Soluciones sabias para enfrentar la pobreza menstrual en Latinoamérica

Génesis R. Cruz, Voces Nuestras

#COSTARICA #MEXICO Millones de mujeres en Latinoamérica enfrentan desafíos diarios debido a la falta de acceso a productos de higiene menstrual, exponiéndose a riesgos para su salud. La pobreza menstrual no solo limita el acceso a productos sanitarios, sino que también impacta en otros derechos fundamentales, como la educación y la participación en la sociedad.

Según estimaciones de la Ley Menstruación y Justicia, aprobada en octubre de 2023 en #CostaRica, y basándose en los precios de 2020, las mujeres costarricenses gastamos más de medio millón de colones costarricenses, en toallas desechables a lo largo de nuestras vidas (alrededor de $1000 dólares). Esa misma ley, en su artículo 6, ordena a las escuelas y colegios incluir la Educación Menstrual en sus centros educativos. Sin embargo no existen mecanismos prácticos, ni recursos económicos para implementar ese mandato.

En el caso de México, la situación no es menos preocupante. Se estima que una mujer en promedio necesita 360 toallas o tampones al año. Ese gasto puede representar hasta 720 pesos anuales (alrededor de 43 dólares), lo que equivale al 5 % del total de gastos de un hogar en situación de pobreza, según datos del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA). Por eso la pobreza menstrual también se refiere al aumento de la vulnerabilidad económica que enfrentan mujeres y niñas, debido a la carga financiera planteada por los suministros para la menstruación.

En respuesta a esta crisis, el proyecto «Sanas, Seguras y Sabias: Niñas libres de Violencia y Discriminación» de Niñas Sabias y Voces Nuestras, ofrece soluciones innovadoras y sostenibles para abordar la pobreza menstrual en los territorios de ambos países.  Una vez que las niñas han participado en los módulos de educación menstrual del programa Niñas Sabias, reciben un «Kit de Manejo Menstrual Sostenible», que contiene toallitas de tela lavables y reutilizables, elaboradas por mujeres indígenas y rurales de San Miguel Cuyutlán en Jalisco, México, y del territorio indígena de Curré en el sur de Costa Rica. Al invertir en estos productos también apoyamos las economías locales y el empoderamiento económico de estas mujeres emprendedoras.

A pesar de avances legislativos significativos en el tema, aún no existen mecanismos efectivos que garanticen que las niñas en Costa Rica y México reciban información científica, veraz y culturalmente sensible sobre su ciclo menstrual y la salud de sus cuerpos. Mucho menos se garantiza que las niñas tengan acceso a los insumos mínimos para gestionar su menstruación de forma segura y saludable. 

Por eso desde Voces Nuestras y Niñas Sabias, reivindicamos la educación menstrual como un derecho de todas las niñas y mujeres, que nos permite tomar decisiones informadas para ser más sanas, seguras y sabias.

Por. Génesis R. Cruz.

Compartimos el mensaje completo: