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Etiqueta: PNUD

Encuesta sobre sus prácticas y preferencias de comercio electrónico

El Programa Conjunto del Fondo de los Objetivos para el Desarrollo Sostenible «Fortalecimiento de la Estrategia Puente al Desarrollo», implementado por ONU Mujeres, PNUD, FAO y OIT, con el liderazgo del Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) y el Fideicomiso del IMAS (FIDEIMAS), está desarrollando una plataforma de comercio electrónico para que mujeres empresarias y emprendedoras en situación de pobreza o vulnerabilidad económica vendan sus productos en línea.

Con el fin de recolectar información clave para este proceso, le pedimos su amable ayuda completando la siguiente encuesta sobre sus prácticas y preferencias de comercio electrónico, la cual ayudará a orientar el desarrollo de la plataforma y la estrategia de mercadeo.

Haga click en la imagen para ir a la encuesta:

Seminario web: “Jardines multipropósitos para polinizadores en zonas urbanas”

El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) invita a participar del seminario web “Jardines multipropósitos para polinizadores en zonas urbanas” el próximo 09 de febrero a las 4:00 pm.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), alrededor de 100 especies de cultivos proporcionan el 90% del suministro de alimentos para 146 países; de estos cultivos, 71% son polinizados por abejas.

Conozca las recomendaciones que puede implementarse en los jardines multipropósitos y así atraer más polinizadores.

Para inscribirse en el seminario web, ingrese a este enlace: https://undp.zoom.us/webinar/register/WN_sOsmMrypT0qgB8FGcEB5BQ

 

Imagen ilustrativa.
Compartido con SURCOS por Lili León de Voces Nuestras.

Peores escenarios se avecinan para el agua

Osvaldo Durán-Castro/Sociólogo-ITCR

Hoy, 15 de diciembre 2020, el proyecto “Ley para la gestión integrada del recurso hídrico”, Expediente 20.212, podría ser archivado. Se discute en un momento crucial de ataque a la humanidad y a los ecosistemas por parte del sistema corporativo mundial, ya que están consumando sus aspiraciones de mercantilizar el agua en la Bolsa de New York/Wall Street. Llegamos al momento aciago que el poeta Silvio Rodríguez cantara hace años: “Me pregunto qué negocio es este, en el que hasta el deseo es un consumo, qué me haré cuando facturen el sol”. En ese pantanoso escenario, es más que indispensable y de primerísimo orden que Costa Rica asegure las más estrictas medidas de protección del agua y evite su explotación comercial sobrepasando los ya perniciosos márgenes que tenemos hoy día.

Son muchísimos los aspectos por analizar pero ahora hago un resumen sobre lo público-privado y ausencia de participación. El texto como tal no reza que se vaya a privatizar el agua, pero sí contempla mecanismos que consolidan prácticas de explotación privada y crea otras que la propician. Las experiencias de control y manejo del agua con participación y privilegio del sector privado nunca han generado resultados positivos para lo pueblos. En 2003 analizamos los caminos diversos del agua privada y aunque no nos ocuparemos de este gran tema ahora, si debemos reiterar que lo público y lo privado no se dibujan en blanco y negro, ni como opuestos dado que la privatización es un ejercicio normado desde los Estados neoliberales como parte de las estrategias corporativas para trasladar servicios públicos al sector privado (ver Agua: Lucha mundial entre capital privado y justicia https://doi.org/10.15359/rca.25-1.5 y otros textos del autor relacionados). Privatizar no consiste únicamente en entregar la operación de sistemas de distribución de agua a empresas privadas de manera directa, como ocurrió en Bolivia, Argentina, Chile, México, Canadá, etc. Las alianzas público-privadas y las concesiones, que ocupan un lugar del privilegio en esta propuesta de ley, son una de las vías principales usadas en todo el mundo para estimular la competencia entre lo público y lo privado, en detrimento de lo social, colectivo y solidario.

El proyecto 20.212 no se acerca a la aspiración de regular en favor de lo público, justo y solidario. La sola y contundente propuesta de convertir a las ASADAs en concesionarias y colocarlas como competidoras por el agua, es suficiente para advertir el sesgo anti-público del proyecto. La propuesta crea todo un abanico de riesgos mediante múltiples propuestas como las concesiones (ver Capítulo III. Concesiones), las “sociedades de usuarios” (artículos 102-104), el “Uso colectivo de las aguas en condominio” (artículo 105), la posible consolidación del negocio privado de exportación de agua (artículo 57) y la reconcentración de poder en la DINA para la toma de desiciones técnicas y políticas sobre el agua (múltiples artículos).

El Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo, en su “Informe de desarrollo humano 2006. Más allá de la escazes: Poder, pobreza y la crisis mundial del agua”, fue contundente al advertir sobre los riesgos de crear espacios de control del agua por parte del sector privado: “La característica distintiva del agua reside en su rol fundamental en los medios de sustento de los individuos y el medio ambiente de un país. Esta propiedad excepcional señala la necesidad de implementar sistemas de normas e instituciones altamente desarrollados que permitan garantizar que los objetivos de política pública fundamentales como la justicia social y la sostenibilidad ecológica no estén subordinados a la búsqueda de beneficios privados”.

Lo público debe primar en una legislación que a futuro procure blindar el agua ante los riesgos que desde hace años advirtió el PNUD, y repetimos, sobre todo ahora que llegamos al extremo previsible y ansiado del mundo privado de tranzar el agua en Wall Street. Sobre este particular podemos adelantar que Costa Rica debería contar una política pública que prohiba elevar los niveles actuales de lucro con el agua y, de manera absoluta, evitar la exportación de agua incluso a nivel de rango constitucional. Si el agua sale del país debería ser únicamente por fines humanitarios y nunca para negocios públicos ni mucho menos privados. La realidad actual de Costa Rica enseña que el agua ya es un elemento sujeto a la explotación y lucro privados. Ante eso lo que se esperaría de una nueva ley es que estableciera regulaciones que limiten, inhiban y prohíban los usos y explotación privada del agua y aseguraran una visión o nuevo paradigma orientado sin ambigüedades al bien común. Pero esa no es la visión del proyecto.

