José Luis Pacheco Murillo
Si bien se dice que para la madre, celebrarle, serían todos los días, sin embargo, hoy es un día muy especial y es el que ha sido dedicado a festejar a ese ser maravilloso como lo es la madre. Por eso, hay que hacerlo y, la mejor forma es siendo agradecidos y mostrándole el amor que le tenemos. Ese es el mejor regalo para ellas. Ver a sus hijos sanos, felices y con fe en Dios, les hará sentirse dichosas y si a eso le añadimos un abrazo y un beso, haciéndole sentir amada, será para ella una bendición.
Ellas, las madres, son el reflejo y el “amor visible del amor invisible de Dios” y valiéndose de la Fuente inagotable del amor de Dios, prodigan amor a sus hijos y también a quienes no lo son.
Cada quien tendrá hoy la oportunidad de festejar a su madre, con un abrazo, si están presentes. Con una oración si estuvieran ausentes físicamente. No perdamos la oportunidad de hacerlo en este día y hagámosla sentirse felices, aquí y allá, ellas se lo merecen.
Dios quiera que hoy muchos hijos que han estado alejados de su madre encuentren hoy el motivo para tornar a ella y hacerla inmensamente feliz.
Madres, felicidades y que Dios las siga bendiciendo grandemente.