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Carrera Diplomática

Marlin Óscar Ávila

 

Desde luego que el desarrollo de las ciencias humanas nos proporciona contenidos valiosos para conocer las leyes, acuerdos, convenios y el cada vez más complejo mundo de las relaciones internacionales, las cuales son movibles e inestables día a día, y hora tras hora, por lo que exigen actualizarse constantemente. Hace un quinquenio exigía hacerlo semanalmente y hasta cada dos semanas en algunos casos.

Acabo de escuchar el ataque gratuito lanzado por el diputado Erick Rodríguez, a nuestra Vicepresidenta y Canciller. Este diputado, ahora declarado independiente, dio a entender que Campbell no sería competente en su cargo de Canciller, por no tener «carrera diplomática». Algo que, en primer lugar es un cargo de confianza, como lo es Mike Pompello para D. Trump, lo fue Mrs. Clinton para Obama, lo es Wang Yi para Xi Jinping, y cualquier Secretario de Relaciones Exteriores de todo país de la Comunidad Internacional.

Además, Campbell cuenta con títulos académicos y experiencias en relaciones internacionales que le dan los méritos necesarios.

Pero el Sr Rodríguez, inconforme con «descalificar a Campbell» alzó su voz para protestar porque nuestra Canciller nominó a políticos de carrera, con amplia experiencia en lo público, porque son miembros del PAC y, aduce que se están pagando deudas políticas. No dijo en qué consisten esas deudas.

El que sean del PAC nos satisface, puesto que fue a ese partido al que elegimos la gran mayoría para que gobernara estos años. Esto nos aclara quiénes serán los responsables al término de esta administración.

El que hayan estado en altos cargos con don Guillermo Solís, es positivo también, a menos que alguno tenga alguna investigación en camino por irregularidades.

Así es que don Erick Rodríguez, siga como independiente y buscando cámara para su propia promoción, pero no lo haga contra nuestra Vicepresidenta y nombrada Canciller de nuestro país, por nuestro Presidente Alvarado. Hay otros espacios adonde ser más productivo y ayudar a nuestra preocupada nación tica.

Si quiere promoverse, hable con los del PRN, ellos seguramente le ayuden.

 

Enviado por el autor.

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La regresión política en Brasil

Por: Alberto J. Olvera

 

La imparable carrera de Jair Bolsonaro a la presidencia de Brasil requiere una explicación no convencional. Estamos frente a un caso cuyo parecido más cercano es el del presidente Rodrigo Duterte en Filipinas, quien a dos años de gobierno mantiene una alta popularidad. Ambos personajes, fascistoides y brutales, comparten una capacidad: han sabido reconocer el profundo enojo y la enorme angustia del electorado y han construido un lenguaje político abiertamente transgresor que apela a las ansiedades y a las esperanzas de una ciudadanía desesperada.

Tanto Duterte como Bolsonaro dicen lo que mucha gente quisiera decir pero no puede; expresan en forma radical el rechazo a un orden político elitista que ha agotado sus capacidades hegemónicas; con su lenguaje violento y provocador rompen con el discurso de una elite política que a los ojos de buena parte de la ciudadanía ha perdido toda autoridad moral.

Brasil vive un fin de ciclo, el de la redemocratización que empezó en 1986, dio lugar a la constitución democrática de 1988 y creó un sistema político disfuncional de origen, basado en el transfuguismo de las élites políticas, el oportunismo descarado de los partidos que siempre participaron en las coaliciones gobernantes -el PSDB y el PMDB-y en la corrupción sistémica del congreso brasileño, dentro del cual ningún partido podía tener una mayoría que le permitiera gobernar en solitario. El largo ciclo de gobierno del Partido de los Trabajadores trajo más justicia social, pero radicalizó los defectos del sistema político, en una época en la cual la corrupción se hizo más notoria e intolerable. La situación hizo crisis cuando un poder judicial empoderado y politizado atacó la corrupción en una forma tal que sólo podía conducir a la destrucción del sistema político mismo.

