Radiografía de la visita del Presidente Chaves a la reunión con el Presidente Biden

Vladimir de la Cruz

Del 28 al 30 de agosto el Presidente Rodrigo Chaves fue a Estados Unidos, atendiendo una “Invitación”, una visita, que parecía más un llamado urgente a dar explicaciones, sobre las relaciones diplomáticas, amistosas, de respeto mutuo y comerciales, de Costa Rica con la República Popular China, que no son del agrado del gobierno de los Estados Unidos.

La invitación y llamado a visitar la Casa Blanca, a una reunión “privada”, que parecía más de llamada de atención, con el Presidente Biden, la hizo la General del Comando Sur de los Estados Unidos, Laura Richardson, que estuvo en Costa Rica, la semana pasada, interviniendo, con sus atrevidas opiniones, en las decisiones soberanas de Costa Rica respecto a las relaciones diplomáticas y comerciales, que tenemos con la República Popular China desde el 2008, violentando descaradamente la soberanía e independencia del país, y metiéndose con la definición y determinación de nuestra política exterior, de una manera injerencista como no se había visto en mucho tiempo.

Este llamado fue atendido de inmediato, alterando la agenda del Presidente… si la tenía llena. Urgente fue la llamada de atención al Presidente Chaves, que desde hace 17 años no se había producido una reunión de presidentes de Costa Rica y Estados Unidos, de esta manera, en la Casa Blanca.

No sé si al Presidente Chaves, en la Casa Blanca, lo recibieron con alfombra roja o con un simple felpudo. Se dice alfombra roja cuando se reciben o se pone para que pasen celebridades, como vemos en los espectáculos de premiación de las películas, en ciertas pasarelas y otros eventos cada año.

No sé si al Presidente Chaves lo considerará Biden una celebridad o un simple peón en su juego de ajedrez internacional, o peor aún, una simple marioneta que le pueden dar órdenes, ofreciéndole unos cuantos manís, para actuar en el campo de las relaciones internacionales de acuerdo y alineado a la política exterior de los Estados Unidos, aun cuando esas relaciones puedan afectar internamente el comercio de Costa Rica, y afecten decisiones soberanas de Costa Rica en cuanto a sus propias relaciones internacionales.

Generalmente los actos con alfombra roja son públicos, notorios y bulliciosos.

La visita, invitación, llamado de atención urgente, que se le hiciera al Presidente Chaves, que obedeció al instante, fue para una reunión privada, ¿íntima?, sin prensa, con una doble agenda, una “oculta”, que fue la que originó la visita y la otra, se desprende de comunicación periodística de los resultados de la reunión que interese podían anunciarse. La reunión para escuchar las nuevas directrices, ¿órdenes que se le dieron al presidente Chaves?, duró una hora y veinte minutos.

Los felpudos son considerados alfombras de recepción, a la entrada de las casas, que son también para dar la bienvenida a los visitantes, que generalmente cumplen una función higiénica para que los invitados limpien sus zapatos, ¿sus impurezas?

En Perú se le dice felpudo a la persona que intenta de manera interesada agradar, de palabra u obra, a otra que generalmente tiene poder. Espero que el Presidente Chaves no se haya comportado al estilo peruano ante el Presidente Biden, porque está claro, en esta reunión, que Biden tiene el poder de la convocatoria a su presencia; de la invitación.

La publicidad oficial que se hizo de la reunión señaló que Costa Rica y Estados Unidos trabajarán en la administración de los flujos migratorios que llegan de Sur América mientras se encuentran soluciones a las causas y problemas estructurales que los provocan; se trataron asuntos de seguridad en las relaciones bilaterales, inversión extranjera directa; se habló de derechos humanos y protección del ambiente; sobre Nicaragua y Venezuela; indicó el Presidente Chaves que las democracias no se deben deteriorar con ideas extrañas y enfatizó que las “democracias deben ser rentables para generar prosperidad para las mayorías”; se abrió una puerta para facilitar ingreso de costarricenses a los Estados Unidos dentro del Programa Global Entry, que abarca a 16 países, primero facilitando el ingreso de empresarios, de personas de visita frecuente a los Estados Unidos y finalmente de todos costarricenses.

El medio internacional Bloomberg informó de esta reunión indicando que “Estados Unidos busca impedir que China gane presencia en Latinoamérica”; que “Estados Unidos desea evitar que China expanda su influencia en el hemisferio occidental”, lo que se vincula claramente a las opiniones que vino a expresar la militar, la General del Comando Sur de los Estados Unidos a Costa Rica, y al mismo Presidente con quien se reunió.

Obviamente, la reunión convocada de urgente, calzaba con el éxito de la reunión de los países del Grupo BRICS, que ampliaron su alianza a 6 países más a partir de enero próximo, que quizá se trataba de minimizar con acciones del gobierno de Estados Unidos con algunos países, incluyendo visitas que anunciaron de altos funcionarios de su gobierno a la misma China.

La llamada a visitar a Biden estaba orientada a proyectar un nuevo cuadro estratégico geopolítico de Estados Unidos en Centroamérica y el Caribe, para recibir las órdenes e instrucciones del inicio de este Plan, para enfrentar en el continente la presencia comercial de la República Popular China.

Mientras se le dan órdenes al mandatario de Costa Rica, agresivamente los Estados Unidos se vuelca hacia la República Popular China procurando mejorar sus relaciones.

Lo que hablaron sobre la República Popular China, que provocó la urgente convocatoria que le hicieron al Presidente Chaves, no se dijo más que su viaje fue porque Estados Unidos es un aliado muy cercano a Costa Rica. Dijo también el Presidente Chaves que no se va a meter “en un pleito de elefantes”. Ya lo metieron, ¿acaso no se ha dado cuenta?

Veremos cómo se comporta, de ahora en adelante, al menos con China, nuestra Política Exterior, si de manera nacional y soberana o cómo apéndice de la política exterior de Washington.

Veremos, igualmente, si con el Presidente Chaves estamos volviendo a la época en que los Estados Unidos consideraba a los países centroamericanos como sus “bananas republics”.

¿Va Costa Rica con el Presidente Chaves, hacia esa República Bananera, donde a los Presidentes y autoridades superiores de gobierno, los Estados Unidos les imponía sus directrices y comportamientos políticos fundamentales?