Si reconocemos, como debe ser, que la privatización no es sólo transferir directamente a entes privados la operación de un servicio o empresa, si no entregarlo por concesión o mediante la creación nuevos entes operadores, aunque sea para segmentos reducidos que los aprovechan en beneficio privado, este proyecto apunta a fortalecer los espacios de control no públicos del agua. Ese debate sobre las vías para disminuir lo público, entendido como el control demanial, social, colectivo, solidario y justo en precio y acceso del agua, que se ejerce desde el Estado y desde lo social-comunitario a través de organizaciones de base, como las ASADAS, seguirá pendiente más allá de lo que ocurra con este proyecto.

Más exclusión y menos participación social-comunitaria

Si hubiera que evaluar este proyecto de ley con un criterio básico y fundamental como la participación efectiva y la garantía de inclusión real de las personas a través de sus organizaciones de base comunitaria en la gestión del agua; habría que rechazarlo.

Desde que el 31 de marzo del 2014 a media noche y con extraño sigilo fue aprobado en primer debate este proyecto, sabíamos que se había liquidado cualquier vestigio de participación incluida en la iniciativa popular, contenida en el Expediente legislativo 17.742. Un segundo debate y aprobación sellaría el ataúd con el cadáver de la participación efectiva de la ciudadanía en el manejo democrático del agua (el proceso del proyecto de iniciativa popular del agua puede consultarse en trabajo de Barquero Mata, Sofía. (s.f.). Leyes de Aguas: análisis completo. Sobre el procedimiento de la iniciativa popular).

En el texto del proyecto que circulaba antes del 3 de diciembre 2020 ni siquiera se mencionaba a las ASADAS, y posiblemente por tan desmesurado error, fue que en la versión que empezó a circular ese día ahora fueron incorporadas en el artículo 5 indicando que el “sector hídrico del Estado…está constituido por la Administración Pública centralizada, descentralizada, autónoma, semiautónoma, las municipalidades, las empresas públicas y del Estado y las asociaciones administradoras de acueductos comunales (ASADAS), que tengan dentro de sus competencias la gestión sectorial y multisectorial del agua”.

Los mecanismos mediante los cuales se podría hacer efectiva la participación de las comunidades, no son claros y más bien podemos decir que no existen como tal en el proyecto. El artículo 2 “Principios generales” indica “l) Participación: el sector hídrico del Estado promoverá la participación de todos los sectores vinculados en la gestión integrada del recurso hídrico, en el ámbito nacional”. Esa es una generalidad que puede interpretarse como sea, y es claro que por vía reglamentaria no se asegurará esa participación. “Todos los sectores” es un postulado que coloca en igualdad de condiciones a todos los potenciales concesionarios que pretendan usar el agua para cualquier uso. No se podría augurar nada positivo si retomamos la competencia desproporcionada a la que someten, por ejemplo, los agronegocios y las hidroeléctricas a las comunidades, y las dificultades extremas de estas últimas para tener al menos acceso al diálogo con instituciones como el MINAE y particularmente con la Dirección de aguas y SETENA, que sistemáticamente las ignoran o anulan. De ninguna manera resulta suficiente la promesa contenida en ese artículo 2. Una legislación que verdaderamente busque garantizar el agua como derecho humano, de consumo humano y resguardada por el Estado en cualquier circunstancia o amenaza, debe establecerlo con claridad.

Lo más cercano a participación que el proyecto propone es el artículo 22 “Información y consulta pública”. Según el texto “Las propuestas del Plan Hídrico Nacional, el balance hídrico nacional y los planes hídricos de unidad hidrológica se someterán a consulta pública, a fin de que la población pueda formular observaciones, aclarar dudas y presentar modificaciones a dichas propuestas”. Esa limitadísima participación es contradictoria con el optimismo que desde el 2017 había expresado la Directora de AyA Yamilet Astorga, quien “asegura que ley de aguas mantiene la esencia de la Iniciativa Popular”. La funcionaria se contenta con que la población “pueda formular observaciones, aclarar dudas o presentar modificaciones a dichas propuestas”. Para ella es suficiente que “podemos llegar a crear los Consejos de Unidades Hidrológicas, mediante decreto ejecutivo, como una forma de operacionalizar esta ley”, https://www.informa-tico.com/8-11-2017/presidenta-aya-asegura-ley-aguas-mantiene-esencia-iniciativa-popular) lo cual no pasa de ser una laxa promesa que no asegura, de ninguna manera la participación efectiva de las organizaciones sociales de base, como las ASADAS.

Es evidente que las decisiones técnicas, financieras y políticas seguirán siendo un ejercicio centralizado y controlado desde la nueva DINA, si se aprobara el proyecto. Limitar la participación a “Información y consulta pública”, es una debilidad absoluta e insalvable que desde la aprobación del proyecto en 2014 habíamos señalado como gravísima y suficiente por sí misma para rechazar el proyecto en su totalidad. Esa exclusión revela que el “lobby” local del agua que promueve el proyecto concilió con las presiones e intereses del sector empresarial, además de resellar un desprecio total por la participación democrática y efectiva de la gente en los procesos de diálogo, generación de consensos, negociación y decisiones colegiadas sobre el agua.

En el proyecto no hay una sola frase que busque fortalecer a las ASADAS como entidades que aseguren el manejo comunitario y democrático del agua. Tampoco nada que procure que el Estado asegure espacios oficialmente reconocidos y vinculantes en la definición de políticas públicas y mecanismos de control del agua, con inclusión efectiva de las comunidades por medio de sus organizaciones. Ese aspecto está directamente asociado con principios como que la institucionalidad involucrada con el agua esté comprometida y obligada a respetar su condición de bien demanial y público y que genere confianza y seguridad de que los intereses colectivos primen frente a los particulares y privados.

La exclusión de las ASADAS y los riesgos asociados con la reducción de su perfil en el manejo del agua, valga decir en contraposición con la creación de espacios para entidades privadas, fue expuesta con claridad por el Colegio de Geólogos de Costa Rica (2020) que en su oficio 2020 CGCR 267-2020 dirigido a los y las diputadas, expresan: “Acerca de las ASADAS. Lejos de regular y fortalecer la situación actual de las ASADAS el proyecto de ley las excluye, les obliga a solicitar concesiones y pagar por ellas a pesar de ser entes que prestan el servicio mediante un Convenio de Delegación de Administración con el AyA (Art. 5 y Art. 58). Las ASADAS deben ser consideradas en cualquier legislación sobre el recurso hídrico debido a la importancia de la labor que realizan, ya que cubren un 33% de la población del país”.

