¿Fue un grave error o algo diferente?

José Luis Callaci

Por José Luis Callaci

En la reciente visita del presidente de Ucrania, Vladímir Zelenski, a Canadá se produjo un escándalo internacional de grandes proporciones.

El primer ministro canadiense, Justin Trudeau y la élite de ese país recibieron con efusivo deseo de complacer a Zelenski al invitarlo a una sesión del parlamento, junto con un viejo residente de origen ucraniano de nombre Yaroslav Hunka a quien el presidente del Parlamento, Anthony Rota, lo presentó como «un héroe» de la primera división ucraniana durante la Segunda Guerra Mundial, ante los cerrados aplausos de los presentes.

Pero lo que no dijo u omitió decir es que esa división también era conocida durante la invasión de la Alemania nazi como la división Waffen SS Galizien, al mando del Tercer Reich y cuyos miembros fueron declarados criminales de guerra por el Tribunal Internacional que los juzgó.

Es sabido que después de la guerra muchos países se convirtieron en refugio para muchos criminales nazis. Cuando algunos medios masivos de comunicación publicaron fotos antiguas de Yaroslav Hunka con el uniforme nazi junto a otros miembros de la Division Waffe SS, los titulares destacaban que los diputados canadienses homenajearon a un criminal.

La representación diplomática de Polonia en Ottawa reaccionó indignada manifestando que su país no tolerará que se rindan homenajes a los nazis en cualquier lugar del mundo y exigió las debidas disculpas al Gobierno canadiense. Por su parte el Centro Simon Wiesenthal, que busca a los criminales nazis por todo el mundo, declaró que la división de Hunka era responsable de crímenes horrendos contra civiles inocentes y exigió de igual forma las disculpas de las autoridades canadienses, no solo con los sobrevivientes del Holocausto sino con todas las víctimas del nazismo durante la Segunda Guerra Mundial.

El primer ministro Trudeau optó por no disculparse por ese indebido homenaje a Hunka y descargó toda la culpa al presidente del Parlamento canadiense. Quedan muchas interrogantes de este lamentable y censurable hecho. Entre ellas: ¿fue un grave error o algo diferente?