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Etiqueta: Vladimir Huarachi Copa

Lo orgánico como tradición dentro del evismo

En una sociedad como la boliviana, inmersa en un flujo constante de información a través de los medios tradicionales y digitales, es inevitable que las tradiciones políticas se vean desafiadas. Históricamente, la cultura política boliviana ha estado marcada por estructuras partidarias en las que los líderes, o más bien caudillos, nacían, crecían, se consolidaban y desaparecían dentro de la misma organización, sin dejar espacio para la renovación interna ni para la emergencia de nuevos liderazgos.

Si bien el ciclo de vida de los partidos políticos no ha cambiado sustancialmente, persisten las viejas prácticas bajo nuevos nombres y colores. Sin embargo, han surgido actores que desafían esta inercia, como Andrónico Rodríguez, presidente del Senado. No obstante, su irrupción no parece ser una iniciativa aislada, sino el resultado de una dinámica política que, de manera natural, tiende a la renovación. Mientras tanto, el evismo se aferra a la permanencia de su líder histórico, Evo Morales, sin cuestionar las razones de su proclamación como único candidato para las elecciones presidenciales de 2025-2030.

El mantenimiento de un liderazgo incuestionable dentro del evismo responde a una tradición que no necesita justificación; su validez se sustenta en la adhesión incondicional de sus seguidores. No obstante, esta postura conlleva riesgos, pues genera un fundamentalismo que dificulta el diálogo y la inclusión de nuevas perspectivas. Es en este contexto que emerge el “androniquismo”: una corriente que encarna una nueva generación con la aspiración de impulsar transformaciones profundas.

Las proclamaciones de Andrónico Rodríguez en distintos departamentos del país reflejan un camino político sin retorno, en el que desafía la tradición orgánica del evismo y cuestiona la exclusividad del liderazgo de Morales. Esta postura ha generado un debate interno dentro del movimiento, aunque sus principales voceros se esfuercen en minimizar el conflicto. La tensión entre la continuidad del evismo y la irrupción del androniquismo evidencia un punto de inflexión en la política boliviana, en el que la tradición y la renovación se enfrentan en una disputa que definirá el futuro del movimiento.

Andrónico Rodríguez: la piedra en el zapato de Evo Morales

Por Vladimir Huarachi Copa

El pasado 22 de enero, durante la celebración del 16° Aniversario del Estado Plurinacional de Bolivia en el Coliseo de la Coronilla, Cochabamba, un fragmento del discurso del presidente del Senado, Andrónico Rodríguez, desató una reacción inmediata en el sector más radical del evismo. Sus palabras no solo intensificaron las tensiones internas, sino que profundizaron la fractura entre quienes defienden una renovación política y aquellos que se aferran al liderazgo inamovible de Evo Morales.

La respuesta del ala más ortodoxa del evismo no tardó en llegar. En redes sociales y espacios de debate político, se emprendió una campaña de descalificación contra Rodríguez y otros líderes emergentes, reflejando la resistencia a cualquier intento de relevo generacional. Este escenario plantea una pregunta crucial: ¿Hasta cuándo se puede postergar la renovación dentro del movimiento sin que este colapse por sus propias contradicciones?

El evismo enfrenta un dilema existencial. Apostar por una continuidad forzada del liderazgo de Morales o permitir que nuevas figuras, con una visión adaptada a los desafíos del presente, asuman el mando. La historia de cualquier movimiento político demuestra que la renovación no debería ser el resultado de un conflicto insostenible, sino un proceso estratégico para garantizar la vigencia de su proyecto.

Reducir el evismo a una pugna fratricida es un error. La política no debe girar en torno a la eliminación de adversarios internos, sino a la evolución de ideas y liderazgos. En este sentido, Andrónico Rodríguez no representa una amenaza, sino una oportunidad para modernizar el movimiento. La transición política no implica la negación del pasado, sino su integración en una nueva etapa que fortalezca el futuro del proyecto.

