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Etiqueta: Liceo de Costa Rica

El Paseo de los Estudiantes en la historia

Freddy Pacheco León
Egresado Liceo de Costa Rica

Freddy Pacheco León

Siendo director del Liceo de Costa Rica el insigne educador, Lic. Juan Dávila Solera, profesor de geografía e historia graduado en Chile, le tocó lidiar con altura y dignidad con los desmanes de la dictadura de Federico Tinoco. Fueron años de oscurantismo para el proceso de desarrollo democrático de la nación, donde el asesinato, entre otros, de Rogelio Fernández Güell, reflejaba el despotismo copiado de las monarquías europeas que, seguramente, añoraba el militar que había derrocado al presidente don Alfredo González Flores.

También fueron años en los que el coraje de los valientes se habría de expresar, como lo hicieran las estudiantes del Colegio Superior de Señoritas, destacándose también la maestra Carmen Lyra, graduada del mismo y consagrada desde siempre a la lucha por la democracia y los derechos fundamentales de sus conciudadanos. Igualmente, unidos por la historia como hasta ahora, los estudiantes del Liceo de Costa Rica, cuando la Patria los necesitaba, dijeron presente y levantaron sus brazos frente a los soldados del asesino dictador. Y no solo NO tuvieron que pedir permiso a su prestigioso director, sino que además contaron con su aliento, en momentos en que el sátrapa humillaba a los educadores, arrebatándoles recursos para enfrentar a los patriotas que luego contribuyeran con su derrocamiento y exilio.

Y es que don Juan Dávila Solera representó además en su quehacer, la unión que, desde su nacimiento, ¡con un solo año de diferencia!, hermana al Liceo y al Señoritas, no solo enseñando en ambas gloriosas instituciones, sino también escribiendo la letra del Himno del Colegio Superior de Señoritas, que tiene música de don José Joaquín Vargas Calvo.

Por todo ello, tenemos certeza que si fuere director del Liceo de Costa Rica en momentos en que se han tomado decisiones degradantes CONTRA LA MEMORIA de esos jóvenes llenos de coraje y amor a la Patria, ¡que hoy hemos de honrar!, el Lic. Dávila Solera haría sentir su voz en defensa de su memoria ejemplar. Y por ello también, acogemos con esperanza la acción colectiva de los estudiantes del Liceo, del Seminario y del Señoritas, que han encontrado un motivo para engrandecer su indomable espíritu juvenil: LA DEFENSA del simbolismo, valor histórico y cultural, del Paseo de los Estudiantes, convertido en un mamarracho de «barrio chino»… sin chinos.

Porque es más que una calle con el número 9 y porque desde que en diciembre de 1937 se honró a los jóvenes que no dudaron un día en salir a defender la democracia pisoteada por la bota militar, poniéndole ¡para siempre! el nombre con que desde entonces se le conoce, todos, estudiantes y egresados hermanos, tenemos la tarea de retomar lo que significa la defensa de la memoria histórica, que enaltece a los adolescentes que honraron a Costa Rica cuando se ultrajaba a la Patria. La tarea es profunda, pero sencilla. Se trata de coordinar con el señor alcalde don Diego Miranda Méndez, y el Concejo Municipal de San José, un acto público, con representación de estudiantes de los tres históricos colegios, en que se recupere el nombre histórico de esa calle 9, colocando una placa con el nombre BULEVAR PASEO DE LOS ESTUDIANTES.

Regreso del Paseo de los Estudiantes

Freddy Pacheco León

Freddy Pacheco León

Ahora que ¡por fin! fue sacado de la Alcaldía de San José, y aunque ¡jamás! se atrevió siquiera a proponer el cambio de nombre a «barrio chino», pues sabía que la Comisión de Nomenclatura se lo rechazaría, los costarricenses tenemos una muy especial tarea: RECUPERAR el nombre PASEO DE LOS ESTUDIANTES.