Los partidos oportunistas brasileños terminaron suicidándose al pensar que podían deshacerse del PT por medio del escándalo de corrupción sin sacrificarse ellos mismos. El pobre desempeño del PSDB y del PMDB en las elecciones pasadas demuestra que el rechazo que sufren es más grande que el que padece el PT.

El descrédito de los partidos y de sus líderes ha coincidido con una crisis económica que ha causado desempleo, una terrible crisis fiscal y una sorda guerra distributiva que ha radicalizado los históricos enconos de clase, raza, género y región. El brutal populismo penal de Bolsonaro se corresponde en este momento con la desesperación generalizada por el incremento de la delincuencia común y de la miseria en las calles. El militarismo, el machismo y la antipolítica se oyen bien en los oídos de ciudadanos que se sienten acosados en su vida diaria tanto por un gobierno incompetente y corrupto como por otros ciudadanos a quienes las elites les quieren negar su condición de iguales: los muy pobres, los negros, las mujeres insurgentes.

El ascenso de las iglesias pentecostales en Brasil y en general en América Latina es un reflejo de una crisis de valores y normas que una parte de la sociedad vive como una crisis de identidad. Y en esos momentos de ruptura del orden político y moral se busca refugio en las instituciones y símbolos de un pasado mitologizado: en el caso de Brasil, en la nostalgia del régimen militar, resignificado por Bolsonaro como una época de progreso y paz, así como en la restauración de los valores cristianos tradicionales.

Bolsonaro ha encontrado la coyuntura perfecta para presentarse como un outsider, aunque no lo sea. Tiene a su favor el rechazo a los partidos políticos, a sus lenguajes, a sus prácticas políticas, a sus líderes, vistos por la mayoría como una casta que ha causado un desastre nacional. Bolsonaro, el patético líder del momento, es apenas el vehículo de una profunda frustración colectiva y de un deseo de castigo que va más allá de toda racionalidad.

La democracia brasileña, la más grande de América Latina, está en grave peligro. Sea cual sea el desenlace de la elección, el sistema político deberá ser reconstruido desde sus cimientos. Nuevos partidos y nuevos liderazgos políticos son necesarios. La pregunta es cuál será el costo de ese proceso y quienes sus protagonistas. Por ahora, no hay atisbos de autocrítica en una clase política que ha logrado autodestruirse a la vista de todos y sin que se diera cuenta de ello.

 

*Imagen con fines ilustrativos tomada de http://www.nuevospapeles.com

Compartido con SURCOS por Alberto Rojas Rojas y Carlos Campos Rojas.

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Huelga de educadores y sedición política

Manuel Hernández Venegas

“(…) por la libertad, así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres” (Cervantes)

 

De las tantas sentencias de los juzgados de trabajo, que en seguidilla han declarado ilegales las huelgas de los servidores públicos, contra el proyecto de ley de reforma fiscal, muchas podrían pasar por su contenido común inadvertidas, salvo una, que por su extraordinaria gravedad no puede ser susceptible de esa indiferencia.

Un Juez de la República, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo, rubricó la ilegalidad de la huelga de las personas trabajadoras del MEP, no porque no se hayan cumplido los requisitos que exige el Código de Trabajo, sino porque en criterio del justiciero, los servidores incurrieron en actos “(…) que deben necesariamente entenderse como violatorios de la naturaleza pacífica” que debe tener el movimiento; es decir, en actos de violencia y coacción desautorizados por la Constitución Política.

Pero estas apreciaciones subjetivas del juzgador no llegaron hasta aquí, de toda manera, absolutamente ausentes de fundamento probatorio, lanzadas gratuitamente contra las reglas de la lógica, la experiencia y el correcto entendimiento humano, a contrapelo del artículo 481 del Código de Trabajo.

Como si lo anterior no fuera poco, además, el veredicto afirmó que las acciones de los trabajadores vulneraron “las mismas bases constitucionales” del sistema costarricense (así como lo estoy escribiendo, por aquello de alguna incredulidad).

