda indignación, tan igual como en David, perro David siempre se reía, se burlaba de la vida, pensaba a ratos, pero se reía con tanta gracia que a veces contagiaba, al punto que está claro que el consejo me sirvió de mucho, tanto que es evidente que no le hice caso al 100%, aunque, finalmente gracias a ese muy buen consejo fui bajando mi carácter genocida, porque la ira se transformaba en mí en un león que devoraba a quien estuviera enfrente mío, mientras yo sin dudarlo un instante disparaba a quemarropa, tanto que la persona en ese momento lo primero que deseaba no era no haber dicho una mentira ni haberme ofendido, sino no haber nacido, porque mis palabras eran genocidas; y para suerte de muchos ese carácter de mal genio ya quedó reducido a un 30%, porque en el pasado era demasiado genocida, porque eran tiempos donde no conocía la sutileza de la poesía, pues solo la filosófica, porque solo era un tipo que dizque escribía versos de amor, más de amor romántico que religioso, pero dizque escribía poesía sin siquiera haber leído poesía en sí, salvo unos cuantos poemas que leían en la escuela y que había mirado en dos libros, casi mucho después de haber escrito la mayoría de mis libros ya publicados, simplemente porque la literatura siempre me aburría, incluso hasta hoy, me sigue pareciendo una paja mental, libros que sirven para escapar de la realidad en sí misma, es decir, conduciéndonos a ver la realidad como un producto de la imaginación y no de nuestra acción, y por ende somos sociedades inactivas e “individualistas” entre comillas, pura falacia del ser en sí, porque no existe ningún ser que se pertenezca a sí mismo sin ser de otros, no son invento de la nada, no son milagro de un Big Bang ni del barro hecho carne, que finalmente me parecen pajas mentales también, porque simplemente somos seres que vienen y viven en sociedad, desde nuestros padres que nos dan la existencia individual hasta la sociedad, lugar donde nos desarrollamos como ser individual, por ende, queramos o no, somos -como diría Aristóteles- “seres sociales”.

Debo confesar que cada vez que tengo la gran oportunidad de hablar con David, y digo gran no porque sea sobrado, sino porque es difícil que hablemos por nuestros tiempos y quehaceres, pero cada que nos vemos o hablamos siempre, siempre, siempre he indiscutiblemente terminamos riendo de esa pendejada de la secretaria del Sagrario, cosa que -en lo particular- me llevó a terminar mi amistad con Mons. Carlos García, porque por más que no nos echó, dudó de nuestra persona, y eso es un daño irreparable para mí, porque siempre, siempre puse mi palabra en valía, si decía algo era porque era, menos en asuntos delicados y de perjuicios a otros, nunca solía decir una mentira en esos aspectos, por más que algunas veces mentía en favor de otros ante algunas situaciones que escapaban de mis manos, y algunas veces a favor propio, casi nulas veces, porque era algo que no me gustaba en sí, lo veía demasiado pobre del ser, y por eso siempre terminaba alejándome de esa gente que no tenía valor en su palabra ni acción, porque esa gente me apestaba como me apestan los políticos en mayoría. Y así, finalmente Mons. Carlos tuvo que comprobarlo por sí mismo para recién dejar de tener duda de nosotros, cosa que a David le sudaba, porque como él siempre decía: “Yo tengo la conciencia tranquila y me importa un carajo lo que piensen los demás”, cosa que yo también lo creía, solo que con la diferencia de que era extremadamente intolerante a las pendejadas y peor a la duda de mi palabra y persona, cosa que me reventaba el hígado a tal punto de que hubiera incinerado todo la plaza de armas en ese momento, pero, felizmente David sin pensarlo ni dudarlo un solo momento me dio ese consejo, uno que en ese momento me haría reír hasta calmar mis demonios de la ira que andaban estallando a más no poder; y fue así como los dos nos salimos riendo del Sagrario rumbo a tomar nuestros correspondientes buses para volver a casa, siendo esa la última noche que estuvimos los dos en el Sagrario, retirándonos de la vida hasta una larga temporada sin vernos.

Recuerdo que después de ese acontecimiento no quería visitar al Padre Mario en la casa del Clero, porque sabía bien que iba a ser bastante intolerante con Mons. Carlos, porque la ira me explotaría misma bomba nuclear, debido a que no me gustó para nada que dudara de mi persona, razón por la cual cuando una vez me crucé con él en la capilla de la casa del Clero le terminé mandando a la mierda, literalmente, porque me dijo una tontería sobre mi vida, cosa que me producía un absoluto desacuerdo, porque él no podía saber más que yo sobre mi familia, porque en primer lugar jamás le tuve esa plena confianza como para abrirle todas mis cosas, como lo hice con mi buen amigo y hermano el Padre Mario, como para que él pudiera emitir sentencia de esa manera. Además, su situación o posición no era igual a la mía, porque pertenecemos a diversas circunstancias, razón por la cual no dudé en decirle: “Sabe qué Monseñor, usted puede pensar lo que quiera, pero no me va a venir a decir algo que no es, menos a mí, porque finalmente quien sabe la verdad soy yo y no usted; y, por ende, usted no puede afirmar una cosa que no es. Sabe qué, váyase a la mierda y no me joda”, fueron más o menos mis palabras en ese momento, algo que lo dije con toda la razón del mundo, sin importarme que eso llevara a que me quitara la media beca que había conseguido en Cepeban, donde también terminé mandando a rodar al director académico y todo por asumir algo que no era verdad, tomando conclusiones solo con lo que había visto aparentemente como tal, es decir, cuando me encontraba transcribiendo un centenar de poemas en hojas sueltas al primer cuaderno que transcribí al principio del Tomo I de mis obras completas, porque el hecho de que yo anduviera transcribiendo esos poemas no era indicio de que yo no quisiera hacer contabilidad, sino que esa era mi forma de esperar, haciendo algo en vez de no hacer nada; razón por la cual mi hígado no dudó en estallar cuando él afirmó de que yo no estaba haciendo nada y de que no tenía hojas contable, cosa que era realmente falso y yo ante las mentiras siempre fui demasiado intolerante, tanto que en ese momento alcé mi tono de voz superior al que él tenía para decirle: “¿Y usted cómo sabe que no tengo hojas? Si usted quiere saco mis hojas y lo pongo a la mesa y no hago absolutamente nada, porque no puedo avanzar porque la úntica que anda al día aquí es Sherezade, la única aplicada del salón, admirable mujer, muy noble. Y apenas terminé de decir eso me puse a sacar las hojas, medio ciento, los puse encima de mi carpeta y le dije: “Aquí están, ¿contento?”, e inmediatamente él se marchó sin decir una sola palabra, y de ese modo logré que se marchara de mi vista tal y como se marchó Mons. Carlos, a quien nunca más volví a ver desde ese momento, simplemente porque yo no lo toleraba más, e imagino que él también, aunque finalmente nunca se metió con la media beca, simplemente la terminé perdiendo porque me retiré, porque no siempre los bolsillos engordan como la de los políticos.

