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Etiqueta: mercado

Acumulación de capital, razón capitalista y principio económico – libro para descargar

Los orígenes de las crisis recurrentes del sistema capitalista

Este libro de Sergio Reuben-Soto «Acumulación de capital, razón capitalista y principio económico” fue publicado por CLACSO.

En la página oficial de la Librería Latinoameriana y Caribeña de Ciencias Sociales se explica:

“Este volumen recoge siete trabajos producto de un programa de investigación personal que Sergio Reuben-Soto comenzó a desarrollar en 2008, cuando la crisis de las subprime surgió en las bolsas estadounidenses y se extendió a todo el sistema económico mundial.

A lo largo del libro, el autor desarrolla una crítica al estudio de las recientes crisis financieras hecho por las corrientes económicas hegemónicas y propone una perspectiva alternativa a través de los instrumentos que le ofrece la economía política.

Desde este novedoso punto de vista teórico, se esclarece el modo en que los paradigmas económicos convencionales suponen que la regulación de la economía es la causante de las crisis recurrentes del sistema, cuando en verdad son la desregulación de los mercados y la liberación de los precios a su suerte los que constituyen el eje de las contradicciones funcionales del sistema económico vigente.

Así, propone Reuben-Soto, los equilibrios macroeconómico producto de la acumulación de capital son, sin embargo, desequilibrios a nivel social, político y ambiental. Las necesidades de acumulación de capital definen una racionalidad que genera desestabilización social y malestar de los pueblos.

En este contexto, el autor advierte sobre los peligros que acarrea que la inacción política esté respaldada por una comunidad de economistas expertos que no solo buscan hacer pasar estos equilibrios macroeconómicos como perfectos, sino que además recomiendan seguir impulsando una transformación política que resulta en la creación de condiciones que favorecen tales equilibrios espurios”.

SURCOS le invita a seguir el enlace y descargar este importante aporte de Sergio Reuben-Soto:

https://libreria.clacso.org/publicacion.php?p=4060&c=1

La ingrata realidad de una emprendedora

Welmer Ramos

Fui de compras y me topé de frente con la injusticia y la grosería que vive una emprendedora, y que evidencia la realidad que enfrentan miles de pymes en Costa Rica, al operar en mercados no competidos, ni competitivos, que le succionan los ingresos.

-Estoy dando la pelea con esta tienda de ropa-, me decía una señora de unos 40 años, -inicié hace 10 años, me he mantenido y doy empleo a otras cinco mujeres-. El negocio es pequeño y opera en un Mall capitalino.

-Trabajo 16 horas al día, hago malabares para tener precios moderados en ropa de calidad, doy crédito sin intereses, busco de todas maneras la clientela, yo misma hago presentaciones en vivo en las redes sociales.

Me señalaba: -el margen, en ropa parece alto, pero cuando se le restan los costos queda poco.

Cuando me cuenta un poco más, entiendo que esta microempresaria es tratada groseramente por los entes financieros, en los cuales ella es cliente ejemplar desde hace muchos años.

Ella paga por el uso del datáfono 2,10%, o sea por cada por cada ¢100 millones de ventas debe darle al ente dueño del aparato ¢2.100.000. Mientras que el competidor grande, la gran tienda, solo paga ¢0.25% o sea por cada ¢100 millones de ventas solo paga ¢250.000. Los diferenciales en las comisiones no se explican por volumen de transacciones, quizás únicamente por la manía perversa del “mercado” de castigar al pequeño.

Me decía la señora que las importaciones de mercadería debe cancelarlas con tarjetas de crédito cuya tasa de interés se la cobran al 38%, y que después de muchos esfuerzos y tiempo se las pasan a unas pequeñas líneas de créditos revolutivos al 21%.

Es significa que por cada ¢100 millones debe pagar por intereses, entre ¢38 millones y ¢21 millones. Los ejecutivos de crédito que la atienden “le ven potencial” para financiarla a esas tasas de interés, lo que es inaudito. Pero mientras tanto, la tasa de interés media que esos mismos entes financieros le cobran a la gran empresa, con la cual ella compite, es de tan solo 8%, eso significa que por cada ¢100 millones esos competidores solo pagarían ¢8 millones. Pero no contentos con esa injusticia en la Asamblea Legislativa se tramita el Proyecto de Ley N° 23.101 para permitir el cobro de intereses hasta del 80% a las emprendedoras.

