«Este sentir es por lo nuestro». Comunidad La Gamba

“Este sentir es por lo nuestro. Y lo nuestro es tangible: son nuestros recursos naturales, son nuestros bosques, son nuestros mares, son nuestras ballenas” -Marcos Villegas Castro.

Como parte de la temporada de Tertulias 2023: «Sol Lucet Omnibus», el viernes 25 de agosto se transmitió la décima Novena Tertulia: «Importancia de los Servicios y Actividades no Esenciales (SANE) en el Parque Nacional Piedras Blancas para la comunidad de la Gamba de Golfito», en vivo desde Golfito.

La tertulia fue llevada por:

  • Ronald Moya Díaz – Presidente Asociación Desarrollo Integral La Gamba, Golfito.
  • Gilberto Cerdas Franco – Guía Turístico y Miembro Comité Turismo La Gamba, Golfito.
  • Marcos Villegas Castro – Secretario Asociación Desarrollo Integral La Gamba, Golfito.

Como anfitrión participó: 

  • Régulo Solís Argumedo – Jefe de la Sede Dr. Celedonio Ramírez R. de la UNED de Guápiles.

En primer lugar, antes de comenzar la tertulia, se presentó un audiovisual corto donde Maritza Sánchez Porras, vecina de la Comunidad de la Gamba, comenta que desde hace 3 meses, la comunidad fue preparándose para el tercer festival ambiental, el cual celebran cada año. Asimismo, en este Festival Ambiental participan diversas comunidades con talleres sobre cómo cuidar el medio ambiente, y con la oferta de sus productos.

De regreso a la tertulia, Régulo comenta que la comunidad de La Gamba se encuentra adyacente al Parque Nacional Piedras Blancas, quien ha manifestado interés en participar de los beneficios sociales y económicos que genera un Parque Nacional. En ese sentido, el Sistema Nacional de Áreas de Conservación tiene figuras que permiten la participación de la comunidad en la gestión de las distintas áreas de vida silvestre.   

Como forma de introducción al proceso que ha llevado a cabo la comunidad para lograr establecer la concesión para gestionar los servicios y actividades no esenciales, Marcos Villegas aborda el contexto histórico. En este sentido, menciona que desde el año 1994, surgió un movimiento ambiental que estuvo siempre respaldado por las asociaciones de desarrollo, denominado “Movimiento socioambiental para el desarrollo”. 

Durante esa época, expresa Marcos, dieron luchas importantes contra una compañía forestal canadiense que iba a instalarse en el Golfo Dulce para construir un astillero de árboles de melina. La comunidad logró detenerla gracias a una iniciativa civil. Posteriormente, el flagelo de la deforestación, en 1997, con grandes compañías nacionales que buscaban despoblar totalmente la Península de Osa y también, a través de los comités de vigilancia de los recursos naturales, las comunidades dieron la lucha y lograron minimizar esos daños.

Asimismo, participaron en mitigar las medidas en contra de la fauna. Las comunidades como grupos organizados, se dieron la tarea de gestar un desarrollo autóctono. Desde ese momento, vislumbraron la posibilidad, con la creación del Parque Nacional Piedras Blancas, de crear una figura de manejo compartido, una cogestión del área silvestre protegida que estaba creándose para que las comunidades participaran de sus labores; inclusive de protección.

De este modo, las comunidades realizaron visitas a otros lugares donde se desarrollaban experiencias similares, para visualizar e implementar algo similar. Sin embargo, hoy en día, Marcos señala que las comunidades no lo han podido lograr, y siguen viendo los parques nacionales muy lejos de constituir un desarrollo para ellas. Por ello, la meta de la Asociación de Desarrollo Integral La Gamba es hacer esto realidad: que estos sean gestores activos de la sociedad civil en el manejo de un área silvestre, la cual es patrimonio de toda la humanidad. 

Antes del 2020, año que comenzó la denominada figura de los servicios no esenciales, la comunidad ya había comenzado a celebrar el festival ambiental con el fin de concientizar a la población así como invitar a los personeros del área de conservación para que les ayudara en dicha gestión. Los festivales ambientales continuarán siendo organizados, según señala Ronald, hasta que la figura de servicios no esenciales y el manejo compartido sea una realidad para la comunidad La Gamba.

Bajo la misma línea, según Ronald Moya, Marino Ballena se constituyó como Parque Nacional y con los servicios compartidos con el MINAE gracias a una ley vigente con la cual, la comunidad La Gamba podría luchar por acceder a obtener los servicios no esenciales. De igual forma, Gilberto añade que las personas que tienen microempresas y proyectos se verían muy beneficiadas, a través del desarrollo del turismo en la zona.  

A modo de ejemplo de experiencias similares en el eco-manejo comunitario, Régulo menciona al Refugio de vida silvestre Gandoca Manzanillo y el Parque Nacional Cahuita, las cuales tienen años de ser gestionadas por las personas de la comunidad de forma exitosa, pero desconocida para personas externas. 

Según Régulo, uno de los mitos que lograron desmentir al visitar dichas áreas protegidas es la creencia de que, si las comunidades vecinas llegan a ser gestoras, las áreas van a sufrir un deterioro.

Al contrario, lo que encontraron en Manzanillo y en Cahuita fueron zonas altamente protegidas y debidamente gestionadas con un mantenimiento de primer orden las cuales generan empleo e invierten en la comunidad. Además, el aporte voluntario al ingresar, debidamente registrado, es un presupuesto que permite cuidar de las zonas. Conocer experiencias como estas es importante porque son las evidencias que se tienen en pro del ambiente.  

Ahora bien, en cuanto a la posición que tiene el Sistema Nacional de Áreas de Conservación respecto a las gestiones hechas por la comunidad La Gamba, Marcos comenta que no existe una gestión con las comunidades para que estas puedan agilizar el proceso y poder acceder a los servicios no esenciales. Aún existe el mito entre las instituciones de que las comunidades tienen mentalidad de “banana república”, a quienes no se les considera como gestores de su propio desarrollo. Esa también es una lucha que las comunidades están dando. 

Otro reto presente es el interés por la privatización del Parque y la compra de tierras por parte de empresas grandes, lo cual erradicaría a la comunidad. 

Tal y como Marcos señala, a pesar de los constantes intentos de entes externos por apropiarse de los recursos, existe una gran conciencia entre las personas vecinas de que los recursos naturales son de todos, y que hay que defenderlos. Y que si bien es importante abrirse hacia cosas nuevas, hay que hacerlo con mucho cuidado.

En este sentido, Rolando hace un llamado a las universidad públicas para que apoyen  a las comunidades en estas luchas.

Para poder avanzar, señala Marcos, es necesario sacudir la inutilidad institucional, no solo del SINAC sino también del gobierno municipal, el cual debe tomar en cuenta que los recursos naturales son la base de todo cantón, así como establecer políticas que fomenten la participación de las organizaciones y la población en este tipo de temas.

Por su parte, la comunidad La Gamba ha hecho su parte, al organizar campamentos juveniles en el parque, jornadas de protección con los guardaparques, limpiar los senderos, visitar y proteger el Pez Aguja y al avistamiento de ballenas y tortugas. 

Tal y como señala Gilberto, la lucha por los servicios no esenciales no es solo para la comunidad La Gamba, sino para todo el pueblo de Golfito y de sus alrededores, para que traiga desarrollo y sensibilización a las nuevas generaciones y que participen activamente de su gestión. Pueden ver detalles en los espacios virtuales de la UNED:

YouTube: https://www.youtube.com/c/unedguapiles16/live

Facebook: https://www.facebook.com/unedguapiles/live 

 

Imagen ilustrativa.