Para ello, es crucial que las organizaciones sociales conserven su autonomía, que los intelectuales desempeñen un papel activo y que la sociedad civil participe en la construcción de un horizonte político sostenible e inclusivo. La actual crisis interna del evismo exige un liderazgo capaz de interpretar el complejo contexto social, político y económico de Bolivia. En este punto, Rodríguez emerge como una figura con un sólido respaldo y un bajo nivel de rechazo en comparación con otros candidatos de cara a las elecciones de 2025.

Sin embargo, su reciente participación en el ampliado de Tiraque, Cochabamba, junto a Evo Morales, generó incertidumbre sobre su verdadera posición. Al reafirmar que es un dirigente “orgánico” y reconocer a Morales como el único candidato, Rodríguez pareció adoptar una postura sumisa. Pero esta actitud también podría interpretarse como una estrategia flexible, destinada a reducir las tensiones y disipar los ataques en su contra tras su intervención del 22 de enero.

El proceso de cambio en Bolivia no puede depender exclusivamente de una figura, sino de una renovación estructural que responda a las necesidades reales del país. El liderazgo que Bolivia necesita no solo debe administrar el legado del pasado, sino también redefinir el futuro con visión y responsabilidad. Andrónico Rodríguez, con su capacidad de conciliación y su arraigo en las bases, podría encarnar ese nuevo ciclo. La pregunta es si tendrá el margen político para hacerlo o si el evismo seguirá atrapado en su propia resistencia al cambio.

Andrónico Rodríguez.

Biotecnología agrícola: ¿una solución para la seguridad alimentaria?

Por Vladimir Huarachi Copa

Aunque la biotecnología agrícola se presenta como una posible solución para mitigar los efectos del cambio climático, como la sequía y las heladas, así como para afrontar otros desafíos de la agricultura, en varios sectores de la sociedad boliviana persiste una fuerte resistencia hacia su adopción. Esta reticencia se debe, en parte, a las preocupaciones sobre los posibles efectos negativos de las técnicas biotecnológicas, especialmente relacionadas con las promesas de mayores ganancias, incremento de la producción, reducción de agrotóxicos y la noción de que los transgénicos podrían “salvar el planeta”.

En cuanto a las ganancias, los principales beneficiados por los cultivos transgénicos son, en su mayoría, los grandes empresarios agroindustriales, no los pequeños agricultores. Respecto a la mayor producción, no hay evidencia suficiente que respalde la afirmación de que los cultivos transgénicos generen más ni mejores alimentos. En cuanto a los agrotóxicos, el uso de tecnologías biotecnológicas no ha demostrado reducir su aplicación; por el contrario, puede aumentar su dependencia, lo que representa un grave riesgo para el agua y el suelo. Finalmente, los transgénicos no contribuyen a salvar al planeta del cambio climático; de hecho, algunos estudios sugieren que podrían ser uno de los factores que agravan el calentamiento global.

No obstante, el 12 de agosto de 2024, el ministro de Medio Ambiente y Agua, Alan Lisperguer, expresó públicamente que el uso de biotecnología debe ser regulado por una ley y no a través de un decreto supremo. Además, propuso que su alcance se amplíe a otros sectores, como la salud y la industria, siempre dentro de un marco de evaluación rigurosa. Esta declaración se produce en un contexto en el que, hasta la fecha, el uso de biotecnología en Bolivia solo ha sido aprobado para un evento: la producción de soya resistente al herbicida glifosato (evento RR), autorizado en 2005, un herbicida que ha sido señalado como potencialmente cancerígeno y que afecta la producción agrícola sostenible.

En este sentido, el uso de biotecnología se presenta como un tema controvertido y complejo. Tal como señaló el ministro Lisperguer, su implementación y regulación deben llevarse a cabo mediante una ley, y no a través de un decreto supremo. Esto se fundamenta en el artículo 409 de la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia, que establece que “la producción, importación y comercialización de transgénicos será regulada por ley”. Sin embargo, también se encuentra en conflicto con el artículo 255, numeral 8, de la misma Constitución, que promueve la “Seguridad y soberanía alimentaria para toda la población” y prohíbe la “importación, producción y comercialización de organismos genéticamente modificados y elementos tóxicos que dañen la salud y el medio ambiente”.