Otro aspecto que no se puede dejar de lado es que el consumo humano es una prioridad cuestionable e incierta en el proyecto. Las definiciones son tan generales que abren la puerta para que cualquiera, sea público o privado, proponga, compita y obtenga concesiones. En el artículo 61, que como en muchos otros se norma el otorgamiento de concesiones, se indica: “Requisitos y procedimiento para otorgar concesiones. Toda solicitud de concesión para el aprovechamiento del recurso hídrico deberá cumplir los requisitos generales y específicos propios para cada tipo de aprovechamiento que se establecerán en el reglamento de esta ley; además, cumplir con el procedimiento aplicable para el otorgamiento”. Ni en este ni en otros artículos se enfatiza ni especifica el uso público, solidario y equitativo del agua, del tal manera que los concesionarios, de cualquier tipo, tendrán que “pujar” de acuerdo a sus intereses. Además, los requisitos quedan sujetos a nuevos reglamentos en cuya creación no está prevista ninguna forma de participación ciudadana. Como dijo una impulsora del proyecto, la Diputada Paola Vega, “se necesita una concesión independientemente de quien la pida”.

El único artículo del proyecto de ley que establece con claridad cuáles son los usos prioritarios del agua, es el 95 referido a la “Declaratoria de déficit temporal del recurso hídrico”. Esa condición se declarará “cuando (la Dirección de aguas) haya constatado técnicamente la disminución atípica de la disponibilidad del recurso; valorará, entre otras, las condiciones meteorológicas, hidrológicas, hidrogeológicas, hidrobiológicas, agrícolas, geográficas, sociales, ambientales, económicas y de calidad del recurso”. La realidad es que hasta hoy día muchísimas comunidades se han quedado sin agua y las autoridades no han hecho, por la razón que sea, los estudios pertinentes, ni mucho menos han declarado emergencia como corresponde. Esto ha sido así porque se han protegido los intereses privados sobre lo público y comunitario, y obviamente sobre los derechos de los ecosistemas, que más bien quedan desprotegidos con las definiciones y usos de los “caudal ambiental”.

Una legislación verdaderamente orientada a la protección integral y ecosistémica del agua, lo mismo que a usos justos y solidarios desde lo público y comunitario, debe icluir algunos principios que este proyecto no contiene. Algunos de los principios son:

  • que el Estado, como garante de los derechos colectivos del pueblo, ejerza soberanía total para asegurar el control del agua para su uso en favor del bien común,
  • que la población tenga seguridad de que el agua será considerada efectivamente y sin manipulaciones, controles políticos ni económicos, en las decisiones sobre los usos prioritarios y su protección ecosistémica,
  • que el Estado asegure espacios oficialmente reconocidos y vinculantes en la definición de políticas públicas y mecanismos de control del agua, con inclusión efectiva de las comunidades por medio de sus organizaciones,
  • que se tenga garantía de que por ser un derecho humano no esté sujeta de ninguna manera a la competencia comercial; mucho menos cuando se comprometan la salud de los ecosistemas y el acceso de la población,
  • que sea distribuida con equidad, solidaridad y hasta entregada de gratis a la gente más pobre que no pueda pagarla,
  • que haya seguridad absoluta de que será protegida frente a cualquier forma de explotación lucrativa y privada (esto sabiendo que en Costa Rica operan múltiples mecanismos de lucro con el agua),
  • que los usos prioritarios estén explícitamente estipulados y que no existan opciones, como las concesiones, sociedades de usuarios, etc, para que los usos públicos y colectivos tengan que competir con los negocios privados de cualquier tipo, como sucede ahora mismo en Costa Rica,
  • que la institucionalidad involucrada con el agua esté comprometida y obligada a respetar su condición de bien demanial y público, y en ese tanto no facilite su explotación privada,
  • que la institucionalidad genere confianza y seguridad de que los intereses colectivos primen frente a los particulares, y que respete y escuche a los actores sociales comunitarios,
  • que el Estado garantice los recursos económicos necesarios para que el sistema jurídico y operativo, la investigación científica y el seguimiento, permitan la efectiva protección ecosistémica del agua y su distribución equitativa.

¿Se cumplen esos atributos fundamentales en el proyecto de ley de agua número 20.212? Definitivamente no.

Imagen: Juan Pablo Ugalde

UCR: Atlas de Desarrollo Humano Cantonal 2020 constata rezago y desigualdades

Se utilizó una nueva metodología que incluye índices cantonales por desigualdad y género

La desigualdad se ha incrementado entre los sectores sociales con mayores condiciones de vulnerabilidad, según el Atlas de Desarrollo Humano Cantonal 2020. Foto: Anel Kenjekeeva, UCR.

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) – Costa Rica y la Escuela de Estadística de la Universidad de Costa Rica (UCR) presentaron el Atlas de Desarrollo Humano Cantonal 2020.

Esta herramienta pretende contribuir a la comprensión de las distintas realidades cantonales que conviven en Costa Rica y que requieren ser tratadas de manera diferenciada. En este sentido, se espera que sea un instrumento útil para la toma de decisiones y la generación de política pública desde el Gobierno Central y los Gobiernos Locales, con miras a reducir las brechas sociales y económicas.

Según Luis Felipe López, director regional para América Latina y El Caribe del PNUD, este tipo de reportes son importantes porque van más allá de la medición y establecen una relación del territorio con el bienestar de la gente, la desigualdad y la gobernanza. Para mejorar las condiciones de vida en cada territorio López habla de un modelo “3D”, que acorte las Distancias para conectar a la gente con las oportunidades, que aproveche la Densidad de población y evite la División o exclusión de personas.

“Costa Rica tiene una tradición con la equidad que es un referente para todo el continente. Eso hay que seguirlo protegiendo. En ese sentido, esta herramienta ayuda a perseguir esa característica grabada en el ADN del costarricense”, manifestó López.