Finalmente, con David, luego de esa partida del Sagrario pudimos compartir algunos momentos más, cosa que me conduce a resaltar algunos momentos por su grandeza, como el día en el que me escribió para reunirnos, logrando visitarme en mi oficina, bueno, la oficina donde trabajaba y que era mía porque era solo yo el que trabaja ahí, llegando a mi oficina con la gran y emocionante noticia de que se iba a casar muy pronto y que le gustaría que conociera a su novia, quien si mal no recuerdo llegaría momento más tarde, tan igual como cuando llegó al altar el día de su boda, siempre después del novio, pero no para ir detrás de él, sino junto a él, cosa que me alegró infinitamente compartir con ellos, a tal punto de que si mal no recuerdo terminé escribiendo un dizque artículo o poema con fotos de su boda, porque en verdad me embriagué de alegría con ellos, porque momentos así no se comparte con cualquiera, y David siempre fue como un hermano, por más que no nos viéramos en tanto tiempo, siempre el cariño y la amistad se mantenía igual, tan igual como lo vivimos en el bautizo o baby shower de su primera hija, Alejandra, si mal no recuerdo su nombre; o la presentación de mi segundo libro: Te ama, Te reSa., donde llegó con la misma chispa de siempre, logrando robar algunas sonrisas con sus ocurrencias; y por eso debo confesar que mi gratitud ante David siempre será de gran alegría, porque su consejo me ayudo a mejorar muchísimo mi ser, porque de no haber sido por ese choque de amistad, quizás mi hígado estaría siendo un pequeño Hiroshima o Nagasaki, exterminando a todo aquel que estuviera a mi alrededor; pero gracias a él hoy puedo escribir de vez en cuando con un poco de sarcasmo y con la firme intención de reírme de la vida, casi como él me lo decía; y digo casi porque nunca suelo hacer caso a los consejos al 100%, siempre intento hacer las cosas mías para poder procesarlas, porque de lo contrario me sentiría un borrego haciendo caso a mi amo, cosa que no sucede en mí, porque soy amante de la duda filosófica, y por esa razón he llegado a la conclusión de que si bien es cierto no es bueno tener un hígado al 100% como antes lo tenía, también es necesario bajarle esos 70% que los desaparecí con el tiempo, esperando lograr llegar a otros 20% más para lograr el equilibrio perfecto de mi hígado, porque tampoco creo que deba llegar al 100%, porque es necesario e indispensable un 10% para poder eliminar algunos cuántos enemigos o seres que estorban en la existencia humana, gusanos lo llamaría un personaje de ánima que odia a todo el mundo, pero que lucha por la humanidad, tan igual como yo la suelo odiar cuando la veo sumergida en la mentira, esa mentira que me hace citar siempre a Alejandro Sanz cuando canta: “siempre la verdad, aunque le duela al universo”, para no morir en la miserable mentira, esa mentira que no nos permite vivir, vivir para ser y hacer; porque la mentira solo nos permite servir sin vivir.

Pucallpa, 15 de marzo de 2021 a las 20:45 horas
Pucallpa, 23 de marzo de 2021 a las 08:07 horas

 

Enviado por el autor.

El Perú en la Generación Hormonal

Macv Chávez

Noviembre del 2020 se había enardecido con los gritos históricos de un numeroso grupo de jóvenes, uno que se hacía llamar la “generación equivocada”, aunque yo les digo con toda razón la generación hormonal, por no decir estúpida, porque la rabia descargada en su marcha “por la libertad” no fue más que muestra de la impotencia sufrida durante el encierro y la prohibición de sus gustos personales, porque penosamente salieron con un supuesto ideal de la defensa de la democracia, como si fueran los Sócrates de nuestro tiempo, quien sí murió en defensa de la democracia y cambió la historia de la humanidad, no como los borregos o tontos útiles de la generación hormonal, los que son incapaces de comprender que la historia marcará entre sus páginas que respondieron -directa o indirectamente- al llamado patriótico de unos oportunistas, encabezado por la no reconocida exprimera dama de la nación: Richard Swing, quien desde antes de la vacancia incitaba a la masa hambrienta a defender al genocida de Vizcarra, seguido del elegido de la prensa mermelera: Julio Guzmán, quien no fue capaz de defender a la trampa ante un posible incendio, seguido de Verónica Mendoza, una hambrienta de poder incapaz de asumir que congeniaba con la idea de país llamado Cuba o Venezuela, porque -según ella- dice que el capitalismo no sirve, cuando ahora la vemos usando la tecnología comercializada por el capitalismo para intentar saciar su hambre de poder, al igual que ese sujeto que fue presidentes de muchos desesperados: Ollanta, a aquel que siempre llamé un pobre diablo, porque empezó como radical para terminar siendo un fans de Sally que canta “pisao, pisao, me tienen pisao”, junto a uno que felizmente ya sacaron de la contienda electoral, porque era otro incompetente, aunque en sí, finalmente todos son unos incompetentes para gobernar un país tan rico en naturaleza y tan pobre en pueblo, porque la pobreza de su pueblo fue la que salió a defender a un genocida bajo escusas estúpidas: “defensa de la democracia”, “pero ya va a terminar su gobierno”, “estamos en tiempos de pandemia o emergencia sanitaria”, entre otros que no podías contradecir, porque ya eras visto como ”renegado”, “pobre diablo”, “resentido social”, “fracasado”, “quejoso”, “envidiosos”, entre otros cientos de términos que condujeron a los mediocres de la nación a insultarme, amenazarme y maldecirme, tanto a mí como a mi familia de muerte y deseando la muerte con el virus, algo que me daba lástima de leer, porque penosamente tenía que aceptar una realidad: era gente que había renunciado a ser persona, no tenía conciencia de la vida y menos de su ser, por ende, solo eran borregos que hacían caso a sus amos, porque “Vizcarra fue, es y será siempre un genocida”, y la verdad me dio la razón, así que estaré esperando sus disculpas, borregos hormonales, pero no palabras, ah, que mi hígado algún día se enfermará y cuesta caro, por ende, espero sus solicitud de disculpas con depósitos en cuenta bancaria, para medir su arrepentimiento, porque sus insultos y amenazas pusieron en auge los nervios de los míos.

