¿Solipsismo gubernamental?

Luis Bernardo Villalobos Solano

Luis Bernardo Villalobos Solano
Médico, ex Decano de la Facultad de Medicina UCR

Aclaro que no soy filósofo, pero me gusta leer libros relativos a la Filosofía. Hace poco me reencontré con una palabra que podría ayudarnos a perfilar, y por qué no, a darnos algunas pistas para poder comprender de una manera sencilla -y un tanto ingenua dirían algunos- la tormenta que nos agobia en el país.

La palabra en mención es solipsismo. Según el Diccionario de la RAE es una forma radical de subjetivismo según la cual solo existe aquello de lo que es consciente el propio yo. Desde esa óptica, las personas que siguen esta forma de pensar creen que la realidad que se mira y que se vive es la que ellas perciben desde su propia existencia. Algunos autores como F. Castro Guerra han planteado que para el solipsismo, la realidad externa es inaccesible o inexistente, y todo lo que percibimos o imaginamos es una creación de nuestra propia mente. El solipsismo niega la posibilidad de conocer la realidad objetiva, si es que esta existe, de manera consistente. CF: https://es.linkedin.com/pulse/el-solipsismo-una-teor%C3%ADa-radical-sobre-la-mente-y-castro-guerra

Es preocupante que tanto el Presidente Chaves, como algunos de sus cercanos colaboradores estén justificando con argumentos muchas veces vacíos (algunos ilustrados con figuras felinas), lejanos de la evidencia científica e histórica o promesas falaces como ha quedado evidenciado en varias ocasiones, que solo es posible avanzar social, ambiental y económicamente con la visión que ellos pregonan, sin pensar que en Costa Rica el diálogo y la negociación son parte de la esencia democrática nacional.

Desde esta óptica precedente, creo que en el presente periodo gubernamental hemos caído en una especie de solipsitis crónica, que espero termine el 8 de mayo del 2026. Mientras tanto, lo que nos queda es que le saquemos un espejo democrático por todos los medios posibles, para que al menos disminuyan los síntomas y que los daños en el pueblo costarricense sean mínimos.

Estoy seguro que ese espejo democrático seguirá siendo la denuncia oportuna y bien fundamentada, la manifestación consciente y respetuosa de la convivencia pacífica, los diálogos inteligentes, participativos y concientizadores y los foros con base comunitaria, así como cualquier otro mecanismo que permita que toda la ciudadanía, pero sobre todo el 50 % que dice apoyar la gestión gubernamental, tome conciencia del grave problema en que está metido el país en áreas críticas como la salud pública, la educación, el medio ambiente y la seguridad ciudadana, entre otras.