UCR: Danzas con acento en luchas y rescate de la herencia cultural

Múltiples expresiones artísticas indígenas costarricenses rinden homenaje a la naturaleza, a sus luchas ancestrales en defensa de sus territorios y a su cosmogonía. Fotos Anel Kenjeekeva-ODI, UCR.

En el Día de la Persona Indígena Costarricense la compañía Danza Universitaria rindió homenaje a sus expresiones dancísticas y artes ancestrales

Autoría: Eduardo Muñoz-Sequeira (Vicerrectoría de Acción Social)

Con la presencia de agrupaciones de baile y producciones artísticas de cinco comunidades indígenas costarricenses la agrupación Danza Universitaria (DanzaU) dio un paso adelante en el reconocimiento de sus expresiones dancísticas como parte de la iniciativa Paréntesis Espacio de Danza, una plataforma que destaca los aportes de personas o instituciones a la danza mediante vivencias cercanas que tienen pocas posibilidades de vinculación en los circuitos culturales predominantes en el mundo.

La actividad realizada entre el 22 y 24 de marzo en el campus de la Universidad de Costa Rica (UCR) fue el preludio para la conmemoración del Día de la Persona Indígena Costarricense, establecido por decreto cada 19 de abril, con el fin de motivar a la reflexión sobre el trato y las condiciones que estas comunidades tienen en Costa Rica, así como en el resto de América. Aunque dicha celebración fue acogida por el Primer Congreso Indigenista Interamericano, celebrado en Patzcuaro, México, la fecha solamente fue acogida en ese momento por Costa Rica, Brasil y Argentina; y el Estado costarricense lo oficializó en 1971.

Cada 19 de abril se pone en relieve el aporte de las culturas indígenas del país, destacando su cultura. En ese sentido, la sétima edición de Paréntesis Espacio de Danza “la dedicamos a las danza indígenas costarricenses, concretamente a las comunidades Bribri, Ngäbes, Malekus, Borucas y Cabécares, como un homenaje a nuestros pueblos originarios, al aporte de su cosmogonía en la construcción de nuestra multiculturalidad; al reconocimiento de sus luchas por la recuperación de sus territorios y a la dignificación de su cultura y de sus condiciones de vida”, comentó la magister Carolina Valenzuela Hernández, productora de DanzaU.

Este encuentro artístico es parte de las iniciativas impulsadas por la Vicerrectoría de Acción Social (VAS) de la UCR, que mediante la coordinación con la  Red Institucional para el Trabajo Conjunto con Pueblos Indígenas (RIPI) propone un diálogo entre la comunidad universitaria y los pueblos y territorios indígenas, desde una ética y práctica institucional que reconozca la autonomía de los pueblos indígenas y el reconocimiento, promoción, defensa y exigibilidad de sus derechos, con la finalidad de ser un vínculo o canal de comunicación que permita abrir espacios de diálogo interculturales e interdisciplinarios.

Según Valenzuela, esta fue la primera vez que Paréntesis se enfocó hacia las expresiones artísticas indígenas nacionales, lo que implicó una gran logística para lograr que las personas delegadas de estas cinco etnias compartieran con la comunidad universitaria sus saberes.

Entre las interpretaciones dancísticas presentadas estuvieron el Juego de los Diablitos, Cagrúv rójc en lengua boruca, un baile tradicional que rememora la lucha de este pueblo en contra de los invasores españoles durante la época colonial. Por su parte, el grupo Kigaribu Ngäbe presentó varias propuestas, entre ellas la Danza de la Madre Tierra; sus danzas se arraigan al diario convivir con los elementos de la naturaleza. Su esencia está en hacer homenaje a la preservación de las especies de animales, bosques, ríos, las cuales muchas veces están en peligro de extinción”, afirmó Wilfredo Montezma Rodríguez, integrante de dicha agrupación Ngäbe.

El grupo de bailarines bribris compartieron la Danza del Sorbón, un baile comunitario que simboliza la estructura social de una comunidad fuerte y capaz de enfrentar las adversidades bélicas, económicas y sociales. Además, el público pudo disfrutar de danzas cabécares como El Toro, La Serpiente y Siwá Pákö. Los maleku trajeron al campus universitario un espectáculo de teatro de sombras. La programación incluyó exposición de trabajos artesanales y un taller de máscaras borucas.