Por su parte, Pilar Garrido, ministra de Planificación y Política Económica, agradeció a la UCR y al PNUD por desarrollar una herramienta que ayudará a tomar decisiones para el disfrute pleno de los derechos humanos. De la misma manera se expresó Marcela Guerrero, presidenta ejecutiva del Instituto de Fomento y Asesoría Municipal (IFAM), quien reconoció el aporte de la UCR y del PNUD desde el 2007 en la generación de datos locales para el desarrollo. “Ahora estamos en mayor capacidad de hacer preguntas y de generar política pública para concentrar esfuerzos en las poblaciones más necesitadas”, aseveró.

De acuerdo con el equipo investigador, el principal dato del Atlas 2020 es que, si bien Costa Rica ha avanzado en mejorar las condiciones de vida de sus habitantes, el esfuerzo no ha sido suficiente para alcanzar a las regiones y personas en mayor condición de vulnerabilidad, como las mujeres y las zonas rurales y periféricas.

En esta línea, la mayor desigualdad se registra en los cantones fronterizos y rurales, mientras que las regiones de planificación con mayor desventaja social son la Huetar Norte, la Huetar Caribe y la Brunca. Asimismo, las mujeres siguen viendo limitadas sus oportunidades económicas en relación con los hombres.

Para llegar a estas y otras conclusiones, el Atlas 2020 utilizó una nueva metodología usada en cálculos nacionales desde el año 2010 y que se nutre de la aplicación de una renovada familia de índices a nivel cantonal, como lo son el Índice de Desarrollo Humano Cantonal, el Índice de Desarrollo Humano ajustado por Desigualdad, el Índice de Desarrollo de Género y el Índice de Desigualdad de Género.

Georgina Morera, representante del Consejo de Sedes de la UCR, manifestó que esta herramienta es de vital importancia para coadyuvar las políticas públicas a nivel local y saber cómo y cuándo aplicarlas. “También nos ayuda en la universidad para desarrollar proyectos de investigación, de extensión y de acción social pertinentes a las regiones, así como para hacer una oferta académica que responda a las necesidades de cada territorio”, señaló.

El mapa de la izquierda muestra cómo prevalecen las categorías de “muy alto” y “alto” en el Índice de Desarrollo Humano. Pero, la realidad cambia en el mapa de la derecha al incorporarse la variable de “Desigualdad”. Imagen tomada del Atlas de Desarrollo Humano Cantonal 2020.

La investigación también plantea algunos retos. Algunos de ellos son:

  • Desarrollar políticas sociales inclusivas que reconozcan las desigualdades territoriales.
  • Atender las causas de la desigualdad local de manera prioritaria en aquellas zonas fronterizas, costeras y rurales.
  • Atender aspectos ambientales que reduzcan la vulnerabilidad.
  • Transcender el concepto económico de desarrollo mediante la atención de factores de exclusión y desigualdad.

En este sentido, el Atlas muestra la necesidad de orientar acciones de política pública que mejoren el desempeño de las instituciones del Estado costarricense. Entre ellas resalta el fortalecimiento del sistema educativo, la atención de las realidades cantonales de manera diferenciada y la integración de poblaciones tradicionalmente excluidas, como las mujeres, los jóvenes, los pueblos originarios, la población afrodescendiente y las personas con discapacidad.

“Es imperativo que la construcción e implementación de las políticas públicas contemplen la diversidad y complejidad de los desafíos, desde un análisis interseccional, para reconocer la necesidad de diseñar soluciones diferenciadas que correspondan a las formas distintas en que las personas y comunidades sufren las privaciones, brechas y obstáculos que les impiden ejercer plenamente sus libertades”, puntualizó Fernando Ramírez, director de la Escuela de Estadística de la UCR.

Características del Atlas

El Atlas se desarrolló como una herramienta interactiva en la que se pueden seleccionar diferentes años entre el 2010 y el 2018. En el momento en el que se escoge un año, automáticamente la plataforma ofrece todos los datos correspondientes en forma de gráficos y mapas.

Para cada año se muestra el detalle del índice, sus indicadores y la posición de los cantones. Un gráfico exhibe la distribución de los cantones alrededor del promedio nacional según la provincia, mientras que otro muestra el ordenamiento de los cantones según el valor del índice. También incluye un mapa con el detalle del nivel de desarrollo humano por cantón y un gráfico con la distribución de la población según la categoría de desarrollo humano de los cantones donde residen.

El Atlas permite comparar datos entre dos años. En este caso se puede apreciar la posición de cada cantón en relación con el promedio del Índice de Desarrollo Humano en el 2010 (izquierda) y en el 2018 (derecha). Si bien se aprecia un avance significativo, todavía quedan muchos cantones por debajo del promedio. Imagen tomada del Atlas de Desarrollo Humano Cantonal 2020.

Otra forma de explorar la herramienta es seleccionando una provincia o un cantón específico. Al escoger uno de ellos se filtran todos los elementos gráficos.

También se pueden analizar tendencias del desarrollo humano cantonal, crecimientos porcentuales y cambios en categorías a lo largo del tiempo, gracias a la opción de comparar dos años de estudios. Además, se puede consultar el comportamiento de un indicador específico, las notas técnicas, los datos y los créditos de la nueva versión del Atlas.

Entre las principales ventajas que tiene este instrumento destacan que ahora se podrán hacer estudios comparativos desde el 2010 bajo la misma metodología de análisis, la información podrá actualizarse con mayor constancia para consulta pública, la gratuidad de la información y una mayor accesibilidad a los datos sobre las diversas realidades cantonales.

Para acceder al Atlas de Desarrollo Humano Cantonal 2020 presione aquí.

 

Fernando Montero Bolaños
Periodista, Oficina de Divulgación e Información

Los impactos económicos del COVID-19 y las desigualdades de género

PNUD

SURCOS comparte este documento del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, que aporta elementos claves para la atención de la pandemia con una mirada desde la realidad de las mujeres.

Los impactos económicos del covid-19 y las desigualdades de género. Recomendaciones y lineamientos de políticas públicas

El COVID-19 requiere respuestas urgentes. Y a medida que la pandemia se propaga, el mundo requiere respuestas coordinadas e integrales de salud, cuidados y otras medidas que mitiguen los impactos sociales y económicos de la crisis sanitaria. Son las mujeres las que se encuentran masivamente en la primera línea de acción, en los centros salud, en los servicios, en las comunidades y en los hogares. Las mujeres están desempeñando un papel clave para garantizar el bienestar, el cuidado y la resiliencia de las personas y grupos afectados, personas adultas mayores, niñas y niños y sus familias. Las consecuencias socioeconómicas serán de gran alcance y eventualmente profundizarán las desigualdades existentes, incluidas las desigualdades de género.

