Guatemala: pueblo y organización

Edgar Chacón Morales

Edgar Chacón Morales
Enero, 2024

En todo proceso político, hay dos factores internos importantísimos, que son clave entre los factores clave, aunque no son los únicos: pueblo y organización.

El pueblo es un actor; la organización es una condición sine qua non.

Ahora bien, Guatemala, como cualquier otro país, no está sola, ni es única en el mundo.

Por eso digo que no son los únicos, porque hay otros factores y actores: en el ámbito externo.

Siendo que el actual gobierno, cuenta con pueblo, organización (hay que sopesarla) y elementos del ámbito externo en el actual proceso político; hay que evaluar ese balance relativo en el “juego” de pesos y contrapesos, para visualizar las posibilidades de las decisiones más consecuentes, tomarlas y echarlas a andar, con firmeza, decisión; mostrando la cara y talante debido; y hablando en el tono y con las palabras, que pongan las cosas en su lugar.

Es mi impresión que, en ese escenario y valoración, el gobierno de Guatemala, que viene de un proceso con base en la voluntad popular y nacional, y por lo tanto tiene ese arraigo y cuenta con ese respaldo; tiene a su favor el balance para tomar decisiones con firmeza y pasar a su ejecución.

No es posible que a los actores y elementos que el pueblo y ese balance les dijo NO, ya basta, se les siga permitiendo tanto margen de maniobra; que se comporten como se comportó el Congreso el 14 de enero y luego la Corte de Constitucionalidad, siga con esa indolencia política.

En cuanto al Congreso, viene al recuerdo, aquellos momentos en los que, “Taco” (Vinicio Méndez, QPD.) en los años 80, hizo un concurso para ver quién se llevaba el “clavo” y se lo llevó “el circo”, el Congreso (creo que le cerraron su programa o espacio televisivo, por eso).

Lo del 14 de enero, fue de conocimiento y bochorno mundial; lo ejecutado por la fiscal general y el juez cómplice, desde hace meses, es de vergüenza y oprobio. La imagen del pueblo y del país está por reivindicarse.

Hay conciencia del momento histórico en el que se está y de un ya no más para atrás; y muy importante: hay voluntad y decisión, condiciones subjetivas fundamentales.

En el ámbito internacional, las lecturas y las decisiones consecuentes son la luz. Los actores aclaran sus intereses y se mueven. Para no ir tan lejos, México, Honduras y Brasil, para mencionar uno por subregión continental, perfilan sus derroteros.

El caso de Milei en Argentina es lamentable para el género humano, para la elemental justicia, solidaridad y bienestar de la población. Se atrevió a Insinuar la Venta de niños (“Alta Data”). También la venta de órganos (“AN”) y regular un mercado para el efecto. Bueno, quienes lo eligieron, lo eligieron para presidente de Argentina. Ojalá de ahí no pase.

Corrupción, clientelismo, egoísmo y exclusión vs. Transparencia participación, inclusión y oportunidad

Aquí, en el ámbito interno, es donde pueblo y organización son claves, aunque también son determinantes en el ámbito externo.

Algunas características de la formación social guatemalteca han sido la exclusión, la marginación de grandes sectores de la población, de la organización y gestión en la construcción del país.

Estas características, necesariamente van acompañadas de elementos despreciables como el clientelismo, fomentado y hecho parte del sistema, por élites sin más visión que su egoísmo.

Cómo no va a fructificar el clientelismo/servilismo, en una sociedad piramidal, cuya estructura y relaciones, están permeadas y constituidas en su ADN, por elementos como la discriminación, la opresión, el abuso, la violencia.

Una estructura social piramidal, cuyo aceite movilizador, es mantener a los individuos aislados y desarticulados; inculcar en éstos la des validez y el no aprecio por sí mismos; la afinidad con la figura del “patrón” y el servilismo, ambas como creencia de que es el único camino del “progreso” personal, en lo que la erótica del poder constituye parte insoslayable.

Los elementos presentes en el otro lado de la moneda son, el desprecio de la relación constructiva con los iguales; la auto desvaloración y desvaloración de sus semejantes; elementos consistentes de la desorganización y desarticulación propiciadas.

