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Solo con decisiones políticas se construye el futuro… (Parte II)

Caryl Alonso Jiménez

Inteligencia es la capacidad de anticipar y promover escenarios…

Caryl Alonso Jiménez

Gabriel Escobar es invidente, tiene la agudeza para encontrar piezas claves en políticas que debieran tomarse en favor de ciudadanos con discapacidad y para ciudadanos en general y en riesgo. Juega ajedrez y pone sentido de humanidad a sus pensamientos y actuaciones.

Es estudiante del doctorado en Políticas Publicas de INAP Guatemala. Ha encontrado en el ajedrez una forma de ejercitar el pensamiento crítico. Para envidia de quienes viven la premura de cada día, tiene el ánimo, optimismo, y fortaleza espiritual y mental, para hacer del presente una inspiración… ¡Vaya lección para quienes se debaten en la amargura diaria y dañar a otros.…!

Viene a cuento, porque Gabriel hace una mesurada insistencia en el estudio de las decisiones y estrategias de los grandes encuentros mundiales de ajedrez… que me llevó a repasar estrategias de los grandes maestros FIDE, entre ellos Fisher, Kasparov, Capablanca, Carlsen, y Dommaraju, actual campeón mundial desde 2024.

Soy aficionado al ajedrez como ejercicio académico y profesional, para generar pensamiento, aunque vivo aquel síndrome de la mitología griega… Estos ejercicios permiten entender el sentido de la inteligencia como el marco de fondo para decisiones en todos los campos de la vida. Pero singularmente, son el instrumental capaz de revelar sabiduría de futuro. Es la herramienta de cálculo, capaz de anticipar resultados a partir del estudio de tendencias que demandan interpretaciones.

El Ajedrez no solo es un ejercicio mental; sino que permite bajo ejercicios de cálculo, aplicarlos al estudio de trayectorias de fenómenos sociales. Y, tal como insistía el Doctor Secundino Valladares (1939-2021), profesor de sociología en los estudios doctorales de la Universidad de Salamanca, y primer director de la investigación doctoral de este suscrito, los fenómenos sociales no sientan precedente teórico, pero enseñan. Allí se encuentra la clave… aunque no todos decodifican esas claves por la supuesta prisa…

Justamente, la historia revela aquellas variables que marcan el destino del hombre (Bloch, 1942), incluyendo decisiones mal concebidas y aplicadas en políticas que anularon transformaciones que el ojo gregario no mirará jamás, y tampoco lo entenderá…

Tomar decisiones no solamente es el acto más elevado que proyecta y revela la capacidad de incidencia, y el mapa de trayectorias; sino el camino futuro predecible.

Oscar Picardo, en su libro “Psiquiatría política” (2024), destaca que quienes tienen la capacidad de controlar decisiones pueden leer por anticipado resultados que, en la perspectiva del cronograma de acciones puede inducir a resultados intencionados.

Y, seguro, en un anticipo de su libro “Comportamiento emocional” (2025), que habrá que reclamarle para que llegue cuanto antes a las librerías, particularmente para entender acontecimientos contemporáneos a partir de estados emocionales de algunos líderes mundiales y otros, que en redes sociales hacen olas para el enredo. . Nada es gratuito y tampoco profético… todo es el resultado de decisiones e intereses…

Esa es la diferencia del mundo de los países en la órbita de Organización para el Desarrollo Económico (OCDE), las políticas públicas con incidencia en las transformaciones de Estado, gubernamentales e institucionales. Son decisiones políticas que requieren votos en los parlamentos y Congresos de la República, de otra forma son teatro puro… para divertir, desorientar y ofrecer ilusiones falsas…

A veces pareciera que se tiene resistencia a ver y entender el futuro… El 50% de la enfermedad dice el medico persa que es imaginación… el otro 50% es decisión, medición, cálculo de anticipación. En materia de Estado e instituciones, para asegurar el trazo futuro son decisiones políticas; sino, ¿Por qué tantas órdenes ejecutivas…?

No cabe la menor duda, para un futuro predecible… los derroteros se construyen sobre la base de decisiones que sean capaces de medir resultados, pero también de anticipar respuestas y rutas no controladas en el escenario. Esa es la clave del ajedrez…

Inteligencia es anticiparse. Salvando distancias, vale recordar que las tarifas de ayer, eran una parte de la teoría de sustitución de importaciones impulsada por Víctor Prebisch, primer director de CEPAL en su libro, “El desarrollo económico de la América Latina y algunos de sus principales problemas” (1949), hay una edición de CEPAL de 2012.

Michio Kaku (2024), Físico teórico dijo una vez, “Pensamos que la inteligencia es saber cosas, pero la esencia de la inteligencia es ver el futuro”. Entonces, ¿Qué es lo que no estamos viendo o entendiendo del futuro? Las decisiones tienen costo, deben medir consecuencias, de otra forma es teatro. O ¿Son estrategia para la incertidumbre…?

Volver a respirar

Por Memo Acuña
Sociólogo y escritor costarricense

Cinco años después de uno de los primeros avisos de extinción planetaria contemporánea, hemos empezado a hablar de ello.

No se si es mi impresión o una percepción en caliente, pero de un tiempo para acá he notado cómo la gente de mi círculo cercano ha empezado a verbalizar (apalabrar, suelo decir) lo que la pandemia produjo en su vida: miedo, cambios, incertidumbres, preguntas. Si, preguntas que aún hoy luego de prácticamente un lustro, no han sido contestadas.

Para mi gusto uno de los grandes impactos de esa coyuntura sanitaria fue la re conceptualización de la palabra “Normalidad”. En medio de la desolación, la muerte, el confinamiento, la añoranza a volver a un estado anterior provocó que la normalidad fuera vaciada de contenido en su significado profundo.

Porque regresamos a donde habíamos dejado este planeta y pienso que en situaciones peores: guerras, extremismos, odios, más exclusión y la puesta en marcha de un nuevo orden global que no tendrá retorno.

Nada aprendimos entonces de esa crisis civilizatoria, de esos últimos cinco minutos de la humanidad sobre la faz de la tierra, al decir de Leonardo Boff. Nada nos hizo cambiar, ni como seres humanos ni como especie.

La tarea ahora es salir de ese ahogo social y cultural que nos produjo el COVID y sus variantes. Nos restó, por decir lo menos, nuestra capacidad corporal y emocional para respirar. Por eso el odio, por eso la exclusión, por eso la barbarie sin freno.

Re-aprender a respirar significa hacer consciente el acto de estar aquí y ahora. Es significar los momentos que vivimos y no pasar por ellos de forma atolondrada.

Es contar hasta 10.  Respirar-exhalar. “Sacarlo todo afuera”, como la canción. Apalabrarnos de otra forma.

A 80 años del fin de la Segunda Guerra Mundial: La historia no se construye a conveniencia

Por Félix Madariaga
Periodista

El pasado 4 de marzo, el representante Permanente Adjunto de Polonia ante las Naciones Unidas, Michał Miarka, emitió un comunicado en conjunto con 35 países tras la adopción de la resolución de la Asamblea General de la ONU que conmemora el 80º aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial.

Como es usual en la diplomacia internacional, la declaración se inicia con palabras de buena crianza en la que se señala que “Debemos honrar los sacrificios realizados y lamentar las innumerables vidas perdidas durante y después de la guerra, incluidas las de las víctimas del Holocausto, las ocupaciones, las deportaciones y los actos de represión”, palabras que sería imposible no compartir.

El Representante continúa afirmando que “debemos ser conscientes de nuestro presente y nuestro pasado. Dada nuestra responsabilidad hacia todas las víctimas de atrocidades, crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad, pasadas y presentes, es crucial que las iniciativas que conmemoran la Segunda Guerra Mundial mantengan su compromiso con la verdad histórica y la reconciliación”.