Entonces, no fue por cualquier cosa que se declaró ilegal esta huelga, por cierto la única que se mantiene firme contra aquel proyecto legislativo. No fue por el incumplimiento de algún requisito ordinario de la legislación laboral, que ya de por sí la Reforma Procesal Laboral se encargó de endurecer, sino por una razón de grueso calibre, inconcebible a estas alturas, cuando ya nuestro sistema republicano se apresta a cumplir 7 décadas, fundado en la supremacía de los Derechos Humanos.

La sentencia del juzgador, sin más, criminalizó la protesta social, censurando la libertad de expresión, reunión y manifestación pública de las personas trabajadoras, que no son menos ciudadanos, libertades inescindibles del derecho de huelga. La huelga es libertad de presión y expresión.

El fallo condena las movilizaciones y manifestaciones de los trabajadores en las vías públicas, en el imaginario del juez contrarias a la sobredimensionada libertad de tránsito, seducido por una sentencia de la Corte Suprema de Justicia de Argentina -así como lo leen-, un país cuya tradición democrática deja mucho que desear, donde el ejército ha puesto y quitado los jueces.

La sentencia preterió aplicar la abundante jurisprudencia de la Sala Constitucional de nuestro país, vinculante, que resuelve que la libertad de expresión confluye en la libertad de reunión y manifestación pública –la dimensión colectiva de la libertad de expresión-, que “(…) al momento de hacer un balance entre el derecho de tránsito, por ejemplo, y el derecho de reunión, corresponde tener en cuenta que el derecho a la libertad de expresión no es un derecho más sino, en todo caso, uno de los primeros y más importantes fundamentos de toda la estructura democrática: el socavamiento de la libertad de expresión afecta directamente el nervio principal del sistema democrático”. (Entre otras, Res. 2012-017027)

Además, la jurisprudencia constitucional define que no se lesiona la libertad de tránsito “(…) cuando la manifestación y consecuente bloqueo de vía pública, no impide el libre tránsito a través de vías alternas”. (id)

Decir, como lo predica la sentencia, que las movilizaciones de los trabajadores violentaron la libertad de tránsito, implicaría sostener, por paridad de razón, que la Romería a Cartago, la Caminata de la Lucha contra el cáncer y otras tantas actividades que se realizan en los espacios públicos, son eventos que no tienen carácter pacífico, porque, en definitiva, implican una limitación de la libertad de tránsito.

Sólo que a nadie, eso sí, se le ocurriría afirmar que estas actividades vulneran las bases constitucionales del sistema democrático, que fue la premisa ideológica de la que partió el juez para reprochar la ilegalidad de la huelga, revelando una fuerte animosidad contra los derechos de libertad, participación política y ciudadana de las personas trabajadoras.

La sentencia está recurrida y le corresponderá al Tribunal de Apelaciones revisar este pronunciamiento judicial.

No hay duda que la sentencia será examinada rigurosamente, por jueces con sensibilidad democrática y el serio agravio, por un lado, contra las libertades fundamentales y por otro lado, contra las maestras y profesores, prácticamente tratados como sujetos sediciosos, será reparado.

 

Imagen con fines ilustrativos.

Enviado por el autor.

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Será o no Será

Marlin Óscar Ávila

He estado pensando en los motivos de Fabricio al renunciar “sorpresivamente” del PRN.

Me parece que es producto, no solamente de sus controversias internas, pero además, de cálculos de astucia política.

Ha visto que el actual Gobierno de Unidad, encabezado por PAC, está en una vorágine que le hace perder popularidad. Que el partido al cual ha pertenecido, está en un mayor desprestigio ahora dentro de la Asamblea y, además, él tiene algunos “nudos gordianos” sin resolver, para lo que no cuenta con el apoyo de la dirección de su partido.

Además del complicado contexto socio político, se avecinan elecciones municipales.

Sus ambiciones políticas siguen vigentes.

Así que en “río revuelto, ganancia de pescadores”.

Para luego será tarde.

Lo que faltaría que ver es si sus cálculos son oportunos y realizables.