Pero bueno, finalmente ese grupo de gente me da pena, al mismo tiempo que me da asco, y por eso empecé a decir: “Me apesta la humanidad, huele a muerte”, porque penosamente esa es la realidad humana que existe ahora, gente muerta, gente que ha renunciado a ser persona, simplemente porque es incapaz de tener conciencia, incapaz de ver más allá que de las órdenes de su amo, porque es quien le da de comer de alguna forma, porque toca sobrevivir: como lo hacen los oportunistas, para “vivir” sin sufrir tanto, como lo hacen los pobres y miserables cojudos que no son inteligentes como ellos, diría más de uno del mundo de la cultura, y lo más probable es que lo digan en su subconsciente, que es más consciente que su ser, y que debe estarle gritando: “resucita imbécil” en más de una ocasión, simplemente porque es gente que con demasiada inteligencia actúa como la masa ignorante: “confunde tener idea de algo con un ideal”, algo que me produce risa y vergüenza, porque es sarcástico y humillante, como uno de mis chistes mal contados, donde es necesario reflexionar para comprenderlo, cosa de la que carece ese grupo, porque simplemente son soberbios del conocimiento: gente con demasiada información acumulada que los endiosa, porque fue esa información que me llevó a admirarlos por su capacidad mental y capacidad de lectura hasta el punto de mostrarles respeto y mi admiración, porque son capacidades que yo no tengo, y no me da vergüenza decirlo, no por soberbio, sino porque es una verdad innegable y es una capacidad admirable, porque ya me gustaría tener toda la información que esos almacenan en su cabeza, creo que podría reflexionar mejor sobre la humanidad; y no me da vergüenza reconocer mis falencias, ni tampoco decirlo me hace ni más ni menos, aunque sí me aleja del grupo de animales sobrevivientes que son esta gente intelectual, con los que he peleado más de una vez gracias a su incapacidad de razonar; cosa que me lleva a decir que el mayor problema que atraviesa el Perú es la mediocridad, con esa gente incapacitada para razonar, porque ya quemó como persona y solo se dedica a sobrevivir, al ver que es extremadamente difícil vivir con ideales, firmes y dignos del ser humano, en un país tan miserable y corrupto como Perú; y, por ende, no hay que desperdiciar la oportunidad de agradar a la gente para recibir loas de mediocres que no son inteligentes como yo, cosa que me produce asco y lástima, porque esta gente es un producto, una cosa que se venden para sobrevivir sin tanto esforzarse ni un conflicto consigo mismo, porque ya no tiene conciencia de la dignidad, por más que piense en “lo digno” que nos vende la sociedad del consumo, logrando ser más miserables que el pobre que tiene que trabajar el doble o triple para vivir dignamente, es decir, con honor, porque no hay quien pueda vivir como persona cuando ha logrado matar a su conciencia, porque la inteligencia del sobrevivir lo puede tener hasta mi perro que ya no tengo y mi gato que ya no está, porque es solo saber mirar lo que se necesita para sobrevivir: conocer algo para usarlo a mi favor, cosa que el saber jamás podría permitirte, porque el saber es conciencia, por ende, siempre luchará por un bien común o superior, es decir, por el bien de los otros como el mío, en equilibrio de mi ser con el de la sociedad.

Por ende, tener un ideal implica luchar por un sueño, por una vida constante del ser y no del parecer, estar dispuesto a morir por ella, a quedarse solo, porque los demás te verán nadar a contra corriente, pero dentro de un sueño de sí mismo, con miras a todos, buscando el bien común, analizando la realidad en la que te encuentras, esa que indudablemente me decía que era una reverenda estupidez salir a protestar a las calles cuando no era la revolución del pueblo, sino de la gente del grupo de poder, simplemente porque se estaban quedando sin el pan nuestro de cada día, es decir, sin la publicidad del gobierno, porque existía la posibilidad de que el tonto más útil de la historia: Manuel Merino se los quitara, pero finalmente terminó siendo más incompetente que cualquier otro ladrón de la nación, simplemente porque no tuvo ni la menor idea de qué hacer al recibir la represión de la prensa, a la que quería golpear quitándoles la publicidad del estado, cosa que hubiera sido realmente bueno, porque así la prensa se dedicaba a investigar a profundidad para denunciar los actos de corrupción, sin andar endiosando a los presidentes ladrones del Perú, sí, ladrones, y siempre lo he dicho desde mi primer voto: “Toledo va a robar”, porque no mostró verdadero dolor ante la muerte de la gente en su marcha de los cuatro suyos, sino por contrario, lo celebraba; “Alan va a robar”, porque realmente no ha cambiado; “Humala va a robar”, porque no tiene un ideal real, es una puta que se vende por gobernar; “PPK va a robar”, porque es un viejo pendejo; cosa que lo manifestaba desde antes de ser elegidos, porque los analizaba como persona, en su decir y hacer diario durante campaña, en gestos y palabras, para saber qué enfermo o asesino elegiría de dar mi voto, tal y como lo hice con uno que no acuerdo en mi primer voto; tal y como lo hice con Alan, porque era el mal menor ante el comunista Ollanta, desde donde no he vuelto a votar por ningún cojudo más, simplemente porque nadie merece mi voto ni mi dignidad, cosa que podría cambiar este año si el bien común lo necesita, pero todavía sigue siendo un dilema moral que me tiene luchando día a día con mis pensamientos para tomar una decisión desde hace unos meses, para no ser vendido, para no ser cojudo o revolucionario hormonal, pero sobre todo para no traicionarme a mí mismo ni tampoco quedarme de brazos cruzados ante la necesidad de la mayoría, por ende, creo que finalmente no votaré por nadie, por más que Hernando De Soto me parezca la mejor oferta que existe dentro de todos esos lobos hambrientos del poder, simplemente, porque creo firmemente que el Perú no necesita de presidentes para crecer, sino de ideales, y por esa razón elijo no votar por nadie, absolutamente por nadie, simplemente porque no puedo poner mis ideales en manos de personas de las que dudo de su acción moral, simplemente porque las veo débiles en ideales y ser, esos que a mí me conducen lentamente a una muerte por depresión social u odio de alguien, porque estoy seguro que esa son las dos grandes posibilidades de morir, por más que muchas veces deseé ansiosamente que el Covid fuera realmente letal y me lleve, pero bueno, dicen que “mala hierba nunca muere”, y por eso todavía siguen habiendo tantos miserables en la política, con tantos años de incapacidad para favorecer al bienestar del pueblo.

Pienso que, el día que los peruanos dejemos de andar presumiéndonos inteligentes y seamos más honestos con nosotros mismos y con los otros, alcanzaremos la madurez que necesitamos para saber reconocer nuestros errores, nuestras virtudes y debilidades, podremos responsabilizarnos de nuestros actos y luchar por tener un vida firme, constante y digna, una vida que no se vende solo para comer, que no hace solo para justificar, sino porque es, porque se deja la vida en eso que se hace, algo que tanta falta nos hace para saber vivir cada instante sin dejar de ser, sin perder la razón ni la conciencia de las cosas, para que no nos ganen las hormonas, para no darnos a lo pendejo, como los Sócrates de nuestro tiempo, cuando en realidad somos uno de los personajes del Talk Show de Laura o de Esto Es Guerra, que sirven a los gobiernos para tener más estúpida a la gente, más embarrada en su propia miseria, esa miseria que a los inteligentes debería preocupar si es que saben tener dignidad, porque como diría -más o menos- Sartre: “todos somos reflejos de la humanidad”, y esa fue la razón que me llevó a decir: “La humanidad apesta, huele a muerte”, porque es necesario tener conciencia, volver a ser personas y no solo animales racionales.

Pucallpa, 16 de febrero de 2021 a las 06:14 horas

Perú y Guatemala: devoraron la honestidad

“Necesitamos una Nación
donde la corrupción
no sea una forma
consentida de gobernar”,
Javíer Díez Canseco.