Y a partir de ahí en el discurso va al verdadero punto: condenar el conflicto en Ucrania, acusando a la Federación Rusa de causar y mantener viva la guerra unilateralmente – como si Europa y Estados Unidos no fuesen parte activa en el conflicto. Además, acusa a Rusia de cinismo por su inquebrantable esfuerzo por condenar en cada instancia posible la glorificación del Nacismo.

Y si de verdad histórica hay que hablar, sólo brevemente, quisiéramos recordar el rol crucial de la URSS en la derrota de Alemania, el fin de la Segunda Guerra Mundial y la liberación de Europa, incluida la Polonia ocupada y los macabros campos de concentración y exterminio que los nazis establecieron en su territorio, como Auschwitz-Birkenau, Majdanek, Treblinka y Sobibor.

La memoria histórica – esa forma en que se construye identidad, conociendo, valorizando y explicando los hechos que han conformado la historia – no puede construirse a voluntad, a comodidad o a conveniencia.

Hoy Polonia, junto a sus aliados europeos y americanos, emiten declaraciones en favor de los derechos humanos, olvidando que en Ucrania, desde agosto de 2024, se han utilizado tanques polacos contra la población civil en la región de Kursk.

Al parecer Polonia tiene una frágil y corta memoria, porque olvidan a quienes los liberaron del nacismo hace 80 años, olvidan que Alemania invadió Polonia el 1 de septiembre de 1939, dando inicio a la Segunda Guerra Mundial y olvidan que fueron las primeras víctimas de la agresión militar de la Alemania nazi. Olvidan que un 20% de la población polaca existente antes de la invasión murió durante la ocupación, olvidan que la invasión de su aliado en la OTAN significó una abrupta ruptura de los estándares de vida de sus ciudadanos, olvidan la brutalidad del nazismo, de las políticas de limpieza étnica y la construcción de campos de concentración y exterminio. 

Los Polacos conmemoraron el pasado 27 de enero, los 80 años de la liberación del campo de concentración de Auschwitz por el Ejército soviético, acto en el que estuvieron presentes sobrevivientes del Holocausto y en el que participaron jefes de Estado y de Gobierno y representantes de medio centenar de países, y con una clara intencionalidad, la Federación Rusa no fue invitada.

La historia no la podrán cambiar ni con declaraciones, ni con intentos de tergiversar el presente, motivados por intereses políticos, económicos o estratégicos. Y sí, tarde o temprano, deberán responder por sus decisiones ante sus pueblos, que no quieren ser parte de sus guerras.

De hecho, el apoyo que Chile entrega hoy a Ucrania nos recuerda un poco la declaración de guerra que le hizo a Japón el 13 de abril de 1945, ambas poco comprensibles, salvo que nuestros gobernantes piensen que “el que a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija”.

Los chilenos no queremos ser parte de esta ni de ninguna guerra, Chile debe estar por la paz, aquí y ahora. Es el tiempo de conmemorar los 80 años del fin de la Segunda Guerra Mundial con actos de reparación y de reconciliación, que ayuden a poner fin a los conflictos bélicos actuales y que fortalezcan las posiciones contra cualquier forma de glorificación del nacismo.

Fuentes:

https://www.gov.pl/web/un/poland-delivers-a-joint-statement-on-behalf-of-35-countries-following-the-adoption-of-the-un-general-assembly-resolution-marking-the-80th-anniversary-of-the-end-of-world-war-ii#_ftnref1

https://www.infobae.com/america/the-new-york-times/2023/07/20/una-guerra-actual-se-enfrenta-al-pasado-los-restos-de-la-segunda-guerra-mundial-en-ucrania/

La corrupción: delincuencia del sistema

Juan Huaylupo Alcázar1

1 Docente pensionado. Catedrático. Facultad de Ciencias Económicas. Universidad de Costa Rica.

La corrupción está asociada a distintas expresiones relacionadas a su significación del latín, alterar las cosas, que suele estar complementada con destruir, corromper, estragar, viciar, romper o pervertir. La corrupción es entendida como la acción que modifica las condiciones existentes, como un acto intencionado ajeno y contradictorio con la moralidad, legalidad, cultura o en general con las formas como son o deben ser efectuadas las relaciones en cada contexto social.

El delito de la corrupción es una interrelación desigual y engañosa, entre una alianza corruptos-corruptores contra alguna persona, organización o instituciones públicas, cuyo propósito es beneficiarse directa o indirectamente a costa de despojar el patrimonio de entidades o individuos, donde el protagonista corruptor-corruptores, asume la jerarquía o poder sobre la(s) víctima(s), legal o ilegalmente, para transferir fraudulentamente recursos, propiedades, realización pactos o contratos que perjudican los intereses de las personas e instituciones afectadas.

La diversidad de las concreciones disimiles sobre la índole y naturaleza de los actos calificados como corruptos (cohecho, malversación, abuso de autoridad, colusión, sobornos, tráfico de influencia, falsedad ideológica, fraude…), ha impedido tener un concepto que sea consensual, como por las diversas perspectivas analíticas y jurídicas sobre su concepción, prevención y de sanción a esta forma delincuencial.

Gran parte de los análisis sobre la corrupción inciden en aislar el fenómeno, según la naturaleza y las formas como se reviste, que incide en la atribución de responsabilidades a individuos aislados, a pesar de ser un proceso complejo que oculta e invisibiliza a los corruptos, así como omite la peculiaridad legal, moralidad, cultura y el impacto social de la corrupción e ignora las condiciones contextuales del delito.

El creer que la corrupción son actos simples e inherentes de las personas de cualquier condición social, sociedad y tiempo, es asumir que todos, o cualquier individuo, es susceptible de una actuación corrupta e inmoral, contra toda norma, las buenas costumbres, buena fe, etc., lo cual es una interpretación individualista que simplifica y supone que todos los individuos son, o tienen la potencialidad de ser corruptos e inmorales, que podría erradicarse con la vigilancia digital, la yatrogenia o el aislamiento carcelario. No obstante, esa concepción ni el control totalitario impiden las acciones corruptas y constituyendo un argumento que encubre las determinaciones contextuales para la inmunidad e impunidad de la delincuencia organizada.

La corrupción no es natural ni los inconmensurables casos son casuales en los espacios sociales. Es un fenómeno que trasciende a los individuos que comprometen las relaciones sociales y las instituciones públicas, en todos los espacios y tiempos, de modo particular en las sociedades dictatoriales y en las endebles democracias. Se podría afirmar que es una problemática política estructural entre clases segmentos sociales indistintos, sin otra consideración, que el beneficio, personal o grupal, contra los intereses y posesiones de otros. Sin embargo, la corrupción es una condición del devenir de la sociedad contemporánea, que no puede admitir ni reconocer que su constitución originaria que reproduce históricamente es un proceso corrupto que se apropia indebidamente de las riquezas y recursos de las sociedades, que se enriquece privadamente del trabajo social no pagado y que esclaviza a las poblaciones del mundo. Asimismo, tanto en el pasado como en el presente, se evidencia que el poder dictatorial, la explotación y las frecuentes defraudaciones y crisis financieras se sustentan en la corrupción, como fuentes para la expansión y crecimiento económico y político del sistema.

Concebir la corrupción como violación al orden constituido es contradictorio e inconsistente, pues ese orden, es el precisamente conservado y reproducido con las prácticas delincuenciales. La corrupción al profundizar la desigualdad y la privatización de los recursos de los subalternos y de la nación, evidencia ser la mediación funcional, útil y necesaria, del orden construido por el poder, como también lo son las leyes indignas y muchas prácticas cotidianas legalizadas, pero inmorales, ilegitimas y corruptas.

El individualismo metodológico, como determinación de la causalidad de los fenómenos complejos, es una simplificación, pero también es un prejuicio que ha servido y sirve para juzgar y condenar a subalternos que históricamente se les culpa y discrimina socialmente, mientras se pondera, justifica y legaliza la explotación, la desigualdad, inequidad y exclusión en las históricas prácticas estructurales y en las impuestas relaciones laborales, mercantiles y financieras, aun cuando determinan y perjudican la calidad y vida de millones de personas y naciones. El sistema imperante se nutre de la corrupción y desigualdad cotidiana.