-Este local es muy caro-, me señalaba, -yo pago proporcionalmente mucho más que las grandes tiendas, porque el Mall no tiene el interés puesto en los pequeños negocios, se creé que los negocios que atraen gente son las marcas de gran renombre. Pero no me rendiré-, señalaba con determinación.

Eso no es competencia, eso es depredación de los ingresos de esta señora, ella crea empleo, invierte, genera muchos encadenamientos productivos y distribución del ingreso, y merece el mismo o más apoyo del Estado, que el otorgado a las grandes compañías.

Lo anterior solo se corrige con acompañamiento a las pymes para llevarlas de la mano y sacarlas de las fauces de esos depredadores y, con políticas de corrección de los mercados. Ahí hay una gran lucha por continuar y por hacer.

Las clientas eran escasas, pero ella continuó con alegría, trabajando sin percibir quizás lo grosero e injusto de lo que algunos llaman “mercados de competencia”

Andar no es un deporte

Andar es toda una filosofía que da muchos beneficios a nuestra salud

Por Msc. Raúl López Gilles
Especialista en Marcha Deportiva
56 años como Marchista

Director Fundación Caminantes de Costa Rica

Andar No es un Deporte como lo digo al principio, ya que el deporte es una cuestión de técnica, de resultados, de competición, de marcas, de tiempos, de vencer a los adversarios y se requiere una larga preparación y aprendizaje.

Luego vienen los resultados que sean buenos o malos, de aquí vendrá una corrección y estrategia de en su ejecución. Lógicamente lo entendemos como un esfuerzo, un empeño, una disciplina, una ética y finalmente se termina convirtiendo en un gran negocio en el que se involucran los medios de comunicación, patrocinadores, organizaciones, entidades, empresas etc., sacando el mayor provecho posible para sus marcas de productos promocionales y a través de todos los deportistas y atletas, esto, da pie a múltiples ceremonias mediáticas con la presentación en conferencias, reuniones, charlas y constantes imágenes en prensa y televisión.

El dinero invade el mercado y las almas de los deportistas, en muchos de los casos disminuye su rendimiento deportivo y caen en el interés económico, se pierden valores de sencillez, humildad y sociabilidad. El ego comienza a florecer y es temporal mientras les dure su capacidad de rendir o competir; se les convierte en íconos de una disciplina deportiva a través de un contrato de marca, supeditados a condiciones de participación y de presentación pública.

Hago aquí una referencia de lo que es el deporte, sus condiciones y elementos que se ocupan para su práctica y su resultado y esto para poder comprender mejor el mensaje del concepto de andar, que es algo más libre y de escogencia personal en tiempo y espacio.

Los beneficios de andar para la salud física y mental son múltiples y los psicoanalistas la han definido como una herramienta de movimiento humano terapéutica fácil y útil para todos.

Al contrario de lo que es el deporte, la acción de andar nos brinda estos otros beneficios que no se dan en el deporte:

Andar libera la carga de preocupaciones, se olvidan por un rato los problemas, las obligaciones del trabajo, es alejarse de lo rutinario. El milagro no es ser feliz por andar sino gracias a ello.

Caminar es huir de la excitación, del mundo que siempre se paga con horas de sufrimiento,

Caminar nos deja entrever el rechazo de una civilización corrupta, contaminada, alienante y miserable… caminar para distraer los pensamientos.

Frédéric Gros, autor del libro Andar una filosofía, nos reitera de ilustres autores que fueron buenos caminantes como Nietzsche, Kant, Gandhi, Rimbaud, Nerval, Thoreau, que en su mayoría hacen mención a la importancia de andar al aire libre y toda una inspiración en sus respectivas obras literarias, académicas y filosóficas.

De alguna forma se refieren así, de esta valiosa actividad a la que dan una alta gama de prioridad. Pensar caminando, caminar pensando.