El PNUD ha establecido tres líneas de oferta de apoyo a los países:

• Oferta N°1: Respuesta del sistema de salud, incluyendo el fortalecimiento de las compras y la cadena de suministro.
• Oferta N°2: Gestión de crisis inclusiva e integrada.
• Oferta N°3: Impacto social y económico: valoración y respuesta.

Esta nota técnica busca garantizar la integración de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres en las tres líneas de oferta y brindar lineamientos y recomendaciones a las Oficinas de País del PNUD y a los países de la región. Se pretende contribuir a la implementación de políticas de respuesta a la emergencia del COVID-19 que sean género responsivas, con el objetivo último de no dejar a nadie atrás. No obstante, se profundizará más detalladamente en la Oferta N°3 dirigida a abordar los impactos socioeconómicos y de derechos humanos en los países.

Las duras medidas tomadas en respuesta a la crisis sanitaria, económica y social que vive el mundo en torno a la pandemia del COVID-19, que van desde el aislamiento preventivo obligatorio, las restricciones a la entrada a personas extranjeras en cientos de países, los cierres de fronteras aéreas, terrestres y fluviales, el confinamiento de ciudades o regiones enteras, el cierre del comercio y cese de actividades comerciales formales e informales suponen una dura disrupción de la cotidianidad de las personas y del tejido económico, productivo y afectando de manera directa a las relaciones sociales pre-existentes.

El documento completo lo puede descargar en el siguiente enlace:

Este vínculo le llevará al sitio donde encontrará más información:

https://www.americalatinagenera.org/

Información compartida con SURCOS por Ana Cecilia Escalante.

UN MUNDO INJUSTO Y DESIGUAL: NUEVO INFORME DEL PNUD

Mayor empoderamiento de las mujeres y opciones de educación técnica para la empleabilidad de adultos jóvenes entre los grandes desafíos de Costa Rica, según Informe de Desarrollo Humano 2019

 Recursos: https://www.dropbox.com/sh/4erje2dot3wnlip/AAAsej4XBmgJHyYq8wsS6cM-a?dl=0

Según el Informe sobre Desarrollo Humano 2019, las políticas actuales no permitirán solucionar la nueva generación de desigualdades.

Costa Rica, 9 de diciembre de 2019. – Las manifestaciones por el desencanto, la frustración y el enojo que se están produciendo en todo el mundo, indican que, pese a los avances sin precedentes en la disminución de la pobreza y el reconocimiento de los derechos humanos, persiste la exclusión de miles de personas a oportunidades para construir un proyecto de vida digno. La causa subyacente, argumenta un nuevo informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), es la desigualdad.

En América Latina, la percepción de injusticia en la distribución de la riqueza ha aumentado desde 2012, volviendo a los niveles de finales de los años noventa. La desigualdad en el bienestar subjetivo, que se había mantenido estable en la región hasta 2014, ha aumentado desde entonces. Entre los 50 países con mayor desarrollo humano en todo el mundo, Argentina tiene la mayor desigualdad en la esperanza de vida, y Chile tiene la mayor desigualdad en los ingresos, según el Índice de Desarrollo Humano Ajustado por Desigualdad.

“La desigualdad se asocia típicamente con patrones de exclusión económica, social y política. Como tal, independientemente de su importancia normativa, conlleva costos sociales y económicos significativos para la sociedad», dice el subsecretario general de las Naciones Unidas y director regional del PNUD para América Latina y el Caribe, Luis Felipe López Calva.

El Informe sobre Desarrollo Humano 2019, titulado “Más allá del ingreso, más allá de los promedios, más allá del presente: desigualdades del desarrollo humano en el siglo XXI”, es pionero en una forma integral de medir el progreso de los países más allá del crecimiento económico, y advierte sobre las nuevas formas que exacerban las desigualdades: tecnología, educación y crisis climática.

“La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible aspira a reducir la desigualdad en todas sus dimensiones y este informe justamente buscar ampliar el lente sobre las nuevas desigualdades que conspiran contra el mandato de no dejar a nadie atrás”, cita José Vicente Troya Rodríguez, Representante Residente del PNUD en Costa Rica.

El Informe señala 5 mensajes claves que resumen bien su alcance, así como las preocupaciones y propuestas que lo inspiran.

  1. Si bien es cierto que en los últimos años muchas personas han logrado sobrepasar el piso mínimo para lograr el desarrollo humano, las disparidades persisten. Se ha dejado atrás a algunas de las personas con las privaciones más extremas.
  2. Los avances tecnológicos y la crisis climática son dos transformaciones de gran impacto que, de no ser bien gestionadas, podrían provocar una “nueva gran divergencia” en la sociedad, no vista desde la Revolución Industrial.
  3. La desigualdad en el ingreso tiene generalmente como correlato la desigualdad política. Quienes tienen mayores ingresos tienen también mayor influencia en la toma de decisiones a su favor y esto, a su vez, tiene como resultado la profundización de las otras formas de desigualdad.
  4. Es obligatorio repensar la métrica de la desigualdad, que permita ir más allá de los promedios y dar cuenta, de la forma más precisa posible, del comportamiento de la desigualdad en distintos grupos y poblaciones, en diferentes territorios y condiciones.
  5. Se pueden corregir las desigualdades si actuamos ahora, antes que el desbalance en el poder económico esté políticamente enquistado. Mejor sistema impositivo y transferencias gubernamentales; leyes antimonopolio, acceso al capital productivo y salarios mínimos; inversión en nutrición y desarrollo cognitivo de la primera infancia; acceso igualitario a servicios públicos de calidad y transformaciones culturales que erradiquen la discriminación, son algunas de las medidas que deben implementarse con urgencia.

Avances y desafíos para alcanzar el desarrollo en Costa Rica

En el contexto de América Latina y el Caribe, según el Índice de Desarrollo Humano, Costa Rica se ubica en el octavo lugar (68) con un Índice de Desarrollo Humano para 2018 es de 0.794, igual al de 2017, manteniéndose en la posición 68 entre 189 países. En orden descendente se encuentra Chile (42), Argentina (48), Barbados (56), Uruguay (57) Bahamas (60), Trinidad y Tobago (63) y Panamá (67).