La corrupción tiene determinaciones jurídicas, políticas, económicas y sociales que inciden en la valoración y calificación de los delitos. Los corruptos en el mundo de los negocios, la política nacional, la administración justicia, derechos iguales entre desiguales, etc., no poseen sanciones similares, porque no dependen de la naturaleza del delito, sino básicamente de la condición social e influencias del poder delincuencial. Así, muchos son eximidos de culpa por dispensas jurídicas, por influencias políticas y compromisos judiciales, intimidación o por la relativización y dilución del delito.

En una sociedad que valida y reproduce desigualdad, inequidad y explotación, la corrupción se convierte en un medio adicional de enriquecimiento privado en perjuicio de sectores mayoritarios. Es una mediación que también promueve la desigualdad y la inmoralidad del poder en la sociedad contemporánea.

Las ejemplificaciones de corrupción abundan en Costa Rica, como las pseudos crisis de las financieras en el año 1987, donde incontables personas “perdieron” sus ahorros de liquidaciones y pensiones laborales. La administración corrupta de ALDESA, con la fiscalización de la Superintendencia General de Valores (SUGEVAL), a fines de la década de 1990, donde se “esfumaron” cientos de millones de centenares inversionistas. La construcción de la carretera en la frontera con Nicaragua, conocida con “La Trocha Fronteriza”, en marzo de 2012, que fue calificada como una megacorrupción, donde autoridades políticas, constructoras y negociantes están implicados, pero no ha pasado nada y el sobreseimiento es la alternativa del poder para el poder. La crisis de Coopeservidores del 2024, es otra muestra de la negligencia de los entes fiscalizadores y reguladores de la situación y el manejo de los recursos financieros en dolosas administraciones que privatizaron los recursos y anhelos de los cooperativistas.

En ningún caso mencionado, entre otros, se ha culpado a los responsables, recuperado lo “perdido” ni se ha resarcido a las víctimas. Estos son solo algunos casos que no son objeto de indagación exhaustiva ni de condenas, como tampoco interesan los casos conocidos, pero no denunciados. La corrupción violenta los derechos ciudadanos, mientras que las autoridades se eximen de su responsabilidad, que bien deberían ser demandadas por el mismo delito que no dictaminan.

La corrupción es una problemática cada vez más acuciante en la cotidianidad de la heterogeneidad social, que con otras formas delincuenciales, como el tráfico de drogas, son parte inherentes del sistema global, cuya práctica sistemática contribuyen al crecimiento, acumulación y expansión del poder político y económico mundial.

La corrupción no es un proceso simple es complejo que compromete a subalternos, funcionarios, al Estado y al poder geoestratégico imperial, pero es afín al sistema, pues contribuye a polarizar más la desigualdad y el empobrecimiento social y la magnificación del enriquecimiento de la posesividad del poder.

El «bulldog» obsesivo de Donald Trump: Mauricio Claver-Carone

Mg. José A. Amesty Rivera

Recientemente, y de repente, sale otra figura contrarrevolucionaria, vociferando contra Venezuela, y que ya lo había hecho contra Cuba en el primer mandato de Trump 2017-2021; se trata del llamado «halcón» del Departamento de Estado norteamericano, Mauricio Claver-Carone.

Que es lo que vociferaba este personaje: «Intensificar las acciones contra el pueblo de Venezuela«; «Se refirió al gobierno venezolano como una tiranía chavista«; «Les damos con todo o nos vamos a casa». El objetivo es terminar el trabajo de 2019″; “máxima presión” contra Venezuela, aseguró que solo alcanzó el 50% de su potencial; ahora vamos con el 100%. Según él, «las medidas tomadas en ese momento fueron insuficientes para lograr un cambio político en Venezuela, y abogó por un enfoque más agresivo para derrocar a Maduro«.

Pero, ¿quién es este personaje, que algunos lo tildan, además, de psicópata, troll, lanzallamas, obsesivo, buldog? Claver-Carone es abogado, nació en Miami, Florida, en 1975 y fue criado en el sur de este Estado por una madre cubanoamericana; es decir, proviene de una familia de origen español y cubano.

Claver-Carone es un anticastrista de pura cepa. Él «se volvía loco» ante la mención de Fidel Castro, contó a USA Today un amigo de los tiempos del bachillerato. Como estudiante en el Rollins College de Orlando, Claver-Carone se quedaba después de clase para discutir con su mentor “lo ingenua que es la gente” cuando se trataba de Cuba.

Durante el primer gobierno de Trump (2017-2021), trabajó como Asesor sénior del subsecretario de Asuntos Internacionales en el Departamento del Tesoro, Representante de EEUU ante el Fondo Monetario Internacional, Director sénior de Asuntos del Hemisferio Occidental en el Consejo Nacional de Seguridad y Asistente especial del presidente.

Claver-Carone forma parte de un conjunto de unos 15 funcionarios, provenientes de la Florida que el presidente Trump ha puesto para los temas de Latinoamérica, que son todos hispanos de línea dura.

En 2020, Claver-Carone fue elegido como presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), por un período de cinco años, pero fue destituido en 2022, después de que una investigación determinó que probablemente había mantenido una relación romántica con una subordinada, según informó entonces Associated Press. Claver-Carone negó la acusación.

Este es uno de sus manchones en su carrera. Veamos más datos al respecto.

Los directores del BID votaron la destitución del presidente Mauricio Claver-Carone, luego de que una investigación mostró, que el único presidente estadounidense en los 62 años de historia del banco tuvo una relación íntima con una subordinada, violando varias normas éticas de la institución.

Esta subordinada era una asesora, que trabajaba con el funcionario desde sus años en la Casa Blanca, bajo la administración de Donald Trump, y que fue llevada al BID cuando Claver-Carone ganó la elección en el verano del 2020. Además, se conoció a lo interno del BID el altísimo sueldo que se le pagaba a la asesora promovida por Claver.

Así mismo, al correo electrónico del BID llegó un mensaje anónimo, que acusaba a Claver-Carone y al miembro del personal de malversar fondos del BID.

Por otro lado, como ya mencionamos, Mauricio Claver-Carone estuvo en el centro de la polémica, cuando el 11 de septiembre de 2020 se convirtió en el primer presidente de la institución que no era latinoamericano. Su llegada rompió 70 años de tradición.

En fin, Claver-Carone es conocido por sus amigos por su obsesión con Cuba y Venezuela. En lo referente a Cuba:

Antes de ser funcionario de Donald Trump, Mauricio Claver-Carone tenía un blog, que se llamaba «Capital Hill Cubans«, y durante el gobierno de Barack Obama, desde allí criticaba cada decisión del gobierno sobre Cuba; defendía con uñas y dientes el bloqueo.

Así mismo, fue Director ejecutivo del comité de acción política US-Cuba Democracy PAC, cuyo objetivo, según dice en su página web, era «promover una transición incondicional en Cuba a la democracia» y al mercado libre, y que amañaba para oponerse a leyes que pudieran «financiar la maquinaria represiva de la dictadura cubana«.

Recientemente dio unas declaraciones donde trata de meter miedo a Cuba e intimidarlo, asegurando, una vez más, que esta vez sí es verdad que le quedan pocos días a la Revolución, y que el gobierno de Estados Unidos hará todo lo posible por acelerar este proceso. Habla de medidas y acciones creativas como poner fin a los vuelos y visitas familiares a Cuba. En verdad, quiere quitar los vuelos para provocar más carencias, desestabilización y, si fuera posible, una crisis migratoria.