Lic. José A. Amesty R.

En el transcurso de pocas semanas, han explotado dos naciones, una sudamericana y otra centroamericana, producto de los altos índices de corrupción, entre otras; en las altas, medias y bajas esferas de sus gobiernos, Perú y Guatemala. Lo irónico, es que sus presidentes, afirmaron alguna vez, en el caso de Alejandro Giammattei: “persigamos la maldita y asquerosa corrupción”; en el caso de Martín Vizcarra: “que se investigue todo, incluso aquellas denuncias que ya fueron archivadas”. Es obvio, que no pudieron, o se dejaron llevar por la descomposición social, política, económica, entre otras, aunque era su bandera política al llegar al gobierno. Echemos un vistazo a algunos datos, sobre la corrupción en estos dos países, aunque lo que da es vergüenza; sin extrañarnos, que haya nuevos casos prontamente, ya que al parecer los gobiernos de derecha en América Latina están echando aguas, y la corrupción los está engullendo. En el caso del presidente peruano Martín Vizcarra, fue destituido por el Congreso Nacional por “incapacidad moral permanente”, pero lo sarcástico es que ese Congreso Nacional, más de 60 de sus parlamentarios, tienen denuncias en la Fiscalía, algunos tienen sentencia probada, y están esperando la decisión del Congreso, para que se levante su inmunidad parlamentaria. Veamos que la moción de destitución del mandatario fue aprobada por 105 votos a favor, 19 en contra y cuatro abstenciones, superando ampliamente los 87 necesarios, al cierre de una sesión plenaria de casi ocho horas. Entre quienes votaron por sacar al presidente estuvieron los legisladores del Fujimorismo, con una larga historia vinculada a la corrupción, y que saborearon su venganza, contra el hombre que les hizo perder su mayoría en el Parlamento, y apoyó los procesos anticorrupción que llevaron a prisión a su jefa Keiko Fujimori.

También votaron su destitución legisladores del ultranacionalista, Unión por el Perú, cuyos principales parlamentarios están acusados de corrupción, y que es dirigido desde la cárcel por el ex militar Antauro Humala -hermano el expresidente Ollanta- en prisión desde 2004, por la muerte de cuatro policías, durante la toma de una comisaría en un frustrado intento de derrocar al expresidente Alejandro Toledo.

Asimismo, los legisladores de Podemos Perú, partido dirigido por un empresario que se ha hecho millonario con el negocio de universidades de baja calidad, y que fue detenido acusado de haber sobornado magistrados, para lograr la irregular inscripción de su partido, que responde a una secta evangélica.

Lo cierto es, que las denuncias de corrupción son un flagelo que ha afectado, al menos, a los últimos seis gobernantes peruanos: Alberto Fujimori, Alejandro Toledo, Ollanta Humala, el suicidado Alan García, Pedro Pablo Kuczynski, Martín Vizcarra; sin incluir los recientes Manuel Merino y Francisco Sagasti.

Lo cierto también es que, las entidades que conforman el Estado peruano, están, desde hace muchos años, en un proceso de degradación (de la clase dominante), que arrastra a toda la sociedad hacía su debacle e inviabilidad como país, cuya clase dirigente es incapaz de resolver, y quienes no se dan cuenta de este proceso de degradación social, que pone en jaque a todo su estrato social, pero que lastimosamente el pueblo peruano, aún herido por años de embrutecimiento, opresión y represión, sin dirección política alguna, no puede capitalizar a su favor, esta condición revolucionaria.

Un caso emblemático de corrupción en América Latina, y del cual no escapa Perú, son las denuncias, investigaciones y confesiones de ejecutivos del grupo empresarial Odebrecht, quien involucra a gobernantes, funcionarios y empresarios peruanos, ya que entre el 2005 y el 2014, efectuó sobornos por 29 millones de dólares, a cambio de los cuales obtuvo más de 143 millones de beneficio, fechas y cifras que figuran en un informe del Departamento de Justicia de EEUU, y que de acuerdo a las normas del país del norte, Odebrecht deberá pagar una multa de más de 3,5 mil millones de dólares, por haber entregado 788 millones de dólares, en sobornos para obtener contratos del sector público.

Algunos historiadores del Perú sitúan la corrupción desde una perspectiva ideológica de la corrupción (corrupción estructural), y cuya expresión mejor elaborada es: “ha robado, pero ha hecho obras”, refiriéndose a los mandatarios y funcionarios públicos peruanos.

En este sentido, la propia narración de la historia republicana peruana, a través de textos y no pocos tratados de historia, para la educación superior, ha contribuido con la ideología de la justificación del robo oficial, del soborno administrativo y de todo tipo de maniobras para apoderarse de millones del presupuesto nacional, en cada nivel gubernamental.

Claro, en las últimas décadas esta ideología, como percepción falseada de la realidad, se ha extendido y sofisticado en los procesos políticos electorales, desde las elecciones generales a la presidencia, hasta las regionales y municipales.

Hay, pues, entonces, según algunos historiadores, una corrupción de origen histórico, que ha ido conformado esa lacra ideológica de la corrupción. Pero la corrupción en el Perú no tiene solamente un origen histórico. Es la misma estructura económica y social imperante la que reproduce esa herencia histórica. El contenido patrimonialista del Estado, el carácter marcadamente privatizado de ese aparato de dominio de unas clases sobre otras dirige y promueve la tendencia a apropiarse de todo lo que sea posible en cuanto se asume una posición de poder.

Y en este sentido, para acabar con la corrupción, los cambios jurídicos no bastan, como lo propuso, en algún momento, el candidato a la presidencia Ollanta Humala, especialmente la no prescriptibilidad de los delitos de hurto en agravio del Estado, y la no aplicación de los privilegios penitenciarios a estos delincuentes de cuello y corbata.

Estas propuestas son importantes, pero insuficientes para terminar con el flagelo que corroe al viejo Estado peruano, que requiere una remoción total de su actual estructura económica y social.

Y qué decir de Guatemala y la corrupción. Iniciamos con un dato nada liviano, sucedido el año pasado, en relación a la descomposición de la sociedad guatemalteca.

Las autoridades de Guatemala impidieron el ingreso al país (2019) de un integrante, de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), el colombiano Yilen Osorio, esta Comisión Anticorrupción, patrocinada por la Organización de las Naciones Unidas ONU, está investigando a varios integrantes del gobierno, incluido el presidente, Jimmy Morales, y su hermano (Samuel Morales), que niegan todo tipo de acusaciones. Osorio dirige una investigación por presunta corrupción, en la que estarían involucrados entre otros también el vicepresidente del Congreso, Felipe Alejos.

Jimmy Morales, fue presidente de la República de Guatemala, entre el 14 de enero de 2016 y el 14 de enero de 2020, tras ser electo en las elecciones generales de 2015.

Por supuesto, activistas humanitarios y autoridades indígenas ancestrales, repudiaron la retención de Osorio, además una veintena de organizaciones y municipalidades indígenas, calificaron de “vergonzosa” esa decisión de retener al investigador colombiano.