Así bautizado por el presidente don León Cortés, en 1937, a propósito del aniversario 50 de la creación del Liceo de Costa Rica. Y se hizo así, aprovechando la ocasión, para honrar a los valientes estudiantes del Colegio Superior de Señoritas, Colegio Seminario y Liceo de Costa Rica, que se unieron a mártires, como Rogelio Fernández Güell y Marcelino García Flamenco, en la lucha contra la dictadura criminal de Federico Tinoco. Por ello, ante la presencia de estudiantes de las tres casas de enseñanza, el Presidente de la República, proclamó tal bautizo.

Desde entonces, el nombre de esa especial calle 9, ha reunido una memoria histórica, cívica, democrática, que ha de fortalecerse, en agradecimiento a aquellos jóvenes, que no dudaron en enfrentar a los soldados del sátrapa, cuando la Patria los necesitaba.

Hoy, sin el obstáculo de Johnny Araya, el nuevo Concejo Municipal y el bienvenido nuevo Alcalde, don Diego Miranda, les darían una gran alegría a los habitantes de Costa Rica (no solo de San José), organizando un acto público, conmemorativo de los hechos de hace 105 años, en coordinación con los estudiantes y autoridades, de las tres prestigiosas casas de enseñanza. Sería como un relanzamiento del nombre PASEO DE LOS ESTUDIANTES (ahora bulevar), que incluiría, con la colaboración del escultor don Édgar Zúñiga, el traslado del magnífico monumento, situado allá por la avenida Sarmiento (avenida 14), a un sitio más cercano a la plazoleta frente a la iglesia La Soledad.

El feo «arco chino», que no debería quedar como recuerdo de esos años de oscurantismo municipal, debería ser, de paso, borrado del lugar. Nadie lo va extrañar y, más bien, nos quitamos esa vergüenza de encima, cuando turistas se acercan a conocer un «barrio chino» que nunca lo fue, y se encuentran “esa cosa”.

En fin, hagamos del acto una fiesta, y honremos con ello, a quienes nos dieron ejemplo, de amor a Costa Rica, sin detenerse a pensar en el peligro al que se enfrentarían. ¡Adelante pues!

4.5.24

Ciudad Gobierno, ejemplo de incompetencia e improvisación

Freddy Pacheco León

Freddy Pacheco León

Extraña que, como parte importante de lo que hace la administración Chaves, alrededor del millonario, pero mal estructurado proyecto de «ciudad gobierno», se obvie lo de la manzana perteneciente al Liceo de Costa Rica.

Al reafirmarse judicialmente, que los 10 mil metros cuadrados de terreno al sur del edificio oeste, son propiedad del centenario Liceo, se suscribió un contrato de arrendamiento con las autoridades del MOPT, que, por desdicha, el ministro Luis Amador ordenó incumplir, o sea, no pagar el alquiler pactado, afectando sensiblemente el buen funcionamiento del prestigioso Liceo.

Pues bien, mediante una maniobra de los jerarcas del MEP, MOPT y VIVIENDA, ejecutada con la complicidad de una espuria junta administrativa, órgano con solo FUNCIONES ASESORAS, se cometió falta grave. Cual si la Ley promovida por el expresidente Daniel Oduber, mediante la cual se reconoce como del LCR la cuadra que hoy ocupan los talleres del MOPT, fuere letra muerta, la tal junta administrativa (procesada por supuestos actos de corrupción), le «cedió» al gobierno de Chaves, lo que no podían regalar.

Serán los tribunales de justicia los que, sin duda alguna, anularán el «convenio de cesión», pero mientras tanto, el gobierno NO puede, no debe, hacerse «gato bravo» con el bien que pertenece al Liceo.

Podría pagar una indemnización por expropiación (si se llegase a aprobar el préstamo de US$450 millones en la Asamblea Legislativa), o determinar otro mecanismo justo de traspaso, pero no cometer el delito que hoy no les da pena exhibir ante la opinión pública.

En defensa del Liceo

Freddy Pacheco León

Dura tarea tiene la administración Chaves, para poder justificar ante el Tribunal Contencioso, que el convenio suscrito para hacerse de una manzana de terreno del Liceo de Costa Rica desconoce tres cosas:

Que la junta administrativa del Liceo, que les otorgó los 10 mil metros cuadrados, solo tiene carácter de auxiliar de la administración de la Institución.