Actualmente, se encuentra en tratamiento dentro de la Cámara de Senadores el Proyecto de Ley N° 104/2024-2025 C.S. “Que Implementa y Regula el Uso de la Biotecnología Agrícola en el Estado Plurinacional de Bolivia”. Este proyecto, que está siendo evaluado por la Comisión de Economía Plural, Producción, Industria e Industrialización, busca regular no solo la importación, sino también la comercialización de cultivos, incluidos los cultivos hidropónicos, que emplean biotecnología agrícola.

En conclusión, a pesar de las controversias y preocupaciones expresadas en este documento, es fundamental generar espacios de diálogo entre todos los sectores sociales involucrados en la agricultura y la seguridad alimentaria del país. El objetivo debe ser encontrar puntos de convergencia que aseguren la seguridad alimentaria a través de un enfoque equilibrado, que contemple tanto la agricultura familiar como la industrial, en el marco de una regulación coherente y sostenible.

La falta del factor clave dentro del MAS – IPSP

Por Vladimir Huarachi Copa

El conflicto fratricida dentro del Movimiento Al Socialismo – Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS – IPSP), protagonizado por las facciones “evista” y “arcista”, parece intensificarse sin dejar heridos ni prisioneros visibles, o al menos así lo retratan los medios de comunicación en los últimos días. Las acusaciones mutuas, muchas veces cargadas de doble moral, se han convertido en una constante que refleja la normalización de estos enfrentamientos en la cultura política boliviana. Sin embargo, en medio de esta pugna interna, ninguna de las partes ofrece señales claras de un relevo generacional dentro del MAS – IPSP, un cambio que podría facilitar la reconstrucción de la unidad en la diversidad, promoviendo la inclusión y la igualdad entre las distintas corrientes.

¿Por qué es importante este relevo generacional en el MAS – IPSP? Este cambio parece ser la única vía posible para que el partido supere, aunque sea parcialmente, la crisis que enfrenta, una crisis provocada por los intereses personales de una generación de políticos cuyo proyecto de país ha quedado obsoleto. Esta visión, en su momento alineada con los principios de la última Constitución Política del Estado, hoy parece agotada. A pesar de que existen jóvenes políticos dentro del MAS que defienden la unidad y una renovación del liderazgo, las estructuras orgánicas del partido y su dinámica interna parecen ser el principal obstáculo para que estos jóvenes puedan ejercer una influencia real. Si bien muchos de ellos poseen una idea clara del país que aspiran construir, su rol dentro del partido se limita a ser simples peldaños para los líderes tradicionales.

En este contexto, las juventudes, que deberían ser actores clave en la resolución de la crisis interna del MAS – IPSP, han quedado relegadas a un segundo plano, perdiendo la posibilidad de influir de manera significativa en los recientes acontecimientos. Esta exclusión podría afectar la capacidad del partido para enfrentar con éxito las elecciones presidenciales de 2025. No obstante, su exclusión no significa que estén ajenos a los problemas que les ha legado la generación anterior. La doble moral, característica de la pugna actual, no es exclusiva de un solo grupo político; permea todo el tejido militante y simpatizante del instrumento político, extendiendo así el conflicto más allá de las facciones enfrentadas.

Frente a este escenario adverso, la capacidad de reorganización del MAS – IPSP emerge como un factor decisivo para encarar los nuevos desafíos, tanto internos como externos. Un ejemplo de resiliencia es el liderazgo demostrado por Andrónico Rodríguez, presidente de la Cámara de Senadores, quien ha tenido un rol fundamental en momentos críticos para el país. Su liderazgo se evidenció tras la crisis política de las elecciones de 2019, en la gestión de la Ley de Emergencia Sanitaria durante la pandemia de COVID-19, en las tensiones sobre la Ley 1386 y el paro cívico de 2021, así como en los debates sobre las reformas judiciales y los conflictos con el Poder Judicial.

