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Etiqueta: símbolo nacional

El símbolo del Teatro Nacional no puede cambiarse

Vladimir de la Cruz

Historiador

Fue el gobierno de Luis Guillermo Solís Rivera, 2014-2018 que, por medio de una Ley, firmada por él, institucionalizó y declaró el Teatro Nacional como un Símbolo Nacional del Patrimonio Histórico Arquitectónico y Libertad Cultural.

Tuvo esta ley una aprobación de 40 diputados en su segundo debate. Dicho de otra manera, el Teatro Nacional se declaró Símbolo Nacional por una Ley de la República, no por un Decreto Ejecutivo ni por un acto administrativo del Ministerio de Cultura.

Cuando se declaró Símbolo Nacional se estableció que los días 12 y 13 de mayo del 2018 estuviera abierto de acceso al público para que, mediante visitas guiadas en días, el pueblo pudiera recorrerlo y conocerlo en sus detalles interiores.

La ley estableció que el Ministerio de Educación Pública tiene que incluir en el temario correspondiente en los estudios, en la escuela primaria como en la secundaria, los contenidos respectivos para que se estudie, valore y destaque el Teatro Nacional como Símbolo Nacional.

Desde el 5 de febrero del 2018, cuando se aprobó la declaratoria el Teatro Nacional pasó a ser un Símbolo Nacional más, el número 14 de la lista de símbolos declarados.

Ya había sido reconocido como monumento nacional, así establecido por Decreto No. 3632 del 24 de diciembre de 1965, bajo el gobierno de Francisco Orlich Bolmarcich, 1962-1966. En 1995, en el gobierno de José María Figueres Olsen, 1994-1998, se amparó, en 1995, el Teatro Nacional a la Ley de Patrimonio Histórico Arquitectónico, reconociendo su importancia arquitectónica, patrimonial, cultural e histórica. Así el edificio principal fue declarado Monumento Histórico Nacional; con lo que el Estado costarricense reconoció y estableció la importancia arquitectónica, patrimonial, cultural e histórica del inmueble.

Cuando se creó el Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes se estableció que el Teatro Nacional estaría adscrito a este Ministerio, así dependiente desde 1974.

En 1998, en el gobierno de Miguel Ángel Rodríguez Echeverría, 1998-2002, se le declaró Institución Benemérita de las Artes Patrias.

En el 2019 se aprobó, por la Asamblea Legislativa, un Contrato de Préstamo con el Banco Centroamericano de Integración Económica, para darle al Teatro Nacional un Programa Integral de Seguridad y Conservación, siguiendo una iniciativa del Poder Ejecutivo del 2018. Cuando se aseguró la preservación del edificio patrimonial, se excluyó del mismo cualquier actividad de tipo administrativa que representara un riesgo, que alterara la fusión del legado del siglo XIX con las necesidades del siglo XXI.

El Teatro Nacional de Costa Rica (TNCR) había nacido como ente jurídico estatal el 28 de mayo de 1890 cuando el Congreso Constitucional de la República emitió el Decreto XXXIII que en su artículo primero declara “Obra Nacional el Teatro de la Capital de la República», financiado en sus inicios con un impuesto a la exportación de café, para su construcción, fortalecido con Decretos de 1892 y 1893.

En nuestra Historia Nacional tenemos símbolos nacionales del período del Estado (1821-1848) y de la República (1848-2024, hasta hoy). Los símbolos nacionales son objetivos, verdaderos, tangibles y sagrados. Tenemos Símbolos Nacionales que podemos considerar Mayores y los que podemos considerar Menores, todos son SÍMBOLOS NACIONALES.

Los MAYORES son la Bandera, el Escudo, los Escudos de Armas, el Pabellón Nacional, las Letras y Música del Himno Nacional. El Pabellón Nacional es la integración del Escudo y la Bandera en un solo cuerpo, que se presenta solo en el acto correspondiente que preside el titular de cada uno de los Poderes de la República: el Poder Ejecutivo, Legislativo, Judicial o Electoral.

Nos recuerdan los símbolos nacionales la afirmación del proceso de construcción y del desarrollo democrático nacional. Son síntesis de la historia nacional, la independencia, la libertad y la soberanía. Recogen el pacto social y político de los costarricenses, su unidad nacional y destino común.

