Subjetividades políticas frente a la inacción: los estudiantes de secundaria en Costa Rica

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

Lo sucedido en días recientes con los estudiantes de secundaria en Costa Rica debería llevarnos a la reflexión sobre la cultura política en transcurso.

En diferentes estudios de opinión se ha planteado la ausencia de horizonte futuro en las expectativas de las personas jóvenes costarricenses. Sus esperanzas no están puestas ni un proyecto país ni en suyo propio.

A esta incertidumbre debe agregarse la promesa de una vida de lujo y dinero fácil proveniente del narcotráfico, que ya ha extendido sus tentáculos en todos los espacios posibles de la realidad nacional.

No es casual entonces que esa promesa haya hecho decir recientemente a un joven estudiante en un ejercicio promovido por su profesor: “quiero ser un narco porque mi papá ahora tiene un carro y otras cosas que no tenía”.

Una revelación de esta naturaleza no es para nada aislada. Responde ciertamente a esa especie de sustitución de la política como sentido de organización de la vida (y obviamente como expresión orgánica de agrupamiento y colectivización) por estas nuevas formas de ingreso al Mercado, el consumo, la “igualdad” a través del reconocimiento y el poder.

Por eso las formas mediante las cuales los estudiantes de secundaria encararon al Presidente de la República durante una serie de manifestaciones para expresar sus necesidades en materia educativa, deben ser leídas en el contexto de subjetividades que están logrando romper la lógica de la inacción y la inmovilidad.

Recién salimos de una época compleja como lo fueron los dos años de aislamiento social producto de la pandemia. Todavía está por verse qué efectos tuvo esa individualización extrema en la cultura política nacional.

El movimiento estudiantil recién observado es por estas razones una respuesta no solo a sus deficientes condiciones educativas sino a su configuración en un sujeto político en vías de consolidarse.