22 de agosto de 2022
Por Marlin Oscar Ávila
El término Feminicidio ha sido conceptualizado por investigadoras como Russell, Harmes y Carcedo quienes argumentan que niñas y mujeres son violentadas por el solo hecho de ser mujeres y que la inequidad social hace que estos malos tratos queden impunes ante la justicia y la sociedad. Russell y Harmes explican que hay diferentes tipos de feminicidios y los clasifican en cuatro, según la relación del victimario con la víctima. Estos son: 1 feminicidio de pareja íntima, 2 feminicidio de familiares, 3 feminicidio por otros perpetradores conocidos y 4 feminicidio de extraños. Aunque los perpetradores tienen diferente relación con la víctima, el perpetrador siempre es varón. Las autoras le dan mayor relevancia a los feminicidios de parejas íntimas por ser más recurrentes en los índices de feminicidio.[1]
El fenómeno no es exclusivo de un país o región. Según la CELAC[2], en América Latina, incluyendo el Caribe (21 países): el Feminicidio o femicidio, último año disponible, 2020,
estuvo como se demuestra en el gráfico abajo, esto corresponde a la cuantificación anual de homicidios de mujeres asesinadas por razones de género. Se expresa en números absolutos y en tasas por cada 100.000 mujeres. De acuerdo a las legislaciones nacionales se denomina feminicidio u homicidio agravado por razones de género.[3]
En este gráfico podemos notar que es Brasil el país con mayor incidencia en feminicidios para el 2020, seguido por México y Argentina. Del Caribe aparece República Dominicana con el mayor índice. De Centroamérica aparece Honduras, quien sigue a Argentina en Sur América, con el cuarto lugar.
En Honduras sucede que hay indicadores actuales que deben preocuparnos, tanto a la ciudadanía sin poder estructural, a la población organizada, como a instituciones del Estado hondureño, más aún cuando en estas instituciones hay mujeres con alto prestigio por sus luchas sociales en el pasado.
Organizaciones de mujeres como CEM-H. CDM[4] y otras, dan a conocer las estadísticas de feminicidio nacional.
En lo que va del presente año, según estas fuentes nacionales, la tasa de mayor incidencia, en el presente año, es del 37.5% de asesinatos (femicidio) de mujeres, ha sido de jóvenes con 20 años de edad. Seguidos por 20.19% de mujeres con 30 años y niñas de 10 años de edad en un 14.42%. Los tres departamentos con las más altas estadísticas son Cortés (con 22.46%), Francisco Morazán (con 15.94%), y Olancho (con 12.32%). En estos tres departamentos se ubican las fuerzas vivas con mayor poder político y de mayor influencia de formación y opinión en la sociedad del país. Según las mismas fuentes, las víctimas al momento de ser asesinadas, se dedicaban al comercio, en un 39%; estudiantes, en un 15%; amas de casa, en otro 15%; las demás eran profesionales con títulos universitarios, a excepción de un 5% dedicada a aseadora o mucama. Los agresores (o victimarios) fueron categorizados como: pareja de la víctima en un 53.33%, o ex pareja, en un 20%; seguidos por ser la hijastra en un 13.33%; la hija, en un 6.67% o la madre, en un 6.67%.
Desde luego, no solamente se trata de visualizar el hecho criminal consumado. Esta un proceso intermedio de violencia contra el sexo femenino cotidiano, el cual se identifica desde temprana edad en los hogares, donde la familia maltrata a las niñas, con humillaciones, ofensas contra su dignidad, frente al varón a quien muchas veces se les califica de héroes y campeones sin demostrar serlo, por el simple hecho de ser del sexo masculino. Están las escuelas, donde las maestras y maestros dan seguimiento a tal deformación social. Si revisamos la integración de los tres poderes del Estado, estos están prácticamente dirigidos por hombres; de manera tal que el discurso de equidad de género son palabras que el viento las lleva y trae o papel mojado en normas llenas de hipocresía política.
Para muestra de lo que hacen los medios para deformar nuestra conciencia y hacer ver a nuestras mujeres y niñas como objetos de consumo y mercado, el viernes 19 del presente, un medio muy escuchado como lo es HCH,[5] trató de grabar por TV las piernas de un grupo de niñas escolares del Instituto Dionisio de Herrera, todas de entre 14 y 15 años.
Es necesario, no solamente endurar las leyes contra violadores y asesinos de mujeres, pero de transformar las instituciones comandadas por personas tolerantes de incestos, femicidios y fomentadores de la impunidad (jueces) de agresores sexuales dentro de nuestra sociedad. Irónico parece ser que, cuando se tiene a la cabeza del poder Ejecutivo a una mujer, no haya contundencia en la política para evitar el alto feminicidio en Honduras. ¿Será por lo que se rumora tanto en cuanto a que el poder lo ejerce realmente un hombre chovinista, quien está detrás del telón, manejando los hilos del poder?
[1] https://www.google.com/search?q=diferencias+entre+femicidio+y+feminicidio&oq=diferencias+entre+famicidio+y+&aqs=chrome.4.69i57j0i13l3j0i22i30l6.25965j1j7&sourceid=chrome&ie=UTF-
[2] La Comunidad de Estados Latinoamericanos y caribeños (CELAC) es un mecanismo intergubernamental de diálogo y concertación política. Su membresía incluye a …
[3] https://oig.cepal.org/es/indicadores/feminicidio
[4] http://www.cemh.org.hn/femicidios-2022/; https://derechosdelamujer.org/project/2022/
[5] https://lph.news/nacionales/alex-caceres-olvida-apagar-microfono-y-pide-que-graben-las-piernas-a-menores-de-14-y-15-anos/