Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)
Fueron episodios aislados pero algo los conectaría: las variables socio ambientales ya están presentes irreversiblemente en las dinámicas de las movilidades poblacionales en Costa Rica.
Los recientes episodios de altamarea en la costa pacífica, concretamente en el puerto de Caldera, evidencian una dinámica cada vez más presente en las costas globales: el continente está siendo alcanzado por el océano y con ello disputa a las poblaciones su estabilidad.
Lo de Caldera es ya un asunto recurrente y debería ser objeto de una intervención interinstitucional que no solo observe cómo las olas rompen las estructuras de concreto y cemento, sino cómo la dinámica del calentamiento global (que ahora pasó a la etapa de ebullición global según el Secretario General de Naciones Unidas Antonio Guterres) provoca los desequilibrios entre las condiciones de habitabilidad y los seres humanos.
El segundo hecho pasó hace apenas unos días en el norte costarricense, concretamente en Aguas Zarcas, donde la acción devastadora de la furia de un río convertido en cabeza de agua se sumó a la absoluta falta de previsión histórica para construir en sitios no aptos para el establecimiento poblacional. No hubo víctimas que lamentar, pero si muchas pérdidas materiales y la amenaza que, contrario a lo que plantean las autoridades gubernamentales y municipales, lo peor está por venir.
En un informe preparado hace algunos años recientes por la abogada española Beatriz Felipe Pérez, se incluye el término migrante climático, que sería aquella: «Persona o grupos de personas que, debido a la degradación ambiental relacionada con el cambio climático, de aparición repentina o de desarrollo lento, que afecta negativamente a su vida, se ve ante la necesidad de abandonar su hogar, temporal o permanentemente, de manera individual o colectiva y a nivel interno o internacional».
Bien haríamos en Costa Rica (y en el conjunto de la región centroamericana) empezar a discutir estos conceptos e incorporarlos como parte de las discusiones orientadas a generar políticas públicas.
El desplazamiento ambiental ya está entre nosotros. Es urgente su atención.