Recordemos, de más atrás en su carrera, que Claver-Carone, juntamente con el innombrable Marco Rubio, diseñó y ejecutó en un par de años (2018 hasta enero del 2021), más de 200 medidas adicionales al bloqueo con el propósito de lograr que Cuba colapsara. No logró su objetivo principal, pero impuso un retroceso brutal en las relaciones bilaterales y en el nivel de vida de los cubanos, provocando un enorme sufrimiento que aún perdura y un mayor flujo migratorio.

Este señor es peligroso, y ha vuelto al gobierno de Trump. No olvidemos igualmente que, antes de la decisión simbólica y tardía de Biden, universalmente aclamada por justa, de excluir a Cuba de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo, Claver Carone respondió con soberbia al New York Times diciendo que… “El que ríe último ríe mejor” y prometió medidas peores tan pronto tomara posesión el presidente electo.

Y en verdad, es que no dejó pasar ni un solo día con Trump en el gobierno, para empezar a acrecentar la presión y la guerra económica contra Cuba y Venezuela.

Su más reciente declaración-perla, que refleja lo vil que es, desde el Consejo de Asuntos Mundiales de Miami, confiesa «que el verdadero propósito del bloqueo económico de Estados Unidos contra Cuba es infligir dolor. Dolor al pueblo. Sufrimiento cotidiano como herramienta política. Hambre como estrategia de cambio político. Con sus propias palabras: «Se trata de aceptar ‘dolor a corto plazo para ganancias a largo plazo’«. Y lo dice con naturalidad, con frialdad, incluso con cierto orgullo. Y lo más alarmante no es solo lo que dice, sino cómo lo dice. Como si fuera legítimo agredir a una población entera para forzar un modelo político diferente. Esto no tiene otro nombre: crimen.

Para ir finalizando, aunque habría que escribir muchísimo sobre este ser, no es Cuba el único objetivo de esta estrategia despiadada. Claver-Carone lo extiende a Venezuela, Nicaragua y otros países de la región que no se alinean con los intereses de Washington. Y lo hace, además, recurriendo a argumentos que estigmatizan pueblos enteros, a la criminalización del migrante. Su comparación entre las personas migrantes y supuestos delincuentes enviados «para desestabilizar a EEUU» es un ejercicio de xenofobia peligrosa y repugnante, impropia incluso del cinismo habitual en la política exterior estadounidense.

Por ejemplo, en la primera era Trump, Claver-Carone disfrutó de una influencia sin igual, casi demente y enfermiza, en las políticas del presidente hacia Venezuela, a tal punto que los embajadores extranjeros se quejaron en privado sobre su ascendencia en esa área.

El primer debate de los precandidatos del PLN

Alberto Salom Echeverría

El formato del primer debate

El 31 de marzo se produjo el primero de los debates del PLN. Vendrán otros, pero no tuve el tiempo de comentarlos como para haber hecho un balance de todos para el día de hoy viernes 4 de abril. Les ruego, por lo tanto, tener eso en cuenta; puede que en los otros eventos algo cambie. Mi análisis es solo acerca del primero, el de Repretel y Radio Monumental.

Lo primero que señalo es sobre el formato planteado por Randall Rivera Vargas y Febe Cruz Brenes. Me gustó a medias. El debate comenzó con una indagatoria que, los precandidatos debían responder de una manera muy sintética, y luego con monosílabos: un sí o un no. Solo en un segundo momento justificaban su respuesta. Nunca me ha satisfecho esa brevedad, menos cuando como en este caso, las personas que están en la palestra no son conocidas para la inmensa mayoría de la ciudadanía. Se requiere de un formato más distendido, como el que vino después junto a una confrontación uno contra uno. Esto permitió analizar mejor las diferencias entre ellos.

Los temas más debatidos

Fueron cuatro los precandidatos que se inscribieron para disputar la candidatura a la presidencia por el PLN (por orden alfabético): Carolina Delgado (única mujer), Gilbert Jiménez, Álvaro Ramos y Marvin Taylor.

Entre los temas más recurrentes en el debate fueron seguridad ciudadana y economía, vivienda y salud pública, en particular la Caja Costarricense del Seguro Social y la gran deuda del Estado con la Caja. Por lo general, los cuatro precandidatos se ilusionan con hacer cuantiosas inversiones, sin decir de dónde se va a tomar la plata. Viejo estilo que no deja tranquila a la ciudadanía que está ahíta de promesas y, ansiosa de soluciones a sus múltiples problemas. Todos fueron coincidentes en la necesidad de aumentar los cuerpos policiales y destinar recursos contra el crimen y el narcotráfico, sin señalar de dónde van a salir los recursos. Cada uno sacó del sombrero propuestas particulares, Carolina Delgado habló de más inversión en seguridad, Gilbert Jiménez propuso la ley de Extinción de Dominio, Álvaro Ramos, terció sugiriendo un abordaje de la seguridad por dos flancos, invertir en lo social para subsanar la pobreza y el desempleo por una parte y, por otro lado, fortalecer la fuerza pública estableciendo una coordinación entre todos los cuerpos policiales, incluyendo la policía privada que -dijo- son más de 40.000 efectivos. Marvin Taylor rebatió la idea de involucrar a la policía privada, ya que está creada para vigilar a quiénes pagan su servicio. Esto, por un lado. Taylor enfatizó en la necesidad de emplear la video vigilancia y los sistemas de inteligencia. Pregunto de nuevo ¿y el dinero? Ahí se verá luego, supongo.

En general, eso sí los cuatro precandidatos se pronunciaron por disminuir el costo de la vida, de nuevo sin decir cómo, para disminuir el desempleo y bajar la pobreza. Delgado propuso que Costa Rica fortaleciera condiciones para destacarse como un país atractivo para la inversión y el turismo. Jiménez habló de una banca para el progreso, destinada a apuntalar las pequeñas y medianas empresas. Ramos abordó de una manera general el tema de la educación, sin detallar su plan al respecto. Taylor aseguró que impulsará un plan masivo de inversión en vivienda e infraestructura, buscando así además de solventar el gran déficit de vivienda, dar más oportunidades de empleo. Todo dicho por los cuatro de una manera muy general. Hay que decir que, en el tema de sanear los recursos de la Caja, el precandidato Álvaro Ramos, hizo gala de su conocimiento del tema, señalando que la institución no está quebrada y que el Estado debe pagar la gran deuda que tiene con La Caja Costarricense del Seguro Social, de nuevo sin detallar cómo. No obstante, en otras oportunidades se le ha escuchado disertar al respecto con mucho conocimiento de la materia.

Los grandes vacíos que dejaron los precandidatos

Es curioso, los cuatro precandidatos del PLN no son caras que hayan formado parte de las cúpulas de forma continuada. Pero ninguno de los cuatro logró exponer con claridad cuando se tocó el tema, por qué razón el partido político que fuera dominante durante la segunda mitad del pasado siglo XX y el inicio del siglo XXI, lleva ya tres elecciones seguidas viendo la derrota electoral, aunque conserve una mayoría relativa de diputados en la Asamblea Legislativa. Algo dijeron, pero ninguno acertó.

Aunque las causas son variadas, postulo que Liberación Nacional perdió ascendiente en las capas medias de la población que, fueron su sostén principal, pues mediante su política económica reformista ayudó a crearlas y con ello desarrollar el país. Mas luego, ha perdido influencia en ellas, y en sectores de trabajadores públicos y privados que también le apoyaron por décadas, tras apartarse bruscamente del reformismo progresista, y convertirse en el partido político que, de manera más rotunda implementó las políticas de ajuste estructural y achicamiento del estado interventor y benefactor; políticas estas que abrieron con mucho, las puertas del neoliberalismo en Costa Rica, del que todavía no logramos desembarazarnos.

