Juicios por política o lo que significa mancillar la libertad

Mario Rodríguez Bonilla
Central General de Trabajadores, Costa Rica

La población de nuestro país puede tener niveles importantes de desconfianza del Poder Judicial, por razones como la lentitud de los procesos, la influencia de los poderosos en el resultado, poca objetividad de los jueces y fiscales, pero poco o nada saben sobre qué es un juicio político o “lawfare”.

También es conocida como “guerra jurídica”, la combinación de ‘law’ y ‘warfare’ hace referencia al uso de procesos legales como arma política, lo vimos en caso en América del Sur contra figuras políticas como los expresidentes Lugo en Paraguay, Cristina Fernández de Kirchner en Argentina, Dilma y Lula da Silva en Brasil, en España contra Pablo Iglesias, en nuestro país tenemos uno que está empezando.

La activista pro Palestina Tatiana Gamboa está enfrentándose no solo al poder judicial, sino a las presiones de la embajada de Israel por el desarrollo de su actividad en el marco de la protesta social y la libertad, que se supone garantiza la constitución política a todos sus habitantes, aunque en esta situación parece que “aplican restricciones”.

Tatiana fue detenida por las autoridades policiales en medio de una protesta enfrente a la embajada israelí, pues se atrevió a quemar una bandera de ese país, comete un extraño delito de “irrespetar los símbolos nacionales de Estados extranjeros”, un tema que da para una discusión sobre la libertad de protesta cercenada por las leyes.

En otra protesta en la embajada (afueras del edificio Colon) mancha con pintura de agua roja la pared de Edificio Colón, como simbolismo de la sangre de la masacre en Palestina, la detiene la policía y al ser una contravención la dejaron libre.

Nuevamente protestan los activista en frente a la embajada y manchan otra vez de pintura de agua con rojo la pared y esta vez la policía detiene a Tatiana la “pasea” de manera sospechosa en la “perrera” más tiempo de lo razonable, sin que se conociera su destino por mucho tiempo, la llevan frente a otro fiscal que considera un delito lo realizado en la embajada, sacándose, cuál mago de la manga, que “se dañó la propiedad y que esto siendo un segundo delito (aunque el primer juicio está por empezar de nuevo, con lo que no hay ninguna condena) en opinión del fiscal ameritaba la cárcel preventiva.

Mientras Tatiana está detenida escucha a los policías conversar entre ellos sobre la “majadera vieja de la embajada de Israel que quiere que la encarcelen a como dé lugar”, los agentes planteaban que eso no era ningún delito, pero el fiscal en su vergonzoso papel que parece ser una extraña cruzada no opinó lo mismo.

El fiscal consideró a Tatiana una “peligrosa criminal” que no podía vivir en sociedad, dentro de un pensamiento cavernario despojado de criterios de objetividad de los hechos, imponiendo una restricción de que no podía acercarse a la embajada de Israel, nos da pena el papel sesgado y de defensor del sionismo que pareceré estar jugando.

El jueves antepasado fue el inicio del juicio contra Tatiana procesada por su forma de pensar y de protestar, por ejercer su derecho a la libertad de pensamiento e incomodar con sus acciones, no solo al Poder Judicial sino también al Estado costarricense por su papel de cómplice en la masacre contra civiles palestinos al bombardear escuelas, iglesias hospitales y edificios con habitantes no armados, solo por el crimen de nacer en una tierra ocupada y arrebatada.

Notamos que este proceso montado con una intencionalidad más allá de lo racional parece estar pasando desapercibido por los grandes medios nacionales y gran parte del movimiento popular, que no comprende que si Tatiana es condenada será el inicio de la jurisprudencia para condenar la protesta ante las injusticias.

¡Exigimos el retiro de los cargos de inmediato y respeto a la libertad y a la protesta en lo que debe ser un país en democracia!