Que el concejo municipal nombró ilegalmente dicha junta.

Y que dicho convenio, suscrito por los ministros de Obras Públicas, Vivienda y Educación, no puede desconocer la Ley Oduber de 1974, que otorga dicho terreno al Liceo.

Ello, sin considerar, que el proceso de arrendamiento mediante el cual el Ministerio del señor Amador, paga ₡192 millones anualmente, por el uso de esa manzana, obedece a una firme resolución judicial.

La buena y vieja idea de la «Ciudad Gobierno» no debería buscar su ejecución cometiendo errores semejantes, aún antes de dar sus primeros pasos.

Burda maniobra gubernamental en contra del Liceo de Costa Rica

Dr. Freddy Pacheco León
Liceísta
frepaleon@gmail.com
14.6.23

Extralimitación de la Junta Administrativa del Liceo

Alegan que «bajo presión» (?), la señora Yesenia Mathiew se apresuró a firmar un «Convenio de Cooperación» como presidenta de la Junta Administrativa del Liceo de Costa Rica, con los ministros Amador, del MOPT, Müller, de Educación y Martínez, de Vivienda, mediante el cual pretenden despojar al Liceo, de una valiosa manzana que hoy arrienda el Ministerio de Luis Amador. Terreno situado al sur del colegio, que, junto a las otras dos manzanas de la Benemérita Institución, le fueron transferidas en propiedad al Liceo, por voluntad expresa de la Asamblea Legislativa y del Presidente Don Daniel Oduber, mediante la Ley N° 5570 del 30 de agosto de 1974.

Con ese convenio irregular e insustentable jurídicamente, la Junta del Liceo, cual si no se conocieran las normas legales generales y específicas que han de respetar, se extralimitó y tomó acuerdos para los cuales no tiene derecho que los sustente. Mediante actos intolerables, diríamos que innobles, una junta, que como todas las existentes en escuelas y colegios, no son más que “organismos auxiliares de la Administración Pública” que han de coordinar con el Director (en este caso del Liceo), el desarrollo de programas y proyectos de su Plan Anual de Trabajo, tiene la limitada función de “administrar los recursos públicos que les son transferidos” para el funcionamiento de la Institución. Por su parte, al señor Director del Liceo, como “administrador general” del mismo, le corresponde coordinar con la Junta, la formulación de los planes anuales de trabajo, en que se precisan y priorizan las necesidades del Liceo y sus estudiantes, por lo que la Junta no debe salirse de su función exclusiva de auxiliar.

Recordemos que las juntas son nombradas por los concejos municipales de los cantones respectivos, quienes tienen el deber de verificar, el cumplimiento de todos los requisitos (aunque no siempre lo hacen) de los ciudadanos propuestos en ternas enviadas por el Ministerio de Educación Pública. Cientos de costarricenses, conocen de qué se tratan, pues en algunos años, muchos como padres de familia, se han interesado por el bienestar de las escuelas y colegios públicos en que estudian sus hijos, en asuntos como el funcionamiento de comedores, sodas, transporte, higiene, mejoramiento de aulas, administración de gimnasios, mantenimiento de piscinas (como en el Liceo), subsidios a estudiantes, etcétera, contando siempre con la participación activa y necesaria, del Director del centro educativo, quien funge legalmente, reiteramos, como “administrador general”, con deberes y obligaciones que un grupo de vecinos, jamás podría sustituir, pero quien también, tiene limitaciones lógicas en su actuar como administrador académico.