La premio Nobel de la Paz de 1992, Rigoberta Menchú, pidió ayer a la comunidad internacional condenar la retención del investigador de la CICIG.

En los últimos 11 años, la Comisión individualizó numerosos casos de corrupción que involucraron a más de 600 personas en Guatemala.

En resumen, Jimmy Morales, es considerado como el peor presidente de la Guatemala “democrática”, deja un país desolado por la desigualdad, el empobrecimiento y el pacto de corruptos.

Le sucede, Alejandro Giammattei, quien, según opinadores, no implicará mayores cambios para Guatemala, más que el aumento del autoritarismo, la represión y la continuidad del “pacto de corruptos”.

Con un 57,95% del electorado guatemalteco, obtuvo la victoria presidencial Giammattei, en medio de unas elecciones caracterizadas por el intervencionismo, el lawfare y el porcentaje más alto de abstencionismo en la historia, el 61,41%.

Llega al gobierno guatemalteco, con acusaciones en torno, primero, a la intromisión de la Corte de Constitucionalidad para eliminar de la contienda electoral a Thelma Aldana y a Zury Ríos, lo que posibilitó el camino electoral para Giammattei y Sandra Torres, de la Unión Nacional de la Esperanza (UNE), y segundo, Alejandro Giammattei es conocido por la masacre en el Pavón en 2006. Fue director del Centro Penal cuando se llevaron a cabo una serie de asesinatos, los cuales serían demostrados por la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala CICIG, como parte de una política de limpieza social y mano dura.

Giammattei, durante la campaña electoral, se encontró rodeado por militares y por personas acusadas de corrupción. Además, en distintos momentos, Alejandro Giammattei alardeó sobre su tono autoritario y la mano dura es una de sus promesas de campaña.

Fue extraño, que, durante un viaje a Taiwán, los nombramientos de la rama securitaria, fueran hechos por los militares, sin su presencia.

A su vez, como si fuera poco, diversas carteras del Estado se encuentran en manos de ex asesores del Banco Mundial (BM) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Todo parece indicar que en Guatemala seguirá reinando el neoliberalismo blindado por el Ejército.

Una perla en su gestión es que se suma la impunidad como política de Estado, donde Jimmy Morales fue juramentado como parte del Parlamento Centroamericano (PARLACEN). Brindándole a Morales la inmunidad parlamentaria. De momento, por donde se vea, las expectativas sobre cambio en Guatemala son prácticamente nulas. Y ello es una mala noticia para quienes viven en Guatemala y en toda Centroamérica.

Finalmente, hemos conocido las últimas informaciones, que tras la aprobación del presupuesto neoliberal para 2021, manifestantes incendian el Congreso Nacional y exigen la renuncia del presidente Giammattei, cuyo presupuesto no prevé aumentos en las partidas de salud y educación, y tampoco en las destinadas a combatir la pobreza y la desnutrición infantil.

El presupuesto de casi 12.800 millones de dólares, un 25% más abultado que el de este año 2020. La mayoría de los fondos, están dirigidos a infraestructuras para beneficiar al sector privado.

El 60% de la población, de casi 17 millones de habitantes de Guatemala, la mayoría indígenas, vive en la pobreza y la desnutrición infantil afecta a casi el 50% de los niños menores de cinco años. Además, varias entidades económicas y analistas advierten que es un riesgo que un tercio del presupuesto sea financiado por deuda.

Asimismo, el Congreso había aprobado préstamos por más de 3.800 millones de dólares, para atender la pandemia, aunque solo se concedieron menos del 15% de esos recursos, que no se usaron en temas de salud.

Los manifestantes llenaron la plaza central, frente al antiguo palacio de gobierno en la capital, portando banderas azul y blanco del país, y pancartas con lemas como “No más corrupción”, “Fuera Giammattei” y “Se metieron con la generación equivocada”.

Masivas protestas pacíficas por la democracia en el Perú

Por Doris Balvín*

Al cierre del 6to día de protestas sociales no-violentas, los medios de comunicación dan cuenta de dos personas fallecidas. Un joven de 25 años que entró al hospital Almenara el día 12 de noviembre herido de bala, y uno de 24 años que llegó al Hospital el día 14 ya como cadáver. Decenas de heridos debido a la brutal represión policial que desconoce el derecho a la protesta. Pasada la una de la madrugada del 15 de noviembre, habían renunciado 10 ministros. Mientras el Sr. Merino no daba la cara, a las dos a.m. el presidente del Congreso reunió a la Junta de Portavoces del Congreso para aceptar la renuncia de la Junta Directiva y pedir la dimisión del Sr. Manuel Merino -inconstitucionalmente autoerigido presidente de la República- quien aprovechando de su cargo de presidente del Congreso, el lunes 9 reemplazara al presidente Vizcarra.

¿Cómo es que llegamos a esta situación que parece una pesadilla? ¿Es acaso una repetición de los primeros años del Siglo XX donde era normal la disputa de caudillos por el botín del Estado? Pareciera que aquello estaba en la cabeza de quienes planificaron la vacancia de Vizcarra abusando de la figura de “incapacidad moral permanente” -cuando esta interpretación estaba pendiente por parte del Tribunal Constitucional- perpetrando así un acto a todas luces inconstitucional y totalmente falto de legitimidad popular. Imaginaron que la ciudadanía se quedaría mirando como se arranchaban a girones el poder y pisoteaban la bandera nacional.

Pues no fue así. Fuimos testigos de masivas marchas pacíficas ciudadanas convocadas mediante las redes sociales por jóvenes, que fueron reuniendo a personas de todas las edades hartas de ser espectadores de esta vendetta. La masiva respuesta ciudadana en todos los rincones del país y los más diversos distritos de Lima es una muestra de que la democracia real está madurando en el Perú y que al igual que en el pasado, en la marcha de los 4 suyos (1) o en la de los “pulpines”(2) la calle sabe hacerse escuchar, mientras que la democracia representativa pende de un hilo, si no feneció. Esto es claro porque el actual Congreso no representa a quienes sólo hace pocos meses los eligieron y el acecho de la corrupción sigue como sombra a los ex-presidentes de la República.

¿Por qué se movilizaron los jóvenes? El propio acto de vacar al presidente Vizcarra fue un escándalo, pero a ello se añadieron algunas perlas. Un Primer Ministro que desprecia a la mayoría de los peruanos por su origen y despotrica contra la ideología de género, proyectos de ley que tenían como intención arrasar con la reforma educativa y universitaria, la legalización de la minería ilegal, etc. y una clase media que aún considera que una mayor inestabilidad económica traerá como consecuencia su desaparición. En suma, este gobierno tuvo la capacidad de unir a los diferentes bajo una misma bandera: la defensa de la democracia y los derechos ya adquiridos, que hoy forman parte del sentido común de los peruanos.

Así, en rápida secuencia, fuimos testigos de los estertores del fuji-aprismo y de la denominada “Coordinadora Republicana”, el ala más conservadora de la política peruana que reunió el Sr. Merino como su flamante gabinete.