Esta explicación a mi manera de ver es clave para dar cuenta de la caída del partido más grande e influyente del país. Existen otras causas como la corrupción que, de una manera concomitante permeó a una gran parte de las cúpulas de Liberación Nacional; así como también se debilitaron las políticas públicas mediante las cuales se había logrado combatir la pobreza. En sus últimas administraciones se ensanchó la desigualdad social y se concentró más la riqueza. Es decir, el PLN se convirtió, de la noche a la mañana en otro partido político que rompió la continuidad con aquel conglomerado que nació en 1951 y mantuvo una política de corte reformista-nacionalista y progresista, casi sin excepción durante las primeras tres décadas de le segunda mitad del siglo XX, si bien con algunas grietas que abrieron el paso al cuasi derrumbe de ese partido político.

Me quedo corto si no expreso que, por añadidura pero igualmente relevante, Liberación Nacional fue el partido que abrió las puertas para la participación política de la mujer, de los afrodescendientes, nacionalizó el crédito bancario en una época en que era crucial hacerlo, pasó la electricidad a manos del Estado, llevándola hasta los más recónditos lugares de nuestro pequeño gran país e impulsó, en un inicio, una importante redistribución de la riqueza, especialmente hacia las capas medias de la población mediante el crédito bancario y una política de salarios crecientes, como dije, en buena parte de la segunda mitad del siglo XX. Todo esto entre muchas otras reformas.

Con todo respeto lo expreso, en ninguna de las intervenciones de los cuatro precandidatos, ni por asomo se advierte algún recuento que permita entrever que se hacen eco de la historia más progresista del PLN, insisto, en ninguno. Lo que hubo fue un vacío total, ya que no permite que el pueblo recobre la esperanza en obtener una visión que frene la entrega de nuestros recursos, que levante las banderas de la ecología para un futuro sostenible y sustentable, donde alcancemos la carbono neutralidad. Tampoco hubo nadie que se arropara con lo mejor de la esperanza de la mujer costarricense en un gobierno que se enfrente con valor y sin vacilaciones a la violencia contra ellas llevada a cabo por los “machos” de mentalidad patriarcal. No hubo ni media palabra sobre ello, de parte de nadie, insisto de nadie.

No se esbozó tampoco un propósito por favorecer a la población costarricense más pobre con alguna discapacidad, que carece de recursos para pagar por su propia cuenta los tratamientos o aditamentos que se requieren para tener una vida digna, en este caso ni siquiera de parte de Álvaro Ramos, de quien sabemos que, con valor ha surgido en nuestra sociedad convirtiéndose en alguien respetable, por su dignidad e inteligencia demostrada. De igual manera, ni media palabra se le escuchó decir a alguno de los cuatro, que diera esperanza a las minorías discriminadas, los afrodescendientes, los pueblos nativos, los homosexuales y otras minorías que sufren. ¿Entonces, qué se puede esperar?

Algunas orientaciones que muchas personas esperamos de precandidatos valientes.

Les propongo con respeto, tanto a los precandidatos del PLN como a todos los que presenten su nombre a la presidencia de la República, los siguientes 13 principios:

1-Hay que democratizar la democracia. Cero tolerancia a quienes delinquen desde los poderes públicos, comenzando por el presidente de la República. Hay que endurecer las leyes para una justicia pronta y cumplida contra los delincuentes que lleguen a ocupar cargos públicos. Respeto irrestricto al principio de la división de poderes. Sugiero que avancemos a un sistema semi parlamentario, donde los cargos a diputados se distribuyan por circunscripciones territoriales y sean votados individualmente, para que la representación sea verdadera y las personas elegidas puedan ser destituidas, cuando violen la Constitución o se les demuestren delitos. Podrán ser sustituidos por un suplente que hubiera sido electo junto al propietario.

2- Los candidatos presidenciales o a las vicepresidencias deben asumir un compromiso con el planeta y comprometerse a luchar contra el cambio climático y la carbono neutralidad.

3-Compromiso con una reforma educativa, que permitan volver a elevar el nivel de la educación pública en escuelas y colegios. Prohibir mediante leyes el uso de los teléfonos celulares en el tiempo lectivo, como lo viene proponiendo el psiquiatra Dr. Luis Diego Herrera Amighetti. Respeto irrestricto a la educación superior pública conforme a la Constitución de la República.

4- Compromiso con la seguridad social para toda la población, lo que implica comenzar a cancelar la deuda billonaria del Estado con la Caja. Poco a poco pero ininterrumpidamente. El Poder Ejecutivo deberá presentar un plan al respecto en el plan nacional de desarrollo.

5- Compromiso del Estado con todas las comunidades del país para resguardarlas de la inseguridad que se padece a manos de la delincuencia y el narcotráfico. Se debe prestar particular atención a aquellas comunidades en donde los indicadores muestren más violencia y haya sobre todo población juvenil desocupada o subempleada.

6- Compromiso con Costa Rica para bajar los índices de pobreza, pobreza extrema y, cerrar las brechas de desigualdad social. Igualmente, las metas del cuatrienio deberán contemplarse en el plan nacional de desarrollo.

7- Compromiso con un desarrollo donde haya distribución de la riqueza, siguiendo los principios de sostenibilidad y sustentabilidad. Compromiso para destinar un porcentaje fijo de los recursos que se obtengan de los evasores de impuestos, al plan de desarrollo para combatir la pobreza y la desigualdad.

8- Compromiso con la infraestructura. Se debe asegurar una inversión sostenida para cumplir con un plan de desarrollo de la infraestructura, de parte del poder ejecutivo, que se apruebe en la Asamblea Legislativa, prestando atención prioritaria a las zonas rurales menos favorecidas. Asumir un Compromiso con el desarrollo del plan ya existente para el tren eléctrico.

9- Compromiso con la Cultura, se debe asegurar una inversión de no menos del 2% del PIB para un desarrollo cultural que llegue a las zonas más rezagadas del país. En el primer plan del presupuesto nacional el poder ejecutivo deberá señalar la fuente de dónde se tomarán los recursos para ello. Se deberá presentar un proyecto de ley que lo garantice.

10- El poder ejecutivo deberá elaborar en el primer plan de desarrollo un verdadero proyecto para una tecnología al servicio de la sociedad y no la sociedad al servicio de la tecnología y de la Inteligencia Artificial (IA).

11- Compromiso con las mujeres. Por una igualdad real de las mujeres en la sociedad, asegurado mediante el plan nacional de desarrollo, el cual deberá contemplar indicadores rigurosos al respecto. Compromiso por erradicar la violencia contra las mujeres, cero tolerancias contra los que infrinjan el principio de no violencia a las mujeres. Educación temprana en el sistema escolarizado, público y privado en una conducta de no violencia contra las mujeres y los niños.

12- Compromiso prevalente para apoyar al agricultor costarricense y reactivar la agroindustria nacional. Debe contemplarse en el plan nacional de desarrollo.

13- Compromiso con una política exterior apegada al principio de resolución pacífica de los conflictos internacionales y la erradicación progresiva del armamento nuclear. En adición, debe haber un compromiso con una política exterior que cierre filas con todos los países dispuestos a luchar contra el cambio climático.

Dejo estas propuestas prioritarias a sabiendas que debe haber más. Pero reitero que muy poco o nada de lo aquí señalado fue abordado en el primer debate de los precandidatos del PLN. Espero correcciones y lo mismo a los que presenten sus nombres en otras tiendas políticas.

Votar estratégicamente por Álvaro Ramos Chaves: una apuesta por el diálogo social y el país que necesitamos

Compatriota:

Reciba nuestro fraternal saludo ciudadano desde el Encuentro Democrático. Somos un colectivo que desde hace años constituye un Espacio Ciudadano y Democrático de Debate no partidista, en defensa de nuestras conquistas sociales y de nuestro Estado Social de Derecho. Nuestros valores comunes republicanos son la búsqueda de una sociedad realmente Sustentable con más Igualdad, Libertad, y Justicia Social. Sin ningún otro interés que rescatar lo mejor para nuestra Patria, lo invitamos respetuosamente a participar en la transformación de esta grave crisis nacional en una oportunidad de participación ciudadana.