Los Símbolos Nacionales MENORES son aquellos que destacan valores y particularidades de la sociedad costarricense, de la cultura nacional, de la tradición histórico cultural, de la biodiversidad geográfica y natural, que distinguen especialmente particularidades del pueblo y de la nación costarricense, así como del territorio nacional en toda su amplitud. Pueden tener características muy regionales o particulares, como son los símbolos asociados o que representan la fauna nacional; el animal y ave nacional, que exaltan la protección y conservación de las aves; la flor nacional y el árbol nacional, que representan la flora costarricense; la carreta costarricense con la cual se destaca el trabajo como valor generador del desarrollo económico, de la riqueza social y como expresión del arte popular.

Los Símbolos Nacionales, son comunes a los costarricenses, son cuerpos independientes entre sí, con su propia historia y desarrollo. Identifican valores de la sociedad, exaltan hechos históricos, concretan idiosincrasia; reflejan aspiración, afán de lucha y progreso de la nación; expresan ideales y la confianza de un hermoso porvenir. Algunos símbolos sobresales sobre los otros. Tienen un reconocimiento público y popular más destacado.

A los Símbolos Nacionales se les rinde respeto, honor y ritual de uso. Parte de ese respeto y ritual de uso es mantener lo particular que distingue a cada símbolo, ya como un emblema, como un logo, como un elemento de identificación, como su genuina cédula de identidad.

Así por ejemplo el logo que históricamente ha identificado al Teatro Nacional, que es parte consustancial de su propia estructura arquitectónica, que desde su construcción ha permanecido como su sello de reconocimiento público, y así ha sido empleado para todos los efectos, la combinación de la T y la N en el cuadrado que las entrelaza.

Los Símbolos Nacionales no pueden ser alterados por actos administrativos o ejecutivos. Lo que por Ley se crea solo por Ley se pude cambiar.

Los gobiernos a veces han tratado de distinguirse con un Logo de la Administración de turno. Es válido para los actos del Poder Ejecutivo en el uso de su correspondencia y papelería oficial.

Nunca ningún logo de gobierno ha sustituido un símbolo propio, particular, de ninguno de los Símbolos Nacionales, con los cuales se reconocen, como ha hecho el actual Ministro de Cultura (¿?), que ha eliminado, entre otros el Símbolo o Logotipo que ha caracterizado al Símbolo Nacional del Teatro Nacional, sustituyéndolo por otro, un rectángulo horroroso, que incluye, destacando en amarillo ,una silueta del país, que más parece un homenaje a las políticas oficiales que amparan la tala de árboles en zonas protegidas, y que proyecta un país sin zonas ni áreas protegidas de bosques o reservas nacionales de conservación y de biodiversidad.

Lo que se trata de imponer es un símbolo vacío. Si así quiere expresar lo que es el actual gobierno, puede hacerlo para la papelería oficial, pero no para sustituir los emblemas con que se han distinguido históricamente los símbolos nacionales en su particularidad.

Comete un grave error el Ministro de Cultura cuando trata de imponer un logo de gobierno como un logo histórico de una Institución Benemérita, como lo es el Teatro Nacional. ¿Cuánto va a durar ese nuevo logo de gobierno? ¿Lo que queda de gobierno, 18 meses?

El Teatro Nacional es un Símbolo Nacional, emblemático, de nuestra cultura y de nuestra sociedad democrática en el momento en que se construyó, por la participación popular que contribuyó en su construcción. El Emblema, el Logo, que lo ha distinguido como reconocimiento institucional es parte de su propia estructura y arquitectura. Como tal no puede ser cambiado.

El color Rojo de nuestra Bandera representa la sangre generosa derramada y el sacrificio hecho por los patriotas y los héroes nacionales en la búsqueda, en la lucha y en la defensa constante de la Independencia, la Soberanía y la Libertad

Vladimir de la Cruz

Los Símbolos Nacionales son la expresión de la identidad del pueblo costarricense, de nuestra Libertad, nuestra soberanía y nuestra Independencia. Representan al país y a la República, como organización política, reflejan y exaltan tradiciones, la cultura, la geografía, la biodiversidad, la riqueza marina, la flora y la fauna de aquello que se considera una característica sobresaliente, especial y propia de nuestro territorio y nuestra vida cultural y social.

Con los Símbolos Nacionales se logra la mayor identificación del pueblo y la consolidación de la nación costarricense, en su proceso evolutivo, político, económico y social. La aprobación de los símbolos nacionales resulta de un proceso de maduración, de una toma de conciencia sobre aquello que se pretende exaltar como representativo de la nacionalidad y cultura y el folclor costarricense. Es la Asamblea Legislativa la que puede aprobar un Símbolo Nacional.

