30 de enero: Día Escolar de la No Violencia y la Paz

El hogar y la escuela juntos enseñan la paz

Dra. Hazel M. Gutiérrez Ramírez
Pediatra. Especialista en Cuidado Paliativo Pediátrico y Bioeticista
Invitada de ACANAMED

El 30 de enero se celebra el Día Escolar de la No Violencia y la Paz, y se conmemora el aniversario de la muerte del Mahatma Gandhi (India, 1869-1948). Gandhi fue un líder pacifista que defendió y promovió la no violencia al rechazar de forma tajante cualquier tipo de violencia o maltrato contra los seres vivos y que desdichadamente, fue asesinado por defender estas ideas.

El objetivo de recordar este día es que en todos los hogares y centros educativos de nuestro país sean ambientes defensores de la paz y se incentive en ellos una cultura dedicada a la no violencia en ninguna de sus formas (física o verbal) para nuestros niños, niñas y adolescentes.

En la actualidad, hablar con nuestros hijos sobre la importancia de fomentar la paz, es fundamental. Estamos viviendo situaciones que sólo hace unos pocos años llegamos a considerar que serían impensables. Entre ellas, el desarrollo de guerras entre ya varios países y las numerosas situaciones trágicas ocurridas recientemente donde menores de edad inocentes resultan heridos o pierden la vida ante el uso de violencia desmedida dentro de un ambiente seguro como era su propia escuela o bien su comunidad. Tan solo hace un año en EUA, un niño de 6 años disparó a su maestra de preescolar por haber tenido un desacuerdo con ella: ¿Cómo puede ser esto posible? Sin duda, como adultos responsables del cuidado de nuestros hijos debemos preocuparnos y analizar con conciencia: ¿Qué estamos haciendo mal como sociedad?

La paz no solamente se siembra en las escuelas, más importante aún, se siembra en el seno de cada uno de nuestros hogares. Mientras el niño crece, es dentro de su familia donde el niño aprende cómo comunicarse con otros niños y con los adultos, cómo comportarse durante las diferentes circunstancias de la vida (sean experiencias positivas o negativas) y cómo interactuar con los demás para ser parte de una sociedad. Debemos recordar que cuando el niño inicia el primer año de la escuela, cerca de los 6 años, está madurando y desarrollando su personalidad pues imita las acciones de socialización de sus padres con los demás e incorpora los valores morales trasmitidos dentro de su familia. Es por esta razón, que la responsabilidad de los adultos que cuidan y enseñan a los niños durante estos primeros años de la infancia es tan valiosa e importante: la paz inicia y termina en casa.

Una educación inspirada en una cultura de la no violencia y paz permite que los niños adquieran los conocimientos, actitudes y competencias que refuercen su desarrollo como ciudadanos globales críticos y comprometidos con sus derechos y los de otras personas (UNICEF, 2020).  Enseñar a nuestros niños y adolescentes herramientas valiosas para una adecuada convivencia, no sólo les ayudará a aprender a vivir en armonía con los demás, sino también en su futuro desarrollo profesional.

Las habilidades blandas, también conocidas como “habilidades de las personas” o bien “habilidades interpersonales”, son, al contrario de las habilidades duras, una combinación de habilidades humanas, subjetivas y no cuantificables que juegan un papel esencial en la forma que nos relacionamos e interactuamos con otras personas. En conmemoración de esta fecha, deseo destacar 5 habilidades blandas que, si las sabemos enseñar y fomentar en nuestros hijos, tanto en el hogar como en la escuela, serán “semillas de la paz” a lo largo de las futuras generaciones:

  1. Empatía: Permite ver las cosas desde la perspectiva del otro en vez de solo ver la nuestra, es en sí la habilidad de “ponerse en los pies del otro”. Es enseñar a los niños sobre el significado de desarrollar el valor de la sensibilidad para relacionarse con los demás, es que interioricen y apliquen en su forma de vivir la frase de Confucio que una y otra vez, me decía mi padre cuando era pequeña: “No hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti”.
  2. Habilidades de comunicación: En estos tiempos donde existe tanta globalización y la comunicación es tan diversa a causa de los medios tecnológicos y digitales, el saber comunicarse de forma asertiva es sumamente primordial. Enseñar a nuestros hijos a escuchar activamente a los demás con respeto y atención (mirando siempre a los ojos y no compulsivamente el teléfono como ya con más frecuencia ocurre), o bien, el desarrollo de estrategias de negociación a lo largo de las diferentes etapas de su vida les brindará un mundo abierto con un sin fin de posibilidades de crecimiento y aprendizaje.
  3. Tolerancia: Es promover el respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás, aunque sean diferentes o contrarias a las nuestras. Es un derecho de la infancia y de toda la humanidad el lograr desarrollar un adecuado entendimiento entre personas de distinta procedencia y modos de pensar. El lograr que nuestros niños y adolescentes desarrollen habilidades pacíficas de resolución de conflictos hará sin duda que el uso de la violencia no forme nunca parte de sus vidas, independientemente de las circunstancias que atraviesen.
  4. Respetar los derechos de los demás: Los derechos humanos son normas que reconocen y protegen la dignidad de todos los seres humanos. Estos derechos rigen la manera en que los individuos viven en sociedad y se relacionan entre sí, al igual que sus relaciones con el Estado y las obligaciones del Estado hacia ellos. Las personas también tienen responsabilidades; así como hacen valer sus derechos, deben respetar los derechos de los demás. Ningún gobierno, grupo o persona individual tiene derecho a llevar a cabo ningún acto que vulnere los derechos de los demás (UNICEF, 2015). Es enseñarle a los niños y adolescentes la frase del filósofo Jean-Paul Sartre: «Mi libertad se termina dónde empieza la de los demás”
  5. Trabajo en equipo: Aprender a ser un líder positivo y saber trabajar en equipo es hoy en día una habilidad indispensable. En 1964, Robert Greenleaf fundó el llamado “liderazgo servicial” o “liderazgo compasivo”, el cual es un enfoque de liderazgo en el que ayudar a los demás está por encima de todas las demás prioridades de la persona. En lugar de gestionar para obtener resultados, un líder servicial se centra en crear un entorno en el que su equipo pueda prosperar y realizar su labor de la mejor forma posible. Por el contrario, si enseñamos a nuestros niños y adolescentes a ser individuos puramente individualistas, difícilmente serán buenos líderes. El promover el conocimiento, la comprensión y la práctica de la importancia del trabajo en equipo en nuestros niños y adolescentes, sea con sus propios hermanos como con sus amigos y compañeros de clase, fomentará la búsqueda de objetivos comunes, el sentido de lealtad, seguridad y alta autoestima. Lo anterior, llevará a que se esfuercen por mantener relaciones positivas dentro y fuera de sus grupos de pares y nos aseguraremos de que a lo largo de sus vidas sean voces que mitiguen las expresiones o acciones negativas dirigidas hacia los demás.

Como madres, padres, hermanos, abuelos, tíos, cuidadores y educadores los invito a cada uno de ustedes a construir con los niños y adolescentes de nuestro entorno, el camino hacia la paz y no violencia. Es la forma idónea de hacer un mundo mejor para aquellos que vendrán detrás cuando ya no estemos con vida. Como una vez dijo Mahatma Ghandi: «Nosotros tenemos que ser el cambio que queremos ver en el mundo».