La crisis afecta de manera muy aguda las esferas con las que funciona un estado nacional: económica, laboral, política, ambiental, educativa, Salud Pública, de seguridad ciudadana, de infraestructura pública, de producción, del Sector Agro, del Sector Cultura, del Sector Empresarial nacional, del Mercado Interno, de las PYMES, de muchas Cooperativas, de los trabajadores del Sector Público y Privado, de los profesionales y trabajadores independientes, de las mujeres jefas de hogar, y hasta de Legitimidad Democrática y Soberanía Nacional. También, hay que sumar a lo anterior, el alto costo de la vida y el bajo poder adquisitivo de los salarios.

Más allá del normal escepticismo colectivo y de la desesperanza social instalada, urge volver a enamorarnos de nuestras instituciones democráticas. Qué, aunque imperfectas, son la ruta sabia, pacífica y humanista para una sociedad más justa, más inclusiva, más equitativa y realmente sustentable. ¡Volvamos a creer en Costa Rica y lo mejor de su Segunda República!

Así las cosas, sabemos que muchas personas, como nosotros, no se identifican necesariamente con el Partido Liberación Nacional. Lo hemos criticado duramente y con justa razón. Hemos luchado desde nuestros espacios por una Costa Rica más justa, más equitativa y más democrática, adversando abiertamente a ese Partido, pues éste ha sido —y no hay que olvidarlo— un agente fundamental en muchos de los problemas que hemos desarrollado como sociedad. Pero, también, sabemos que el momento que vivimos exige salir de nuestras trincheras acostumbradas y actuar con lucidez y responsabilidad histórica.

Tampoco debemos olvidar que, en otros momentos de nuestra historia, el PLN fue una fuerza decisiva en la construcción del Estado social de derecho que ha distinguido a Costa Rica en América Latina: una república con servicios públicos sólidos, acceso universal a la salud y la educación, y una institucionalidad civilista. Esa herencia, que hoy se ve amenazada, no pertenece a un solo partido: pertenece al país, y debe ser defendida por todas y todos.

Costa Rica atraviesa una crisis profunda: social, económica, política e institucional. El deterioro del Estado social de derecho, la fragmentación de lo público y el desgaste del diálogo democrático no pueden seguir siendo administrados con parches ni discursos vacíos. Es urgente reconstruir un horizonte común.

En este contexto, la figura de Álvaro Ramos Chaves, en el marco de la convención abierta del PLN, representa una posibilidad estratégica que vale la pena considerar. No se trata de una adhesión ideológica ni de un cheque en blanco. Se trata de reconocer que su eventual triunfo abriría una ventana para algo más grande: una alianza nacional amplia y progresista que convoque a un verdadero diálogo social con propuestas escritas, serias y urgentes.

Álvaro Ramos Chaves ha demostrado apertura, capacidad técnica y política, y voluntad para hablar con sectores diversos. Pero su fuerza dependerá, también, de que este apoyo no venga del aparato tradicional, sino de la ciudadanía crítica, de quienes aún creemos en lo público, en los derechos humanos, en el bien común, en la Soberanía nacional, en fin, en una sociedad sustentable, amigable con el ambiente e inclusiva.

Participar en esta etapa —votar por Ramos en la convención abierta— es, para muchas y muchos, un gesto táctico. Pero es también una apuesta ética por evitar salidas autoritarias, populistas o vacías, y por sembrar las condiciones de una transformación verdadera, con participación amplia y propuestas concretas sobre la mesa.

No hay caminos fáciles, pero no podemos ser ajenos, no podemos quedarnos al margen mientras se termina de destruir lo poco que queda del Estado Social de Derecho y de las Conquistas sociales que logramos como sociedad desde 1943. El país nos convoca a pensar en alianzas y consensos, que como ocurriera con el Pacto de Ochomogo (1948), se convierten en la única opción para salir de oscuros momentos de conflicto.

Mesa Coordinadora – Encuentro Democrático

Si el mundo civilizado no les amarra las manos, estos salvajes nos van a llevar a la Tercera Guerra Mundial

  • El Libro Blanco y la militarización de Europa

Gilberto Lopes
San José, 3 de abril de 2025

Una amenaza fundamental

Europa se enfrenta a una amenaza aguda y creciente. La única manera de garantizar la paz es estar preparados para disuadir a quienes quieran hacernos daño. Ha llegado el momento de que se rearme. Estas son algunas de las conclusiones del Libro Blanco Conjunto para la Preparación de la Defensa Europea 2030, divulgado en Bruselas el pasado 19 de marzo.

El Libro Blanco expone un plan para rearmar Europa. Para eso han abierto las puertas al endeudamiento de los países europeos mediante la llamada “Cláusula de Escape”, que permite a los países superar los límites de déficit y de deuda establecidos en las normas europeas, si se trata de inversiones relacionadas con la industria militar.

Cambios en el entorno estratégico

Según el Libro Blanco, el equilibrio político surgido tras el final de la Segunda Guerra Mundial y de la conclusión de la Guerra Fría “se ha visto gravemente alterado”.

Por un lado, estiman que “Estados autoritarios”, como China, tratan de imponer “su autoridad y control sobre nuestra economía y sociedad”.

Por otro, señalan que Rusia “ha dejado claro que sigue en guerra con Occidente” y “seguirá siendo una amenaza fundamental para la seguridad de Europa en un futuro previsible”. Si se permite a Rusia alcanzar sus objetivos en Ucrania –aseguran– “su ambición territorial se extenderá más allá”. Afirmaciones que el presidente ruso, Vladimir Putin, ha rechazado reiteradamente.

Aumentar los gastos de defensa

El gasto en defensa de los Estados miembros de la Unión Europea ha crecido más de un 31% desde 2021, alcanzando los 326 mil millones de euros en 2024.

A principios de marzo, la presidente de la Comisión Europea, la alemana Ursula von der Leyen, había anunciado el plan ‘ReArm Europe’, que contempla un gasto de cerca de 800 mil millones de euros para la defensa del bloque.

La propuesta no ha sido acogida por unanimidad. El 26 de marzo pasado, Gregorio Sorgi y Giovanna Faggionato publicaron en POLITICO (una publicación originalmente con sede en Virginia, vendida en 2021 a la alemana Axel Springer), que países del sur de Europa –Francia, Italia y España– habían expresado preocupación por las consecuencias económicas que el aumento de la deuda podría tener, considerando sus ya elevadas deudas y déficits presupuestarios. “Algunos países tienen serias dudas sobre la posibilidad de endeudarse a esos niveles, dice el artículo, citando a “un diplomático senior de la Unión Europea”, en Bruselas. En vez de asumir nuevas deudas, proponen la emisión de bonos de defensa, colocados por la UE en el mercado de capitales, para financiar esas inversiones. Algo a lo que países como Alemania y Holanda tradicionalmente se han opuesto.

Apoyo militar a Ucrania

El Libro Blanco no contempla iniciativa diplomática alguna. Alineado con la visión militarista de la nueva Comisión Europea, en la que los beligerantes países bálticos encabezan las comisiones de Relaciones Exteriores y Defensa, proponen a los Estados miembros acordar rápidamente una ambiciosa iniciativa de apoyo militar a Ucrania, entrenando y equipando sus fuerzas armadas y suministrándoles munición de artillería y defensa aérea. Ucrania se ha convertido en el principal laboratorio mundial de defensa e innovación tecnológica, dice el documento.

Desde febrero de 2022 Europa le ha proporcionado alrededor de 50 mil millones de euros en apoyo militar y se propone mejorar su capacidad de defensa a través de lo que han llamado “estrategia del puercoespín”, para disuadir cualquier posible nuevo ataque.

Misiles (incluidos los de ataque de precisión profunda), aviones no tripulados y, por lo menos, dos millones de cartuchos para artillería de gran calibre al año, son prioridades compartidas por Ucrania y los Estados miembros de la UE, que pretenden también formar y equipar brigadas ucranianas y apoyar la regeneración de sus batallones.

