Apuntes sobre el acontecer en Tortuguero

Oscar M Solano Aguilar

 

Parte dos: Parque Nacional genera más de ¢20 350 000 anuales pero mal funciona con severas limitaciones

Apuntes sobre el acontecer en Tortuguero parte 2

Panorámica del poblado.

 

2500 a 3000 turistas extranjeros. Cada uno paga $15 de ingreso. Del contingente de turistas nacionales que pagan entrada no indagué.

Lo cierto es que según me han afirmado fuentes muy confiables, tres guarda parques no guardan los parques, venden tiquetes. Eso porque solo una funcionaria estaría contratada para la boletería. Un sitio muy deteriorado por cierto.

Es tan numerosa la visitación que abren a intervalos por media hora para vender tiquetes ya que los turistas deben entrar por grupos y permanecer 2 horas dentro del parque, salir y dar paso a los que siguen. A veces esperan hasta una hora en la fila para la adquisición del tiquete.

Pero hay una solución en el teatro del absurdo. Los tiquetes pueden ser comprados anticipadamente en San José o el día antes en la boletería cuando por la tarde ya la afluencia es menor. Para que los turistas hagan la fila nuevamente el día siguiente y les sellen el tiquete. ¿Tercermundismo o culto a la estulticia en los tiempos de la informática y chips con lectores que descuentan automáticamente?

Consecuencias: mala imagen, cansancio de turistas a quienes se les pone cuesta arriba sus vacaciones y estancia. También trabajadores fatigados y quien sabe de qué humor. Depredación por cacería furtiva y pesca ilegal ya que guarda parques se dedican a vender boletos, no a cumplir las funciones para las que fueron contratados.

O sea, más de ¢20 millones de colones anuales se van a la caja única y no se revierten correctamente en la autogestión del parque para mejoras de infraestructura, tecnología, más empleo porque se requiere de más funcionarios. Con lo anterior mejores servicios, más cuido de flora y fauna, más visitación y todos ganaríamos.

Claro que un porcentaje ha de servir para amortiguar las necesidades de parques y reservas sin visitantes. Eso es obvio. Más eso no es justificante racional para explicar el impedimento a que del pastel, al lugar que genera los ingresos se le asigne los recursos idóneos en infraestructura, humanos y de logística y vigilancia.

Pero no. Constituye el asunto otra evidencia de que quienes administran la cosa pública, ya sea funcionarios políticos que se hacen elegir o técnico-profesionales no están en nada.

Bueno, si están en algo. Porque todo da para la retórica en el discurso de quien se ufana desde el púlpito o la oficina “de lo carga” que es su administración o gestión, pero ni siquiera conocen los lugares. Menos los problemas, a los pobladores y las necesidades, pero toman decisiones que se para el sol a verlos.

 

Enviado a SURCOS Digital por Oscar Solano.

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