El segundo momento aún está por venir: la caída de la Constitución de la dictadura fujimorista, que la gente aún defiende por temor a la inestabilidad de los años del terrorismo, pero que ya no se sostiene. Esta Constitución nació de la dictadura y está basada en sus ambiguas letras; además el sistema de salud pública yace moribundo ante la crisis sanitaria -que se agravará sin duda luego de estas masivas manifestaciones democráticas en medio de las cuales la gente ha tenido que sacarse las mascarillas por no poder respirar ante la absurda agresión policial-; y por la imperiosa necesidad de cambiar el rumbo frente a la grave situación que enfrentamos como humanidad: la crisis climática.

¿Será ésta la nueva jornada ciudadana que tendrá que embanderar la juventud y el pueblo peruano en un futuro próximo?

(1) La Marcha de los Cuatro Suyos fue una movilización popular realizada en el Perú en los días 26, 27 y 28 de julio del año 2000, encabezada por Alejandro Toledo que terminó con la caída del régimen de Alberto Fujimori.
(2) Protestas ciudadanas que lideraron los jóvenes a fines del año 2015 cuando el Congreso pretendió pasar una ley de contratación juvenil desconociendo derechos laborales.
*Investigadora senior del Centro de Estudios Humanistas Nueva Civilización, Lima, Perú, especialista en ecología social

 

Imagen: (Imagen de anónima, circula por las redes sociales. Toma en la Plaza San Martín).

Fuente: https://www.pressenza.com/es/2020/11/masivas-protestas-pacificas-por-la-democracia-en-el-peru/

Compartido con SURCOS por Ítalo Fera Fallas.

Perú: asesinan de dos balazos a defensor ambiental en Madre de Dios

Por Vanessa Romo, Yvette Sierra Praeli en 13 septiembre 2020

  • Roberto Carlos Pacheco Villanueva, hijo del conocido ambientalista Demetrio Pacheco, fue asesinado en su concesión forestal presuntamente por invasores de terrenos relacionados a la minería ilegal.
  • Él y su padre habían sido amenazados en varias oportunidades desde el año 2012, cuando se inició la invasión de sus territorios

Las amenazas se cumplieron. Roberto Carlos Pacheco Villanueva, hijo del conocido ambientalista Demetrio Pacheco, fue asesinado ayer cuando salió a recorrer su concesión forestal ubicada en la margen derecha de la carretera Interoceánica, en Madre de Dios.

El cuerpo de Roberto Carlos fue encontrado por su padre Demetrio el viernes 11 de setiembre en medio de una trocha que conducía a un terreno agrícola de la comunidad de San Juan, predio colindante con la concesión de Pacheco. Dos balas, una en la cabeza y otra en la cadera terminaron con la vida de Pacheco Villanueva, quien, en más de una oportunidad, junto con su padre, había denunciado ser víctima de amenazas de muerte por parte de invasores ilegales que ingresaban a su propiedad.

Roberto Carlos Pacheco Villanueva. Foto: Archivo personal Demetrio Pacheco.

Un día antes de su asesinato, Roberto Carlos salió como de costumbre a recorrer su concesión pero esta vez no regresó a casa. Preocupados por su desaparición, dos de las personas que trabajaban con él y su padre salieron en buscarlo. Lamentablemente lo encontraron muerto.

De acuerdo con información policial, el cuerpo fue ubicado en una trocha de acceso a un predio agrícola ubicada a la altura del kilómetro 356 de la carretera Interoceánica Urcos-Iñapari, a unos dos kilómetros de distancia de esta vía principal. Muy cerca encontraron un vehículo color naranja, sin placa de rodaje y sin número de chasis. La fiscal Miriam Huillca Huamán, de la Segunda Fiscalía Provincial Penal Corporativa de Tambopata, llegó hasta la escena del crimen.

Una historia de amenazas

“Aquí estás perdiendo tu tiempo, tú eres el que tienes que desaparecer de aquí”, fue la última amenaza que recibió Roberto Carlos Pacheco en abril de este año. Su padre la recuerda muy bien y la mencionó en una entrevista con Mongabay Latam.

Son más de 800 hectáreas de concesión. El problema es que están ingresando por varios lados, indica Pacheco. Foto: Jack Lo.

El amedrentamiento provino de un grupo de aproximadamente seis personas que encontró dentro de la concesión, a quienes su hijo recriminó por haber talado algunos de sus árboles, narra Pacheco.

Las invasiones a la concesión de 842 hectáreas de bosque adjudicadas a Pacheco empezaron a registrarse en el año 2012. Este terreno, dedicado principalmente al aprovechamiento de la castaña, está a su nombre desde 1995. “Desde que empezaron a invadir, en el 2012, he realizado por lo menos ocho denuncias por deforestación”, asegura Pacheco.

Fue siguiendo ese camino en defensa de los bosques de Madre de Dios que se convirtió en vicepresidente del Comité de Gestión de la Reserva Nacional Tambopata, integrado por un grupo de ambientalistas y propietarios de concesiones forestales ubicadas en la zona de amortiguamiento de esta área protegida. Todo ellos llevan años enfrentándose abiertamente a la minería ilegal, la tala ilegal y las invasiones de terrenos.

En una ocasión, Demetrio Pacheco y su hijo encontraron una bala en la mesa de su casa dentro de su concesión. Foto: Archivo Mongabay Latam.

“En junio del 2016 pedí una medida cautelar para que paralicen todo tipo de actividades en la vía administrativa y en el campo, pero es letra muerta. Ellos [se refiere a los invasores] han presentado supuestos certificados de posesión de los años 1988 y 1989. Nosotros pedimos imágenes y hasta el año 2005 no hay cambio en la cobertura boscosa, ¿Cómo en 1988 otorgaron constancias?”, señala Pacheco en referencia a los documentos que entregan a las autoridades regionales para certificar el cambio de uso de suelo que ocurre en el bosque.

Las amenazas y agresiones hacia la familia Pacheco han sido constantes. En el 2017, Roberto Carlos Pacheco fue golpeado y amenazado con un arma y un machete. Ese mismo año le pusieron el cañón de un arma en la boca y destruyeron sus bienes personales. En una ocasión dejaron una bala en la mesa de su comedor, recuerda así Pacheco todas las veces que recibieron estos mensajes contra sus vidas.

“La única vez que pedí garantías para mi vida fue en el año 2017, en la Prefectura de Puerto Maldonado, pero no la quisieron recibir. Luego de eso, cada vez que he tenido problemas, solo he contado estos hechos al Defensor del Pueblo en Madre de Dios”, menciona Pacheco.

Guimo Loaiza, representante de la Defensoría del Pueblo en Madre de Dios, dice que cada vez que Demetrio entraba a su concesión era amedrentado. “Muchos como Demetrio, lamentablemente por la minería ilegal que ha ingresado a las concesiones, son amenazados”.

La minería ilegal en Madre de Dios ha destruido grandes extensiones de bosques. Foto cortesía Cincia.