Esfuerzos que buscan, entre otras cosas, llenar el espacio dejado por un cambio en la política norteamericana, que desde 2022 ha venido sustentado la guerra de Ucrania, como lo demostró el reportaje de NYT, “The partnership: the secret history of the war in Ukraine”, publicado el pasado 29 de marzo.

Pese a las tensiones con Washington, Europa reconoce, sin embargo, que un fuerte vínculo transatlántico sigue siendo crucial para su defensa. La OTAN es la piedra angular de esa defensa.

Más allá de Europa

El documento propone un compromiso ambicioso en materia de seguridad y defensa, “con todos los países europeos afines, los países de la ampliación y los países vecinos (incluidos Albania, Islandia, Montenegro, la República de Moldavia, Macedonia del Norte y Suiza)”, así como seguir estudiando una Asociación de Seguridad y Defensa con la India.

La idea es que la UE explore, además, “oportunidades de cooperación industrial en materia de defensa con los socios del Indo-Pacífico, en particular Japón y la República de Corea, con los que se celebraron Asociaciones de Seguridad y Defensa el pasado mes de noviembre, así como Australia y Nueva Zelanda”.

La guerra a gran escala de Rusia contra Ucrania tiene repercusiones más allá de Europa, dice el Libro Blanco. Las amenazas híbridas y los ciberataques no respetan fronteras. Tampoco lo hace la seguridad en el espacio o en el mar.

La militarización de la industria, un buen negocio

Un mercado de equipos de defensa verdaderamente operativo en toda la UE sería uno de los mayores mercados nacionales de defensa del mundo, asegura el Libro Blanco. Un aumento de la inversión en defensa tendría efectos positivos en toda la economía. La reactivación industrial de la defensa a gran escala exigirá que la industria atraiga y forme a muchos talentos, incluyendo técnicos, ingenieros y expertos especializados.

Reconstruir la defensa europea exigirá una inversión masiva durante un periodo sostenido, tanto pública como privada, para reponer las existencias de equipos militares de los Estados miembros y aumentar la capacidad de producción industrial de defensa europea. El Banco Europeo de Inversiones debe desempeñar un papel decisivo en la financiación de esos programas. Su Plan de Acción de Seguridad y Defensa fue un primer paso en esa dirección, pero se estima que su aplicación debe acelerarse.

Pero impulsar la inversión pública en defensa no será suficiente. Las empresas europeas, incluidas las pequeñas y medianas, deben tener un mejor acceso al capital. La propuesta es que, para el periodo 2023-2027, el Fondo Europeo de Defensa (EDF) financie a las PYME con hasta 840 millones de euros y que el Programa Europeo para la Industria de Defensa (EDIP) cree un Fondo para Acelerar la Transformación de la Cadena de Suministro de Defensa (FAST).

Europa se prepara para las guerras

La UE es y sigue siendo un proyecto de paz, se puede leer casi al concluir el Libro Blanco. Europa debe tomar decisiones audaces –agregan– y construir una Unión de Defensa que garantice la paz en nuestro continente mediante la unidad y la fuerza.

En Bruselas se dice que la Comisión Europea “se ha transformado en un Ministerio de Defensa”, dijo la periodista Gloria Rodríguez, del diario español El País, en un artículo fechado en Bruselas.

La agenda de estos días es elocuente, afirma. “El Libro Blanco que define las amenazas a las que se enfrenta la UE, complementa ReARM Europe, el plan más ambicioso hasta ahora para reforzar a los ejércitos europeos y a la industria de la defensa”, presentado por von der Layen hace dos semanas.

Para Dmitri Peskov, portavoz de la presidencia rusa, las principales señales procedentes de Bruselas y de las capitales europeas se refieren ahora a planes para militarizar Europa. Moscú no ha recibido señales de Bruselas que indiquen un deseo de buscar una solución política del conflicto ucraniano, afirmó.

Necesitan justificarse

Los países miembros de la UE eligieron a la exprimera ministra de Estonia, Kaja Kallas –una de las voces más beligerantes contra Rusia–, como representante de su política exterior porque querían una líder para tiempos de guerra, dicen –citando a fuentes europeas– Niicholas Vinocur y Jacopo Barigazzi, periodistas de POLITICO. “Es tiempo de hechos, no solo de palabras”, agregan.

Si Ud. la oye –dice una voz europea crítica de Kallas, citada por POLITICO –, parece que estamos en guerra con Rusia, lo que no es la línea oficial de la Unión Europea”.

Pero otros aprueban, como la primera ministra danesa –otra voz particularmente beligerante– o un diplomático europeo, no identificado por los autores del artículo, que se siente “muy contento” con el estilo de Kallas.

Odio hacia los rusos expresó el presidente ucraniano, en una entrevista al diario conservador francés Le Figaro. Un “sentimiento apropiado” en tiempos de guerra –afirmó–, que lo ayuda a mantenerse al frente de la lucha.

Un sentimiento que probablemente contribuyó al fracaso de los acuerdos de Minsk, negociados antes de la guerra, en 2014 y 2015, boicoteados por Ucrania, Francia y Alemania. Acuerdos que pretendían dar garantías a las poblaciones rusas de las Repúblicas de Donetsk y Lugansk. Los combates en el este de Ucrania, entre los separatistas y las fuerzas ucranianas, ya habían cobrado unas 14 mil vidas, antes de la invasión rusa, según la británica BBC, y dejado más de un millón de desplazados.

En ese clima, el canciller español, José Manuel Albares, pidió no inquietar inútilmente a la gente. “Nadie se prepara para la guerra” aseguró. Se refería al “Kit de supervivencia” para sobrevivir por lo menos 72 horas, en caso de una emergencia, propuesto por von der Layen. El mismo Albares que en una reunión de seis países europeos en Madrid, el lunes 31 de marzo, proponía, sin lograr apoyo, utilizar los fondos rusos congelados en los bancos europeos para ayudar a Ucrania.

«Necesitan justificarse”, dijo el presidente ruso, Vladimir Putin, comentando la propuesta del kit. “Por ello asustan a su población con una hipotética ‘amenaza rusa’”. «Decir que vamos a atacar a Europa después de Ucrania es una completa tontería. Es la intimidación de su propia población”.

¿Las guerras del futuro?

El colega de Kallas en la Comisión, el exprimer ministro de Lituania Andrius Kubilius, hoy a cargo de la recién creada cartera de Defensa, también partidario de una agresiva política frente a Moscú, estimó que “si Europa la quiere evitar, debe estar lista para la guerra”. Las prioridades del Libro Blanco –destacó– son aumentar los gastos en defensa, pensando “no solo en las guerras de hoy, sino también en las del futuro”.

Putin no se detendrá leyendo el Libro Blanco, agregó. Solo lo hará “si lo usamos para crear drones muy reales, tanques, artillería… para nuestra defensa”.

Para el presidente finlandés, el también conservador Alexander Stubb, la única manera de detener Moscú es “armar Ucrania hasta los dientes”.

Y, por primera vez desde la II Guerra Mundial, Alemania despliega tropas en el extranjero. Se trata de una brigada instalada en Lituania, a 10 km de la frontera con Bielorrusia. Cuando esté plenamente operativa, en 2027, contará con unos 5.000 personas, entre militares y civiles.

Los dos –Kallas y Kubilius– son ciudadanos de dos países bálticos –Estonia y Lituania-, particularmente agresivos contra Rusia. No es arriesgado decir que su designación en esos cargos se debió precisamente a eso.

Resulta que Estonia, con cerca de 1,4 millones de habitantes, y Lituania, con unos 2,9 millones, son, por su población, apenas como un barrio de cualquier ciudad grande de América Latina. El área metropolitana de México, o de São Paulo, tienen cerca de ocho millones de habitantes.