A los Símbolos Nacionales Mayores se les debe rendir respeto en el uso de ellos, y se exige un protocolo especial y riguroso para su uso, exhibición y entonación. Ninguno de los símbolos puede ser apropiado comercialmente, no se pueden inscribir como símbolos particulares, empresariales o comerciales.

Los Símbolos Nacionales pueden distinguirse entre Símbolos Mayores y Símbolos Menores.

Los Símbolos Nacionales Mayores son la Bandera, el Escudo, el Pabellón Nacional, que integra a la Bandera y el Escudo, el Himno Nacional, en su Música y su Letra. Los Símbolos Menores son los que reflejan y recogen los elementos destacados que identifican parte de nuestra nacionalidad y de las particularidades culturales de la nación costarricense y de su geografía. Así tenemos, entre ellos, la flor de la Guaria Morada, el Árbol de Guanacaste, los animales como el Yigüirro, el Manatí, el Venado de Cola Blanca, el Perezoso, elementos orográficos como los Crestones de Chirripó, elementos culturales como La Marimba, la Carreta típica, el Teatro Nacional, la Antorcha, la Esferas de Piedra, el Café.

Con la exaltación de animales se trata también de proteger especies en peligro de extinción y de velar por la conservación de los animales y sus hábitats naturales.

Los Símbolos Nacionales Mayores reflejan en su desarrollo la evolución de la Historia Patria. Desde que proclamaos la Independencia, el 29 de octubre de 1821, hemos tenido seis Banderas. La sexta, fue la elaborada en el Gobierno del Dr. José María Castro Madriz, que es la actual tricolor, ha tenido ligeras modificaciones, cada una de ellas cuenta como una nueva Bandera. Cuando nos integramos a las Provincias Unidas de Centro América y a la República Federal de Centroamérica adoptamos como propia la Bandera de las Provincias y de la República. La primera Bandera fue blanca con una estrella de seis picos de color rojo. Las otras banderas fueron con los colores celeste blanco celeste y la quinta bandera fue blanco celeste blanco, en franjas horizontales. Luego siguió la tricolor actual. Las Banderas de las Provincias Unidas y de la República Federal tomaron los colores de la Bandera de Argentina, de la Revolución de Mayo. La Bandera tricolor se apartó desde 1848 de la tradición centroamericana que mantuvo en esos países la bandera azul o celeste, blanco azul o celeste.

En el caso de Costa Rica se adoptó en sus colores los de la Bandera de Francia, especialmente la que se reelaboró el 5 de marzo de 1848, que es la actual Bandera de Francia, solo que nosotros en franjas horizontales mientras Francia la tiene en franjas verticales.

El significado de los colores es interpretativo cuando no está expresamente señalado en la Ley o el Decreto que establece a la Bandera como símbolo. En la imitación de los colores de la Bandera de Francia lo que se quiso exaltar fueron los valores de la Revolución Francesa, porque esos colores se usaban durante la Revolución, tanto así que en los escudos de las Provincias Unidas y de la República Federal se incluyó el Gorro Frigio de la Libertad de Francia.

A los colores en banderas se les atribuyen ciertos rasgos o asociaciones. Así tenemos que, el Azul simboliza el cielo que cubre el país, a los ríos que tenemos y los mares, el Caribe, y el océano Pacífico, con sus costas, las que lindan el país. En algunos países el azul significa la justicia y la perseverancia, la lealtad, la dulzura, la fortaleza, la verdad, y también la libertad. El Rojo representa la sangre generosa derramada y el sacrificio hecho por los patriotas y los héroes nacionales en la búsqueda, en la lucha y defensa constante de la Independencia, la Soberanía y la Libertad, por lo que se le considera como un símbolo del patriotismo y la lucha. También refleja el coraje, la valentía, la fuerza, el trabajo y el valor, el progreso y el poder que el país y el pueblo tiene. El Blanco representa la unidad, la Paz, la pureza de sentimientos. También se asocia a la libertad, la justicia social, la integridad, la fe, la obediencia, la firmeza, la vigilancia, la Nación, la honestidad, la armonía, la religión, la dignidad, la claridad. y la inocencia del pueblo.

Los significados de los colores, aunque no están expresamente señalados en las Leyes que establecieron los símbolos, no se pueden alterar debilitando o variando el contenido que tradicionalmente se les ha dado. El color rojo no se puede variar del que tradicionalmente se ha enseñado y lo justifica en el propio Himno Nacional, en el Himno a la Bandera y en otros cantos patrióticos.

