Hoy he sentido tristeza y arrepentimiento

Dr. Oscar Aguilar Bulgarelli

Cómo costarricense e ideológicamente Social Cristiano, tengo que dolerme de la aprobación de esa ley laboral llamada del 4/3 por una camada de 32 coyotes de la misma loma.

Fue evidente que la conjunción de fuerzas políticas absolutamente retrógradas y enemigas del bien común, se unieron para asestar un golpe mortal a nuestra sociedad, cuyo sector laboral está absolutamente domesticado, sin el menor espíritu de lucha.

Coyotes del rejuntado del Presidente Chaves, de Nueva República montado en el carro del poder que más le convenga y con un líder mediocre sacado del peor periodismo, tres diputados del PLN donde se destaca Rodrigo Arias, defensor de sus intereses y legítimo representante de la plutocracia nacional o los llamados, con odio de clase, “costarricenses con corona”, por el coyote de Zapote. También votaron los diputados del PLP de don Eli (Liberal Progresistas) de la ultra ultra y súper extrema “derecha” para identificarlos, representantes del mismo sector que Rodrigo y su hermanito Óscar Arias Sánchez; pero por lo menos a estos otros miembros de la misma manada, se les puede reconocer la consecuencia de sus actos, no con lo que piensan pues sería mucho pedir, pero sí con sus intereses.

¡Pero los diputados del PUSC son una aberración absoluta! El Dr. Calderón Guardia hoy se debe estar revolcando en su tumba, al ver a los herederos históricos de su legado de justicia social, tirarlo por los aires como si fuera el confeti con que celebran, los coyotes de la misma loma, la destrucción de su obra social. Y Don Rodrigo Carazo, que tanto luchó por esa Unidad, también siente el puñal de la traición.

En mi caso, que luché, peleé y hasta me enfrenté a aliados políticos para lograr la fusión de aquellos cuatro partidos y ser uno de los firmantes de aquella unidad, hoy me arrepiento y pido perdón; siento vergüenza propia y ajena al ver a esa camadilla de diputados mediocres traicionarlo todo. Hace 20 años me había retirado de ese partido porque consideré que había abandonado sus banderas; hoy lo repudio. No podía esperarse otra cosa, de una organización que entregó su conducción a la UCCAEP y la presidencia a otro advenedizo formado y ex funcionario del Instituto CATO del más puro y rancio linaje neoliberal de los Estados Unidos.

Por eso hoy como costarricense me siento triste y como Social Cristiano traicionado, Dios le dé luces a este pueblo para encontrar de nuevo la senda de justicia y equidad; pues hoy parece que la manada de coyotes de la misma loma, encontró un conductor muy peligroso que los lleva por el camino de convertir nuestra democracia en autocracia… y hoy tienen los costarricenses una prueba evidente.