La experiencia de andar es una reconquista de alegría y placer, pues al someter el cuerpo a una actividad larga que produce cansancio, hace surgir a través del descanso la plenitud de otra alegría más profunda, ligada a una afirmación más secreta: mi cuerpo respira suavemente, estoy vivo y estoy aquí.

El andar también produce felicidad y serenidad, se capta la gracia del momento, para ello no hay recetas, ni preparación, ni técnicas, solo hay que estar ahí.

Caminar no es una cuestión no solo de verdad sino de realidad, es experimentar lo real, el aire, el contacto con la naturaleza.

Mira su salud con la simpatía que miras una montaña o el mar, y con ello, te darás cuenta de lo importante es la capacidad corporal que nos hace andar.

Estéticas de la acumulación o un nuevo pacto social

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

Un museo con sede en Mexico dedicado a la narcocultura muestra la razón del hiperconsumo llevada al extremo.

Desde lentes con valores inimaginables pasando por armas con incrustaciones de millones de dólares, hasta piyamas blindadas y vestidos valorados en millones de dólares.

En esencia se trata de una acción en la que se conjugan poder y acumulación impulsados por una estética que ha trastocado los valores con los que la sociedad venía construyéndose.

“Ser alguien” no es ya un fin que se consiga con la educación como palanca. En medio de un discurso de la desesperanza, las personas jóvenes encuentran en otras prácticas culturales, económicas y sociales, los mecanismos para construirse cierto lugar donde ser visibles.

En particular en contextos pobres y precarios, el lenguaje de lo pragmático que proponen las actividades delictivas organizadas se superpone a los proyectos educativos, en otros momentos integradores horizontales y verticales de la sociedad.

Por esa razón en el caso costarricense nos enfrentamos a nuevas lógicas de convivencia que tienen como eje formas de relación donde la frugalidad, la acumulación y la violencia sustituyen el proyecto integrador del estado social que alguna vez funcionó para todos.

Al finalizar junio más del 50% de los homicidios perpetrados en el país tenían como causa principal el ajuste de cuentas, indicador de cómo el mercado ha hecho su trabajo en la instalación de los poderes fácticos como organizadores de lo social.

En algunos barrios populares costarricenses la opulencia ya empieza a evidenciarse como estética dejando atrás la precariedad, lo que significa que es otro el contrato social predominante.

Por ahora la perplejidad analítica no nos deja señalar un camino de respuesta. Hemos dicho que la mejor manera de abordar estas nuevas realidades es acudir a un pacto inclusivo con nuevas formas de juntarnos. No se si sea suficiente. Pero sigo aspirando a ello.

EL SÍNTOMA

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

No es solamente una cifra que aumenta día con día. Es cierto que la estadística dimensiona, señala, indica. Pero más allá del dato, lo que verdaderamente es preocupante es la confirmación de una geografía de la violencia instalada prácticamente en todo el país.

Los puertos, la gente joven, las mujeres. Son tres dimensiones, tres resultados que plantean una dinámica instalada ya para la que el país pareciera no tener retorno.

¿Quién pone los muertos y por qué?

En ausencia de un proceso político robusto, sustituido por el franquiciado a nivel electoral, la identidad de un proyecto país se ha diluido y hoy quienes ejercen el poder real están lejos de Zapote y Cuesta de Moras.

Las reglas del juego de una identidad colectiva parecieran marcarlas el mercado, el sobrepeso cultural del vacío, la app de la felicidad.

Es por ello por lo que la violencia se ha instalado como constructora de un tejido social débil, apenas existente. Hace unos días un medio de comunicación local me consultaba sobre las razones de la participación de personas jóvenes en el sicariato.

Les decía que la pérdida de sentido social aunada al dinero fácil era una mezcla mortal y poderosa. Ante esto, no hay revolución ni educativa ni cultural que pueda “resetear” esa crisis, cualquier crisis.

Hemos dicho en este espacio de reflexión, que es urgente una refundación. No nos referimos ni siquiera a una constituyente como instrumento. Pensamos más bien en mecanismos que nos permitan hablarnos, vernos a los ojos de nuevo, creernos los unos a los otros. Empezar por el principio básico de la convivencia.