Entre el viejo y nuevo espectáculo de la política

Por Vladimir Huarachi Copa

Hoy, en Bolivia, los nuevos y viejos candidatos a la presidencia del país, están encaminados a encarar distintos medios de campaña. No solo los tradicionales y modernos, sino también, los cambios que se han dado en la sociedad, motivado por una serie de circunstancias: el cine, la libertad de pensamiento, las ciudades, entre otros. Más allá de estos cambios, los políticos siguen pretendiendo afrontar sus campañas reproduciendo viejas prácticas, desde agendas generadas dentro el partido y los estilos discursivos que ya no captan la atención de los electores. Sin embargo, se persiste en ello como si fuera la única opción.

El desafiar campañas políticas a la vieja usanza, sigue siendo algo muy común, porque se cree que es indispensable entre los militantes de los partidos políticos. No obstante, frente a los cambios en la sociedad, como parte de las viejas prácticas, es difícil saber cuánto les pueda interesar los discursos que vierten los candidatos potenciales con miras a las “próximas elecciones 2025”, cuando los electores de hoy en día tienen otras fuentes de información directa, dado el avance tecnológico: dispositivos móviles (celulares), internet y el acceso a distintas redes como el Facebook, X (antes Twitter), ‎TikTok; lo que constituye recursos muy eficaces para una comunicación efectiva. Aquí bien vale preguntarse, ¿por qué la gente sigue asistiendo a convocatorias de concentraciones masivas de candidatos? ¿Por qué los candidatos siguen realizando convocatorias a concentraciones masivas?

A modo de repuesta, se puede decir que la gente sigue asistiendo a las concentraciones masivas para conocer a los candidatos de manera directa, con el fin de evaluar las distintas opciones, pero no por convicción política o porque quieran escuchar la agenda política o informe que tengan preparado para sus sectores y regiones. Pero ¿por qué la necesidad de evaluarlos? Se podría decir, porque la política tradicional en la cual aún siguen los candidatos potenciales desconoce la realidad de los nuevos electores, y esta es una razón importante para ver qué tan preparados están, dado que la política moderna está encaminando a desocupar “caudillos”.

Si bien la vieja liturgia de las campañas políticas está cayendo, el convocar a concentraciones masivas de los candidatos, es una muestra que aún siguen siendo parte de aquel viejo espectáculo de la política, el cual, no puede competir con un desfile de grupos musicales, de fiestas populares y cualquier evento desde la sociedad civil organizada. No existe competencia entre uno y lo otro, debido a que las concentraciones masivas, hoy, ya no son más el espectáculo que movilizaba ingentes cantidades de personas, entre militantes, simpatizantes y curiosos; por el contrario, ahora, estas concentraciones, están sobreviviendo a causa de que generan derrama económica para distintos sectores económicos de la sociedad.

En ese camino, en el tránsito del viejo al nuevo espectáculo de la política, hay algunos políticos potenciales, con aspiraciones para acceder a la presidencia del país, que parece ser están intentando comprender la realidad de los nuevos electores. Esto a través de la construcción de una agenda política vinculado a la vida cotidiana, amplios sectores de la ciudadanía, mediante estrategias de acercamiento masivas sobre los viejos y nuevos electores, más allá de la época de las ideologías. Hecho que se puede ver en los medios modernos de comunicación, en los cuales queda precedentes de cómo un solo acto transmitido en video y que dura algunos segundos, de manera espontánea y progresiva, es visto y discutido por miles de votantes, contrario a un discurso pronunciado en una concentración masiva en cualquier plaza pública, así sea la de mayor aforo en la ciudad más grande del país.

