El consumo impulsivo
Por Marlin Ávila
Toda la semana hemos presenciado un exagerado tráfico por las ciudades y largas filas en las tiendas y comercio en general. Ha sido como si el grave problema que tiene Honduras, de ser el segundo país más pobre del continente se hubiera esfumado por la magia de la Navidad.
Algunas amistades nos han preguntado sobre regalos recibidos, algo que se supone que, al recibir algo, se debe corresponder de la misma forma. Unas pocas botellas de vino las hemos repartido, quedándome con solamente una. ¿Pero qué hacemos sí nos hacen regalos, más allá de un tinto o un tequila?
Desde muy joven supimos que, el sistema comercial se aprovecha de nuestra cultura religiosa para promover el consumo irracional en la ciudadanía.
En muchos casos, vemos ciudadanos saliendo orgullosos con paquetes de las tiendas, apenas para dar una apariencia de holgura económica.
Tuvimos una amiga que se sentaba en una banca a la salida de un Mall para ver salir la gente con o sin bolsas de las tiendas. «Así,» nos decía, «me doy cuenta que la mayoría anda viendo vitrinas o realmente comprando.»
Aun cuando hay bastantes excepciones, generalmente no se piensa mucho en el presupuesto familiar, antes de lanzarnos impulsivamente a comprar algo para regalar. El sentimiento genuino de entregar un regalo es de admirar, y agradecer, pero también lo es, la capacidad de dominio emocional para evitar caer en un déficit presupuestario familiar.
Es como quien nos dice, «tenemos todo el derecho de gozar esta navidad”, porque el contexto nos lo permite, sin detenernos 15 segundos a pensar en el genocidio que comete Israel en la Franja de Gaza, Palestina, asesinando indiscriminadamente a miles de habitantes.
Pensemos que, invitando a los amigos a un nacatamal con café, u otra comida típica, expresamos nuestra gratitud por la amistad sostenida en este y anteriores años.
O, ¿nuestro lector cree que debe recibir un artículo de fábrica y marca reconocida, para saber del aprecio que le tiene su amistad?
Tenemos muy buen café y torrejas, pan dulce, y comidas típicas, para compartir y brindar por el nacimiento de Jesús y por nuestra amistad.
¿Feliz navidad y noche buena?
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