De modo que no deja de sorprender que funcionarios europeos, que podrían ser como alcaldes de barrios de esas ciudades, tengan en sus manos la definición de políticas que pueden llevar el mundo a una nueva guerra de dimensiones catastróficas.

Si el mundo civilizado no amarra las manos a estos salvajes, nos van a llevar a la Tercera Guerra Mundial.

FIN

Trump, crisis hegemónica y multipolaridad

Mauricio Ramírez

Mauricio Ramírez Núñez
Académico

La política internacional está atravesando una transformación sin precedentes: la transición hacia un mundo multipolar. Durante varias décadas, el sistema internacional ha girado en torno a una hegemonía occidental que imponía su versión del multilateralismo, un orden basado en reglas, pero en realidad diseñado para perpetuar su supremacía en todos los campos.

Sin embargo, ese modelo muestra signos irreversibles de desgaste, erosionado por el renacer de varias potencias, la reconfiguración de alianzas estratégicas y la creciente resistencia de diversos actores a la imposición de un orden unilateral global. En esta transición llena de turbulencias, Europa reacciona como bloque frente a EE. UU. y su guerra arancelaria, Asia responde de manera coordinada, África desempeña un papel distinto al de décadas pasadas y los BRICS emergen como el verdadero motor de un multilateralismo real, no subordinado a un solo poder. Es así como se está configurando una estructura más realista donde las posibilidades de romper la vieja hegemonía son más tangibles que nunca.

Bajo las administraciones demócratas globalistas y liberales, EE. UU. proyectaba su influencia bajo la fachada del consenso, la defensa de la democracia y la promoción de los derechos humanos, asegurando que las instituciones internacionales sirvieran a sus intereses sin aparentar imposición directa. Este fue el soft power que muchos hoy añoran, demostrando una alarmante falta de imaginación y profundidad analítica, como si la única alternativa a la prepotencia de Trump fuera el retorno a una hegemonía disfrazada de benevolencia.

Sin embargo, con Donald Trump en la Casa Blanca, las reglas del juego cambiaron, evidenciando la crisis a la que ese modelo ha llevado a su propio país. Consciente de esta realidad, la política de «América Primero» no solo profundizó el aislamiento de EE. UU., sino que también desaceleró el dinamismo económico global, al priorizar una agenda proteccionista con una política arancelaria nunca vista en la historia reciente, y enfocarse en resolver los problemas internos, antes que en sostener el clásico liderazgo internacional de Washington.

El historiador francés Emmanuel Todd describe a EE. UU. en su último libro titulado La Derrota de Occidente, como un “Estado posimperial”, es decir, una potencia que aún se aferra a su antigua gloria, pero que ya no puede ni va a poder sostener por mucho tiempo más su dominio. La crisis que enfrenta EE. UU. no es solo externa, sino también interna, afirma Todd. Mientras intenta proyectar poder a nivel global imponiendo aranceles a todos, el país se desgarra desde adentro con una fractura política y social irreconciliable. Los valores de los dos bandos políticos son diametralmente opuestos, hasta el punto de que ya no hay un espacio de consenso nacional y el mismo Trump coquetea con la idea de un tercer mandato.

La paradoja de Trump es que, a pesar de su retórica nacionalista, su política ha contribuido involuntariamente a abrir espacios para que otros países y regiones, incluida América Latina, busquen nuevas alianzas fuera de la órbita de Washington. Aunque Trump promovió una agenda de «América Primero» con la intención de reforzar la hegemonía estadounidense y reducir la dependencia de otros países, sus políticas proteccionistas, su distanciamiento de aliados tradicionales y su enfoque transaccional en la diplomacia están debilitando la influencia de ese país y fomentando un mundo más multipolar. En lugar de consolidar su liderazgo como antes, su postura impulsa a muchas naciones a diversificar sus relaciones internacionales, fortaleciendo bloques como los BRICS y acercándose a potencias emergentes como China, India y Rusia.

Ante esta transformación, el liberalismo globalista occidental se ha quedado atrapado en su propio laberinto conceptual. En lugar de ver la multipolaridad como una oportunidad para corregir las fallas del viejo orden, la interpretan como una amenaza o incluso como el preludio de una nueva forma de autoritarismo. Nada más alejado de la realidad. Su ceguera epistemológica les impide ver más allá de sus propios dogmas, llevándolos a aferrarse a un EE. UU. en decadencia, que, incluso bajo administraciones demócratas, libraba guerras y derrocaba gobiernos legítimos en nombre de la libertad. Prefieren la ilusión de un orden hegemónico disfrazado de benevolencia, aun cuando ello signifique perpetuar su propia subordinación, en lugar de adaptarse a una nueva realidad donde el poder ya no tiene un solo centro.

Esta actitud no solo es un error estratégico, sino también una manifestación explícita de lo que en psicoanálisis se conoce como un complejo de Edipo no resuelto o una identificación con el agresor. Durante décadas, el mundo ha sido condicionado a depender de EE. UU. y Europa occidental como las únicas fuentes de legitimidad y orden. Ahora, ante su declive, muchos reaccionan con miedo, rechazando alternativas y aferrándose a un sistema que los ha mantenido subordinados.

¿De verdad creen que hemos llegado al “fin de la historia” y que cualquier otro orden mundial sería peor que este? ¿No se supone que somos optimistas y que creemos en la posibilidad de un futuro mejor? La ironía es evidente: quienes se autoproclaman defensores del progreso y la innovación son los mismos que hoy temen el cambio y se resisten a imaginar un mundo donde no solo uno mande.

El mundo multipolar no será un proceso ordenado ni libre de turbulencias. La transición conlleva costos, especialmente para aquellos países más dependientes de la esfera occidental. Sin embargo, esta reconfiguración es inevitable y necesaria. El monopolio del poder global por parte de EE.UU. no solo ha sido injusto, sino que también ha limitado el desarrollo de otras naciones. En este nuevo escenario, los países que se adapten y busquen diversificar sus relaciones internacionales tendrán mejores oportunidades de crecimiento. América Latina, por ejemplo, puede fortalecer sus lazos con Asia, África y los BRICS.

Si lo analizamos a fondo, Trump no está haciendo nada que EE. UU. no haya hecho siempre; la diferencia es que, al no poder imponer su voluntad mediante el soft power porque ya hay otros países que defienden sus intereses de manera soberana, ahora recurre a la vía dura: proteccionismo, sanciones y confrontación directa. Su objetivo sigue siendo el mismo de siempre: mantener su dominio y dictar las reglas del juego. Lo que Washington se niega a aceptar es que ya no es el imperio que alguna vez fue y que el mundo ha cambiado de manera irreversible.

Paradójicamente, la postura de Trump nos ofrece una oportunidad. Al despojar a EE. UU. de su máscara de hegemonía benevolente, nos obliga a reconocer la realidad y a pensar con mayor astucia en una nueva arquitectura de las relaciones internacionales. En lugar de lamentar el colapso del viejo orden, es momento de diseñar uno nuevo, basado en el equilibrio de poder y la cooperación sin imposiciones.

La multipolaridad no es una amenaza, sino una realidad que ofrece nuevas posibilidades. El problema es que aquellos que han sido moldeados por la hegemonía estadounidense aún no logran imaginar un mundo donde EE. UU. no sea el centro. Pero ese mundo ya está aquí, y lo único que queda por decidir es quién sabrá aprovecharlo y quién seguirá atrapado en una nostalgia imperial anacrónica.

Frente a esta realidad, la comunidad internacional debe abandonar la reacción superficial y apostar por una comprensión estratégica de estos cambios. En lugar de lamentar el fin de una globalización idealizada, es necesario replantear los términos de la integración económica, fortalecer mecanismos de cooperación autónomos y diversificar las relaciones comerciales. Solo así los Estados podrán navegar en este nuevo escenario con mayor independencia, sin quedar atrapados en las tensiones de una potencia que lucha por redefinir su rol en el mundo.