LA UNA ofrece salida a la crisis económica del COVID 19

Académicos de la Maestría en Planificación de la UNA brindan aportes para la atención de los efectos del COVID-19

La emergencia del COVID-19 en Costa Rica ha obligado a paralizar la economía del país, como consecuencia de la medida gubernamental de distanciamiento social y la disminución de la circulación de personas, bienes y servicios.

Esta condición tiene efectos positivos y negativos inmediatos, de mediano y de largo plazo. En consecuencia, deben formularse políticas nacionales para cada uno de esos momentos.

El VIGIA, espacio radial de la Escuela de Planificación y Promoción Social -EPPS-UNA, convocó este 15 de abril de 2020 por medio de la plataforma ZOOM (Internet) al equipo de académicos de la Maestría en Planificación, que brindaron sus aportes desde la planificación para atender los efectos inmediatos y posteriores a la emergencia nacional, que enfrenta el país a causa de la pandemia provocada por la enfermedad coronavirus covid-19 en Costa Rica.

En este espacio se conversó en torno a los efectos y las soluciones que puede aportar la planificación, ante la crisis económica inmediata que generó el aislamiento social por situaciones del COVID-19. “(…) Hemos considerado que la situación que hoy se nos presenta nos agrava aún más la temática del país, por lo tanto, hemos querido desde la planificación, hacer en primera instancia un análisis del tema y posteriormente intentar hacer una propuesta de lineamientos de acción. Nada definitivo porque sabemos que esto surge en un momento complicado, con poco conocimiento del virus, de la temporalidad en la cual debemos estar actuando y las consecuencias que un virus como este puede generar en la salud (…)”, expuso el director de la Escuela de Planificación y Promoción Social, M.Sc Ángel Ortega Ortega.

En la propuesta elaborada por los profesores e investigadores: Gonzalo Ramírez Guier, Ángel Ortega Ortega, Giovanni Rodríguez Sánchez, Alejandra Ávila Artavia, Juan Carlos Mora Montero y José Ángel Castro Granados, se expusieron los posibles escenarios en los que se puedan incidir a nivel nacional, con una mirada desde las diversas disciplinas científicas y con una visión a largo plazo, que contribuya a visualizar la sostenibilidad social y económica de Costa Rica.

“El crear un modelo de construcción de escenarios nos permite visualizar, que en este momento estamos muy saturados de información, es decir, la cantidad de información que llena las redes sociales y los grupos de chats es demasiada y esto puede llegar a dificultar la tomar de decisiones. La información juega un papel importante ante el análisis de esta situación, ya que el uso de información falsa o alterada puede hacernos construir escenarios no adecuados, explicó, Juan Carlos Mora, quien indicó que se debe tener en cuenta que los aportes compartidos con el gobierno y la sociedad, tienen como propósito impedir los peores escenarios que podría sufrir el modelo de desarrollo costarricense como consecuencia de la pandemia; como es el caso directo de la generación de más pobreza, el deterioro de la distribución del ingreso y las desigualdades regionales.

Para Mora, en la propuesta se indica que en el sector externo hay que reconstruir los vínculos económicos externos del país, de esta manera, promover más inversiones, con ello, poder unirnos a sus cadenas de valor y beneficiar a las Mipymes locales. También, se propone gravar la renta de las zonas francas con una tasa moderada, la renegociación de nuestra deuda pública y gestionar donaciones o un crédito internacional inmediato para ser pagado a largo plazo.

… “Es como pensar en medio de un incendio que uno anda con los zapatos sucios” … expresó, Gonzalo Ramírez, director de la Maestría de Planificación, al referirse en cuanto a que la preocupación actual no debe ser la estabilidad monetaria, tener la inflación en niveles muy bajos y controlados, en lograr un equilibrio fiscal; porque la realidad en el tema económico actual es diferente, dado que se ha afectado directamente la economía, pero, también la dimensión social y humana a causa de una epidemia inesperada. Lo social es sumamente importante y prioritario, por ello, se ha paralizado la economía nacional para tratar de proteger la salud de la población.

Para Ramírez, es necesario un relanzamiento de la oferta interna, principalmente dar apoyo al desarrollo del sector agrícola y de manufacturas, mediante una inversión nacional privada en el sector y fortalecimiento de centros de generación de valor agregado. Asimismo, expresó que es de suma importancia proteger y fortalecer la infraestructura turística, proponiendo incrementar el consumo turístico de los costarricenses con precios más accesibles. También se hizo referencia a los procesos educativos, en donde se sugieren implementar acciones de corto plazo para darles continuidad, y sobre la necesidad de promover la innovación y emprendimientos en el país.

En temas de relanzamiento de la demanda nacional, se expuso que desde el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) se tomen acciones ante los despidos del personal en el sector público, zonas francas, empresas transnacionales, entre otras: “ Es necesario, mejorar los procesos de administración pública, ampliar la base y aumentar los impuestos sobre ganancias de capital, apoyar la contribución solidaria sobre los salarios superiores a 1,5 millones de colones, congelar la aplicación de la Regla Fiscal por el tiempo que sea necesario”, comentó Ramírez Guier, quien agregó, que sobre la política monetaria y crediticia se está hablando en diversos espacios de abandonar el enfoque exclusivo en la estabilidad monetaria, por lo que la propuesta de EPPS-UNA, busca invertir en la obra pública generadora de empleo para el refuerzo del apoyo social, especialmente, en las zonas costeras por haber disminuido el turismo, asimismo, bajar la tasa política económica y flexibilizar las condiciones para el acceso a crédito desde la Banca de Desarrollo, para ayudar al sector de microempresas de servicios, comercio, turismo y producción.

