Freddy Pacheco León
O Amador no sabe de lo que está hablando, o está jugando con los habitantes de Limón, otra vez. Cuando los muelles de Japdeva, según la Cepal, estaban dentro de los 12 mejores puertos latinoamericanos (en un ranquin de 120), la cantidad de contenedores de 20 pies (TEUS), era similar.
Los dos daneses y un británico que suscribieron el contrato de concesión (el 12 de febrero del 2012) en representación de APM, jamás van a permitir que se supere el número de 1.500.000 contenedores, pues, de hacerlo, la concesionaria, tendría que alcanzar la promocionada inversión de US$1.000 millones, obligados, entre otros, a condicionar la mitad de la isla artificial (40 Ha) con los otros puestos de atraque.
APM, como filial de la naviera MAERSK, que con una flota de más de 500 barcos portacontenedores, transporta alrededor del 15% del comercio mundial de esas estructuras, podrían, si lo necesitaran, regular el flujo de contenedores hacia la terminal, para que, en los años que le quedan a la pésima concesión, ni se aproxime la cifra de millón y medio de TEUS.
Así las cosas, los expertos relacionados con Japdeva, tendrían que decirle al ocurrente Amador, que, en su «idioma», está MFT. Que esa expectativa está en la cola de un venado; que lo que debería de hacer el MOPT es exigir que se cumpla la letra del contrato, en cuanto a que, solo «fully cellular container ships» (barcos con carga exclusiva de contenedores) sean los que APM podría recibir en sus dos puertos de atraque.
Que los que no sean de esa característica, deberían ser atendidos en los 10 puertos de atraque de Japdeva que, además de su eficiencia y menores tarifas, era financieramente autosuficiente.