Llamado por el arte y la dignidad

Ivannia Lazzaro

Queridos amantes y apasionados de las artes escénicas. Ayúdennos por favor ustedes que tienen una gran sensibilidad por nuestra labor en teatro y otras áreas artísticas a explicarles a los y las responsables del sector público que NO es ÉTICO solicitar el trabajo a los artistas de manera GRATIS para sus instituciones y entes. No es correcto, no es justo, no es ÉTICO. El sector público cada año prepara un presupuesto y por ley deben incluir un monto para cultura. Por lo tanto, no es lógico que una semana antes (a veces hasta un día antes) de una celebración comunal o nacional estén solicitando a los artistas que regalen su trabajo como si fueran parches.

Por mucho tiempo, los artistas han regalado su trabajo o cobrado menos de lo que realmente deberían al sector público con la esperanza de que les sirva como una ventana de exhibición (publicidad) a su trabajo pero dolorosamente muchas veces el efecto es el contrario: Se les presenta inadecuadamente ante el público, no les toman fotografías ni las colocan en las redes sociales de la institución ni les incluyen los nombres en los afiches poniendo solo “Actividades culturales” en vez de escribir los nombres de quien actúa y dirige el trabajo artístico.

Los y las artistas que donan su trabajo es porque necesitan para darse a conocer y así continuar o porque les nace en su corazón ayudar a una comunidad pero NUNCA por obligación.

Hasta la performance más simple y corta ocupa una preparación y un compromiso. Pocos o nadie se atrevería llamar a una abogada, electricista, cocinero para preguntarle si puede regalar horas de su tiempo a menos que de verdad sea un evento organizado por la sociedad civil, en este caso pues es comprensible. Pero si es organizado por el sector público (instituciones, ministerios y municipalidades) no está bien que pulseen gratis el trabajo. A veces parece que estos mismos funcionarios que solicitan gratis o solicitan bajar el precio son críticos de arte como si ellos y ellas pudieran hacer mejor las cosas. Da rabia. Actualmente al gremio artístico se le exige los mismos requisitos de formalización como si fuéramos empresarios sin recordar que cualquier manifestación artística tiene un valor mucho mayor que el económico: refleja el espíritu, la belleza, las incoherencias y contradicciones de una sociedad.

¡Qué bonito sería que el sector público de cada provincia fuera un aliado INCONDICIONAL de los emisarios del arte sin pretensiones políticas! Y que quienes dicen ser Gestores Culturales lo fueran realmente. Un problema que se ha vuelto evidente es que algunos gestores culturales son también artistas activos y por lo tanto serruchan el piso a los artistas que trabajan. ¡Eso también es ANTIETICO! Si alguien se autodenomina Gestor Cultural pero al mismo tiempo INVISIBILIZA y DEBILITA el trabajo artístico de otra persona debería de renunciar a ese título (el cuál muchas veces es auto nominado). Mucho menos usarlo para conveniencia política. Los trabajadores y trabajadoras de las artes NO deben ser utilizados como instrumentos de la política. La Libertad de Expresión debe ser valorada como una CONSTANTE.

 

Imagen ilustrativa.

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