La globalización y mayor internacionalización de nuestras relaciones políticas, económicas y diplomáticas, que vivimos. pareciera que atonta a los gobernantes en estos aspectos cuando más deben fortalecerse los Símbolos Nacionales Mayores, y sus significados, en ese rompimiento de fronteras, y e inserción de nuestro país, como se divulgan los contenidos de algunos de los Símbolos Menores para la atracción de turismo mundial.

Las instituciones que deben velar por el respeto de los Símbolos Nacionales son todos los Poderes Públicos del Estado, los Poderes Ejecutivo, Legislativo, Judicial y Electoral, y especialmente los Ministerios de Educación, de Cultura, de Ciencia y Tecnología, de Turismo, de Deporte.

Igualmente, los medios de comunicación, en todas las formas que existan, deben contribuir en que los usos, costumbres y tradiciones de los Símbolos Nacionales se respeten, se guarden y protejan, para contribuir con ello a desarrollar una nacionalidad más fuerte y una conciencia nacional más sólida. Los Símbolos Nacionales son como el ADN de nuestra identidad costarricense.

Los Símbolos Nacionales nos pertenecen a todos los costarricenses, nos dan unidad nacional, territorial y poblacional. Somos los costarricenses los primeros que debemos velar por su respeto, por ello no podemos permitir y reclamamos del Gobierno de la República, y a su Ministerio de Educación, que no se le dé otro significado en los textos de estudio escolar y colegial a los significados de los colores que se tradicionalmente se le han rendido de la Bandera Nacional, especialmente el Rojo.

Los símbolos Nacionales son como el ADN de nuestra identidad costarricense.

 

(Artículo para la Cámara Nacional de Radio, https://www.panoramadigital.co.cr/wp-content/uploads/2021/10/Com_Viernes_8_Octubre_21-2.mp3, leído el de octubre del 2021)

A los colores en las banderas se les atribuyen ciertos valores, rasgos, características y significados

Vladimir de la Cruz

(Respuesta a las preguntas hechas por la periodista Rocío Sandí, el día 30 de setiembre del 2021)

– ¿De dónde fueron tomados los colores de la bandera de Costa Rica?

Costa Rica desde que proclamó su Independencia, el 29 de octubre de 1821, hasta hoy, ha tenido seis Banderas, como símbolo Nacional. La sexta, fue la elaborada en el Gobierno del Dr. José María Castro Madriz, que es la actual tricolor, ha tenido ligeras modificaciones, cada una de ellas cuenta como una nueva Bandera. Cuando nos integramos a las Provincias Unidas de Centro América y a la República Federal de Centroamérica adoptamos como propia la Bandera de las Provincias y de la República. La primera Bandera fue blanca con una estrella de seis picos de color rojo. Las otras banderas fueron con los colores celeste blanco celeste y la quinta bandera fue blanco celeste blanco, en franjas horizontales. Luego siguió la tricolor actual. Las Banderas de las Provincias Unidas y de la República Federal tomaron los colores de la Bandera de Argentina, de la Revolución de Mayo. La Bandera tricolor se apartó desde 1848 de la tradición centroamericana que mantuvo en esos países la bandera azul o celeste, blanco azul o celeste.

– ¿Cómo se determina la elaboración de una Bandera Nacional?

Se hace en primer lugar por una decisión interna, del país, mediante una Ley o un Decreto Ejecutivo, que la impone como Símbolo Nacional. Se le establece tamaño o dimensión oficial, de largo y ancho. Si contiene franjas se determina el ancho de cada franja y lo mismo se determina la ubicación de los colores. Actualmente, al momento de determinarla, se toman en cuenta parámetros internacionales para no repetir una Bandera que ya tenga un país. A los colores y los otros elementos que puedan tener las Banderas se les puede asignar un significado. Los colores tienen en el espectro de los mismos una asignación de valores y de significancias. El significado de los colores en la tradición de los países puede variarse o modificarse.

– ¿Qué significado se les dio a los colores de la bandera en su inicio?

