Por Ihann Paniagua Porras
En el corazón del Refugio Nacional de Vida Silvestre Playa Hermosa – Punta Mala / Garabito, se ha dado luz verde a proyectos de infraestructura que impactan directamente los vitales humedales. El MINAE y SETENA, a pesar de su deber de proteger, han concedido permisos para su desarrollo, ignorando la fragilidad de estos ecosistemas.
El Ministro de Ambiente, Franz Tattenbach, ha calificado a los humedales como obstáculos para el progreso, planteando dudas sobre las prioridades de conservación del Estado. Esta decisión no solo amenaza la biodiversidad sino que cuestiona la responsabilidad ambiental del gobierno.
La destrucción de humedales compromete la vida silvestre, el ciclo del agua y agrava el cambio climático. Urge un enfoque que priorice la preservación ambiental sin sacrificar el desarrollo.
Es imperativo que las autoridades reconsideren estas acciones y se comprometan con medidas que preserven estos ecosistemas críticos para el equilibrio natural y el bienestar futuro.
La información para redactar esta nota fue compartida a SURCOS por Marta Castro, con base en una publicación de COVIRENAS.
Imagen UCR.