Trazando el futuro: desnutrición y retraso en el crecimiento infantil en Costa Rica

Por Dereck Marín Bonilla*

El corazón de la economía recae en la fuerza impulsora más valiosa y poderosa, la niñez; sin embargo, en Costa Rica una sombra amenaza su potencial futuro económico, la desnutrición infantil que genera efectos perjudiciales en la salud y desarrollo cognitivo en la población, convirtiéndose en un obstáculo para el progreso económico y social del país, ya que las cifras esconden una dolorosa y urgente necesidad de abordar el desafío económico y humanitario.

La desnutrición infantil en Costa Rica tiene implicaciones significativas para el bienestar de la niñez, tal es el caso en el retraso en el crecimiento, en el cual se observa un aumento en la prevalencia de una estatura baja para la edad de los niños menores de 5 años, ya que según el Banco Mundial para el 2008, el 5,6% de los niños costarricenses presentaba este problema, pero para el 2018 la cifra había aumentado en un 60%, siendo un 9% de la población infantil afectada, lo que demuestra una situación preocupante, ya que informes de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) (2017), UNICEF (2016) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) (2021) demuestran que los niveles de crecimiento inferiores están generalmente asociados a niveles de desnutrición infantil, que ordinariamente están vinculados a consecuencias de largo plazo en el nivel educativo y el funcionamiento intelectual, limitando las oportunidades de empleo y capacidad para contribuir al desarrollo económico del país.

En cuanto a la desnutrición aguda, caracterizada por el bajo peso infantil para la edad y el crecimiento, se evidencia un aumento en la prevalencia, ya que en el 2008, el 0,9% de los niños menores de 5 años presenta bajo peso para su edad, sin embargo, para el 2018, la cifra había aumentado al 2,9%, lo que lo traduce en uno de los niveles más altos de desnutrición aguda en el país, solo superado por el 3,8% del año 1996, despojando de un desarrollo cognitivo y físico integral a los infantes costarricenses.

Asimismo, el nivel de inseguridad nutricional en Costa Rica afecta a una gran proporción de hogares con niños de menores de 5 años, ya que según el Ministerio de Salud para el 2020, el 22% de los hogares se veía obligado a reducir la calidad y/o cantidad de alimentos por razones económicos, afectando negativamente la capacidad de aprender y prosperar en entornos educativos del infante. Sin embargo, es posible que los niveles de nutrición hayan empeorado debido a la pandemia del COVID-19, ya que una de las principales fuentes de alimentación nutritiva de los infantes costarricenses recae en comedores infantiles, y el cierre por pandemia pudo disminuir los niveles de nutrición, ya que, como indican Lizano-Vega, M., Madrigal, N., & Cerna-Solís, I. (2021) la totalidad de hogares encuestados demostraron alguna inseguridad nutricional.

Estas cifras destacan desigualdades socioeconómicas significativas, que posibilitan un impacto negativo en el desarrollo humano y crecimiento de Costa Rica, ya que la desnutrición aguda y crónica pueden llegar a limitar el capital humano del país, impactando la productividad y desempeño económico del capital humano a largo plazo, así como el aumento de costos en atención médica, educativa, entre otros problemas sociales para abordar la malnutrición.

Enfrentar la desnutrición infantil y el retraso en crecimiento en Costa Rica es una necesidad para forjar el futuro, ya que datos sobre la prevalencia de estos problemas (posiblemente aún más agravados por la pandemia COVID 19) obligan a reflexionar sobre las desigualdades socioeconómicas y costos humanos que acarrea, haciendo imperativo la necesidad de implementar políticas y programas que aborden el futuro de Costa Rica; su niñez.

*Estudiante de la Maestría en Economía del Desarrollo con énfasis en Competitividad Empresarial, Escuela de Economía, UNA.

Oficina de Comunicación
Universidad Nacional, Costa Rica

 

Imagen ilustrativa.