Jóvenes de centro penal expusieron en Bellas Artes

Alejandro Marín Solano,

Oficina de Divulgación e Información

Jóvenes de centro penal expusieron en Bellas Artes

La exposición “Soñar desde adentro” contó con el trabajo de 6 jóvenes del Centro de Formación Juvenil Zurquí y 6 estudiantes del TCU “Apoyo a la población penal juvenil” (foto Laura Rodríguez).

Seis jóvenes del Centro de Formación Juvenil Zurquí expusieron una serie de carteles en la exhibición “Soñar desde adentro”, que se presentó en la galería de la Facultad de Bellas Artes. Esta iniciativa forma parte del TCU de la Escuela de Psicología “Apoyo a la población penal juvenil”.

Los doce carteles, hechos por seis de los jóvenes del Centro de Formación y seis estudiantes universitarios del TCU, fueron elaborados con la técnica de acrílico sobre cartón de presentación.

Priscilla Alfaro, estudiante de quinto año de Diseño Gráfico y participante del TCU, ideó utilizar los carteles como vehículo de expresión de los jóvenes. Ella manifestó que debido a su formación profesional encontró en los carteles “la oportunidad óptima para que los muchachos lograran expresar mucho a través del simbolismo, el color, el alto impacto y el alto contraste, para que la obra quede en la memoria visualmente y al mismo tiempo se preste para varias interpretaciones”.

Para que los jóvenes implementaran estos elementos de diseño gráfico, fue necesario impartir un taller en el centro penitenciario durante dos meses, donde practicaron con estas herramientas y se les enseñó teoría del color.

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Los carteles fueron elaborados con la técnica de acrílico sobre cartón de presentación (foto Laura Rodríguez).

Alfaro explicó que en un cartel “lo ideal es que el texto y la imagen trabajen juntos y transmitan una idea, porque si esto sucede, se comunica más eficientemente el mensaje”. Por esta razón, en el taller se sugirió la utilización de una palabra o una frase corta que no compitiera con la imagen, sino que la complementara. Algunas de las palabras presentes en los carteles fueron: resurgir, transformación, libertad, romper, abertura, desenredar, trascender, soñar, contra viento y marea.

Para la coordinadora del TCU, María José Masís, dentro de la temática del proyecto de carteles “Metas y aspiraciones” estas palabras prueban que “no son tan lejanos los deseos de los estudiantes y de los jóvenes del centro penal”.

El objetivo del TCU es contribuir a la transformación de las prácticas delictivas y las actitudes violentas mediante el desarrollo de diferentes procesos de trabajo que apuntan a mitigar el efecto negativo que genera el encierro y a desarrollar habilidades personales y sociales en la población. Además, se busca sensibilizar a la comunidad para que vea a estos jóvenes sin estereotipos ni menosprecio.

Masís declaró que “el arte resulta el medio óptimo para vincularse con la población joven” y que esta es la manera ideal de “devolver cierto protagonismo a esta población”. En años pasados, el TCU impartió talleres de escultura en arcilla, pintura de murales, serigrafía, teatro. Sin embargo, para Masís el medio utilizado no es lo importante, sino “generar reflexiones que permitan pensarse a sí mismo desde otros lugares”.

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Para la realización de los carteles se utilizó una palabra o una frase corta para complementar la imagen (foto Laura Rodríguez).

Este TCU con 20 estudiantes de las carreras de Psicología, Ciencias Políticas, Derecho, Diseño Gráfico, Antropología y Artes Dramáticas, participa de otras actividades, además de motivar la creación artística.

“En 2011, la bancada del Movimiento Libertario pretendía que se juzgara a los jóvenes entre 15 y 18 años como mayores de edad. Desde el TCU se articuló con la organización Defensa de Niños y Niñas Internacional (DNI) y el proyecto se detuvo”, contó Masís.

Las investigaciones que involucran a jóvenes en estas condiciones y la evaluación de las capacitaciones de los penitenciarios también son otros aportes en los que trabaja este TCU.

Ana Lucía Rodríguez, estudiante del último año de Artes Dramáticas, aseguró que, al principio, ingresar al centro penitenciario suponía cierto temor y una gran ansiedad; sin embargo, su experiencia en el TCU ha sido única y le ha valido para desmitificar muchos prejuicios. “No creo que ningún proceso en mi vida vaya a ser igual. Pude ver que el estigma que tienen estos muchachos es muy grande, y que los medios y la sociedad tienen una gran responsabilidad por el modo de vida de estos muchachos, con respecto a lo que se dice y sucede con ellos”, afirmó.

Este TCU nació en 2008 en la Escuela de Ciencias Políticas. En 2012 pasó a ser una coordinación conjunta con la Escuela de Psicología. Desde 2015, ha pasado a ser parte solamente de la Escuela de Psicología.

 

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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