Loaiza agrega que con lo sucedido ahora evaluarán solicitar la protección de Demetrio y su familia. “Hay muchos concesionarios que han sido amenazados. Ellos están expuestos al riesgo de sufrir cualquier atentado al estar en zonas próximas a la minería ilegal y a los invasores. Los que tienen concesiones forestales son los más vulnerables”.

La Relatora Especial sobre la situación de los defensores de los derechos humanos de las Naciones Unidas, Mary Lawlor, se pronunció sobre el asesinato de Pacheco a través de sus redes sociales. “Recibo desde Perú la terrible noticia de que Roberto Carlos Pacheco Villanueva, hijo del defensor ambiental Demetrio Pacheco, fue asesinado”, escribió en su cuenta de Twitter.

El 15 de junio envió una carta al gobierno peruano en la que solicita información sobre “el asesinato de los defensores de los derechos humanos de los pueblos indígenas Arbildo Meléndez Grandez y Gonzalo Pío Flores”, ambos ocurridos este año durante la pandemia.

El congresista del Partico Morado, Alberto de Belaúnde, también escribió sobre la muerte de Roberto Carlos Pacheco. “Pese a la difícil coyuntura política, no puedo dejar de lamentar y condenar la muerte de Roberto Carlos Pacheco, hijo del defensor ambiental Demetrio Pacheco, quien como parte del Comité de Gestión de la RN Tambopata viene luchando en contra de la minería ilegal en Madre de Dios”.

Mariano Castro, exviceministro de Gestión Ambiental del Ministerio del Ambiente hizo un llamado a las autoridades para que brinden protección a los ambientalistas amenazados. “Mis sentidas condolencias a la familia de Demetrio Pacheco. Urgente llamado a @Defensoria_Peru, @MinjusDH_Peru, @MinamPeru @MininterPeru para que brinden efectiva seguridad personal y familiar”, escribió en sus redes.

La ministra del Ambiente (Minam), Kirla Echegaray Alfaro, también lamentó lo sucedido a través de las redes sociales.

Mongabay Latam buscó a Fabiola Muñoz, ex ministra del Ambiente y actual representante del Minam ante la Comisión Multisectorial Permanente para el seguimiento de las acciones del Gobierno frente a la minería ilegal y el desarrollo del proceso de formalización, para consultar sobre las acciones que se están realizando para proteger a los ambientalistas amenazados. En la misma línea consultamos con el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. Hasta el cierre de esta edición no se manifestaron.

Un esquema de ilegalidad

La fiscal Karina Garay, de la Fiscalía Especializada en Materia Ambiental de Madre de Dios, señala que la tala ilegal, la minería ilegal y el tráfico de tierras son lideradas por mafias que se han instalado en Madre de Dios. “Quienes están comprometidos con la conservación son amenazados. Muchas veces no presentan sus denuncias ante la Fiscalía por miedo a lo que les pueda pasar”.

La Operación Mercurio se inició en febrero de 2019 con el fin de erradicar la minería ilegal en La Pampa, zona de amortiguamiento de la Reserva Nacional Tambopata. Foto: Ministerio del Interior.

Garay explica que los invasores de tierra son mafias que operan junto con la minería ilegal y la tala ilegal. Las concesiones invadidas, muchas veces bajo la fachada de asociaciones de agricultores, pasan con el tiempo a manos de mineros ilegales cuando ya se deforestó el bosque, explica Garay.

La fiscal señala que con la Operación Mercurio en la zona denominada La Pampa, zona de amortiguamiento de la Reserva Nacional Tambopata, muchos mineros ilegales están desplazándose hacia otros lugares cercanos e invadiendo otros terrenos.

Hace una semana un operativo que duró tres días destruyó más de 60 dragas de minería ilegal en zonas fuera de la Pampa.

Lo ocurrido con el hijo de Demetrio Pacheco ha alarmado a otros concesionarios que son víctimas de esta violencia. “Tengo medio y quisiera dejar la concesión”, dice Freddy Vracko, hijo del ambientalista Alfredo Vracko, asesinado dentro de su concesión en noviembre de 2015 por taladores ilegales.

La minería ilegal ahora amenaza a las comunidades nativas de Pariamanu. Foto: FEMA Madre de Dios.

Vracko señala que son muchos los dueños de concesiones en Madre de Dios que tienen sus terrenos invadidos y son víctimas de amenazas. Comenta también que las denuncias en las fiscalías se quedan estancadas o son archivadas y lo mismo sucede con las investigaciones policiales.

El caso de su padre –recuerda Vracko– tiene cinco años sin resolverse pese a que hubo pruebas y testigos del hecho. “La situación está terrible en Madre de Dios. Lo que ha sucedido ahora es una forma de decirle a Demetrio y a todos los ambientalistas que dejen de hablar”.

 

Imagen principal: Concesión forestal de Demetrio Pacheco en Madre de Dios. Foto: Jack Lo.

Compartido por Luis Alberto Soto.

Perú es responsable por torturas y violación sexual a una persona LGBTI por parte de agentes policiales

Comunicado
Corte Interamericana de Derechos Humanos

San José, Costa Rica, 6 de abril del 2020.- En la sentencia del Caso Azul Rojas Marín y otra Vs. Perú notificada hoy, la Corte Interamericana de Derechos Humanos encontró a la República del Perú responsable internacionalmente por la violación de los derechos a la libertad e integridad personal, a la vida privada, a no ser sometida a tortura, a las garantías judiciales y a la protección judicial, en perjuicio de Azul Rojas Marín.

El caso se refiere a las agresiones sufridas por la ciudadana Rojas Marín, cuando el 25 de febrero de 2008 fue detenida, sin motivo alguno, por agentes policiales quienes la golpearon, mientras, en función de ser una persona LGBTI, le gritaban e insultaban. Luego en la Comisaría de Casa Grande, fue desnudada forzosamente, golpeada en varias oportunidades, torturada y violada.

Al ser liberada, la víctima presentó una denuncia contra los agentes estatales en la Comisaría de la Policía Nacional del Perú de Casa Grande, que luego de varias instancias, fue desestimada, ordenando el archivo del expediente.

En su sentencia, la Corte reiteró que las personas LGBTI han sido históricamente víctimas de discriminación estructural, estigmatización, diversas formas de violencia y violaciones a sus derechos fundamentales, y que la orientación sexual, identidad de género o expresión de género de la persona son categorías protegidas por la Convención.

La Corte determinó que el Estado violó el derecho a la libertad personal de la señora Rojas Marín pues su detención se basó en motivos discriminatorios, de modo tal que fue ilegal y arbitraria.

El Tribunal concluyó que la señora Rojas Marín fue desnudada forzosamente, golpeada en varias oportunidades, los agentes estatales realizaron comentarios despectivos sobre su orientación sexual, y fue víctima de violación sexual; constituyéndose en un acto de tortura en contra de la víctima. En consecuencia, la Corte declaró la responsabilidad internacional del Perú por la violación de los derechos a la integridad personal, a la vida privada y a no ser sometida a tortura.