En el caso de Costa Rica se adoptó en sus colores los de la Bandera de Francia, especialmente la que se reelaboró el 5 de marzo de 1848, que es la actual Bandera de Francia, solo que nosotros en franjas horizontales mientras Francia la tiene en franjas verticales. En el caso de Francia la Bandera significó la unión del pueblo con el monarca, que contenía los colores rojo y azul que eran los colores de la ciudad de París, mientras el blanco era de la monarquía. Esa Bandera, en ese momento simbolizaba eso, esa unión. Hoy podría significar lo mismo: la unión del pueblo con el grupo gobernante.

El significado de los colores es interpretativo cuando no está expresamente señalado en la Ley o el Decreto que establece a la Bandera como símbolo. En la imitación de los colores de la Bandera de Francia lo que se quiso exaltar fue los valores de la Revolución Francesa, porque esos colores se usaban durante la Revolución, tanto así que en los escudos de las Provincias Unidas y de la República Federal se incluyó el Gorro Frigio de la Libertad de Francia.

– De manera precisa, ¿qué significado pueden tener los colores de la Bandera?

A los colores en banderas se les atribuyen ciertos rasgos o asociaciones. Así tenemos que el Azul simboliza el cielo que cubre el país, a los ríos que tenemos y los mares, el Caribe, y el océano Pacífico, con sus costas, las que lindan el país. En algunos países el azul significa la justicia y la perseverancia, la lealtad, la dulzura, la fortaleza, la verdad, y también la libertad. El Rojo representa la sangre generosa derramada por los patriotas y los héroes nacionales en la búsqueda, lucha y defensa de la Independencia, la Soberanía y la Libertad, por lo que se le considera como un símbolo del patriotismo y la lucha. También refleja el coraje, la valentía, la fuerza, y el valor, el progreso y el poder que el país y el pueblo tiene. El Blanco representa la unidad, la Paz, la pureza de sentimientos. También se asocia a la libertad, la justicia social, la integridad, la fe, la obediencia, la firmeza, la vigilancia, la Nación, la honestidad, la armonía, la religión, la dignidad, la claridad y la inocencia del pueblo.

– ¿En qué momento se habló por primera vez de que el rojo de la bandera representaba la sangre derramada por los costarricenses en las batallas por defender la soberanía?

En general se le ha atribuido ese papel, asociado a las luchas que se dieron por la Independencia en general, por su defensa y afirmación. Este es el que se le debe enfatizar. Antes se enseñaba con más fuerza esta característica. Pareciera que el globalismo influye para debilitar esos valores de Libertad, Independencia y Soberanía Nacional.

– ¿Qué opina de que ahora el MEP e incluso la Presidencia, hablen de un nuevo significado del rojo de la bandera que nunca nadie había escuchado?

Eso puede hacerlo el presidente, con lo cual le estaría dando un nuevo contenido al significado ya no asociado directamente a la Independencia, la Libertad y la Soberanía. La globalización atonta a los gobernantes en estos aspectos que más bien deben fortalecerse en ese rompimiento de fronteras.

– ¿Quién o qué institución es la que debe velar porque se respeten los símbolos nacionales y su significado?

Los Símbolos Nacionales nos pertenecen a todos los costarricenses. Hay Símbolos Mayores que son la Bandera, el Escudo, El Pabellón Nacional, que es la integración de la Bandera y el Escudo, El Himno Nacional, en su música y letra. Los otros símbolos son los llamados Símbolos Menores, que particularmente expresan alguna característica especial de nuestra flora, fauna, naturaleza, cultura y tradición, entre otros elementos. Así se están la Guaria Morada, la Marimba, los Crestones de Chirripó, las Esferas Indígenas, el Manatí, el Yigüirro, el Teatro Nacional, el Perezoso, el Venado de Cola Blanca, el Café, la Carreta, la Antorcha, el Árbol de Guanacaste, la Marimba, por ejemplo.

Los Símbolos Mayores caracterizan, identifican, exaltan a todo el pueblo, a toda la Nación. A los Símbolos Mayores se les rinde culto, respeto y formalidades de comportamiento ante ellos, así mismo se rigen por un protocolo especial riguroso en su uso.

Las instituciones que deben velar por el respeto a los Símbolos Nacionales son los Poderes Públicos del Estado, los Poderes Ejecutivo, Legislativo, Judicial y Electoral, y especialmente los Ministerios de Educación, de Cultura, de Ciencia y Tecnología, de Turismo, de Deporte. Pero, igualmente, los medios de comunicación, en todas las formas que existan, deben contribuir en que los usos, costumbres y tradiciones de los Símbolos Nacionales se respeten, se guarden y protejan, para contribuir con ello a desarrollar una nacionalidad más fuerte y una conciencia nacional más sólida. Los Símbolos Nacionales son como el ADN de nuestra identidad costarricense.

