Hace ocho años, Costa Rica puso en su lugar a Daniel Ortega

Freddy Pacheco León

Freddy Pacheco León

Por medios civilizados, acudiendo a la Corte Internacional de Justicia (CIJ), Tribunal de la ONU en La Haya, Países Bajos, se ordenó a los invasores comandados por Edén Pastora (+), salir de la limonense isla Calero, y pagar por los daños causados al humedal tico.

– Recordemos:

Sabíamos que las 300 ha de isla Portillo, invadidas por el soldado Pastora y sus hombres, eran costarricenses. Pero Nicaragua decía y defendió lo contrario. Cuando la Corte declaró que isla Portillo (parte de isla Calero) era nuestra, el titular en La Prensa de Nicaragua resaltó que Nicaragua había PERDIDO isla Portillo, y que lamentablemente la laguna «Harbour Head» había quedado enclavada en territorio costarricense, por lo cual, para llegar a sus aguas (como es más factible por mar) las embarcaciones nicas han de pedir autorización a Costa Rica, para navegar por mar territorial costarricense.

Además, aunque Pastora decía lo contrario (no se podía esperar mucho de él) la CIJ condenó a Nicaragua por la apertura de los caños artificiales y POR EL DAÑO AMBIENTAL provocado sobre el humedal Ramsar. Y muy importante, A INDEMNIZAR A COSTA RICA por ese daño ambiental. Pago que hubo de cumplirse dentro de los siguientes 12 meses. No es correcto haber dicho (como Pastora y algunos por aquí lo afirmaron) que no se hubiese condenado a Nicaragua por ese daño al ecosistema costarricense.

– En cuanto a la trocha fronteriza en territorio tico, la Corte reafirmó lo determinado años antes, al rechazar las medidas cautelares solicitadas por los súbditos del sátrapa Ortega, puesto que Nicaragua NO pudo demostrar el alegado daño causado a la navegabilidad del río San Juan, entre otros, porque los jueces dieron por buenos los estudios hechos por profesionales del ICE, principalmente, que cuantificaron un aumento insignificante en los sedimentos, de entre un 1 y un 2%. Sí expresaron los magistrados, correctamente, que existía RIESGO ambiental con la construcción de la carretera y que, por tanto, debió de haberse presentado un estudio de impacto ambiental previo. Sobre esto, el fallo fortaleció la normativa ambiental de ambas naciones, pues Ortega se había negado a entregar estudios sobre el fallido proyecto hidroeléctrico Brito… que hubiera secado el río San Juan en un gran trecho, y el también fallido proyecto de un gigantesco canal interoceánico. Ahora las reglas son otras, para ambas naciones.

Fue interesante el que No se diera la llamada sentencia «salomónica», que algunos dijeron que se daría (otro error de algunos analistas ticos). Lo cierto es que el fallo fue contundente a favor de Costa Rica y demostró que el equipo profesional costarricense era de la mayor calidad, con la incorporación de expertos extranjeros que siempre nos dieron confianza y que, como se demostró, siempre caminaron por buenos caminos. Los especialistas nacionales (encabezados por don Édgar Ugalde, don Arnoldo Brenes, don Sergio Ugalde…) con su trabajo calificado y gran dedicación, nos dieron una gran alegría a la mayoría de los costarricenses, destacándose asimismo en la parte diplomática, el canciller Enrique Castillo. Vencieron, y vencieron bien, frente a un equipo nicaragüense que, algunos dijeron, era altamente calificado, con expertos reconocidos, que incluso habían «humillado a Colombia» (algo que no es cierto) y que seguramente se lucirían frente al equipo costarricense. Bueno, ¡qué bueno!, que por aquí también se equivocaron.

Costa Rica recuperó su integridad y soberanía territorial en un área que mide más de CUATRO VECES lo que mide el parque metropolitano La Sabana, aunque, como es lógico, se ve como un pequeño punto en los mapas a escala 1:50.000 del IGN.

Lo celebramos entonces y lo seguimos celebrando, y más cuando pensamos en cómo nos sentiríamos los compatriotas en el hipotético caso de que la sentencia hubiere sido a favor de Nicaragua, y hubiéramos perdido (nosotros sí) ese rico humedal costarricense, que por un momento estuvo usurpado por la bota militar de soldados al mando del sátrapa Daniel Ortega.