Costa Rica destaca positivamente en sus indicadores de expectativa de vida (80.1 años), la más alta de la región, expectativa de años de escolaridad por encima del promedio. Con respecto a la sostenibilidad ambiental, el Informe sitúa a Costa Rica en el tercil superior a nivel mundial.

Sin embargo, hay importantes desafíos que tienen que ver con los años efectivos de educación para personas mayores de 25 años, que es solo de 8.7 años y que compromete seriamente las posibilidades de encontrar empleo de calidad e ingreso estable y suficiente, así como la necesidad de promover el empoderamiento económico de las mujeres. El Ingreso Nacional Bruto de $14.790 es bajo para las expectativas y potencial de crecimiento económico del país.

El Índice de Desarrollo Humano ajustado por la Desigualdad (IDH-D), baja a 0.645 lo que implica una desmejora en la posición respecto a 2017 cuando era 0.651. Según la información disponible para 2018, el 40% de la población más pobre tiene una participación del 12.8% de los ingresos mientras que el 10% de la población más rica tiene una participación del 37.0% de los ingresos.

Respecto al Índice de Desigualdad de Género (IDG-D), Costa Rica presenta una puntuación de 0.285 que lo ubica en el sitio 61 de 162 países. Pese a que las mujeres presentan más años de educación, permanece una brecha del 80% en el Ingreso Nacional Bruto (INB) per cápita entre hombres y mujeres.

Recomendaciones para un abordaje “Más allá del ingreso, más allá de los promedios, más allá del presente”

El Informe recomienda políticas que no solo tomen en cuenta los ingresos, sino que también vayan más allá, y que se sustenten en intervenciones que abarquen todo el ciclo de vida y se inicien incluso antes del nacimiento; asimismo, el Informe argumenta que la tributación no debe considerarse de forma aislada, sino como parte de un sistema coherente de políticas para el desarrollo humano, que incluya el gasto público en salud y educación, y políticas fiscales que hagan viable nuevos estilos de vida, reduciendo emisiones de carbono.

Por tanto, considerando los hallazgos del Informe frente a los desafíos actuales de Costa Rica, se propone una batería de políticas y acciones para combatir la desigualdad.

Mas allá de los ingresos:

  • Redoblar los esfuerzos del Ministerio de Educación Pública para reducir la expulsión del sistema educativo, de manera que los años esperados de escolaridad se conviertan en años efectivos. Esto implica profundizar en los procesos para mejorar la accesibilidad, pertinencia y calidad de la educación, incluyendo acceso a las nuevas tecnologías.
  • Promover la incorporación de las mujeres en el mercado laboral, en igualdad de condiciones que los hombres en cuanto a salario y reconocimiento, sobre la base del mérito.

Más allá de los promedios:

  • Aprovechar las capacidades de los sistemas de información para desagregar datos por población y territorio, de modo que se pueda visibilizar las causas y manifestaciones de la desigualdad y encontrar soluciones precisas para corregirlas. En este punto, resulta importante fortalecer los recursos y capacidades del INEC y el SINIRUBE, entre otros, para brindar información pertinente y actualizada.
  • Reconocer y actuar con acciones concretas y hechas a la medida contra las desigualdades territoriales, que excluyen de las oportunidades del desarrollo a poblaciones en costas y fronteras, pero también a comunidades en el centro del país y a personas en situación de profunda vulnerabilidad como que la que vive en situación de calle y abandono.

Más allá del presente:

  • Evitar caer en la tentación de salidas fáciles basadas en una alta huella de carbono, que han mostrado efectos negativos en distintos países de la región, con un alto costo ambiental y social. Una ruta alta en carbono es un peligro para todas las personas.
  • Frente a los desafíos de la crisis climática, fortalecer soluciones basadas en la naturaleza y promover formas la economía circular, para contribuir a disminuir la huella de carbono y alcanzar un modelo de desarrollo sostenible.

Para el Representante de PNUD en Costa Rica “existen múltiples manifestaciones de las desigualdades que además se refuerzan entre sí y que van camino de volverse en un fenómeno sistémico que se enquista en el poder. La tarea empieza por reconocer la desigualdad, es decir, conocer dónde ocurre, a quiénes afecta más y cómo esto refuerza patrones de exclusión”.

“Cuando se crean oportunidades para desestigmatizar y dignificar a las personas, los logros en el avance del desarrollo humano pueden brindar grandes dividendos. A veces, a las personas puede importarles más la dignidad, el trato igualitario y la no discriminación antes que una distribución inequitativa del ingreso”, concluye Troya Rodríguez.

 

Foto: UCR.

Enviado por Ingrid Hernández Sánchez, Asesora Comunicación, PNUD Costa Rica.

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UCR: Estudiantes contribuyen en la creación de una política nacional que proteja a las personas trans

  • Como parte de sus espacios académicos, los universitarios desarrollaron talleres que les permitieron conocer la realidad cotidiana de este grupo social

Este trabajo universitario se suma a los esfuerzos emprendidos por la población trans durante décadas a favor la defensa de sus derechos y expresada a través de espacios como plantones y marchas. Foto con fines ilustrativos. Foto: Anel Kenjekeeva.

Un grupo de estudiantes de Sociología de la Universidad de Costa Rica (UCR) trabajaron a lo largo del 2019 en la elaboración de un análisis sociológico sobre la situación de la población trans en el país.

Este análisis tiene como meta proveer una base robusta para la creación de la Política Nacional para la Protección de los Derechos de la Población Trans en Costa Rica 2019-2030, a fin de velar por el bienestar de este grupo social.

De acuerdo con la coordinadora de este análisis y docente de la Escuela de Sociología de la Universidad de Costa Rica (UCR), Isabel Gamboa, esta iniciativa permitirá mostrar a las personas tomadoras de decisiones la importancia de generar estas políticas públicas.

“El diagnóstico sirve para decir: vean cómo estamos, claro que necesitamos una política. Ahora corresponde a Casa Presidencial y a la Organización de las Naciones Unidas terminar la política y firmarla” acotó la docente.