El general Zúñiga en su laberinto

Por Vladimir Huarachi Copa

Desde hace mucho tiempo, el general del ejército Juan José Zúñiga Macías, venía trazando su camino en forma de laberinto y fue hasta el miércoles 26 de junio de 2024, que no pudo salir del mismo. La forma como se iba exponiendo en distintos eventos civiles donde era invitado, no era común de un militar de su rango que se muestre como un político en campaña, al menos no de este tiempo. Pese a ello, nadie de su entorno cercano ni mucho menos sus inmediatos superiores le explicaron que estaba entrando a un túnel aparente de proselitismo político, que con el paso de los días empezó a perderse en su accionar.

De algunos días hacia acá, pasó de posarse en eventos civiles a verter comentarios sobre un político en particular, Evo Morales, y, peor aún, se puede decir, a confundir algunos artículos, 245 y 246, de la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia, referentes a las fuerzas armadas (FF.AA.), que le catapultaron a la movilización de los medios de comunicación tradicionales y digitales, donde sus argumentos fueron tomados como acertados y desacertados para la población. Tras generar este hecho, al encontrarse en un retorno sin salida dentro de su laberinto, aparentemente, optó por seguir vías trazadas por aquellos que no le limitaron su accionar frente a la población civil.

Ya encontrándose en situación de afronte con aquel que le había dado el camino de salir de su laberinto por la fuerza, aparentemente, desistió tras un cruce corto de palabras, que luego de su retiro de Palacio Quemado (gobierno), donde se encontraba Luis Arce, presidente de Bolivia, a quien se lo sindica de ser posible autor intelectual del golpe de Estado; alcanzó a exponer que su hecho se fundaba en contra del deterioro de la democracia a causa de la elite política, que por esa razón y otras más, las FF.AA. iban a tomar el gobierno del país. Pero esta aventura golpista, como luego lo llamó el ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, el más convencido de su papel de titán con el país, terminó con la toma de un nuevo alto mando militar.

Con la toma de este nuevo mando militar de las tres fuerzas, Ejército, Fuerza Aérea y Armada Boliviana, aquel general de ejército, que se dice que vino forjando su carrera militar desde muy abajo de su promoción, hoy, quedó en la soledad de su laberinto. Con ello, el país al que en su imaginario trató de “salvar”, de nueva cuenta volverá a enfrentar sus desavenencias políticas, económicas y sociales, con una desprestigiada FF.AA. y una democracia decadente.

Evo Morales y su impacto en los medios de comunicación

Por Vladimir Huarachi Copa

¿Por qué los medios tradicionales y digitales hacen eco de todos los comentarios de Evo Morales? Dentro la democracia en la que vive Bolivia, entre avanzada y emergente, más lo primero, donde las lealtades partidarias están definidas y no a la vez; los medios tradicionales y digitales, aparentemente, lo vienen haciendo con el objetivo de generar un malestar mediático en relación al exmandatario del Estado Plurinacional. Y, con esto, un impacto negativo en el compromiso cívico, fundado en el cinismo, apatía y desafección a la política. ¿Pero por qué sucede este malestar mediático en torno a Evo Morales?

Bajo el supuesto de que el exmandatario, Evo Morales, tenga como estrategia la movilización de medios tradicionales y digitales, aparentemente así lo es, esto con el fin de incrementar los niveles de compromiso cívico de los ciudadanos, a través de la generación de interés, confianza política y social, como también de activismo político; no está logrando su fin esperado, debido a que no está formando un círculo virtuoso, a causa de que la confianza política y social ya no recae en su persona ni en su organización política, MAS – IPSP, asimismo, dado que tampoco tiene un impacto político para la realización de activismo político a razón de la estigmatización en la que caen las personas que tienen dicho propósito.

Siendo así, la movilización de los medios tradicionales y electrónicos en torno a Evo Morales, está logrando desafección política en personas que se exponen a estos medios, aunque sucede lo contrario cuando se presenta de manera presencial a una población particular dentro el territorio nacional e internacional. No obstante, frente a este desacierto político, la movilización de estos medios, está generando interés político y valoración de la democracia. Por tanto, si bien está siendo negativa para Evo Morales, para algunas personas de la sociedad boliviana tiene un impacto positivo en el marco del compromiso cívico.