Atolillo con el dedo

Resulta que, por una manzana de terreno, que como vimos, pertenece al Liceo, hoy ocupada por el Ministerio de Obras Públicas y Transporte, por la que paga C.192 millones de colones por un alquiler anual, la administración Chaves Robles, ha hecho algo insólito. Si los asesores jurídicos de tres ministerios se hubiesen detenido, siquiera un instante, a conocer el reglamento emitido por decreto ejecutivo, donde se establecen los alcances y limitaciones en que puede actuar la Junta Administrativa del Liceo, no habrían puesto a ésta, a cumplir una función que, ¡aún la Asamblea Legislativa no podría ejecutar! Ya que, si no se cumplieran estrictos requisitos, no sería tan sencillo, derogar la Ley Oduber de 1974, y mucho menos, transferir unos 10 mil metros cuadrados del Liceo, para ser usados por el Poder Ejecutivo, como parte de la construcción de un proyecto que pareciere estar, hay que reconocerlo, “en la cola de un venado”.

Tal abuso de poder cometido por la Junta del Liceo, con la complicidad de los ministros del MEP, el MOPT y Vivienda, no solo es muy probablemente sancionable en el ámbito judicial, sino que deja un sinsabor muy amargo, por sus consecuencias y por la pérdida de confianza en las personas que los ciudadanos esperamos actúen, según lo que han jurado cumplir “por Dios y la Patria”, a la hora de aceptar sus puestos.

Pero si en el “Convenio de Cooperación Interinstitucional”, firmado apresuradamente el pasado 9 de junio del presente año, participan dos partes, la Junta del Liceo y los ministros de Gobierno, podríamos esperar que a cambio de la casi donación de una parte del Liceo que aprueba, indebidamente, la Junta Administrativa, algo habría de dar la parte gubernamental a cambio. ¡Veamos!

Empecemos por el ministro Luis Amador. Él se compromete a pagar hasta diciembre los C.16 millones de colones mensuales, por el arriendo contratado. Y anuncia, que, a partir de enero del 2023, ya suspenderá esos pagos para siempre. ¡Ese es su compromiso! O sea, el MOPT no da nada, pero sí gana en demasía. ¡Y, aún así, la presidenta de la Junta firmó el convenio!

Si pasamos a la ministra Jessica Martínez, de Vivienda, silenciosa participante, vemos que se compromete a coordinar y liderar, a los cuatro representados, para que sea efectiva la transferencia de la cuadra en mención. ¡Tremendo aporte!, pensaron los que firmaron…

Y finalmente, doña Katharina Müller Castro, ministra de Educación, diríamos que fue la que contribuyó con el atolillo ofrecido a la Junta del Liceo. Con una engañosa, pero cuidadosa redacción, se compromete a colaborar, según sus posibilidades, para “la efectiva disposición de dicho inmueble”. Para ello, se compromete a cubrir “el pago de servicios básicos y limpieza, mantenimiento menor y/o mayor, programa de apoyos a los estudiantes como comedores y transporte estudiantil, entre otros” (sic), eso sí, aclara, “sujeto al presupuesto anual”. Pero hay más “aportes”. Dice que “Las mejoras que se deban realizar a la piscina y el gimnasio, así como la pintura”, serán determinados por el Ministerio después de firmar el convenio, para proceder a ver cuánto se necesita, y ver, agregamos, cómo está el presupuesto del despacho ministerial.

Es claro pues, que la Junta del Liceo no obtuvo nada, a cambio de transferir tan valiosa propiedad, basados erróneamente en un decreto ejecutivo que, hasta un estudiante de secundaria conoce, tiene rango inferior a la ley Oduber. Pero todavía hay más: ¿Cuál sería el destino de ese gran terreno?

Pues, amigos, siguen las sorpresas. Aunque se dice que será para el proyecto de la llamada “Ciudad Gobierno”, el asunto tiene sus aristas. En el mal redactado, además, convenio de cooperación (que debería llamarse de cesión) leemos que “LA JUNTA se compromete a otorgar el uso de la finca” de tal manera que el Ministerio de Educación “podrá disponer del terreno en el más amplio de los sentidos que la normativa vigente lo permita”, lo cual incluye el desarrollo de la “Ciudad Gobierno”. Como el diablo está en los detalles, hay que vislumbrar los alcances de ese párrafo.