Hay que derogar el Decreto 168, de la Junta de Gobierno, que estableció el Símbolo Nacional de la Bandera Azul, Blanco, Azul, del Partido Unión Nacional

Vladimir de la Cruz

El 20 de agosto de 1948 la Junta Fundadora de la Segunda República, mediante el Decreto No. 168, firmado por José Figueres, Fernando Valverde Vega, Uladislao Gámez Solano, Bruce Masis Diviasi, Benjamín Núñez Vargas, Gonzalo Facio Segreda, Francisco José Orlich Bolmarcich, Raúl Blanco Cervantes y Edgar Cardona Quirós, acordó Declarar como “Símbolo Nacional el Pabellón azul y blanco usado por los partidos políticos de la Oposición en la última campaña electoral y por el Ejército de Liberación Nacional, pudiendo por lo tanto ser usado en las escuelas, por el Ejército Nacional, en actos de carácter cívico oficial y en otros actos oficiales semejantes, previa autorización del Ministerio de Gobernación. Queda en consecuencia prohibido el uso de la siguiente combinación de colores para efectos políticos o comerciales: tres franjas horizontales o verticales del mismo ancho dispuestas así: azul, blanco y azul”.

Las razones que justificaron este Decreto y este establecimiento, de este Símbolo Nacional, fue que era la Bandera, sus colores, que usaron “los partidos que constituyeron la Oposición Nacional, enarbolaron en su lucha cívica contra los regímenes nefastos de Calderón y Picado, el Pabellón azul y blanco, el cual compendió en si todas las aspiraciones e ideales que sustentaron aquellos partidos, erigiéndolo, al lado del Pabellón Nacional, es un símbolo de libertad y de acatamiento a la voluntad popular. Por cuanto más tarde, el Ejército de Liberación Nacional en su heroica lucha libertadora, enarboló también esa bandera, conduciéndola a la victoria y por tanto a la derrota de la tiranía y la opresión; y por cuanto esa bandera, ya histórica, ha pasado a ser parte integrante de la tradición patria”.

El Partido que usó esa Bandera, azul, blanco, azul, fue el Unión Nacional en las elecciones nacionales de 1948, en la de la Asamblea Constituyente de 1948, y en la de Diputados en 1949. Para las elecciones de la Asamblea Constituyente se inscribió entre otros el Partido Social Demócrata, que representaba al “figuerismo” y a los elementos de la Junta de Gobierno, nombre que fue usado nuevamente en las elecciones legislativas de 1949.

Para las elecciones de 1953, la oposición a Liberación Nacional, ya fundado y con su Bandera Verde, Blanco y Verde, usó la de Azul y Blanco, en dos franjas, en la postulación de Fernando Castro Cervantes. En las elecciones siguientes no se volvió a usar en ningún proceso electoral incluido el del 2018. No se usa no porque sea un Símbolo Nacional, sino porque no representa ni una coalición partidaria, ni ningún partido opositor políticamente, y porque no tiene ninguna referencia histórica, en la memoria, de haber sido un símbolo de oposición política que deba mantenerse.

Este Decreto en la práctica cívica e institucional del país nunca tuvo eficacia real, no se enseñó en las escuelas como parte de los Símbolos Nacionales existentes entonces, La Bandera Nacional, El Pabellón Nacional, La Letra y la Música del Himno Nacional, ni acompañó, pudiendo hacerlo en actos oficiales, a la Bandera o el Pabellón Nacional, así como en Nicaragua o en Venezuela se estila colocar la Bandera del Frente Sandinista de Liberación Nacional o del Partido Socialista Unido de Venezuela, de los partidos políticos gobernantes, a la par o alternando con la Bandera Nacional de estos países.

Quizá influyó en ello que todavía, en 1948, no se había fundado el Partido Liberación Nacional, que nació hasta el 12 de octubre de 1951, y adoptó la Bandera con los colores verde, blanco y verde, mientras que los grupos opositores, en esa época a Liberación Nacional, usaban los colores de la oposición anterior a 1948.