Alejandra Ávila Artavia, comentó que: “Estamos acostumbrados a identificar las necesidades de los más pobres, pero no necesariamente las necesidades de la clase media, ni siquiera tenemos una institucionalidad para ello. No sabemos dónde ubicar estas familias que están teniendo estas nuevas necesidades y probablemente por eso se están viendo más afectados en sus empleos. Es importante canalizar ayudas a este sector particularmente. El ensanchamiento de la brecha social que se está generando ante esta coyuntura, afecta directamente a la caída de la clase media en el país y se da el nacimiento de los nuevos pobres”.

Ávila explicó, es relevante valorar el fortalecimiento urbano con relación a la gobernanza hacia los territorios, dado que este momento las regiones están siendo particularmente afectadas, por lo hay que atender las necesidades de estas, por ello, el gobierno debe actuar como un gran promotor social: En temas de política social se habla que es de suma importancia que el Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) continúe atendiendo a todas esas familias en que su condición económica cambió ante esta emergencia del COVID 19”, mencionó la académica, quien agregó, que en la propuesta elaborada, se plantea de la necesidad de una política social muy activa, ya que es un imperativo a la reactivación económica, así como que el Estado priorice garantizar servicios básicos: alimentación, agua y vivienda a la población, así como atención a la población migrante en condición irregular, que en su mayoría son trabajadores en las empresas agrícolas.

Como parte del programa radial, los académicos expusieron, que, en cuanto a la implementación de la estrategia, es necesario tener claridad de que el IMAS cubre una población determinada, la cual es atendida desde su estructura de gestión regular y a través de programas ya establecidos. En este sentido, para que el IMAS pueda contribuir en la operacionalización de la estrategia de emergencia, es necesario separar la población actualmente atendida, de aquella constituida por las nuevas familias que deberán ser cubiertas con la política social temporal. Esto permitirá visualizar con mayor certeza la nueva población a atender y darle servicios específicos más adecuados a sus circunstancias.

Los académicos, reafirman que, para efectos de mayor control y eficiencia del gasto de atención de emergencia, se debe crear el Fondo Nacional para el Manejo de la Emergencia COVID-19, administrado por uno de los Bancos Estatales y en donde ingresen todos los recursos movilizados para la atención de la crisis, incluso las donaciones de origen privado.

Se propone crear una Comisión Nacional para la atención de la crisis, con amplia capacidad ejecutiva (incluso debería considerarse la pertinencia de nombrar un ministro ad hoc), con una estructura operativa descentralizada, para cada uno de los 82 cantones del país, desde donde se detecten, organicen y capaciten todas las familias que por razones de la crisis se encuentran en una condición de vulnerabilidad económica o social. Esto se considera pertinente por cuanto la población que mayor impacto sufrirá a partir de hoy, es aquella informal o autoempleada y pobre, que, dada la disminución o paralización de la liquidez, se ha quedado sin sus fuentes normales de ingresos. Esta es una población identificable por parte de los gobiernos locales, el IMAS, la CCSS o el Ministerio de Hacienda a través de Tributación Directa. El papel de las municipalidades es clave en este ejercicio de descentralización local de las acciones de política social de emergencia.

Las personas académicas de la Escuela de Planificación y Promoción Social, consideran que las repercusiones de esta crisis tendrán efecto en el largo plazo. De ahí, que el país deberá enfrentar grandes retos y un probable deterioro en los ingresos y la calidad de vida de amplios sectores, y para ello contaremos con escasos recursos. La coyuntura socioeconómica aún antes de la crisis no era favorable.

En esas circunstancias, es necesario más que nunca contar con una visión estratégica y un Plan Nacional de largo plazo, porque la asignación de recursos tendrá que ser cuidadosamente orientada a la obtención de objetivos que también deberán ser definidos después de un proceso prospectivo muy riguroso. Esta construcción estratégica no puede lograrse eficazmente si no es con la participación real de amplios sectores de la sociedad. Quienes participaron en la elaboración de la propuesta han ofrecido integrar un grupo de trabajo junto a MIDEPLAN para el propósito señalado.

Según los planificadores de EPPS-UNA, en concordancia con la necesidad de elaborar dicho Plan Nacional; este debe expresar metódicamente intereses y objetivos estratégicos ampliamente compartidos, debe considerarse la necesidad de descentralizar la toma de decisiones y dar énfasis y acompañamiento a las instancias regionales, cantonales y locales de planificación y organización, incluyendo desde las municipalidades y los concejos distritales hasta las organizaciones de sociedad civil más diversas.

Desde la Universidad Nacional, y desde la Maestría en Planificación de la Escuela de Planificación y Promoción Social, sus voceros ratifican su incondicional compromiso con la comunidad nacional, de trabajar sin descanso en la transformación de esta crisis en un futuro de desarrollo, oportunidades y prosperidad para todos y todas.

ENLACE A LA PROPUESTA COMPLETA:
https://www.facebook.com/notes/epps-una/covid-19-epps-una-efectos-y-soluciones-a-nivel-pais-aportes-desde-la-planificaci/3013669592033459/
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http://www.epps.una.ac.cr/index.php/noticas-y-eventos/303-covid-19-epps-efectos-y-soluciones

Por: Efraín Cavallini Acuña. Académico EPPS-UNA
María Laura Jiménez Villalobos. Estudiante EPPS-UNA