Distopía de una Agencia de Inteligencia Plurinacional y una Guardia Plurinacional

Por Vladimir Huarachi Copa

Se escribe este documento a modo de distopía a razón de ideas de actores políticos estructurales que exponen la necesidad de generar organizaciones que se posicionen como contrapesos a la Policía Boliviana y las Fuerzas Armadas (FF.AA.). Para la primera, se propone una Agencia de Inteligencia Plurinacional, con el fin de afrontar actividades del crimen organizado, de esta manera restar a la Policía Boliviana la responsabilidad de ser “juez y parte” en relación a sus elementos que hayan transgredido la Ley Orgánica de la Policía.

En cuanto a la creación de la Guardia Nacional, para el caso boliviano, Guardia Plurinacional, su función nada clara, sin embargo, se podría decir que se establecería como un contrapeso a las FF.AA. Todo esto, en palabras más o menos, vinculado a lo expuesto por actores políticos estructurales que demandan la adición de estas organizaciones al aparato estatal. Ahora bien, ¿cómo operaría la Agencia de Inteligencia y la Guardia Plurinacional en todo el territorio boliviano?

Desde una perspectiva distópica, ambas organizaciones, una vez establecidas, no responderían a la coyuntura en la que se encuentra el país, pese a que se expondrían como novedosas. Dado que la defensa del Estado, interna y externa, ya recaen dentro de la Policía Boliviana y las FF.AA., respectivamente. No obstante, frente a estas dos organizaciones tradicionales, el discurso que manifestarían las dos nuevas instituciones castrenses reconocidas en la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia, es que en ningún momento podrían compararse a ellas, debido a sus características y funciones diferentes.

Hasta aquí, lo que se expone no es más que el aumento del gasto público al erario nacional a través de las dos nuevas organizaciones castrenses y con ello un peso más para el déficit fiscal del país. Entonces, con el paso de los años, ante la falta de recursos económicos para mantener su permanencia con el fin de cumplir sus funciones, entrarían en una espiral de corrupción en contubernio con las organizaciones tradicionales, la Policía Boliviana y las FF.AA. Y así, la creación de la Agencia de Inteligencia Plurinacional y la Guardia Plurinacional, nacerían dentro del fango de la corrupción.

No obstante, pese al déficit fiscal que generaría el establecimiento de dos nuevas organizaciones castrenses, el Estado Plurinacional tendría que renunciar a toda esperanza de una buena Policía Boliviana y FF.AA., potenciadas acorde a la evolución de la democracia del país y de otros países que están a la vanguardia; más allá de lo establecido dentro de sus institutos de formación, para que desempeñen y participen en tareas de necesidades sentidas del colectivo de la sociedad a causa de las consecuencias entre la sociedad y la naturaleza, y, entre otras necesidades relacionadas a la crisis civilizatoria.

Por tanto, la creación de la Agencia de Inteligencia Plurinacional y la Guardia Plurinacional, como medios para combatir la corrupción dentro la Policía Boliviana y las FF.AA., además de otros fundamentos, no tendrían razón de ser. De modo que, instituir dos nuevas instituciones castrenses sólo respondería a necesidades políticas del momento. Puesto que las dos organizaciones tradicionales del país ya responden a funciones que se les pretenda asignar a las dos nuevas corporaciones, aunque de manera inadecuada a causa de la descomposición social, la cual, hace imposible el ejercicio de las mismas.

La democracia hoy en Bolivia

Por Vladimir Huarachi Copa

La democracia hoy en Bolivia sigue fundado en dos nociones básicas. La primera, en una forma de gobierno basada en el autogobierno del pueblo; y, la segunda, en instituciones libremente elegidas. Pese a que estas nociones responden a distintos tiempos, la primera, es la que se conoce más cuando se hace referencia a democracia, sin embargo, la segunda, no se deja de seguir al momento de elegir las instituciones del Órgano Ejecutivo, Legislativo y Judicial.