Los datos no debieran ser solamente el indicador, pero señalan el síntoma. Al momento de escribirse esta columna se contabilizaban 193 homicidios en lo que va del año y las autoridades señalan que 7 de cada 10 corresponden a ajustes de cuentas.

Los puertos, los jóvenes, las mujeres. Son esas cuentas que desde hace mucho se nos perdieron en el país.

Recuperémoslos.

Educación y mercado: ¿Ministerio de Educación como empresa?

Observatorio de Bienes Comunes

A través de las intervenciones de los funcionarios del gobierno de Costa Rica, se confirma cada vez más la afirmación de comprender la formulación y gestión de la política pública como una función de la administración empresarial, esto conlleva importantes cambios en la concepción de lo público y los alcances o límites de lo privado.

Entre estas dimensiones, encontramos la dimensión educativa, esta se caracteriza como ese proceso de formación que puede promover conocimientos, habilidades y formación ciudadana, pero también, puede posicionarse como un proceso de selección, capacitación y promoción de capacidades-habilidades para un mercado laboral dominado por intereses particulares.

En este punto nos encontramos, el gobierno de Costa Rica, ha posicionado la educación como un proceso de formación de capital humano, que pertenece a un tramo de algo mayor llamado mercado. Por esta razón les invitamos a reflexionar sobre las implicaciones de este enfoque de política pública.

Sobre pertinencias y empatías

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

Hace unas semanas asistí a un taller organizado por el Consejo Nacional de Rectores (CONARE) de Costa Rica, sobre el tema de la pertinencia de las carreras que se ofrecen en la educación superior pública del país.

Sobre la discusión desarrollada y el concepto discutido, debo decir que intuyo que las instituciones de Educación superior pública del país hemos caído en la trampa de la racionalidad del mercado y la búsqueda del éxito económico, sobre cualquier saber o conocimiento compartido.

Me preocupó que ninguna carrera relacionada con el arte fuera referenciada porque en el fondo “no produce”. De igual manera las Ciencias Sociales fueron exiguamente visibilizadas, dada su escasa relación con la competitividad y eso que casi míticamente ha empezado a llamarse la cultura (o la religión) STEAM.

Esta reflexión la comparto hoy que debemos preguntarnos qué es lo verdaderamente pertinente en una sociedad que aún a tientas trata de sobreponerse a una de sus peores crisis civilizatorias de la historia. Pareciera que esa racionalidad instrumental que antepone los criterios mercantilistas a lo demás se ha impuesto como proceso sociocultural.

Y en esa imposición pulveriza la empatía como acción humana fundamental.

Leo con estupor en los diarios costarricenses una noticia de la cual no termino de asombrarme: la ex ministra de educación costarricense Sonia Marta Mora fue condenada al pago de una multa por haber autorizado a una funcionaria de su Ministerio a tomar una licencia para cuidar a su esposo enfermo en fase terminal. Eso pasó hace unos años.

El criterio institucional, la racionalidad administrativista que ha supuesto la gestión de lo público en los últimos 40 años, consideró improcedente el actuar de la exjerarca y la condenó al pago de una multa.

Excesivo.

Increíble y excesiva la forma como la institucionalidad salda sus cuentas dejando en segundos planos lo verdaderamente importante en su accionar: los seres humanos. De esta entronización de la racionalidad capitalista en las esferas estatales ya había dado cuenta la economista costarricense María Eugenia Trejos en un agudo análisis sobre el tránsito de la racionalidad neoliberal en el marco del estado costarricense.

Entre lo que el pensamiento racional considera como pertinente y la ausencia de empatía ante el dolor, se nos muestra el lado más odioso de la promesa neoliberal.

Dicho esto, se impone urgentemente humanizar las políticas públicas, dotarlas de nuevas formas de sensibilidad, de nuevo músculo en el que el ser humano retorne a su centro, pensarlas con el corazón, actuarlas con el corazón.

El atípico mercado del Arroz

Welmer Ramos González, Economista Social

Apertura del mercado del arroz no hará más competencia, al contrario, habrá menos, y el precio subirá. Además, Costa Rica perderá empleos y se concentrará más el ingreso.