A su vez, la Corte determinó que el Estado no actuó con la debida diligencia para investigar la tortura sexual, violando los derechos a las garantías y protección judicial.

En su sentencia, la Corte constató que en la sociedad peruana existían al momento de los hechos, y aún hoy en día, fuertes prejuicios en contra de la población LGBTI, que en ciertos casos se manifiesta en hechos de violencia. Estos hechos violentos en algunas oportunidades son cometidos por agentes estatales, incluyendo efectivos de la policía nacional, tal como ocurrió en el presente caso.

En este caso la Corte determinó diversas medidas de reparación.

La composición de la Corte para esta Sentencia fue la siguiente: Jueza Elizabeth Odio Benito (Costa Rica), presidenta; Juez L. Patricio Pazmiño Freire (Ecuador), Vicepresidente; Juez Eduardo Ferrer Mac-Gregor Poisot (México); Juez Humberto Antonio Sierra Porto (Colombia) Juez Eugenio Raúl Zaffaroni (Argentina) y Juez Ricardo Pérez Manrique (Uruguay). El Juez Eduardo Vio Grossi (Chile) no participó en la deliberación y firma de la Sentencia por razones de fuerza mayor.

*El presente comunicado fue redactado por la Secretaría de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, por lo que es de responsabilidad exclusiva de la misma.

*Para mayor información favor de dirigirse a la página de la Corte IDH www.corteidh.or.cr o envíe o envíe un correo dirigido a Pablo Saavedra Alessandri, secretario a corteidh@corteidh.or.cr. Para la oficina de prensa contacte a Matías Ponce prensa@corteidh.or.cr

 

Enviado a SURCOS por Marco Castillo Rojas.

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Pensamiento Del Día Para No Quedarse Dormido En El Bus VIII

Macv Chávez - Delirios De Una Neurona

Esta mañana leía el Origen del Hombre de Charles Darwin y entre sus páginas decía: «Haz a los hombres lo que quieras que ellos te hagan, principio sobre el que reposa toda la moral». Después de ello, se viene a mí la cuestión de análisis aplicada a la situación política de nuestro país, llegando a lo siguiente:

El pueblo cuando va a cumplir con su obligación de votar para la elección de los representantes de gobierno (los políticos) no se interesan por conocer o saber de ellos, simplemente va a votar por votar y punto… por tanto, como algunos políticos saben y entienden de moral –y digo algunos por no decir casi la mayoría de políticos tradicionales- se basan de este principio para demostrar en la práctica de sus funciones que no necesitan conocer las necesidades de la población para cumplir con su deber religioso de legislar o gobernar al país, porque para hacer esto sólo se necesita asistir como buen feligrés a su centro de gobierno y emitir normas, leyes, reglamentos, entre otras cosas más, esas que se requieren para que la sociedad marche a buen puerto, logrando así alcanzar el desarrollo socio-económico que se necesita para que los pobladores de la nación tengan una vida digna; pero, como la realidad es otra y dice que se desconoce esas necesidades simplemente por seguir el principio moral del pueblo, los políticos se aprovechan de ello para no cumplir con su razón de existencia…

Por lo que, podríamos decir que este problema de moral nos ha llevado a tener una realidad nacional compuesta por una pésima o degradante seguridad social, ciudadana, laboral, con una baja calidad educativa, gracias a esas normas y leyes que han servido de manipulación política, distracción social, con personas que más parecen bufones o buenos expropiadores sin noción de indemnización… y todo gracias a que nuestro principio moral se ha silenciado y desinteresado de las cuestiones políticas, porque simplemente no nos damos cuenta que todos tenemos responsabilidad social para con nuestros conciudadanas y hasta para con nosotros mismos, porque debemos hacer valer nuestros deberes y derechos, esos que nos ayudarían a decir que vivimos en libertad y no en opresión o cualquier otro régimen parecido, porque no hay libertad sin el pleno ejercimiento de nuestros derechos, esos que conllevan a un deber, porque empieza cuando terminar y termina cuando empieza el de otro.

 

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Pensamiento Del Día Para No Quedarse Dormido En El Bus VI

Macv Chávez

Macv Chávez - Delirios De Una Neurona
Macv Chávez.

 

Esta mañana, al escuchar a un congresista de la bancada nacionalista (Perú), recordé que nuestra política es un chiste mal contado, tan igual ¡cómo los míos!… y después de ello me puse a pensar que los emperadores romanos tenían el circo para entretener a la población… Luego, asimilando ello, decía que la realidad televisiva –la que hoy nos invade de tanta porquería- nos convierte en marionetas que se emocionan cuando ven los cu… y te… de las mujeres… y los mús… y cu… de los hombres… nutriéndonos, así, de un falso prototipo de belleza universal, la que hace que cada día las grandes colas aumenten en los arquitectos de cuerpos y rostros vacíos de amor…

Pues, esa sensación de recuerdo emocional me conduce a aquella película –Gladiador- donde la gente con el show de sangre y muerte se olvida que existen grandes problemas sociales -como el hambre, la pobreza, la falta de libertad- porque el emperador durante el espectáculo compraba sus mentes con violencia, con una falsa saciedad del hambre, digo falsa porque era momentánea, no constante… logrando así que la población sólo se alimentara el cuerpo –temporalmente- con pan y la mente –subconscientemente- con violencia y muerte… y, por tanto, el alimento espiritual, el humano, quedaba en absoluta hambruna… -cosa que al emperador o gobernantes les favorecía enormemente…

Si analizamos bien nuestra situación actual no está tan lejos de esa época… La sangre y muerte que ahí se aprecia aún siguen existiendo en el hoy; y ellos estarían compuestos por los placeres, la lujuria, el morbo que entran por nuestros ojos a través de tantos programas de televisión tan llena de motivación instintiva que venden a la mujer y al hombre como un pedazo de carne para devorar… y es así que, también, la muerte se convierte en aquello que entra por nuestro subconsciente a través de las noticias diarias sobre las olas de asesinatos, suicidios, accidentes, entre tantos otros, generando el pavor, el miedo… y desnutriendo así nuestro ser, nuestra humanidad, nuestra caridad… y convirtiendo así a nuestra sociedad en esa sociedad que vive envuelta en círculos viciosos –de mentiras, de odio, de cólera, de desilusiones, de miedos, de corrupción y más de más…

¿Cuántos años han pasado desde el fracaso de los imperios, de los reinados; desde la abolición de la esclavitud; desde la explotación del hombre por el hombre; desde la proclamación de la independencia; desde la declaración de los derechos humanos como muestra de la libertad del hombre? ¡Cuántos años han pasado desde aquello y, sin embargo, se sigue observando lo mismo! ¿Cuántos años más tendrán que pasar para dejar de observar todo ese círculo vicioso de la ambición inhumana del poder que no nos está conduciendo hacia la evolución de ser seres humano; sino hacia una involución, hacia el egoísmo, hacia la miseria, hacia el volver a las cavernas en el siglo XXI, en esta supuesta era del conocimiento… ¿Cuánto más tendrá que pasar para realmente evolucionar?

 

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