Se me asa la cara de vergüenza
Lic. Rafael A. Ugalde Quirós
Comienzo aclarando que tuve dos opciones frente a la lectura de la moción apoyada por la mayoría de los diputados del Frente Amplio (FA) en la Asamblea Legislativa, contra el pueblo cubano, pues para nadie es un secreto la está pasando mal por un feroz bloqueo financiero y comercial, recrudecido por la nazifascista administración Trump. Guardaba silencio cómplice y cobarde, me dije, esta madrugada, como lo están haciendo hasta ahora partidos políticos, centrales sindicales, movimientos populares, intelectuales y profesionales, en otra hora incondicionales defensores de los pueblos y sus causas justas, inspirados por el ejemplo de grandes hombres y mujeres como Juan Rafael Mora, el General Cañas, Joaquín García Monge, nuestra Carmen Lyra, Joaquín Gutiérrez, Manuel y Eduardo Mora, José Merino y un gran etcétera, o levanto la voz, aunque hoy sea la única, contra los cómplices y cobardes, que con su significativo silencio atacan a Cuba y los pueblos del mundo, junto a quienes luchan por su libertad e independencia.
Comprendo plenamente que esta Asamblea Legislativa es el punto de coincidencia de sionistas, defensores de los mata niños en Gaza, de grandes exponentes del chauvinismo, al mejor estilo nazi, así como del moderno fascismo repartido estratégicamente a lo largo de Nuestra América.
Si, fascismo puro y simple con F y A mayúsculas. Sin embargo, no obsta lo anterior, para descubrir cómo se asumen posiciones oportunistas contra la Cuba de Martí y Fidel, al mejor estilo de cantina barata y burdel propios, representados por nuestra politiquería, con miras a las elecciones de 2026. El imperialismo yanki – no vengan a decirme quienes guardan silencio cómplice que eso ya cambió – cobra a la Revolución y a su pueblo su rebeldía, no ponerse de rodillas ni implorar clemencia. Ese pueblo no conoce ese idioma. Lo conozco y se los garantizo. Por eso, acude al trillado negocio de los Derechos Humanos, los presos políticos, el terrorismo, la democracia, bla bla que, la izquierda caviar, «progre» etc., tiene años de memorizar el mantra.
Si, son los derechos humanos revestidos de cinismo puro, que les permite cazar negros, blancos, chinos, mujeres, niños, etc., como en la época de la esclavitud, encadenar sus manos y pies de estos seres humanos y luego registrarlos como criminales, cuando sus supuestos criminales lo único que hicieron fue llegar a Estados Unidos por un «sueño americano» que, sin duda alguna, la gente del FA, al apoyar la moción contra la Revolución, lo invita a usted a que se coma el cuento del «sueño americano» y ayude a poner grilletes a la gente más humilde. No es, por tanto, humillante ni violatorio a los Derechos Humanos.
La aberrante moción diputadil, entre otras cosas, habla de presos políticos en Cuba, pero por un asunto de decencia y ética mínima, ya sabemos que en algunos casos es difícil pedir sapiencia, debieron de exigir al menos a quien o quienes enviaron redactada la iniciativa legislativa para su firma, un par de nombres de esos pobres presos políticos, a fin de evitar una «pelada» y ridículo mayor. No llevan razón política ni jurídicamente hablando, cuando plantean el tema electoral para Cuba dentro del llamado marco de «elecciones democráticas» y carencia de partidos, al mejor estilo de la democracia que hizo diputados a gente del FA. ¡Dios o el diablo saben por qué eligieron tan poquitos legisladores y por qué no da alas a animal ponzoñoso! Acaso esta gente desconoce que en Cuba hay elecciones periódicas y que los candidatos a los distintos puestos son escogidos en representación de los distintos sectores sociales, pueden ser revocados de sus puestos si salen inútiles, corruptos o con algún grado de invencibilidad política. Esta democracia es popular y directa por la participación y empoderamiento que adquieren todo tipo de trabajadores y trabajadoras. Esta democracia -como hay muchos otros tipos en el mundo- no tiene que ser exclusiva ni tampoco única del sistema cubano o suizo, entre otros, excepto que se renuncie al derecho de organización política que cada país tiene y escojamos el injerencismo en los asuntos internos de otras naciones como forma vulgar, chambona, descarada y sin reservas de hacer politiquería de borracho.
Este sistema de escogencia, al menos para Cuba, no permite que los candidatos a puestos populares tengan que correr hacia banqueros de cuestionadísima reputación, como en el pasado, para dejar empeñada su conciencia y dignidad por unos dólares más cuando alcance, por ejemplo, una diputación. Antes de 1960 eso sí ocurría: dueños de puteros, banqueros cuestionados por lavar dinero de la mafia, del contrabando o la drogas (muchos entraban al parlamento cubano como Pedro por su casa), pues no necesitaban presentarse como candidatos a la presidencia de la República, a diputado o a un puesto en el municipio, porque ya tenían comprada su peonada vía financiamiento a sus partidos políticos y a quienes resultaban electos. Iban por el paquete completo y si usted quería estatus y riqueza era cuestión de fundar una de estas organizaciones electorales para traficar influencia, lavar dinero. esconder activos etc.
Por eso, no puedo guardar silencio frente a la injusticia, máxime cuando recuerdo que miles de cubanos y cubanas han quedado ciegos porque hay una prohibición de vender unas gotas para bajar la presión ocular a quienes padecen de glaucoma. Otros han sido amputados de sus piernas por falta de medicamentos contra la diabetes. Que son miles los niños que salen de su escuela con hambre y no saben si encontrarán su almuerzo caliente porque a Cuba se le prohíbe vender piezas de repuestos para sus centrales de electricidad. Aun así, la tienen como violadora de derechos humanos y en una lista de países promotores de terrorismo, porque al imperio supremo, al que parece desde hace rato se alineó la gente del FA, ordena enlistarla, aunque nunca ha puesto una bomba en un avión cargado de deportistas en Barbados, ni lanzado virus contra plantaciones agrícolas en ningún país del mundo, ni ha invadido este o aquel país, para cambiar de gobierno, llámese Guatemala, El Salvador, Granada, Nicaragua, Panamá, República Dominicana, Haití, ni ha robado a nadie territorio alguno.
No obstante, la ofensiva yanki, tendiente a estrangular a Cuba, no solo se seguirá reflejando en nuestra Asamblea Legislativa, sino se verá en universidades y foros, en la medida que lo permitamos, obligándonos a guardar silencio cómplice. Pero esta ofensiva nazi fascista-sionista, también nos enseña que quienes plantean unidad, refundación, alianzas etc., con grupos veletas sin que, abordemos a fondo y discutamos sin tapujos, cuestiones de urgente actualidad, si realmente vale la pena y acaso es posible un proyecto país de democracia popular, antimperialista, de justicia social y soberano, sin que el asunto no esté resuelto por el fondo y transparente totalmente.
O por el contrario, en aras de esa unidad pegada con saliva, o como quieran llamarla, sacrificamos principio, frente a unas próximas elecciones 2026, sin ningún contrapeso serio y decoroso frente a la oligarquía. En el plano exterior, este silencio hiriente y cruel por lo que han hecho al pueblo cubano, está diciendo a todos los hermanos y hermanas de Nuestra América: ¡Conózcanos! No queda nada de la Gran faena antimperialista de 1856.
Y el suscrito está lleno de defectos, diría que cargo con miles de ellos, nací en esta tierra, pero un momentito, ¡por favor! ¡Oportunista no soy!
12 de julio 2025.