El cultivo del arroz genera unos 30.000 empleos directos e indirectos, en zonas de menor desarrollo, 11 empresas industriales son las que lo acopian y lo descascaran, que, además, tienen sus propias marcas y, hay un poco más de 500 productores que operan en zonas de alto desempleo, el 42% de ellos son pequeños productores.

El país solo produce el 37% de lo que consumimos, el 63% es importado. El cultivo y la industria tienen altos encadenamientos productivos: emplean gente, compra insumos y servicios agrícolas, demanda créditos, genera alquileres de tierras, mueve el comercio de zonas productoras (pulperías, sodas, almacenes), etc., y últimamente con la producción de arroz orgánico en ascenso, la demanda de trabajo se intensifica fuertemente de manera directa y a través de la demanda por los insumos necesarios.

El arroz, igual que el café, tiene normativa jurídica que ordena el mercado y pone relaciones de convivencia entre todos los participantes: productores, industriales, comercializadores y consumidores, y los hace coexistir con relaciones transparentes y equilibradas. Pero hay comercializadores muy grandes que siempre han querido salirse de ese marco, porque tienen el poder económico necesario para quebrar a los demás y, apoderarse de manera oligopólica de todo el mercado del arroz. Es la misma lucha que han tenido algunos tagarotes con el café, que gritan que se elimine la ley de ICAFE para importar café de mala calidad y venderlo a precios de primera, sin importarle la ruina para los miles de pequeños productores.

¿Por qué existe un impuesto a la importación de arroz pilado? Porque hay subsidios explícitos e implícitos en otros países que son competencia desleal para nuestros productores. Por ejemplo: subsidios a los fertilizantes, inexistencia de costos por seguridad social, crédito a tasas subsidiadas, etc.; y también para defender el empleo nacional.

¿Pero bajará el precio verdaderamente con liberar ese mercado? Y la respuesta es tajante: no, porque no habrá competencia, pues el número de oferentes se reducirá sensiblemente, ya que importar arroz es rentable, si y solo si, se hace en barcos graneleros, se requieren grandes sumas de dinero para hacerlo y eso, solo unos pocos podrán realizarlo. Además, esos pocos fundarán la Cámara de Importadores de Arroz y tendrán el foro legal para llegar a acuerdos tácitos. ¿Quién se atreverá a poner en entredicho la libertad de reunión y asociación tan sagrada? Además, el precio pueden bajarlo unos meses para disimular y luego sacarán clavos de oro, pues el precio no tendrá techo alguno.

La cantidad de arroz que se consume en Costa Rica tiene poca relación con el precio que este tiene en el mercado, desde luego dentro ciertos límites; porque los costarricenses consumimos este grano por costumbre, por tradición. A eso se le conoce como una demanda inelástica, cada mes se venden las mismas toneladas de arroz pilado, aunque el precio baje o suba un poco. Este comportamiento es perfectamente conocido por la industria y por el comercio.

Si la cantidad demanda de arroz es la misma a ¢600 el kilogramo que a ¢800, para qué los pocos importadores lo van a vender al menor precio, tácitamente se reparten el mercado y maximizan ganancias. Un mercado que ya vivió esa liberación es el de los frijoles, y nunca bajaron de precios cuando se abrió el mercado. Hoy el productor recibe ¢30 mil o menos por quintal y el consumidor paga ¢88 mil colones, el enorme margen queda en manos de muy pocos, la producción nacional es pírrica y la competencia es muy débil, miles de empleos se perdieron y los consumidores pagan precios más altos que antes, cuando había cientos de productores, oferentes, en todo el país.

En conclusión, el país perderá 30.000 empleos, disipará la capacidad productiva de, al menos, 500 productores que desaparecerán (unos pocos permanecerán), las regiones costeras se volverán más pobres, las ganancias se quedarán en manos de menos de 10 importadores, con lo que la riqueza se concentrará, el grano básico de la alimentación nacional será en su mayoría extranjero y el malinchismo habrá triunfado una vez más.

 

Imagen ilustrativa.