Día Mundial de la lucha contra el Sida 2023: ¡¡Qué lideren las comunidades!!

Dra. María Paz León Bratti
Especialista en Inmunología
y Medicina Interna
Miembro de Número de ACANAMED

A 42 años de las primeras descripciones de la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) en Estados Unidos de América y Europa, esta infección continúa siendo una de las principales pandemias que ha experimentado la humanidad y un serio problema de salud pública en la mayoría de los países del mundo.  Las últimas estadísticas de ONUSIDA-OMS, indican que para el 2022 existían 39 millones de personas viviendo con el VIH en el mundo. Sólo ese año hubo 1,3 millones de nuevas infecciones por VIH y fallecieron 630 mil personas por enfermedades relacionadas al sida.  Si revisamos los datos globales desde que se inició la epidemia, se estima que en total se han infectado 85,6 millones de personas por VIH y han fallecido cerca de 40 millones de individuos por enfermedades relacionadas al sida.

Recordemos que el VIH es un virus que ataca el sistema inmune del cuerpo. Si el VIH no se trata puede causar sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) o como se le prefiere llamar ahora, enfermedad avanzada por el VIH.  Sabemos que en la actualidad no hay una cura eficaz para esta infección. Una vez que se contrae el VIH, se lo tiene de por vida. Sin embargo, con atención médica adecuada, se puede controlar la infección. Las personas con infección por el VIH que reciben tratamiento eficaz y atención médica adecuada pueden tener una vida larga y saludable, y proteger a sus parejas.

La infección por el VIH en los seres humanos provino de un tipo de chimpancé de África Central. Los estudios muestran que el VIH pudo haber pasado de los chimpancés a los seres humanos ya a finales de los años 1800.  El virus probablemente pasó de los chimpancés a los seres humanos que cazaban a estos animales para comer su carne y entraron en contacto con la sangre infectada.  El VIH se propagó lentamente por toda África a lo largo de varias décadas y luego pasó a otras partes del mundo. Se estima que el virus está presente en los Estados Unidos al menos desde la segunda mitad de la década de 1970.

La única forma real de saber si alguien tiene el VIH es realizando pruebas de laboratorio para detectar anticuerpos o partes del virus.  Ahora se cuenta con pruebas muy sencillas en sangre o en saliva, que pueden detectar si la persona tiene la infección y dan resultados certeros en menos de una hora.   La realización de pruebas, por tanto, es fundamental para lograr diagnósticos tempranos.  Además, para un individuo saber si tiene o no el virus le ayuda a tomar decisiones saludables para prevenir contraerlo o bien transmitirlo a otros.

Desde sus inicios esta epidemia se ha acompañado de mucha investigación y se han dado grandes avances científicos.  Aunque aún no contamos con una vacuna preventiva, si se han logrado terapias altamente efectivas que controlan totalmente la replicación viral convirtiendo el problema en una enfermedad crónica y además, disminuyen en forma muy significativa la transmisibilidad. Actualmente dichas terapias se han simplificado al grado de darse en una sola tableta diaria o incluso en inyecciones cada mes o cada 3 meses, con pocos efectos secundarios.  De las cosas más importantes, es que estas terapias se han hecho accesibles a una gran mayoría de los que la necesitan y los datos de ONUSIDA indican que para el 2022 la recibían cerca de 30 millones de personas viviendo con VIH.

El concepto actual de la enfermedad por VIH, por tanto, es que no hay cura efectiva para la misma.  Sin embargo, con acceso adecuado a prevención, diagnóstico, tratamiento y atención, incluidas las infecciones oportunistas, la infección por VIH se ha convertido en una condición de salud crónica manejable, permitiéndole a las personas que viven con el virus tener una vida larga saludable y proteger a sus parejas.  De hecho, si los pacientes inician la terapia correspondiente en etapas iniciales de la infección, su expectativa de vida es la misma que para los individuos de su mismo grupo de edad.

A nivel de investigación biomédica, el enfoque actual es buscar una cura real y poner fin a la epidemia por VIH.  Por ello es fundamental no perder el apoyo internacional ni las acciones conjuntas que se han realizado en esta enfermedad a lo largo del tiempo.  Este es el principal motivo por el que el lema internacional del día mundial del sida de este año 2023 es ¡Que lideren las comunidades!

¿A qué se refiere ONUSIDA con este lema?  Indican ellos que “para poner fin al sida, el mundo necesita que las comunidades vayan a la cabeza”.   Se considera que la primera línea de lucha para progresar en la respuesta al VIH deben ser las organizaciones de comunidades que viven con el VIH, que corren el riesgo de contraerlo o que se han visto de alguna manera, afectadas por el virus.  La ventaja de este enfoque, recalcan sus promotores, es que las comunidades conectan a las personas con los servicios de salud pública centrados en las personas, generan confianza, innovan, supervisan la implementación de políticas y servicios y responsabilizan a los proveedores.

En este momento lo mejor que podemos hacer en cuanto a infección por VIH, en beneficio de las personas infectadas, desde el punto de vista individual y también desde el punto de vista comunitario y de prevención, es un diagnóstico temprano.  Esto sólo se logra promoviendo la realización de pruebas de VIH sin grandes dificultades y con resultados rápidos transmitidos oportunamente a las personas. El involucramiento de las comunidades en estas campañas ha demostrado ser de gran valor e importancia.

Termino con las palabras de la directora ejecutiva de ONUSIDA, Winnie Byanyima: “el fin del sida es posible, está a nuestro alcance. Para seguir el camino que pone fin al sida, el mundo debe dejar que las comunidades asuman el liderazgo».