El Partido Liberación Nacional adoptó el nombre del Ejército de Liberación Nacional, pero no su Bandera, con el que José Figueres hizo su guerra, su movimiento armado. Y esta Bandera, verde, blanco y verde, ha sido usada e izada por este Partido con orgullo, distinción y como elemento identificatorio hasta que en las últimas dos campañas electorales, la de Johnny Araya y de Antonio Álvarez, la devaluaron y casi la eliminaron de sus elementos propagandísticos y electorales. Pudiera ser que ya no signifique tanto o mucho de su origen, ni se destaque como obra de nueve gobiernos de Liberación Nacional, de los 17 que hemos tenido desde 1953, o que el peso de los ocho gobiernos no liberacionistas de este período empiece a pesar más, en el inconsciente colectivo, que los ha tenido Liberación Nacional, sin que este Partido pueda encontrar al día de hoy su norte político, para las necesidades de la Costa Rica del 2022 y la del Bicentenario.

Los Símbolos Nacionales, las distintas Banderas y Escudos, los Escudos de Armas y el Pabellón Nacional, las Letras y Música del Himno Nacional, que se acordaron y elaboraron durante el transcurso de los siglos XIX y XX, plasman la idiosincrasia de momentos históricos de la formación de la nación costarricense, identifican los valores más destacados de la sociedad costarricense y los hacen verdaderos y tangibles elementos sagrados.

La Bandera es el símbolo más distinguido y preciado de la dignidad y soberanía nacional, y expresa la esencia de la unidad del pueblo, del patriotismo y de la soberanía, lo que hace que en sí misma tenga dos elementos fundamentales: poder y fuerza. Ante la bandera y la Constitución Política se juramentan las autoridades públicas, funcionarios de gobierno y ciudadanos que deben rendir el Juramento, así como el saludo que se lleva a cabo en ceremonias o actos cívicos.

La Bandera, El Pabellón Nacional, El Escudo Nacional y el Himno Nacional se consideran los Símbolos Nacionales Mayores, pues son los que representan de mejor forma a todo el pueblo y a la Nación costarricense, su territorio y sus valores.

La bandera como símbolo se coloca siempre en la cúspide, como expresión de mando, de unión y protección de la comunidad que con ella se manifiesta. Colocada al viento es una alegoría que indica que se mira el futuro.

Por ello se la considera como el más importante de todos los símbolos nacionales, pues es el que más une, el que más provoca la sensación de protección y de expresión nacional.

La Bandera es el símbolo de la Soberanía Nacional, de la Independencia Nacional, y el que expresa la pertenencia a la Nación. Se considera también a la Bandera símbolo de honor y de valor, de victoria y de representación de la Patria y la nacionalidad, lo cual se manifiesta en el alto sentimiento de llegar a “morir por la bandera”.

Si la Bandera también exalta hechos importantes que sintetizan un período de la Historia Nacional, como podría ser el Gobierno de Facto de la Junta Fundadora de la Segunda República, por la importancia que tienen muchos de sus Decretos y políticas para el desarrollo institucional posterior, propios, y de continuidad de la Gran Reforma Social de los años 1940-1947, que marcan toda esta época de la llamada Segunda República, y del desarrollo del Estado Social de Derecho, que se asocia a ella, al menos hasta 1978, la verdad es que en el proceso educativo nacional ni en la vida cívica cotidiana se exaltó ese espíritu del 48, como un elemento de identificación nacional, más allá de lo que los liberacionistas, como partidarios de ese Partido, y de la Obra de José Figueres enarbolaron.

La Segunda República, como categoría histórica no se asimila para ningún ciudadano, como elemento identificatorio, es más una categoría de referencia para señalar y referirse únicamente al Gobierno que siguió, por la fuerza de las armas, al Gobierno Constitucional de Teodoro Picado, 1944-1948. Ni siquiera se estudia, de manera importante en el proceso educativo en general.

Los conceptos de Primera, Segunda, Tercera, Cuarta o Quinta República, en los países que tienen estas segmentaciones de su proceso histórico, si tienen importancia y relevancia, y los ciudadanos distinguen esos períodos por grandes hombres, por sus rupturas institucionales o constitucionales o por sus grandes obras, como pueden mencionarse la Tercera, Cuarta y Quinta República de Francia o de Venezuela. Los ciudadanos en esos países se identifican y se sienten parte de esas definiciones republicanas, especialmente la Cuarta o la Quinta, las más recientes y la que se vive en el momento. Aquí, en Costa Rica, la Segunda República casi es un concepto vacío, sin significado consciente. El proceso histórico nacional, desde 1821, casi se ve como un continuo histórico, sin distinguir el Período de las Juntas Gubernativas, el de las Provincias Unidas de Centro América, República Federal de Centroamérica, el del Estado de Costa Rica, y el de las Repúblicas declaradas por José María Castro Madriz, en 1848, y por José Figueres, en 1948, al punto que se ha hablado, desde 1990, de fundar la Tercera República, y hay quienes hablan hasta de fundar una Cuarta República, sin haber sellado el capítulo de la República surgida en 1948, y sin haber hecho el balance de esta Segunda República incluso para determinar si lo que tenemos es una República de Segunda, y urge en ese sentido, entonces sí, fundar la Tercera República, tarea para el próximo Gobierno, porque no creo que se ponga esto como tema de la próxima campaña electoral, aunque llegare a haber un Figueres de candidato.