Este joven, ya lo tenemos perfilado, no será tan fácil embaucar a más gente con sus pretensiones políticas.

¿Será que va a renunciar a sus privilegios y títulos religiosos también?

Noo. Eso no lo hará porque es de éstas relaciones con el evangelismo internacional que viene la asesoría político-religiosa y el patrocinio a sus proyectos.

Veremos cómo sale del mayor enredo en que se está metiendo. Valla que ésta generación de nuevos políticos nos han salido más que ambiciosos y soberbios: abusados, con los intereses del pueblo.

Primer Foro Nacional Temático: La Costa Rica del Bicentenario

  • Desde la perspectiva de la Economía Social Solidaria

El Primer Foro Nacional Temático «La Costa Rica del Bicentenario», se llevará a cabo el próximo lunes 05 de noviembre del 2018 a las 8 a.m. en el Auditorio de la Plaza de la Autonomía en la Ciudad de la Investigación, Universidad de Costa Rica.

La actividad es con cupo limitado, por lo que puede enviar su solicitud de inscripción al correo forosbicentenario@gmail.com o al Whatsapp 8825 7573.

Más información en la página web www.bandera.cr

 

 

Enviado por Carlos Hernández Porras.

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Foro: La posición de los medios ante la actual huelga nacional

El próximo lunes 29 de octubre se llevará a cabo el foro: «La posición de los medios ante la actual huelga nacional», con la participación de Isabel Ducca, investigadora y Fabiola Pomareda, periodista, Voces Nuestras.

El Foro tendrá lugar frente a la Plaza Teatro (contiguo el Restaurante Mi Tierra), Plaza de la Democracia.

Enviado por Juan Carlos Cruz Barrientos.

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Manifiesto por la justicia tributaria

Walter Antillón

Tal vez el mío sea un pensamiento inactual, rezagado con respecto a la doctrina moderna en el campo tributario, pero sigo convencido (hasta que los sabios me convenzan de lo contrario) que los impuestos directos, y en especial los que recaen sobre la ‘renta’, son los impuestos comparativamente más justos; que su mayor peso dentro del sistema tributario le otorga a éste un carácter progresivo; y que un sistema tributario progresivo es, por definición, el más justo.

La justicia tributaria, además de un imperativo moral, es parte principalísima de la justicia social.

El impuesto sobre la renta se había establecido en varios países europeos ya en el Siglo XIX. Don Alfredo González Flores lo conoció y seguramente lo estudió en Inglaterra, donde residió entre 1898 y 1905. Don Alfredo fue abogado de profesión, pero economista y financista de afición, a partir de su experiencia inglesa. Cuando regresó al país, rodeado de libros y con una serie de ideas claras acerca de Economía y Política Financiera, tenía plena conciencia de la injusticia del arcaico sistema impositivo costarricense, tal como lo dejaría explicado años más tarde:

“…Ricos y pobres siempre ha habido, y siempre los habrá; pero no es justo que, descargando todo el peso de las contribuciones sobre los pobres, estos sientan más de lo necesario su pobreza, mientras los ricos se hagan más ricos cada día, por no tener que pagar lo que en razón y equidad deben pagar y pueden soportar sin fatiga ni sacrificio.”
Conversaciones con el Pueblo, 1916.

Sabemos que cuando don Alfredo González Flores llegó inesperadamente a la Presidencia de la República en 1914, llevaba diez años de formación autodidacta en las Ciencias Económicas y Hacendarias y había hecho sus primeras armas en la política nacional como diputado por el Partido Republicano. Creo que nadie en Costa Rica ha llegado a la Presidencia tan bien preparado y con tantos proyectos como don Alfredo. Inmediatamente se puso a la obra, de modo que entre 1914 y 1917, en medio de la severa crisis económica que se abatió sobre los pueblos, producto de la Primera Guerra Mundial (1914/18), fundó la Escuela Normal de Heredia, que fue una enorme cantera para la formación de educadores; abrió el primer banco estatal (el actual Banco Nacional); creó las Juntas de Crédito Agrícola; ideó e inició la construcción de un hospital para los enfermos de tuberculosis (el Sanatorio Durán); fundó los Almacenes Generales de Depósito; etc. Pero posiblemente el proyecto más deseado que consiguió se hiciera realidad fue la promulgación, en 1916, de las Leyes de Catastro, de Impuesto Territorial y de Impuesto sobre la Renta; proyecto cuya aprobación fue para él un imperativo moral y social: poner a Costa Rica en el camino del progreso que años antes habían seguido con éxito los países “del Norte”. Lo expresó con las siguientes palabras:

“…Toda la enorme diferencia que hay, en cuanto al modo de administrar el Estado y en cuanto a las entidades administrativas, entre el Norte y nuestros países, consiste simple y únicamente en que allá se paga impuestos y aquí no. Entre nosotros todo el sistema se reduce hasta ahora a cobrar derechos de aduana y otra contribución indirecta sobre el consumo, como ella no sea difícil de colectar. Estas contribuciones pesan de manera más injusta sobre el pueblo consumidor y dejan libres o casi a los más obligados a contribuir; es decir, a los ricos, a los grandes propietarios, a las empresas extrajeras, a éstos que en Londres, París, New York y otras ciudades lejanas reciben el importe de sus dividendos, sin molestia ninguna, ni gravamen ninguno; estos que, por no consumir nada en el país, no pagan derechos de aduana, en ninguna forma, en nada contribuyen para sostener los gastos inherentes a la administración pública, a cuya sombra obtienen, sin embargo, todas sus ganancias .”
Carta a un salvadoreño, 1916.

Don Alfredo fue derrocado por los Tinoco en 1917 porque sus leyes de impuestos afectaban los intereses de la oligarquía nacional y de los accionistas de las empresas extranjeras. Y de hecho no hubo en Costa Rica impuesto sobre la renta hasta 30 años después (ley 837 de 1946).
Dicen los que saben que la ley actual (número 7092 de 1988), con gran cantidad de reformas que dificultan su aplicación, ha permitido por su estructura y por su deficiente administración, una altísima cifra de elusiones y evasiones que están pidiendo a gritos un nuevo texto legal y una batería de reglamentos idóneos para colocar a éste, nuestro impuesto progresivo por excelencia, en el centro del sistema tributario.

Hace más de veinticinco años venimos hablando de la crisis fiscal, pero los políticos tradicionales han pretendido resolverla depositando el pesado fardo impositivo en las espaldas del Pueblo. Hasta ahora han fracasado, y la crisis luce peor que nunca.

En mi gran ignorancia, sospecho que esa crisis no se resolverá sino hasta que, al fin, hagamos lo que la oligarquía y las transnacionales impidieron hacer a don Alfredo González Flores en 1917, y han evitado en los siguientes cien años: implantar un sistema tributario justo y progresivo, flexible y equilibrado, sobre la base de un moderno y eficiente impuesto sobre la renta que tendrá que ser el buque insignia del sistema mismo.

Por descontado que la oligarquía, al igual que en 1917, se defenderá con uñas y h . . Pero el Pueblo costarricense tiene aquí una bandera: luchemos porque nuestro Gobierno reformule su actual proyecto tomando como base un impuesto sobre la renta moderno y justo, cuya progresividad prevalezca sobre la regresividad del IVA y los otros miembros del sistema. Formemos un gran foro nacional bajo el nombre de Alfredo González Flores.

Compartido con SURCOS por Flora Fernández Amón

Foto: UCR

Integración no formal o real: Guanacaste – Rivas

Este viernes 26 de octubre a la 1 p.m. se llevará a cabo la presentación del informe final de la investigación «Integración no formal o real: Territorio transfronterizo provincia de Guanacaste (Costa Rica) y departamento de Rivas (Nicaragua)«, en el Aula 4, Edificio Paraninfo Daniel Oduber, sede Central UNED, Montes de Oca.

Enviado por Licda. Megan López La Touche, Divulgadora Académica, CICDE, UNED.

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