Sobre “Ciudad Gobierno”, vemos que el proyecto todavía no tiene fecha de inicio ni un cronograma realista, por lo cual, no se tiene idea de cuántos años pasarán antes de que, el traspaso gratis de los 10 mil metros cuadrados del Liceo tenga la justificación que ahora se argumenta. Lo único concreto, vaya paradoja, es que el contrato de arrendamiento que obliga al MOPT a cancelar una suma mensual, se extingue en seis meses. Si esa no fuere la maniobra en contra del Liceo de Costa Rica, al menos podrían haber propuesto, como acto de buena fe, que la suma equivalente a la comprometida por el ministro Amador, hubiese sido asumida por la ministra Müller, aunque, aclaramos, ello no salvaría el tal convenio de la ilegalidad que lo caracteriza.

Asimismo, también se ha sugerido, que el Gobierno, para su “ciudad”, mejor hubiera propuesto un proyecto de ley, mediante el cual quizá se habría autorizado la ejecución de un proceso de expropiación, que eventualmente condujera hacia la determinación de un “justi precio”, según la normativa vigente, para que la Junta del Liceo propiciara, digamos, la creación de un fideicomiso, por ejemplo, con el Banco de Costa Rica, para la administración de los dineros que eventualmente se recibieren. Con los intereses de una cuidadosa inversión, la Benemérita Institución, sus estudiantes, y la Patria, verían cómo el Liceo, fundado en 1887, retomaría la senda brillante que tanto prestigio y beneficios, le dieron a la sociedad costarricense, y que ahora por falta de recursos financieros, tiene dificultad de cumplir.

Pero, en fin, como las acciones atropelladas siempre van acompañadas de errores de bulto, la inevitable nulidad del convenio “del atolillo con el dedo”, permitirá ejecutar las correcciones necesarias. La añeja idea de la “Ciudad Gobierno”, atractiva para quizá la mayoría de los costarricenses, no merece un manejo preliminar tan incompetente. Como parte de un proceso de planificación formal, requiere de los mejores profesionales que lo dirijan, lo coordinen, lo orienten. Algo que no parece esté cumpliendo bien la ministra de Vivienda, asignada para ello, quien, desde su función, era su deber haber advertido a sus compañeros ministros, y a la Junta del Liceo, que estaban siguiendo un camino equivocado.

La propiedad del Liceo de Costa Rica y el procedimiento correcto

Freddy Pacheco León

Desde 1974, por ley de la República impulsada por Daniel Oduber, la vieja cuadra al sur del Liceo (donde se dieron clases de agricultura) y la totalidad del inmueble (edificios este y oeste) pasaron a ser propiedad del mismo.

Derecho reconocido eventualmente por la Sala Constitucional, por lo que el Estado estuvo de acuerdo en pagar un alquiler, a favor de su legítimo propietario, por la cuadra usada por el MOPT.

Al plantearse nuevamente el viejo proyecto de la «ciudad gobierno», el gobierno incluye como parte del mismo, esos 10 mil metros cuadrados que le arrienda al Liceo, PERO, aquí es donde se crea el conflicto. Según la ministra de Educación, un reglamento le permite al Estado, hacerse de esos bienes sin necesidad de pagar lo que, en justicia, correspondería.

Y lo cree así, pese a que una difusa norma reglamentaria, no puede sustituir la ley de don Daniel. El asunto se complica aún más, porque la conformación actual de la junta administrativa violentó procedimientos formales, y, pese a ello, está tomando decisiones contrarias a los intereses del Liceo, como son, el acordar ceder al MEP, la cuadra que hoy se alquila, a cambio de que vía presupuesto, el Ministerio cubra los rubros, que hoy son atendidos con los poco más de ₡160 millones anuales que recibe el Liceo.

Se ha planteado, que el Estado debería de considerar iniciar un proceso de expropiación, debidamente reglado, que desemboque en la determinación del correspondiente «justi precio» del que habla la ley. Sin embargo, la posición irrespetuosa del gobierno es la de suspender el pago del alquiler y cualquier transferencia financiera equivalente, si los liceístas se resisten a la «solución» que impulsa la administración Chaves Robles.