Según Gamboa, el diagnóstico realizado confirmó que el entorno familiar es el que más discrimina a las personas trans, pues las expresiones de agresión algunas veces sobrepasan lo verbal y se manifiestan de forma física.

“El primer lugar donde son tratadas como si no valieran nada es en la familia, es el lugar donde más les maltratan y más les critican. Son objeto permanente de burla y agresión verbal e incluso algunas veces agresión física” subrayó Gamboa.

La académica además señaló que estas experiencias son sumamente enriquecedoras para las y los estudiantes que por medio de sus cursos y talleres participaron en esta ocasión en la elaboración del análisis.

“Para mis estudiantes esto es una exposición a la vida real, les muestra cómo es el trabajo con la gente, pero también en términos humanos es un acercamiento a personas con realidades muy difíciles. Yo no pongo en duda que mis estudiantes terminaron con un sentido de humanidad mucho más profundo” señaló la docente.

La estudiante de cuarto año de Sociología, Mariana Moreira participó en este análisis y aseguró que la sensibilidad ante las problemáticas de la sociedad fue una de las principales enseñanzas que obtuvo de esta experiencia académica.

“Desconocíamos las vivencias de la población trans en el país. Nos falta mucho por mejorar en materia de derechos humanos y toda esta experiencia nos ayuda a desarrollarnos como profesionales que trabajamos con la gente. Ha sido una experiencia fundamental para nuestra formación” señaló la estudiante.

Para la realización de este diagnóstico el personal académico de la UCR trabajó en conjunto con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la organización Transvida y Casa Presidencial.

Según la docente Gamboa, la firma de la Política Nacional para la Protección de los Derechos de la Población Trans en Costa Rica 2019-2030 se realizaría durante el presente mes de diciembre.

 

Róger Bolaños Vargas

Asistente de Prensa, Oficina de Divulgación e Información

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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Costa Rica activa diálogo multisectorial sobre la igualdad de género en el empleo

  • La tasa de desempleo de los hombres es 6,6% mientras que la de las mujeres de 12%

  • Únicamente 3 de cada 10 puestos gerenciales del sector privado son ocupados por mujeres

San José, 11 de octubre de 2018. El Instituto Nacional de las Mujeres, INAMU en colaboración y con el apoyo de ONU Mujeres y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) reunieron a 70 empresas y organizaciones durante el foro Hacia una cultura de igualdad: El papel de las empresas como entes transformadores, para discutir sobre los desafíos y oportunidades para la integración de la igualdad de género en el sector público y privado. Esto es parte del compromiso del país en el marco de la Agenda 2030 y el cumplimiento de los derechos humanos.

Las organizaciones participantes provienen de diversos sectores como el tecnológico, financiero, turismo y construcción. Estas empresas compartieron sus experiencias en la implementación de prácticas y acciones, en tres temas que se consideran cruciales para el alcance de la igualdad efectiva entre hombres y mujeres: la prevención de la violencia contra las mujeres, la corresponsabilidad social de los cuidados y la participación de calidad de las mujeres en el campo de la ciencia y tecnología.

El evento cerró con una plenaria para escuchar y discutir sobre acciones concretas y compromisos del sector empresarial, para que el país cumpla las metas establecidas en la Política Nacional para la Igualdad Efectiva entre Mujeres y Hombres en Costa Rica 2018-2030 (PIEG) y la Política Nacional para la Atención y la Prevención de la Violencia contra las Mujeres 2017-2032 (PLANOVI).

La ministra de la Condición de la Mujer y presidenta ejecutiva del INAMU, Patricia Mora Castellanos, presidio la actividad y celebró que cada año más empresas se comprometan con la igualdad de género.

“El origen de las brechas de género, se encuentra en la división sexual del trabajo, que se expresa en una invisibilización del trabajo doméstico y de cuido, y en la inexistencia de políticas sobre corresponsabilidad social del cuido. Si no existe una redistribución democrática de las responsabilidades de las tareas domésticas y de los cuidados no remunerados, en donde se dé el compromiso del Estado, el mercado, las comunidades y las familias, seguiremos produciendo el nudo crítico de la discriminación”, agregó Mora Castellanos.

Por su parte, Alice H. Shackelford, Coordinadora del Sistema de Naciones Unidas en Costa Rica y Representante Residente del PNUD, resaltó el rol que cumple el sector privado en desarrollar acciones e intervenciones para mejorar las oportunidades y condiciones de las mujeres en el mundo del trabajo decente y formal. “No hay y no habrá desarrollo sostenible, en tanto un 50% de la población continúe haciendo frente a la discriminación, la desigualdad y la violencia. Para cambiar esta situación e impulsar la igualdad de género, es de vital importancia fortalecer las alianzas multisectoriales. La alianza entre ONU Mujeres y PNUD (y otras agencias del sistema de NNUU) en apoyo al trabajo del INAMU, muestra el compromiso a un trabajo conjunto enfocada a la agenda 2030 y la igualdad de género”.

La desigualdad en cifras:

Sobre el Sello de igualdad de género: Las organizaciones interesadas en implementar un Sistema de Gestión para la Igualdad de Género deben contactar a selloigualdad@inamu.go.cr

 
Discurso de Patricia Mora Castellanos, Ministra de la Condición de la Mujer y presidenta ejecutiva del INAMU
Discurso de André Garnier Kruse, Ministro de Coordinación con el Sector Privado
Palabras de Alice H. Shackelford, Coordinadora del Sistema de Naciones Unidas en Costa Rica y Representante Residente del PNUD
 

Enviado por Ingrid Hernández Sánchez, Asesora Comunicación, PNUD Costa Rica.

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Los Fracasos del Sistema Impuesto

Por Marlín Oscar Ávila

Un sistema, con sus programas estratégicos para el desarrollo, se consideraría exitoso si los indicadores sociales y económicos generales mejoran, es decir, son superiores a los de años anteriores. Si su pueblo los tolera, fortalece y fomenta. De lo contrario, son un fracaso, demostrando el pueblo su disgusto con movilizaciones constantes.

Hasta donde podemos observar, en los países latinoamericanos, uno de los países que está presentando anualmente resultados positivos y significativos en lo social y económico, es Bolivia. No nos referimos al conocido índice de crecimiento general sobre el PIB, y los indicadores de inversiones industriales e intercambio comercial globales, pero a la calidad de vida de la ciudadanía.