Quiero dejar claro que, cuando hablo de participación, no me refiero sólo a una mera presencia “legitimadora” de haceres que definen otros, sino a ser factor en la toma de decisiones, a participar de manera determinante, en la construcción y destinos del país.

Estamos hablando del Pueblo, siendo actor y factor en la construcción de esa oportunidad social, que en momentos del pasado la ha visto negada, impedida. Oportunidad social que implica, por supuesto, la oportunidad política.

Una gestión asertiva del país significa que todos los involucrados en esa gestión, hacen sus aportes a la composición inteligente, consecuente y justa en los asuntos políticos y en los asuntos económicos de la sociedad, para lo que la educación y formación idóneas, son un elemento fundamental, así como el arte y la comunicación.

Clientelismo y servilismo, son entonces prácticas y actitudes por erradicar, si no del 100%, tenerlas siempre en la mira.

Lotería vs. Proyecto

Traigo a colación el ejemplo de la lotería, para consolidar la actitud de que los proyectos se construyen, se planifican, se echan a andar, se defienden, se concretan y se lucha por ellos, de principio a fin. Están en nuestras manos y decisiones, el logro, los alcances, los cambios, los efectos planificados.

En la lotería, en cambio, nos encomendamos a la suerte, a lo que no depende de nosotros; a la falta de certeza; no al hacer sino al esperar; a lo que no está en nuestras manos ni decisiones; en donde nuestra creatividad y empeño no cuentan.

Participar en la construcción del futuro y dejar de estar soñando con “pegarle al gordo”; que es en lo que las élites quieren mantener dormida a la población.

La lotería es un buen ejemplo de cuando se decide ponerse en las manos de los que venden sueños de opio; de los que desarticulan y des valen a la población de sus capacidades y coraje; como las promesas demagógicas de candidatos corruptos.

Vigilancia y monitoreo de la marcha de los sucesos, es indispensable para que nada se desvíe de lo planificado.

Estados Unidos

Como ya es conocido, en 1954, Estados Unidos fue corresponsable del derrocamiento del gobierno democráticamente electo del presidente Jacobo Árbenz Guzmán, lo que lo hace corresponsable también de lamentables sucesos posteriores.

El gobierno del presidente Bernardo Arévalo de León, también democráticamente electo, en esta ocasión está recibiendo el apoyo del gobierno de ese país. Bienvenido y vigilancia.

A la vez, el gobierno del presidente Arévalo recibe el apoyo de organismos como la OEA y de la Unión Europea, organismo e instancia con fuerte injerencia de Estados unidos.

Sin llamarse a engaño, se está en un momento, en el que hay que ver la realidad con ojos de futuro cierto. Estados Unidos en este momento, es el país que está al frente de una parte del mundo, que incluye al Grupo de los 7, que tiene una enorme cuota de poder mundial, pero se encuentra fuertemente cuestionado y en un escenario mundial en disputa.

Recordemos que, una máxima de Estados Unidos es que no tiene amigos sino intereses y que no duda en usar políticas y maniobras, según esos intereses.

Si está apoyando al actual gobierno de Guatemala, es porque está en correspondencia con sus intereses. Esta relación de correspondencia y sus formas de concretarse, es a lo que se debe estar atentos de manera permanente.

La ciudadana Consuelo Porras y los procederes democráticos por ejecutar

Circuló un vídeo en el que la ciudadana Porras, se refiere a la reunión con el presidente, en el que dice “…quiero enviar un mensaje claro y contundente al pueblo de Guatemala y al presidente de la república, para hacerles saber, de forma categórica que … no voy a renunciar”.

¡¡Hablarle así al soberano!! Se le fue la mano a la ciudadana.

También circuló el documento: “Carta abierta de constituyentes al presidente Arévalo para destituir a Consuelo Porras”.

Entonces, hay cómo proceder.

En algunos países de Centroamérica hay un dicho (puede parecer fuerte): “Al tonto, ni Dios lo quiere”.