Si bien la responsabilidad de estas instituciones democráticas está basada en una forma de vida bajo el supuesto de igualdad entre ciudadanos, no obstante, los dos principios fundamentales de libertad de asociación y opinión, hoy, aparentemente han aumentado sus límites, con ello el sistema democrático está siendo alterado; es decir, donde dos libertades son suprimidas, la democracia cesa de existir.

Por ejemplo, el aumento de los límites de la libertad de asociación y opinión se puede observar en la asociación de autos “chutos”, con el objetivo de legalizar vehículos indocumentados; ha ido más allá de los límites de las reglas del juego del sistema democrático establecido. Contrario a esta organización, otras asociaciones apuntaladas en la defensa y la promoción de los derechos fundamentales son reconocidas y toleradas hasta cierto límite con base en los principios fundamentales de la libertad de asociación y opinión.

En ese sentido, los principios fundamentales no pueden ser admitidos sin límites, como cualquier libertad. Por lo que, el cambio de límites, de aumento o reducción, determina el grado de democratización de un sistema. Por tanto, si bien la forma de hacer política mediante movimientos sociales o movimientos de opinión, como el caso de la asociación de autos “chutos”, entre otros, son conocidos y tolerados por el sistema democrático, sin embargo, no pueden tener efecto en la transformación del sistema, por lo menos hasta que el sistema tenga el poder de controlarlos o de limitarlos sin anularlos del todo.

El mito de las elecciones judiciales

Por Vladimir Huarachi Copa

El nuevo orden establecido en Bolivia en 2011, relacionado a la elección de magistrados del Tribunal Constitucional Plurinacional por voto popular, con el principal objetivo de procurar una independencia real y efectiva de la jurisdicción constitucional a través del sistema de elección de sus miembros, se constituyó como novedoso. Pero también se sabe que todo orden imaginado siempre está en peligro de desmoronarse, porque depende de mitos, y los mitos se desvanecen cuando la gente deja de creer en ellos.

Siendo así, parece que, tras 12 años, la ciudadanía ha estado obligado a actuar de acuerdo con el orden imaginado de justicia real y efectiva. ¿Pero qué ha sucedido para que este orden imaginado se sostenga durante estos años? Se podría decir que ha estado y está sustentado de creyentes verdaderos ligado a operadores jurídicos y de justicia, y de algunos ciudadanos que se benefician de dicho orden. Es por ello que, los magistrados autoprorrogados, persisten en hacer cumplir el orden imaginado que ellos mismos no creen.

No obstante, los magistrados autoprorrogados a sabiendas de que este orden imaginado se ha desvanecido tras 12 años, en la actualidad, después de que la Cámara de Senadores ha logrado “garantizar” el camino hacia las “Elecciones Judiciales” a través de la sanción del Proyecto de Ley N° 144, pese a numerosos desafíos y obstáculos enfrentados; el mito de las elecciones judiciales transciende dentro la creencia de los ciudadanos fieles de un orden imaginado, debido a que esta garantía hizo que se detenga las medidas de presión de los de abajo.

Hoy, con una Convocatoria aprobada por unanimidad para la preselección de candidatos judiciales 2024, de nueva cuenta, aparece ese orden imaginado vinculado a la elección de magistrados, pero está vez, con un desgaste manifiesto que encamina a una reforma urgente de la justicia. ¿Pero cómo reformar la justicia? Puede ser admitiendo que la justicia es un orden imaginado que está sujeto a cambio y que no está creada por dioses, en este sentido, coadyuvar al principal objetivo de las elecciones judiciales, por ende, a la ciudadanía. Por tanto, las ficciones que se vayan a construir en torno a la justicia, se deben edificar con base a un orden sujeto a cambio.