Según el PNUD quien utiliza tres variables para definir el índice de desarrollo humano: 1) la esperanza de vida al nacer, 2) el nivel de alfabetización adulta y nivel de estudios alcanzado; y, 3) el producto interno bruto por persona y su acceso a recursos económicos, calificando de 1 a 0, siendo éste 0 la más baja y 1 la más alta. PNUD clasifica así tres categorías de países: Los países con IDH muy alto; los países con IDH alto; los que tienen IDH medio y, los con IDH bajo. En grado muy alto, se enlista a Chile, Argentina y Uruguay. En grado alto, la lista está encabezada por Costa Rica, Panamá y Cuba; el grado medio lo encabeza Bolivia, El Salvador y Nicaragua, terminando la lista con Haití con la categoría de IDH bajo.[1]

Esta clasificación nos puede ayudar a comparar los países un tanto académicamente, pero debemos incluir una mirada sobre su desarrollo político también. No sorprendería a nadie prever una caída en el IDH en el caso de Argentina, por las políticas económicas implementadas últimamente por su gobierno, además de las permanentes movilizaciones de su ciudadanía protestando. El crecimiento sin precedentes de su deuda externa, los recortes de los servicios públicos y el creciente desempleo, hace ver esa probable caída.

El caso de Costa Rica, es menos grave, pero, su situación es de un alto riesgo. Ya está publicada la última encuesta de hogares de julio del presente año, se confirma un aumento de 1.1% en la pobreza y de la extrema pobreza en 0.6% entre el 2017 y 2018. Si las amenazas de implementar medidas impopulares, es decir, en contra de las mayorías sociales, se ejecutan, es muy probable que Costa Rica, caiga más debajo de la escala establecida por el PNUD, el próximo año.

Los demás países centroamericanos están en peores condiciones de vida, no solamente por las medidas neoliberales implementadas por sus gobernantes durante el último quinquenio, pero por el crecimiento de la corrupción y la impunidad de sus gobernantes. Es en el caso salvadoreño donde su actual gobierno se ha librado de acusaciones públicas de alta corrupción.

La imposición de círculos mafiosos dentro de los gobiernos, con altos niveles de nepotismo y corrupción, así como de sus vínculos con el crimen organizado, hacen que sus pueblos se dispongan a organizar caravanas masivas de migrantes en busca de mejores condiciones de vida. Son pueblos que dejaron de creer en los discursos vacíos de la clase política. Pueblos que están viviendo los resultados de políticas neoliberales donde si no hay negocio, no se invierte en los servicios públicos esenciales. Honduras encabeza a estos gobiernos del área centroamericana, donde queda muy poco por concesionar y licitar, como recursos y servicios que antes le servían al pueblo empobrecido. Durante los últimos ocho años, su pueblo ha aprendido a sobrevivir con miedo y terror. Los carteles de la droga, del tráfico humano, el negocio del sicariato, del soborno, la extorción, de las pandillas en complicidad con autoridades, etc., hicieron de este país un paraíso centroamericano para la delincuencia. No solamente han coexistido con las autoridades locales, pero con las agencias de los EUA, quienes, desde el golpe de Estado en 2009, han convertido a este país en su aliado estratégico, para experimentar todo tipo de negocio sin obedecer un marco jurídico alguno. Desde luego, históricamente Honduras ha cumplido los dictados de Washington, pero entre 2007 y 2009, ese pueblo tuvo la esperanza de ver una luz de su autonomía y soberanía. Algo intolerable para el imperio yanqui.

Después de ocho años de protestas, demandas y esperanzas, el pueblo catracho se ha dado por vencido. Con más de un 63% de pobreza (6 millones de personas), un 80% de empleo precario y sub empleo arriba del 50%, el pueblo está convencido que no hay medio lícito y “democrático” que permita rescatar un sistema de gobierno y de institucionalidad democrática que priorice a su pueblo. Dejando alrededor de 25 mil víctimas asesinadas, muchos presos políticos y muchas personas con daños laterales, dejando sus barrios abnegados de inseguridad social, de instituciones cadavéricas y altos niveles de desempleo formal, mejor se va. Su emigración es un hecho, aunque sea con pocos Lempiras en su bolsillo, dejando atrás a seres queridos y amistades, se ha dispuesto a tomar la última medida de salvación para cualquier ser humano: abandonar su propia patria, la tierra que le vio nacer y donde tuvo sembrada sus esperanzas de vida.

Por ahora se habla de 4 a 5 mil personas en caravanas, de todas las edades y en diferentes condiciones, pero con el común denominador: POBRES y MISERABLES. Su disposición voluntaria de llegar a cumplir su meta, les ha obligado a saltar obstáculos que pueden hacer temblar a los más valientes, pero siempre con esa voluntad férrea de seguir avanzando.

Este fenómeno es otra prueba más de que los sistemas políticos de libre mercado y desregulación impuestos por algunos gobiernos, agencias internacionales y multilaterales son un fracaso. Este fracaso, evidentemente no es de un gobierno izquierdista como el venezolano. Ese fracaso denunciado por la OEA (Almagro y Grupo de Lima) del cual se conocen sus causas, como las fabricadas por Ronald Regan en Nicaragua en los ochenta, pero con intereses mucho más económicos ahora con relación a Venezuela, esta demostrado por la voluntad de estos pueblos empobrecidos de Centro América.

Los nicaragüenses huyen hacia Costa Rica, los hondureños y guatemaltecos hacia México, Estados Unidos y Canadá, además de España. Los catrachos podrían hacer lo que hacen los nicaragüenses, huir hacia el Sur, pero su razonamiento es que en Nicaragua hay otra dictadura, con una pobreza igual o peor que en Honduras. Así que no se trata de ir a vivir a un contexto con ideología (dis que izquierdista) determinada, pero en mejores condiciones políticas y económicas. El mito de que EUA es el “sueño americano” sigue calando en las mentes de estos pueblos. Pero queda la esperanza de unas condiciones mejores en México con un nuevo gobierno más democrático. Es de esperar a diciembre próximo.

Enviado por el autor.

[1]https://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Pa%C3%ADses_de_Am%C3%A9rica_Latina_por_%C3%ADndice_de_desarrollo_humano

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