INTERCAMBIO DE SABERES

Para Carolina Valenzuela la danza contemporánea tiene cabida para múltiples propuestas artísticas, y en ese sentido la apertura a las danzas indígenas costarricenses permitieron un intercambio de conocimientos entre DanzaU, bailarines participantes en Paréntesis Espacio de Danza y las personas que vinieron desde las cinco etnias originarias costarricenses invitadas.

DanzaU ya ha trabajado el tema indígena con directores anteriores, como la coreografía creada por Rogelio López en los años ochenta con “Tierra de Maíz”.

“La participación de agrupaciones indígenas abrió una ventana de cooperación futura con Danza U, ya que estamos considerando incluir de manera permanente el aporte indígena en las siguientes ediciones de Paréntesis”, comentó la productora artística.

Incluso, consideró Valenzuela, se puede pensar en propiciar espacios más amplios como encuentros regionales donde grupos dancísticos compartan sus propuestas artísticas, ya que la experiencia de la sétima edición de Paréntesis se convirtió en una oportunidad de intercambio entre los mismos grupos participantes.

Finalmente, Justo Avelino Torres Layan, maestro de cultura bribri y habitante de Suretka, Talamanca, agradeció la invitación “porque pocas veces somos tomados en cuenta en estos lugares de mucha energía. Luchemos cada día por ser forjadores de la paz, tejedores de nueva esperanza, de una nueva humanidad porque al final todos somos hermanos, con diferente cultura pero es la misma inspiración de Sibö”.


COSTARRICENSES HASTA QUE MUERA EL SOL

Según el último Censo de Población realizado en el 2011 por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, en Costa Rica unas 105 mil personas costarricenses se reconocen como indígenas, habitando en 24 territorios que representan el 7% del país.  Este dato es el cálculo oficial según los decretos de creación de dichas zonas porque gran parte sigue invadida por ocupantes no indígenas, cuya lucha por su recuperación sigue atentando contra los derechos reconocidos por el Estado y ha ocasionado el asesinato de líderes que perdieron sus vidas en su afán de recuperar las tierras ancestrales de los pueblos que aún preservan su legado cultural. 

A la fecha se reconocen ocho pueblos indígenas, a saber Huetar, Maleku, Bribri, Cabécar, Brunka, Ngäbe, Bröran y Chorotega, que constituyen aproximadamente el 2.5 % de la población. 

El olvido estatal y la falta de políticas claras para brindarles igualdad de oportunidades a las personas indígenas se evidencia en sus altos índices de pobreza.  Aunque el 20% de la población nacional se califica como pobre, las personas de los pueblos indígenas superan alarmantemente dicho porcentaje, de la siguiente manera:  cabécares 94.3 %; Ngäbe 87 %; Bröran 85.0 %; Bribri 70.8 %; Brunka 60.7 %; Maleku 44.3 %; Chorotega 35.5 % y Huetar 34.2 %.

El Decreto Ejecutivo  Nº 1803-C, promulgado en 1971, estableció que cada 19 de abril será un día para que el pueblo costarricense reconozca sus orígenes, para rescatar y defender la herencia de sus antepasados. 

En agosto de 2020, el Consejo Universitario de la UCR reafirmó el compromiso en la defensa de los derechos fundamentales de las poblaciones indígenas, el reconocimiento de sus territorios, su cultura y sus identidades, así como de las formas en las que se organizan política, económica y socialmente.

Desde la Vicerrectoría de Acción Social se trabaja en unos 55 proyectos que tienen como fin cumplir con ese compromiso. Algunos de ellos, además de la RIPI, son Narrativas audiovisuales de resistencia de mujeres indígenas de Talamanca;  y Acompañamiento en el diseño de un modelo para el buen vivir en la comunidad Térraba-Brörán, Se’ Siwa’: cocreación del libro de historias bribris en el territorio KéköLdi,  Desarrollo de Capacidades en la Atención Primaria de la Salud en Población Ngäbe, Lenguas y tradiciones orales de Costa Rica y Escucha, expresión y acción: Ciudadanía en personas jóvenes de Talamanca, entre otros.