UMBRAL DEL COLIBRÍ (99 poemas tanatonautas de Magda Zavala) – 8 de diciembre

El Museo Calderón Guardia, en Barrio Aranjuez de San José será el espacio en el cual este 8 de diciembre será presentado en nuestro país UMBRAL DEL COLIBRÍ, 99 poemas tanatonautas de Magda Zavala.

El poemario ya fue presentado en Berlín, Alemania, ocasión en la cual la autora expresó:

“Agradezco profundamente esta oportunidad y este espacio a Andenbuch y a su directora Teresa Cosci, así como a Matthias Bauer, quien tuvo la iniciativa de propiciar esta actividad; igualmente, a Yordan Arroyo, máster en Estudios literarios y amigo muy querido, quien ha viajado desde Salamanca para esta presentación, y a Eduardo Solano, amigo también, por su acompañamiento como coordinador esta noche”.

El libro se publicó el 19 de agosto 2023 en Buenos Aires, Argentina. También se hizo una presentación en el Festival Abrazo de Voces, Buenos Aires, donde ganó el Premio a la Originalidad en la Poesía. Luego se presentó en la ciudad patrimonial llamada Colonia del Sacramento, Uruguay, y, una tercera vez, en Montevideo.

De allá viajó hasta Berlín.

Ahora se presenta en Costa Rica.

Magda Zavala destaca que “en muy poco tiempo ha hecho un recorrido considerable. Y es que es un libro fuertemente vital, que trata como materia lo contrario: el fin ineludible de la vida y nuestra necesidad de entender y aceptar esa parte del ciclo. Se escribe desde el duelo y trata del duelo. Su verdad toca el tabú del acabamiento material para volverlo accesible, acompañante y complemento de la vida.

“Solo basta estar vivo para morir”, dice Magda recurriendo a la sabiduría popular.

En la primera presentación, a cargo de la escritora argentina Bibi Albert son estas palabras:

“Porque este es un libro de poemas de amor sobrenatural. Pero no solo es sobrenatural porque habla del Más Allá, sino porque su autora se convierte en la voz de su amado en este más acá. O lo traduce. Ella escribe este libro que le dicta él, su amor eterno e incomparable, y lo hace de una manera palpable, vibrante, tan potente que hasta me hizo desear que me hubiera pasado a mí, esto de que mi amor ausente condujera mis dedos, hablara desde el eco de mi corazón”.

Horacio Santana, escritor uruguayo, segundo presentador, hizo estas observaciones:

“Umbral del Colibrí es un libro rescatista. El yo lírico de la autora juega en un sitio donde se desdoblan, él y ella, amorosamente; se perciben en este umbral del plano en que vivimos, en ello, recuerdos, remembranzas, emociones, sentimientos; se tocan, se aman, se contagian y se nos restituyen, luego de la transición. Y es en ese limbo de pérdida física o emocional, donde la autora toma el caudal de estudio y conocimiento que adquirió, para entender lo que sus ancestros habían legado sobre el momento de muerte, para nosotros mudanza, vida misma en continuidad”.

Horacio Santana destaca así el papel del Colibrí en la visión indígena maya y azteca, en la que se considera un ser espiritual, mensajero entre las dimensiones del aquí y del más allá, función que realiza la voz poética masculina, el enamorado que busca a su amada en este poemario.

Desde esa percepción se construye este libro viajero en un tiempo muy amplio, que comienza en la época paleolítica, y se desplaza por un espacio también vasto, intercontinental, para hacer al mismo tiempo, otro viaje entre dimensiones, por sobre el espacio-tiempo.

Magda complementa: “Una de las primeras lectoras me dijo: Solo quería que no acabara y me entristecí cuando llegué al poema del cierre. Quería seguir allí. Es lo más hermoso que he escuchado en mi vida de escritora y lo agradezco”.

Precisamente, el máster en Estudios Literarios Yordan Arroyo agrega:

Umbral de colibrí no es un libro que nace bajo la tradición literaria de las elegías (como podría esperarse), sino como un pacto de dialogo con el amado (experiencia mística), una posibilidad de darle voz (mística sagrada) y reencontrarse a través de la búsqueda cósmica de un amado perdido o en estado de viaje (mística amorosa), rompiendo todo tipo de fronteras y tiempos, a través de recuerdos gozosos (mística amorosa), sueños incomparables (mística amorosa), referencias prehistóricas de índoles sagrado (elemento también destacable, en un sentido superlativo y que forma parte de la mística sagrada o antropológica) o mediante el viaje interior (sea por medio del pecho o la mente (razón humana, aspecto más cercano al neoplatonismo fundado por Plotino) que debe realizar toda persona en estado de duelo y más si aspira a la totalidad de las cosas (en el mundo hindú, el ātman fundido en el brahman) o en términos más precisos, a la unión de dos cuerpos en uno (por medio de los sueños  y el acto epifánico como puente de contacto o armonía cósmica), trasformación que facilita el alcance del “para siempre” y “el viaje eterno del tanatonauta”, quien se desplaza con los ojos cerrados por su interior y el de su amada (mundos conectados a través de la oscuridad, que paradójicamente es duelo y luz al mismo tiempo).

Es así que, gracias a la poesía de Magda Zavala, este 8 de diciembre tendremos la oportunidad de reflexionar con emoción sobre un tema humano crucial.