Por ahora lo que urge es derogar o anular el Decreto No. 168 de la Junta Fundadora de la Segunda República que estableció la Bandera de un movimiento o un partido político, el Unión Nacional, como Símbolo Nacional, con la obligación de ser usado en todos los actos cívicos oficiales, y en actos semejantes, lo que no se hace ni acostumbra. Además, reconocido por el Decreto mismo como Símbolo del Ejército de Liberación Nacional de José Figueres.

Si abolimos el Ejército institucional, con más razón debe abolirse, derogarse o anularse este Decreto porque mantiene un Símbolo que es a la vez un símbolo de un Ejército, en ese momento privado, de un grupo de ciudadanos, que no era el Ejército Nacional, el que fue abolido. El de Figueres fue disuelto y sus armas bien guardadas fueron.

De no derogarse antes de que se cierre el proceso de inscripción de partidos políticos, para las próximas elecciones, el Tribunal Supremo de Elecciones, tiene la obligación y el deber de velar porque esos colores, azul, blanco, azul, en tres franjas, en forma horizontal o vertical, no puedan usarse como emblema o bandera de ningún partido político, porque los Símbolos Nacionales de la Bandera y el Pabellón, y éste declarado por la Junta de Gobierno, que es otra Bandera, no pueden usarse, como símbolos de ningún partido político, ni para fines comerciales o de publicidad.

Si el Tribunal Supremo de Elecciones no hace nada, y tampoco se deroga el Decreto, un posible candidato como Rodrigo Chaves Robles, que anda creando, o buscando, Partido Político y Bandera, ya tiene una que representa históricamente una fuerza opositora, cuyo símbolo de oposición puede significar lo mismo simbólicamente para el momento actual.

En el caso de Rodrigo Chaves, de encontrar Partido ad hoc, en una Asamblea Nacional pueden cambiar su Bandera por ésta, así de fácil, antes de inscribirse en definitivo.

Por ahora, insisto, derogar o anular el Decreto No 168 es el imperativo nacional.

Escolares y vacas marinas

Escolares y vacas marinas2

Las vacas marinas o manatíes son mamíferos que pueden vivir hasta 70 años, medir 5 metros y pesar 500 kg. Habitan en agua dulce y salada y resultan vitales para el control de las poblaciones de plantas acuáticas, y la remoción de nutrientes.Su único depredador es el hombre.

Es una especie que hace 20 años era considerada extinta en Costa Rica, sin embargo, actualmente hay indicios de una posible recuperación en el Caribe.

Es por esto que con disfraces y pancartas, escolares hacen un llamado ambiental a una declaratoria del manatí como símbolo nacional de la fauna marina. Desean que el MINAE se comprometa con su protección; e invita a las organizaciones no gubernamentales, empresas privadas y públicas, a promover programas de educación y sensibilización, dirigidos a la conservación del manatí.

Escolares y vacas marinas

Los gestores de esta iniciativa son dos niños de la Escuela de Barrio Limoncito, Aldeir Cortés Cash y Fabiola Salas Miranda, su maestra, Janeth Ibarra Chavarría y el biólogo de la UNA, Alexánder Gómez.

Desde el año 2011, el Consejo Académico de la UNA resuelve apoyar formalmente la promoción y seguimiento de dicha iniciativa, por lo que la Escuela de Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional (UNA) invita a su actividad “Escolares y vacas marinas inundan Asamblea Legislativa” a realizarse el próximo martes 29 de agosto de 2014 en la Asamblea Legislativa.

Más detalles: Oficina de Comunicación, UNA  teléfonos  2237-5929 / 2277-3067.

Ilustraciones: https://es-es.facebook.com/ConservacionDelManatiEnCostaRica

 

Información enviada a SURCOS por Oficina de Comunicación de la UNA.

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