Nos fuimos…
Pues terminamos en un estado de shock, pagamos el peaje en Santa Ana y damos gracias al universo, dejar esa calle del ”diablo”. Con el pelo de punta.
Recordemos que dejamos en el camino la historia de un joven estudiante, en la UNED, allá, en una costa del país, que paga 200 mil colones sin trabajo formal, cada cuatro meses, para cumplir sus sueños de ser profesional, que lo intenta a través, de los que un visionario años atrás promoviera su creación con un sentido social profundo, precisamente a la vanguardia de la enseñanza en la virtualidad y muchos años antes, de la pandemia por el COVID.
Inversión social, a pesar quizás de que estábamos con déficit fiscal, institución que como muchas fueron creadas a pesar de que se decía “no hay plata” pero entrémosle al negocio y demos acceso a un grupo de personas costarricenses que también merecen soñar.
Ya el varón está en media carrera de bachillerato, y mientras hay clientes en esa soda familiar y hospedaje, seguirá pulseándola para entre cliente y cliente, cumplir sus deberes académicos. Todos podemos soñar y tenemos derecho a cumplir nuestros anhelos en una sociedad justa e inclusiva.
Ahora, en un restaurante de camino a chepe, muy frecuentado, allá donde están esas “lagartijas grandes” se llena de mirones, machos, negros, amarillos, etc- y entre todos sale a relucir la presencia de un adulto mayor de nombre según recuerdo Reinaldo, el cual tiene un bastón, un chaleco reflectivo y sombrero, para abrigarse y protegerse del sol picante, en fin, dice que es cosa de todos los días, y que el fin de semana es muy intenso, situación que aprovecha para ganarse unos colones.
Ese señor, que les cuento, es un adulto mayor, desempleado desde 2014, sobrevive de la limosna como cuida carros , ya que le faltarían dos años para un derecho quizás a una pensión de asignaciones familiares, pero mientras debe subsistir de la caridad, cuantos así según el INEC, y mientras, mucho capitalista egoísta, no paga adecuadamente los tributos, porque uno les pregunta y hasta le arrugan la cara, responden “pa que voy a pagar impuestos, pa que se los roben”, eso dicen muchos, en fin debemos cambiar la estrategia de comunicación a la formalidad.
Me despido de Don Reynaldo, después de filosofar de la asistencia divina, la cual agradece, ya que le ha costado mucho la vida misma, y agradeció también una seguridad social para; a pesar de no tener trabajo formal, o pensión, lo vean en un Ebais cercano a su domicilio.
Terminamos de mochilear, muy cansado, agotado de no dormir por las “purrujas”, pero satisfecho al final, porque , para “pescar camarones, pues el trasero hay que mojarse”, y debemos ir a ver cómo se comporta el mercado mismo, y concluimos, en que hay que ir al campo con más presencia, no debe leerse que no se hace, solo que debemos ir más al campo al control de deberes formales, aumentar el riesgo subjetivo y tramo de control, reconsiderar el sacar del régimen simplificado a los bares y restaurantes, poner atención al sinpe y a los movimientos en tarjetas de los dueños de negocios, para ver si realmente declaran lo que venden.
Pero no es con mypimes, creemos que es a otro nivel al negocio por verificar, lavado, elusión, contrabando, fraude, cero controles bastan, la inversión social es factible a pesar de no tener superávit, la historia lo ha demostrado, es cuestión de buscar la “comba al palo”.